domingo, 12 de octubre de 2014

La Doncella en la Catedral Olvidada






La Doncella en la Catedral Olvidada


En una antigua catedral, aquella que has estado buscando durante toda tu vida, hay alguien que aguarda tu visita. Bajo el pórtico, un hombre espera tu llegada sentado en las escaleras cubiertas de musgo y hierbajos. Pregúntale dónde puedes encontrar a la Doncella. Aunque no se dignará en contestarte, se levantará para abrirte las puertas de la catedral. De ti depende entrar o no.

Dentro de la oscura basílica, el frío es perpetuo. Hace siglos que ese edificio no se utiliza para el rezo, así que no esperes encontrar clérigos o fieles entre sus muros. Dirige tus pasos hacia el altar, siguiendo el camino de cirios que se abre a tus pies, y no te detengas hasta que los escasos rayos de luz que atraviesan el rosetón de tracerías lleguen a ti. Sobre el ara, colgando del techo infinito por una gruesa cadena, la Doncella espera tu llegada sentada en su jaula. Nada en ella delata su incierto origen, salvo las inmensas alas metálicas que surgen de su espalda y que la convierten en una especie de ave mecánica venida de otro tiempo.

La Doncella parece distraída. Se mece en su columpio chirriante, ajena a la soledad que la rodea. Luce un vestido gris que sería considerado escaso en verano y despiadado en invierno. Entre sus dedos hace girar un taumatropo con movimientos rápidos e hipnóticos. De vez en cuando, un atisbo de sonrisa acude a sus labios, aunque éste es demasiado breve.

Cuando te acerques, podrás hablar con ella. Al contrario que otras, esta Doncella conversará contigo mientras continúa jugando con su peculiar juguete. Presta toda tu atención a lo que ella tenga que decirte. Su historia te llevará a un tiempo ya olvidado, un tiempo en el que la tecnología humana era tan avanzada que podía crear prodigios sin igual. Escúchala hablar de los que eran como ella: Humanos a los que se les implantaron artilugios mecánicos en el cuerpo y que poco a poco perdieron su esencia hasta convertirse en máquinas obsoletas, olvidadas por todos en vertederos y depósitos de chatarra.

Si has escuchado toda su historia hasta el final, es probable que tus ojos se hayan desviado hacia su taumatropo. La Doncella se dará cuenta del cambio en tu actitud y, sonriendo, te hará esta pregunta.

-¿Quieres verlo más de cerca?

A menos que tu voluntad sea tan fuerte como para cruzar el mar en medio de una tormenta, no podrás negarte a su inocente ofrecimiento. Aunque no puede atravesar los barrotes de su jaula, la Doncella utilizará su terrible poder contra ti en cuanto le des tu consentimiento. Sus dedos se moverán con agilidad, haciendo girar el disco de papel ante tus ojos obnubilados. Una ilusión óptica te hará ver un pájaro agitando las alas dentro de su jaula pero, en cuanto la imagen cambie y veas que el pajarillo tiene tu rostro, retrocede y escapa de ese lugar o quedarás atrapado para siempre, sirviendo de divertimento a la Doncella.

Es de sabios sentir curiosidad por el mundo que nos rodea. Pero triste es en verdad que todo el que se interna en la Catedral Olvidada tenga que renunciar a su vida por saciar su curiosidad.

Ése es el precio de la luz.


2 comentarios:

  1. Me encanta este relato. Es el más interesante y perturbador de todos los que has colgado en tu "selección del mes del terror" hasta ahora :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues me alegro de que me lo digas, porque me gusta mucho tu criterio literario, ^^* Espero que los demás también te gusten y, si no, prometo ir mejorando con el tiempo. ¡Gracias por leerme!

      Eliminar