martes, 30 de octubre de 2012

El Rincón del Otaku I: Rozen Maiden

¡Bienvenidos a otra entrega de "El Rincón del...", que cada vez me gusta más hacer! Como ya sabéis que entre mis grandes pasiones está el manga, el anime y todo lo que tiene que ver con el universo japonés, pues hoy he decidido seleccionar uno de los mangas más interesantes que he tenido la suerte de encontrar y que deja a más de uno pensando cuando termina su lectura. Se trata, nada más y nada menos, que de Rozen Maiden.




Título: Rozen Maiden
Autor: Grupo PEACH-PIT
Publicación: Revista Comic Birz
Editorial: Gentosha
Editorial española: Norma Editorial
Número de volúmenes: 8 tomos
Año: 2002-2007
Sinopsis: Jun Sakurada es un joven hikikomori que forma una alianza con Shinku, una muñeca viviente que forma parte de la serie "Rozen Maiden", creada por el misterioso Rozen hace muchos años. Shinku y sus hermanas deben buscar la colaboración de humanos para poder utilizar su energía en el llamado "Juego de Alicia", una batalla entre muñecas en la que la perdedora deberá ceder su Rosa Mística a la ganadora, lo que la acercará más a convertirse en Alicia, la niña perfecta, la única que podrá llegar a encontrarse con "Padre".



RESEÑA:

La lectura de Rozen Maiden fue para mí una de las más curiosas y estupendas que he descubierto en mucho tiempo. No sólo por la temática del manga, que resulta ser más original de lo que parecía al principio, sino por la atmósfera oscura que rodea a estas misteriosas muñecas y su forma de enfrentarse a la vida. Y es que en este manga no sólo hay misterio y aventuras, sino todo un examen de los hábitos de vida de Jun y las muñecas, así como un deseo ferviente de alcanzar la perfección que roza lo enfermizo.

Jun Sakurada es un chico que, por motivos que iremos descubriendo a medida que avance el manga, vive recluido en su casa, en su habitación, donde se entretiene comprando objetos extraños por Internet. Un día recibe un papel que le ofrece una muñeca Rozen Maiden, y le propone la siguiente elección: "¿Le darás cuerda? ¿No le darás cuerda?". Jun escoge la primera opción sin pensarlo demasiado, y al día siguiente recibe un maletín donde descansa Shinku, una elegante y refinada muñeca que, al darle cuerda, cobra vida y se presenta como la quinta Rozen Maiden. Jun se entera de que las Rozen Maiden son una colección compuesta por siete muñecas diseñadas para luchar en el Juego de Alicia (Alice Game), una batalla a muerte entre ellas para obtener la Rosa Mística de la oponente. Sólo puede haber una ganadora, la que consiga las siete Rosas Místicas y se convierta en Alicia, la niña perfecta con la que Rozen soñaba al fabricar sus muñecas. Shinku obliga a Jun a sellar un pacto para convertirse en su médium, de modo que ella obtendrá su energía para luchar y evitar perder su Rosa Mística a manos de las demás.

El argumento en sí me ha parecido uno de los puntos fuertes de este manga. Se presenta como una lucha a muerte al estilo Battle Royale, pero con muñecas del siglo XIX como contendientes. A medida que pasan los capítulos (llamados "phases"), conoceremos a todas las hermanas Rozen Maiden, sus personalidades, sus médiums y, sobre todo, sus motivos para actuar como lo hacen. Algunas, como Suiseiseki, deciden por sí mismas no participar en el Juego de Alicia para poder llevarse bien como hermanas; otras, como Suigintou, se entregan al juego con brutalidad y sangre fría, no dudando en cometer todo tipo de traiciones y artimañas para conseguir lo que más desean: las Rosas Místicas. Cada muñeca oculta un pasado a menudo triste y desgraciado, donde se tratan temas como el miedo al abandono, la fugacidad de la vida, la búsqueda desesperada de la perfección...

"Rozen Maiden" es un manga difícil de encuadrar en un marco determinado. No es ni un shojo (manga para chicas) ni un shonen (manga para chicos). Más bien podemos situarlo en el plano de los seinen, los mangas de corte gótico o siniestro, por esa atmósfera dark que impregna las páginas de esta obra. Es más profunda de lo que pueda parecer en un primer momento, pues toda esa historia de muñecas de porcelana puede engañar al lector poco avispado. No os esperéis una historia tonta o cargada de tópicos, porque entonces empezaréis con mal pie. "Rozen Maiden" ofrece situaciones y diálogos que hacen que te quedes un buen rato pensando después de haberlos leído, por lo que se convierte en un motivo para la reflexión.

El dibujo también es otro detalle que engaña a primera vista. Al principio vemos un dibujo que parece algo tosco en comparación con otros autores. Pero esa primera impresión cambia a medida que avanza la historia. Da la sensación de un dibujo inacabado, lo que parece contribuir a ese oscurantismo perturbador que impregna toda la historia. Eso sí, se cuidan muchos detalles como los vestidos de las muñecas y las escenas oníricas que tanto abundan.

Aquí os dejo una lista de las muñecas, para que las vayáis conociendo y escojáis a vuestra favorita:





*Suigintou: Su nombre significa "Lámpara de Mercurio". Es la primera Rozen Maiden y la única que tiene alas. Su único y mayor deseo es ganar el Juego de Alicia para ver a su Padre, por lo que hará todo tipo de maldades para conseguirlo. Es sádica, frívola y arrogante, pero bajo esa dura fachada se oculta un enorme complejo de inferioridad, ya que fue creada con una tara que la hace "imperfecta" (de ahí su odio hacia la imperfección). Es la mayor enemiga de Shinku y está obsesionada con derrotarla, aunque en Ouvertüre se nos explican los orígenes de ese odio visceral. Su poder consiste en lanzar plumas negras como dardos contra sus enemigas, aunque también utiliza una espada. Su médium es Megu Kakizaki, una chica enferma terminal que padece una dolencia al corazón. Su espíritu artificial es Mei Mei y su color es el negro.

*Kanaria: Su nombre significa "Canaria" y es la segunda Rozen Maiden. Es bastante enérgica y dueña de una gran autoestima, pero en el fondo es inmadura y egocéntrica, con un carácter infantil muy marcado. La mayor parte del tiempo lo dedica a espiar a las otras muñecas y a tramar planes absurdos para infiltrarse en la casa de Jun y robar sus Rosas Místicas, algo que nunca consigue. Su médium es Mitsu Kusabue, una chica aficionada a las muñecas que quiere tener a todas las Rozen Maiden de la colección, lo que hace que Kanaria quiera traérselas todas para complacerla. En las batallas utiliza un violín con el que es capaz de crear ataques con viento. Su espíritu artificial es Pizzicato y su color es el amarillo.

*Suiseiseki: Su nombre significa "Estrella de Jade". Es extremadamente temperamental, orgullosa y sobreprotectora, pero también es muy decidida y a menudo un poco tímida. Adora a su hermana gemela sobre todas las cosas, pero también siente mucho apego por Jun, aunque hace lo posible por evitar demostrarlo y para mantener su imagen seria. El poder de Suiseiseki consiste en entrar en los sueños de las personas y mantener vivo su árbol de los sueños gracias al agua que mana de su regadera. Con esta misma regadera es capaz de hacer crecer plantas que atrapen e inmovilicen a sus adversarias, aunque es reticente a hacerlo porque no quiere participar en el Juego de Alicia. Su médium es Jun Sakurada (a regañadientes). Su espíritu artificial es Sui-Dream (o Suitorime) y su color es el verde.

*Souseiseki: Su nombre significa "Estrella de Lapislázuli". Es la hermana gemela de Suiseiseki, pero su aspecto es más masculino. Tiene un carácter serio y frío. No vacila en combatir y odia las actitudes infantiles. Cuando se le mete algo en la cabeza, no ceja en su empeño hasta conseguirlo, aunque sea una locura o sus hermanas le adviertan del peligro que corren. Su arma se complementa con la de Suiseiseki, ya que maneja unas grandes tijeras con las que puede cortar las malas hierbas que impiden el crecimiento del árbol de los sueños, pero también utilizarlas como espada para atacar. Es la más fiel a Rozen y a su médium, pero sería capaz de dejarlo todo a un lado con tal de proteger a Suiseiseki. Su médium (en el manga) es Kazuha Yuibishi, un anciano amargado por su pasado. Su espíritu artificial es Lempicka y su color es el azul.

*Shinku: Su nombre significa "Puro Rubí". Quinta muñeca Rozen Maiden y protagonista de la historia. Tiene un carácter fuerte y dominante, propio de una líder, pero también puede llegar a ser terriblemente mandona. Adora darle órdenes a Jun y arrebatarle parte de su habitación para poder instalarse ella, pero en el fondo le tiene mucho cariño y suele darle buenos consejos para ayudarle a salir de su cascarón y enfrentarse al mundo. Se lleva bastante bien con casi todas las muñecas, a excepción de Suigintou, y todas la consideran una especie de hermana mayor debido a su actitud más seria y madura. En la batalla utiliza pétalos de rosa para atacar y defenderse, y a veces también un bastón rosa. Su espíritu artificial es Hollie y su color es el rojo.

*Hinaichigo: Su nombre significa "Pequeña Fresa". Se caracteriza por su temperamento infantil y llorón, aunque también es tierna, dulce, juguetona e ingenua como una niña pequeña. Desde que su médium Corinne la abandonó, tiene miedo a quedarse sola, lo que la convierte en un blanco fácil. Pierde un Juego de Alicia contra Shinku por sus caprichos, pero Shinku no le quita su Rosa Mística, sino que la convierte en su sirvienta. Su médium es Tomoe Kashiwaba, a la que estuvo a punto de matar por robarle demasiada energía, pero desde su derrota se mudó a la casa de Jun y obtiene la energía de él. Su poder consiste en arrojar una planta de fresas que atrapa a sus enemigas, aunque no parece que le sirva para atacar. Su espíritu artificial es Berry Bell y su color es el rosa.

*Kirakishou: Su nombre significa "Hermoso Copo de Nieve de Cristal". Es la muñeca más misteriosa de todas, y también la más extraña, ya que no tiene cuerpo físico, sino que sólo vive en los sueños. Su rasgo más característico es la rosa blanca que sale de su ojo derecho. Es más malvada y retorcida que Suigintou, y no tiene ningún interés en las Rosas Místicas, sino en absorber a los médiums de sus hermanas. Su médium es Odile Fausset, a la que hace caer en coma tras engañarla. Su poder consiste en utilizar zarzas blancas para atrapar e incluso parasitar cuerpos ajenos. Su espíritu artificial es Rozery (se menciona en "Tales") y su color es el blanco.

*Barasuishou: Su nombre significa "Rosa de Cristal". Es un personaje exclusivo del anime. En realidad, no es una Rozen Maiden. Su creador es Enju, que la fabricó para poder competir contra las Rozen Maiden y demostrar que es la más poderosa. Es muy parecida a Kirakishou, pero más callada y perturbadora. No tiene ningún sentimiento hacia las Rozen Maiden, a las que quiere destruir para apoderarse de sus Rosas Místicas. Se caracteriza por llevar un parche de rosa en el ojo izquierdo, al contrario que Kirakishou. Su poder consiste en manipular el cristal a su antojo, haciéndolo salir del suelo en forma de picos, utilizándolo como espada, etc. No tiene espíritu artificial y su color es el violeta.



No voy a poner el final, y no por los spoilers, sino porque es tan difícil de definir que no podría hacerlo. El Juego de Alicia comienza con la aparición de la séptima muñeca y todas las implicadas deben tomar sus armas y dirigirse a la última batalla. Se nos deja un final excesivamente abierto, ya que nos quedamos sin saber cómo va a terminar todo. PEACH-PIT trató de solventar el problema más adelante con la publicación de "Rozen Maiden Tales", una segunda parte que cuenta cómo sería la vida de Jun con 19 años si no hubiera aceptado darle cuerda a Shinku. De alguna forma misteriosa, empieza a recibir mensajes al móvil de su "yo" de 14 años, pidiéndole ayuda para reparar a Shinku y luchar contra la última Rozen Maiden, Kirakishou.

El manga ha tenido tanto éxito que se llevó a la gran pantalla en forma de serie. Se realizaron dos temporadas llamadas "Rozen Maiden" y "Rozen Maiden Träumend", de doce capítulos cada una. También se realizó una OVA de dos capítulos llamada "Rozen Maiden Ouvertüre", y que viene a ser un flashback de la historia de Shinku y Suigintou. También hay una larga serie de videojuegos que se distribuyeron enJapón, pero que se pueden encontrar para instalar en el ordenador. En los videojuegos se centran más en el concepto de batalla entre las muñecas.

En mi opinión, se trata de un manga muy recomendable. Si estáis hartos de historias predecibles y ñoñas, esta no os va a decepcionar. Es interesante, seria y profunda, y hasta tiene sus momentos de humor para aliviar la tensión de su lectura. Si le dais una oportunidad, estoy segura de que no os va a decepcionar.

martes, 16 de octubre de 2012

Gracias a Dios que Dios no existe


¡Qué poco me gusta la gente que empieza a hablar de Dios como alguien a quien debo rendir cuentas sobre mis actos! ¡Qué horrible es ver a personas que ensucian los principios de una religión por hipocresía o por ganar puntos de cara al resto del mundo o en vistas a su próxima vida en el Cielo! ¡Qué asco me dan los que tratan por todos los medios de convencerme de que existe una deidad todopoderosa más allá del universo que sabe lo que pienso y lo que hago en todo momento!

La existencia de Dios siempre ha sido, y seguirá siendo, un tema espinoso y con multitud de claroscuros en los que tal vez yo no debería adentrarme. Lo malo de ser atea es que siempre tengo que andar con pies de plomo porque los cristianos se ofenden y empiezan a llamarme de todo, desde "zorra ignorante" a "prostituta de Babilonia". Confieso ser historiadora y amante de las artes y las letras, pero en este aspecto me posiciono completamente a favor de las ciencias. Y es que la ciencia sé que existe y me da las respuestas que busco, cosa que no ha hecho la religión hasta el momento.

En mi adolescencia no fui feliz. Algún día comentaré mis experiencias en el instituto, pero todavía no es el momento. Baste decir que no era una compañera muy apreciada y que había gente que se metía conmigo por razones que ni yo misma entendía, convirtiendo mi vida en un infierno. En aquellos años, yo buscaba a Dios desesperadamente. Leía libros de religión y escuchaba historias del Nuevo Testamento que hablaban de la piedad, de la compasión, de los que sufrían... y de cómo algún día ese sufrimiento se vería recompensado con el Cielo. Llegué incluso a plantearme la posibilidad de profesar en un convento, aunque no se lo he dicho nunca a nadie, porque tenía la convicción de que ese mundo era para mí.

Pero fui creciendo, y con los años me di cuenta de que a nadie le importaba una mierda si yo sufría o no. Ninguno de los que se metía conmigo se planteó jamás si yo tenía sentimientos. Me volví seria. Me volví cínica. Me sentía sola. Pensar en la existencia de Dios no me hacía más fuerte; al contrario, me volvía débil porque no lo veía por ninguna parte. Mi corazón deseaba creer en él, pero descubrí que todo el tiempo había estado equivocada. En la Biblia se dice que Dios concedió a los humanos libre albedrío y que por eso no podía interferir en sus problemas y conflictos diarios. Fue cuando comprendí que Dios no iba a ayudarme por mucho que yo rezara. La respuesta estaba en mi corazón y en mi cerebro.

Entendí con total claridad que Dios no es sino un sueño al que la gente se aferra cuando no tiene nada en lo que apoyarse. Cuando no existe explicación para nuestros pesares, nos refugiamos en Dios. Si conseguimos algo es porque Dios quiere. Si todo ha salido bien, decimos "gracias a Dios". Las religiones, sobre todo las religiones del Libro, son dogmas que nuestros padres o nuestros abuelos nos han enseñado en nuestra más tierna infancia. Cuando crecemos, solemos desengañarnos de los principios de esas religiones, pero siempre hay alguno que sigue creyendo con certeza que Dios existe. Y esto me parece una contradicción. ¿No eres religioso pero crees en un personaje de una religión? Eso es como decir que yo creo en Zeus, en Osiris, en Thor o en cualquier deidad que haya tenido una cierta trascendencia en la gente. Incluso puedo ir más lejos y decir que los dioses que yo me invento son seres reales y, como tales, los adoro y honro.

Obviamente, los cristianos, judíos y musulmanes se estarán rasgando las vestiduras y me atacarán con una de sus falacias favoritas: No puedo demostrar que no existe un ser superior. Nadie ha visto a Dios, pero tenemos que creer en él. Entonces, como nunca he visto un hada, ¿puedo creer en ellas? ¿Es lícito que crea en los duendes, en los silfos o en los trolls? Los creyentes tampoco pueden demostrar que estos seres no existen y, sin embargo, la Iglesia los ha condenado como una superstición de los antiguos pueblos salvajes, que buscaban en la naturaleza la respuesta a sus preguntas cotidianas. Pues mire usted, exactamente igual que las religiones monoteístas que nos han acompañado a lo largo de la Historia.

Precisamente mi principal apoyo es la Historia. Los ateos no causamos ni una sola guerra de religión, no juzgamos a nadie por sus creencias religiosas, no apoyamos el genocidio nazi (algo que el Vaticano aprobaba), no derribamos las Torres Gemelas en virtud de una cruzada contra el infiel, no cometimos barbaridades con tal de salvar el "alma" del prójimo, no vemos a los homosexuales como pecadores o delincuentes, no defendemos que la mujer sea inferior al hombre sólo porque Dios lo dice, y así podría seguir durante un buen rato.

En la Edad Media, que marcó el auténtico auge y expansión de las religiones monoteístas (aunque el Judaísmo ya era muchísimo más antiguo), se cometieron auténticas atrocidades en nombre de Dios. Baste mencionar las Cruzadas como ejemplo más emblemático, las guerras por la conquista del Santo Sepulcro. O la Inquisición, los juicios de la fe, en los que no se escatimaban torturas para hacer confesar al reo que era judaizante o que adoraba a Satanás. Las sucesivas expulsiones de los judíos porque cometieron el pecado de condenar a Jesucristo. Las invasiones musulmanas con el objetivo de expandir la fe verdadera, aunque para ello tuvieran que pasar a la gente por la espada. ¿Maldad? ¿Ignorancia? No, peor. Dios lo quiere.

Es cierto que también durante la Edad Media se recopiló mucho material didáctico antiguo, casi todo de origen griego y romano. Se tradujeron muchos libros que a día de hoy habríamos perdido, y eso fue gracias a la Iglesia católica, al Judaísmo y al Islam. Pero también es cierto que ese saber no llegaba a todos por igual. El pueblo llano era ignorante y no tenía manera de acceder a esos saberes. Y aquellos que, habiendo leído, cuestionaban los dogmas religiosos, eran condenados a morir entre atroces tormentos.

Los siglos han pasado y la humanidad poco a poco va madurando, pero las religiones se han quedado estancadas, obsoletas. No sirven más que para tener a la gente subyugada. Marx consideraba que la religión era el opio del pueblo, y no se me ocurre una metáfora mejor para definirla. Es una felicidad ilusoria. Esa creencia en que hay un paraíso prometido después de nuestra muerte es como si yo me imagino que hay un mundo mágico más allá del arcoiris. Es una filosofía amuermante, carente de sentido fuera de un contexto puramente cultural. Es de locos ver cómo la gente sigue diciendo que no cree en la religión pero echa un poco de agua de Lourdes para lavarse las llagas de los pies o adorna el salpicadero de su coche con una rama de laurel bendito o una estampita de San Cristóbal, creyendo que así incluso va más protegido. Superchería pura, en mi opinión.

He leído mucho al respecto y, como ya he dicho, podría pasarme horas hablando de este tema en concreto. Es un tema muy largo y puedo dejarlo para otro post. Pero quiero dejar aquí algunas de mis conclusiones, porque tal vez le sirvan a alguien que se está planteando dudas o no está seguro del sentido de su vida. Mi respuesta es esta: La vida no tiene más sentido que el que tú le des. Es un pedazo de tiempo, un rinconcito de la Historia, con el que tú puedes hacer lo que quieras. Tu familia y tus amigos te mostrarán principios buenos y malos, y será decisión tuya escoger los que seguirás. No busques dioses que den una explicación a tu existencia o que te prometan un maravilloso futuro en el Más Allá o en una reencarnación posterior. Busca el camino de la sabiduría, vive una vida plena de la que te sientas orgulloso y prepárate poco a poco para afrontar la muerte que un día te llegará. Disfruta de una vida dichosa, haz el bien, ayuda a los demás, respeta a los que no son como tú o no comparten tus ideas. No permitas que nadie te haga daño a ti o a tus seres queridos en nombre de Dios o de quien sea, porque tu vida es tuya y Dios no va a venir a arreglártela por mucho que reces o dones dinero a los pobres.

Quizá los que leáis este post pensaréis que soy una amargada o una oveja descarriada que perdió a Dios por el camino y siguió otra senda equivocada, que mi alma está condenada y ya no puedo hacer nada para salvarla, que soy una "atea histérica" que se ha apuntado a una nueva y extraña moda de no creer en Dios. Sin embargo, yo me considero una persona de moral sana, de sólidos principios de respeto a mis semejantes, con una vida plena que yo solita me he forjado y que me queda por forjar. Sólo me resta decir: Gracias a Dios que Dios no existe.



sábado, 6 de octubre de 2012

Columbine en las Islas Baleares


Esta semana, viendo las noticias, hemos escuchado una noticia que me ha parecido escalofriante si tengo en cuenta los precedentes sobre los que se asienta y de los que he leído mucho al respecto. Me estoy refiriendo al intento de atentado en la universidad de Las Palmas por parte del joven de 21 años Juan Manuel Morales, que fue detenido antes de que perpetrara su macabro asesinato en masa. No es la primera vez que sabemos de jóvenes que llevan a cabo asesinatos en institutos y universidades, pero la base en la que este chico se apoyaba tuvo lugar en 1999 y conmocionó al mundo entero: la matanza en el instituto de Columbine.

Juan Manuel Morales, un chico del que sus propios padres tienen miedo por su ideología marcadamente filonazi y por los insultos que les prodigaba (de su madre llegó a decir que tenía "nariz de judía"), estuvo a punto de conseguir lo mismo que habían hecho sus homólogos americanos, Eric Harris y Dylan Klebold, en el instituto de Columbine hace 13 años. Merece la pena ahondar un poco en esos precedentes, ya que podría ser posible que halláramos una explicación para lo que parece inexplicable en estos tiempos. ¿Cómo es posible que se pueda conseguir material potencialmente peligroso con tan suma facilidad? ¿Qué clase de seguridad podemos tener los ciudadanos de a pie ante gente así? Y la pregunta más complicada de responder: ¿Por qué sucede todo esto?

Eric Harris y Dylan Klebold, dos estudiantes de 17 y 18 años, armados con un fusil de asalto, dos escopetas, un revólver y varias bombas de fabricación casera, mataron a trece personas e hirieron a otras 24 en 1999 en el instituto Columbine, en Colorado, antes de suicidarse. Como dato curioso, decir que la fecha no es aleatoria: Ese mismo día se "celebraba" el aniversario del nacimiento de Adolf Hitler, cuya ideología (sobre todo Harris) profesaban. En los documentos que se archivan sobre el caso, que son los diarios de ambos chicos y las llamadas "cintas del sótano" se les puede ver insultando y diciendo groserías a la cámara (multitud de epítetos dirigidos a sus compañeros) y haciendo prácticas de tiro en un terreno boscoso. Otros documentos conservados son listas de tareas (comprar munición y otras cosas), un trabajo de Harris sobre el nazismo, mapas del instituto y dibujos de armas. "11.10" es la hora señalada en su diario para dar comienzo a la tragedia.

Estos documentos podrían darnos una idea de cómo funcionaba la mente de estos asesinos. La escritura dice mucho de una persona y considero que no se le debe quitar importancia; la profesora de inglés de Klebold llamó a sus padres, alarmada, cuando leyó una redacción del chico en la que hablaba de un hombre vestido de negro que iba armado y se dedicaba a matar, torturar y mutilar indiscriminadamente a cuanta persona se le cruzara en el camino. Nadie sospechaba lo que pasaba en realidad.



Eric Harris y Dylan Klebold


Después de la masacre, las víctimas supervivientes reclaman respuesta para preguntas imposibles. ¿Quién es el verdadero culpable? ¿Qué podía aleccionar a dos jóvenes en la flor de la vida a cometer asesinato y suicidio? Se le ha echado la culpa a videojuegos como Doom o Quake, que se caracterizan por su violencia en el uso de las armas. También se culpó a Marilyn Manson, el polémico cantante cuyas letras tienen contenido antirreligioso y referencias al sexo, la violencia y las drogas. Pero esto sólo son subterfugios, una manera de descargar la frustración en otros entes. Señalar la paja en el ojo ajeno, vaya. Porque la verdadera viga estaba en el propio.

Cualquiera que eche un vistazo a la educación estadounidense se dará cuenta al instante de que es una de las más competitivas del mundo. Aún más, fomenta en los adolescentes ese deseo de competir, de situarse por encima de sus compañeros. Te venden la idea de que el mundo es una jungla donde sólo caben dos posibilidades: sobrevivir o ser aniquilado. Y si vemos uno de esos horrorosos telefilmes sobre adolescentes, vemos que sus diálogos giran en torno a tres palabras clave: "popular", "perdedor" y "cita". Si un estudiante es calificado de "perdedor" se convierte en un exiliado, en un paria. Muchos institutos están casi controlados por bandas durísimas y la violencia es rampante. Harris y Klebold pertenecían al grupo de los "perdedores", es decir, que recibían a diario golpes, empujones, insultos y humillaciones por parte de algunos de sus compañeros. A esto se le debe sumar el carácter depresivo de Klebold y las tendencias psicóticas de Harris, la escasa vida social en los suburbios donde vivían, la dureza de la vida familiar en Estados Unidos y, por fin, la facilidad para conseguir armas de fuego muy sofisticadas y sin exigir ningún tipo de documentación en algunos casos.

¿Pero explica esto la matanza? Desde luego que no. Pero ayuda a situarla en un contexto. Quizá la reflexión que podemos adaptar a esta situación es la de "todos somos culpables", ya que es precisamente el entorno el que crea a estos asesinos. Un contexto socio-cultural que, por desgracia, vemos cómo se está trasladando a España con la proliferación de urbanizaciones, la desintegración de las familias y un entorno cada vez más represivo y competitivo para los jóvenes.

Y ya hemos llegado a España. La detención de Juan Manuel Morales Sierra se produjo el día 3 de este mismo mes en Palma de Mallorca, justo en el momento en que recibía la friolera de 140 kilos de explosivos que había adquirido a través de Internet. En su diario personal, manifestaba su odio hacia la sociedad, especialmente a los estudiantes universitarios, y su decisión de colocar varias bombas de tubo repletas de metralla, admitiendo la posibilidad del suicidio.



Juan Manuel Morales Sierra

La investigación comenzó hace cinco meses, cuando se detectaron a través de Internet comentarios alusivos a la matanza de Columbine y su deseo de repetirla en el marco español. Manifestaba sin pudor su simpatía por los dos asesinos y en su blog relataba idénticos gustos musicales, su afición por las armas, su vestimenta e incluso su aislamiento social, que le condujo a situaciones de marginación escolar. Intentó conseguir armas de manera ilegal y, al no conseguirlo, hizo lo posible por adquirir la licencia pertinente, cosa que no consiguió. Su último recurso fue fabricar varias bombas, para las que se aprovisionó de una gran cantidad de material explosivo, algunos de los cuales eran idénticos a los que se usaron para volar la T4 del aeropuerto de Barajas en el atentado de 2006. De haber logrado su propósito, la UIB habría sido completamente aniquilada y el número de víctimas habría sido muy elevado.

Resulta escalofriante pensar en lo que hubiera podido pasar si la investigación no hubiera sido tan exhaustiva y concienzuda por parte de la Brigada Policial. Nos enfrentaríamos a una tragedia desproporcionada perpetrada por un psicópata, por un monstruo que fue incapaz de canalizar su descontento con la sociedad a través de medios más positivos y menos destructivos. El bullying o maltrato escolar está muy presente en nuestra sociedad, pero no debe servir de aliciente para cometer un asesinato masificado. Os lo dice alguien que ha sufrido acoso escolar; a mí me insultaban y martirizaban a diario, pero jamás se me ocurrió coger una escopeta y cargarme a mis torturadores. Existen válvulas de escape mucho más pacíficas, y una de ellas es la escritura. Es más, doy gracias por ese acoso escolar, porque sin quererlo, ellos me convirtieron en la persona que soy hoy, y que me alegro mucho de ser. Nada que ver con ellos, afortunadamente.


martes, 2 de octubre de 2012

El Rincón del Lector III: Donde Los Árboles Cantan


Los que hayáis leído algunos de mis posts anteriores, sabréis que soy una fan incondicional de la literatura épica y fantástica. Laura Gallego es una autora que suele escribir relatos fantásticos dirigidos a la juventud, aunque cualquiera puede disfrutar de su prosa fluida y bien cuidada sumada a unos argumentos casi siempre originales, aunque no exentos de tópicos. Por eso, cuando vi en la librería Donde los Árboles Cantan, lo compré sin dudarlo y demoré un poco su lectura para poder disfrutarlo como se merecía, aunque el resultado no fue el que esperaba.



Título: Donde los Árboles Cantan
Autora: Laura Gallego García
Editorial: Ediciones SM
Nº de páginas: 477
Sinopsis: Viana, la única hija del duque de Rocagrís, está prometida al joven Robian de Castelmar desde que ambos eran niños. Los dos se aman y se casarán en primavera. Sin embargo, durante los festejos del solsticio de invierno, un arisco montaraz advierte al rey de Nortia y sus caballeros de la amenaza de los bárbaros de las estepas…, y tanto Robian como el duque se ven obligados a marchar a la guerra. En tales circunstancias, una doncella como Viana no puede hacer otra cosa que esperar su regreso… y, tal vez, prestar atención a las leyendas que se cuentan sobre el Gran Bosque…, el lugar donde los árboles cantan.



RESEÑA (con spoilers):

A pesar de que hay gente que opina que esta es la mejor obra de Laura Gallego, debo discrepar y lo voy a hacer a lo largo de mi crítica. Se nos presenta una novela que está planteada como una especie de relato de caballerías, con sus doncellas, sus malvados, sus elementos mágicos y el Gran Bosque como telón de fondo, un lugar místico poblado por maravillosas criaturas jamás vistas por otros mortales.

La protagonista es Viana, una doncella de noble cuna de carácter soñador y despreocupado, al más puro estilo Sansa Stark de Juego de Tronos; de hecho, a mí me la recordó un poco por su actitud recatada y banal, muy del estilo de los cuentos de doncellas y caballeros que tanto le gustan. Su prometido, como no podía ser de otra manera, es un joven y guapo caballero llamado Robian de Castelmar, que la ama desde la infancia.

La llegada de los bárbaros, liderados por el rey Harak, trastoca todo el mundo de Viana. Para sobrevivir en el nuevo ambiente que la rodea, debe aprender a valerse por sí misma. El problema es que su supuesta transformación es una de las cosas más abruptas y poco creíbles que he visto en mi vida. La autora se esfuerza en mostrar a Viana como una chica que debe cambiar en un tiempo récord para poder salir adelante, pero el cambio no es tal. Es una chica caprichosa, una doncella acostumbrada a que se lo den todo hecho, a que la rescaten si tiene problemas… y sigue siendo así hasta el final de la novela. Viana es boba y egoísta en grado sumo. No le importa poner en peligro a los demás con tal de llevar a cabo una misión suicida que se le ha metido entre ceja y ceja, y al final siempre tiene que ser salvada por otro personaje. Esa es otra: No se acuerda de nadie excepto cuando está a salvo en casita; entonces sí, pobrecitos los demás. Para mí, Viana fue una de las mayores decepciones del libro, y no fue la única.

Entre otros personajes que me han disgustado un poco está Lobo, el arisco montaraz que advierte a todo el mundo de la amenaza bárbara y el único que parece saber cómo moverse entre ellos sin ser descubierto. Es deslenguado a la par que aguerrido, y siempre tiene algo sabio y prudente que aportar a cualquier situación. Sin embargo, su actitud se vuelve despótica cuando trata con los que él considera traidores y cobardes (es el caso de Robian, del que hablaré después). No me parece apropiado que alguien como él, casi un fuera de la ley, trate tan mal a personajes que actuaron de cierta manera movidos por muchas circunstancias; lo hubiera visto mejor si su actitud hubiese sido otra.

Otro de los personajes que la gente parece adorar pero que a mí me trae al fresco es Uri, el chico-árbol. Los lectores, especialmente chicas, adoran a este muchacho puro e inocente que se convierte en el amor verdadero de Viana. Sin embargo, a mí me dejó bastante fría. Además, la forma en que la autora lo ha caracterizado me parece un bastante escabrosa. A ver, se supone que es árbol (que nadie sabe cómo ni por qué se ha convertido en humano) con el cuerpo de un chico adolescente y la mentalidad de un niño de dos años. A pesar de todo, termina manteniendo relaciones sexuales con Viana, que queda embarazada de mellizos. ¿Perdón? ¿Que la prota se ha follado a un árbol? ¿A un chico-árbol con el cerebro de un niño? ¿Qué coño es esto?

Siguiendo con el análisis de los personajes principales, debo manifestar aquí mi disgusto por el trato que se le ha dado a uno de mis favoritos: Robian de Castelmar. Comienza siendo el homólogo masculino de Viana: un chico alegre y despreocupado que quiere ser caballero al más puro estilo de las justas. Sobrevive a la guerra contra los bárbaros, pero renuncia a casarse con Viana para proteger a su madre y a su hermana pequeña. ¿Y qué piensa Viana y todo el mundo al respecto? Que es un traidor, un chaquetero y un cobarde. Robian ha renunciado a lo que más amaba para proteger a su familia, y se le paga con desprecio y rechazo por ambos bandos. Sin embargo, Robian sigue amando a Viana y no la lleva ante el rey Harak, a pesar de que recibiría muchos privilegios si lo hiciera. No es suficiente: sigue siendo considerado un cobarde porque no se une a los rebeldes para expulsar a los bárbaros.

Sinceramente, sólo por esto la novela me parece vacía de contenido. ¿Por qué se sigue vendiendo esa imagen tan negativa y maniquea del cobarde? ¡Qué sería de la Historia sin traidores ni cobardes! Para mí, Robian no es un cobarde y mucho menos un traidor: Es un chico que ha visto cómo su mundo se ha derrumbado y se encuentra en una situación en la que tiene mucho que perder. ¿Por qué es más odioso que los demás? A mí me ha inspirado mucha compasión, sobre todo después de leer estos dos diálogos que mantiene con Viana, en los que vemos cómo se las gasta nuestra protagonista:

-No deberías haberle jurado fidelidad. Ni, ya puestos, haberme abandonado como lo hiciste: "El jefe Holdar será un buen esposo para Viana" –repitió con voz de falsete -. Traidor –escupió.
-Viana, ¡no tenía elección! –insistió Robian -. Si hubiese plantado cara, como hizo mi padre, ¿qué tendría ahora? Estaría muerto, y mis tierras habrían acabado en manos de los bárbaros.
-Mejor ser un héroe muerto que un cobarde vivo –opinó ella (…)

Una bonita perla por parte de Viana. Pero todavía hay más:

-Había otra cosa –prosiguió -. Mi madre y mi hermana… Al conservar mi título, ellas siguen bajo mi protección. Harak no las entregará en matrimonio a nadie sin mi consentimiento.
(…)
Viana le tenía mucho cariño a Rinia; era una niña alegre y encantadora, y de ninguna manera quería verla caer en las garras de los bárbaros.
-Eso puedo entenderlo –reconoció a regañadientes -. Pero yo… Podrías haber luchado un poco por mí, ¿no?

En fin… Le falta hacer pucheritos y ya está: Niña tonta servida en su punto.

Otros personajes que podrían ser muy interesantes como Airic, Dorea, Belicia o el juglar Oki no tienen mayor desarrollo y quedan un poco desdibujados. En cuanto a los bárbaros, pues son los malos de la historia y punto. Me hubiera gustado que se viera algún capítulo desde el punto de vista de los antagonistas, pues podría aportar más profundidad a la historia.

También he echado de menos las aventuras en el Gran Bosque, que casi no aparece y, cuando lo hace, no es tan peligroso como pensábamos, pues Viana entra y sale de él con suma facilidad (algo que ni Lobo, infinitamente más curtido que ella, es capaz de hacer). No hay criaturas místicas, salvo los árboles cantores que, como Uri, pueden volverse humanos. Y eso es todo. El final de la novela está bien, aunque se resuelve en muy pocas páginas y de forma un poco brusca.

En resumen, no la considero la mejor obra de Laura Gallego. Prefiero mil veces Alas de Fuego o las Crónicas de la Torre, aun siendo más sencillas. Al menos, los personajes son coherentes y tienen más claroscuros. Me gustaría haber leído más descripciones del Gran Bosque, pero las cosas son como son y no se puede pedir más. Lo que sí puedo decir es que tanto la portada como la encuadernación son magníficas; uno de los mejores trabajos de impresión que he visto en mi vida.

En fin, poca cosa más que añadir. Si queréis una buena novela fantástica ambientada en la Edad Media, pillaos Juego de Tronos o El Señor de los Anillos; si ya las habéis leído, esta os sabrá a poco. Para mí, ha sido una gran decepción. No me esperaba que me gustara tan poco.