martes, 16 de septiembre de 2014

Tahúres en el arte: La historia de Han van Meegeren


La pintura, al igual que otras disciplinas, es un arte que no pertenece al mundo de la estricta realidad. Se trata de una creación que nace de la imaginación y el talento de personas singulares que saben captar gestos y emociones y, con una maestría indudable, se los ofrecen al espectador de manera impresionante y conmovedora. A veces es tal el virtuosismo del artista que se puede llegar a producir el curioso síndrome de Stendhal, por el cual una persona se ve aquejada de sofocos y desmayos al contemplar durante demasiado tiempo monumentos u obras de arte de gran belleza.

A veces, la admiración que se siente por determinado pintor y su legado pictórico empuja a un buen número de personas, que tienen mucho de fullería y poco de vergüenza, a imitar a los grandes con la esperanza de sacar tajada del trabajo de otro. El plagio y la falsificación en el arte existen desde que el mundo es mundo, desde que alguien vio en el talento del vecino la manera de asegurar su subsistencia. Un ejemplo sería el de Jean Baptiste Corot (1796-1875), pintor romántico francés dedicado a los paisajes y retratos, y que fue plagiado hasta la saciedad. Y eso sin contar los cuadros de amigos y alumnos suyos que, menos afortunados que él y con apuros económicos, Corot firmó para que pudieran venderlos y así enjugar sus deudas. De ahí que venga el chascarrillo según el cual Corot pintó unos tres mil cuadros de los cuales quince mil se encuentran en Estados Unidos.

En el transcurso de la historia se han producido falsificaciones artísticas siempre que una obra ha sido considerada valiosa para una colección. Los romanos copiaban esculturas griegas, y muchas de estas copias han sido consideradas en su momento como originales. Cierto es que si conocemos el arte de la antigua Grecia es gracias en su mayor parte a los romanos (casi todas las esculturas griegas originales se perdieron), pero eso no quiere decir que no utilizaran trucos para lucrarse en su momento. El ansia por poseer objetos artísticos del mundo clásico llegó a tal punto que hasta el mismísimo Miguel Ángel esculpió una imagen de Cupido en mármol, le rompió algunas partes, la enterró durante un mes para darle un aspecto desgastado y después la sacó para dársela a Lorenzo de Médicis, que presumía de poseer una escultura original de la Roma antigua.

Quizá la producción más prolífica de falsificaciones de obras de arte se haya producido entre los siglos XIX y XX, durante los períodos de ávido coleccionismo. La famosa Tiara de Saitafernes, realizada en oro y por la que el Museo del Louvre pagó la friolera de 200.000 francos por considerarla una pieza del siglo III a.C., en realidad había sido realizada en 1880 por Israel Ruchomovsky, quien trabajaba por encargo de unos negociantes que buscaban a gente capaz de imitar joyas antiguas para venderlas como piezas de anticuario.



Cristo enseñando en el Templo, de Van Meegeren


La falsificación es, sin duda, el peor mal del mundo del arte. La expansión de esta mala práctica habría que achacársela a dos razones que van a la par: el afán de lucro y la avaricia del comprador. En el negocio de la falsificación, cuenta tanto la falta de escrúpulos del tahúr como la avaricia desmedida de un comprador que busca gangas para especular o presumir. No obstante, la figura del falsificador de arte está rodeada de una aureola especial dentro del mundo de la delincuencia. Son gente que desprecia la violencia y el uso de las armas, porque adoran lo que roban o lo que imitan. Por decirlo de una manera poética, son los intelectuales del crimen.

Hay muchas historias fascinantes dentro del mundo de la delincuencia artística. Quizá el maestro falsificador más famoso de todos los tiempos haya sido, sin pretenderlo, Alceo Dossena, que produjo esculturas de tal calidad que fueron aceptadas como originales por muchos críticos del arte. Dossena se limitaba a ofrecer sus obras siguiendo varios estilos: arcaico, griego, helenista, romano, gótico y renacentista. El problema es que sus obras se empezaron a vender de manera fraudulenta por cifras astronómicas. Sin embargo, hizo gala de una gran honradez al proclamar que sus obras eran modernas cuando descubrió que una Madonna con el Niño, que había vendido por 50.000 liras, fue a su vez revendida por tres millones de liras afirmando que se trataba de una antigüedad.

Pero, sin duda, la historia más rocambolesca dentro del mundo de la falsificación en el arte fue la de Han van Meegeren, el hombre que consiguió engañar a artistas, expertos, compradores e incluso a los nazis con sus pinturas. El hombre que entró en un juicio acusado de traición a la patria y salió convertido en un héroe nacional, y todo ello siguiendo el camino más difícil: falsificando seis cuadros de Jan Vermeer, que hizo pasar por auténticos a museos, eruditos y hasta al número dos de Hitler, Hermann Goering.

Han van Meegeren nació en 1889 en Deventar, Holanda, patria de Vermeer, que allí está considerado una gloria nacional. Desde muy joven, Meegeren sintió pasión por la pintura, lo que le acarreó grandes problemas con su padre, quien rechazaba el deseo de su hijo y destruía sus lienzos tirándolos al fuego. Pero tanto insistió Meegeren que al final consiguió que lo enviaran al taller del maestro Bartus Korteling, un profesor apasionado por los grandes maestros y que alentaba a sus alumnos a familiarizarse con las técnicas empleadas por los pintores del siglo XVII, lo que incluía el uso de telas y pinturas de aquella época.

Meegeren era osado y un hombre de recursos. Así que, viendo que su trabajo apenas le daba para subsistir, decidió falsificar un Vermeer y probar suerte a la hora de venderlo. Para ello, estudió detenidamente al artista y se centró en la década que va desde 1650 a 1660; unos años oscuros en la vida de Vermeer y de los que no se conocían a ciencia cierta ni sus obras ni sus actividades. Se cree que en esa época podría haber estado relacionado con un grupo de estudiantes italianos y que habría viajado a Italia para conocer en detalle las técnicas de Caravaggio. Posiblemente hubiese pintado algún lienzo en esa época pero, como la mayor parte de su obra pictórica, se habría perdido.

Imitar a Vermeer no es una tarea sencilla. Sus obras tienen unas características técnicas y espaciales realmente únicas, sobre todo en lo tocante al uso de la luz. En realidad, los expertos aseguran que los grandes maestros tienen una expresión que se puede imitar, pero nunca repetir, porque cada trazo sobre el lienzo es único. Como si se tratara de una marca de identidad, cada pintor posee la suya propia y ésta no puede ser igualada por ningún otro.

Van Meegeren consiguió lo imposible, y no se dejó ni un solo cabo suelto a la hora de llevar a término su estafa. La técnica que empleó para imitar a Vermeer fue digna de encomio. Se hizo con cuadros de poco valor, pero telas del siglo XVII. A continuación, imitó perfectamente el método de trabajo de Vermeer. Compró pinceles de pelo de tejón y fabricó el tono azul a partir de lapislázuli que hizo traer desde Inglaterra, para obtener el mismo cromatismo. Utilizó viejos manuscritos para extraer el aceite que luego emplearía para mezclar los colores. Experimentó con formaldehído, un gas incoloro resultante de la oxidación del alcohol metílico, para secar la pintura. Finalmente, horneó el cuadro durante dos horas a 105 grados para que consiguiera imitar a la perfección las grietas y estrías que se apreciaban en las obras de Vermeer. Siete meses fueron necesarios para terminar su Cristo en Emaús, su primera falsificación.



Cristo en Emaús


Ahora solo faltaba poner el timo en marcha. Para ello, Meegeren se inventó la historia de que un amigo suyo había encontrado el cuadro en Italia y que él se lo había comprado. Llevó el lienzo a Abraham Bredius, uno de los mayores expertos en esos años en Vermeer, que tenía las ventajas de ser muy anciano, tener la vista cansada y unas ganas tremendas de encontrar un Vermeer desaparecido. Tras un breve examen, certificó que era auténtico y escribió unas líneas apasionadas sobre el descubrimiento. En poco tiempo, Europa entera se hizo eco del hallazgo. En 1937, el Museo Boymans de Rotterdam pagó medio millón de florines por el cuadro, que fue exhibido al año siguiente con motivo del jubileo de la reina Guillermina.

La cosa no quedó ahí, pues Meegeren siguió su andadura y se llevó la palma por “descubrir” otros cuatro lienzos desaparecidos de Vermeer, que colocó a precios altísimos. Tales trapacerías repercutieron muy positivamente en Han van Meegeren, que consiguió amasar una fortuna que le permitió comprar una villa en Niza y disfrutar de la gran vida durante un tiempo. Lo que ocurrió es que ese tiempo de disfrute duró muy poco, concretamente hasta el año 1939, cuando los nazis subieron al poder y convirtieron Europa en un cruento campo de batalla. Con la amenaza de la guerra, Meegeren regresó a Holanda y allí pintó un cuadro que tituló La mujer adúltera, que le endosó a Walter Andreas Hofer, un oficial de la Gestapo que trabajaba para Hermann Goering en la consecución de piezas artísticas relevantes, y que pagó por él una importante suma de dinero en una cita convenida en Ámsterdam. El cuadro pasó a engrosar la colección de bienes expoliados por los nazis.

En todos los conflictos armados, el saqueo es algo que va unido a la labor de conquista: Los vencidos mueren, y los vencedores se quedan con sus pertenencias. Durante la II Guerra Mundial no hubo excepciones a este respecto. El Ejército Rojo, durante su avance por el este, se apropió de todo lo que encontró a su paso. Cada vez que tomaban una ciudad, se llevaban todo el patrimonio artístico nacional. Hitler y Goering eran especialmente sensibles a la pintura y crearon una unidad especial para hacerse con las piezas más significativas. El recuento habla de 203 colecciones privadas saqueadas, además de los museos. Cientos de miles de obras de arte abandonaron sus emplazamientos de origen en dirección a Alemania, a la avaricia del régimen nazi.

En 1945, con el conflicto tocando a su fin, las tropas estadounidenses encontraron una antigua mina de sal en Alt Ausee, cerca de Salzburgo, donde hallaron una parte considerable de lo que los nazis habían esquilmado por toda Europa. Entre el botín había un cuadro desconocido de Vermeer titulado La mujer adúltera, perteneciente a la colección privada de Goering. Al principio el hecho no trascendió demasiado, puesto que la apropiación indebida de bienes artísticos por los nazis era bien conocida por los aliados. Lo que verdaderamente llamó la atención fue que aquel cuadro no había sido robado, sino que el número dos de Hitler había pagado por él. Tras unas breves pesquisas, no fue muy difícil dar con el nombre de Han van Meegeren.



La mujer adúltera


La policía ejecutó la detención de Meegeren en su propia casa. Fue acusado de facilitar el patrimonio nacional al invasor, un delito gravísimo en la Holanda de la posguerra. Meegeren fue acusado también de connivencia con los nazis, de comerciar con ellos y de traición a la patria. Ante los jueces, y de acuerdo con su abogado, Meegeren planteó una defensa espectacular: Declaró que no había vendido un Vermeer, sino que había falsificado seis y engañado a los alemanes. Obviamente, tal confesión causó un estupor indescriptible. Los eruditos del mundo artístico, que habían gozado y celebrado la aparición de seis lienzos desconocidos del mismísimo Vermeer, fueron los primeros en poner en duda la palabra de Meegeren. Una vez más, la actitud del tahúr les dejó sin palabras, pues Meegeren pidió pintar un nuevo Vermeer para demostrar su inocencia.

La autoridad judicial le dio permiso para hacerlo, de modo que, bajo una estricta vigilancia y con gran expectación por parte del público, Meegeren fue instalado en un gran estudio, se le facilitaron todos los materiales que pidió y en dos meses culminó el séptimo Vermeer, Cristo enseñando en el Templo. Fue examinado por un jurado internacional, que tuvo que reconocer el extraordinario talento para la imitación que tenía el acusado. Ante tal evidencia, Meegeren fue absuelto de los crímenes que se le habían imputado. Fue condenado a un año de prisión por falsificación de obras de arte, convertido ya en una celebridad entre sus compatriotas, aunque el proceso deterioró tanto su salud que murió muy pronto, en 1947.

martes, 9 de septiembre de 2014

Las tres cabezas del dragón. El origen de Jon Nieve


¡Hola a todos!

Pocas cosas provocan tanta adicción como Canción de Hielo y Fuego, la exitosa saga de fantasía épica que ha cautivado a más de medio mundo. Pocas veces me he sumergido en largas tertulias frikis con un único tema de conversación, pero con esta saga lo he hecho innumerables veces y siempre me quedo con ganas de más. Podría estar hablando de los misterios y enigmas de Canción durante horas, y siempre querría saber más. Y ese sentimiento se hace más fuerte cuando se toca mi tema favorito de la saga: la historia de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, y la posibilidad de que Jon Nieve sea su hijo.

Pero primero hagamos un balance de la situación. Y, antes de seguir, advierto a los lectores incautos de que aquí van a llover SPOILERS por todas partes. Voy a hacer referencia a hechos ocurridos en los cinco libros que hay publicados hasta la fecha, así que no sigáis leyendo a partir de aquí si no queréis que os destripe multitud de detalles importantes. Recordad que, si no tenéis cuidado, los SPOILERS serán como cuchillos en la oscuridad. He dicho.

Y ahora, pasemos a lo importante.

Cuando creíamos que ya lo teníamos todo claro (en la medida de lo posible) sobre el origen de Jon Nieve, resulta que la publicación de Danza de Dragones ha hecho que las tuercas den un giro más con la aparición de un personaje al que todos dábamos por muerto. Nada más y nada menos que el príncipe Aegon, el hijo menor de Rhaegar Targaryen, único y legítimo heredero del Trono de Hierro.

Hace tiempo dediqué una serie de entradas a comentar las profecías que salen en CDHYF, con la esperanza de abrir un debate que ayudara a los fans a esclarecer algunos puntos respecto a la misteriosa Canción de Hielo y Fuego y al príncipe prometido. Una de las partes que más me ha costado entender es la de las tres cabezas del dragón. Los fans están de acuerdo en el punto de que Daenerys es una de esas cabezas del dragón, por motivos más que obvios: ella es la madre de los tres únicos dragones vivos que existen en el mundo. Otros fans apoyan la teoría (y yo me incluyo entre ellos) de que Jon Nieve tendría que ser otra cabeza de dragón, por la razón de que se le supone hijo de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, cosa que es prácticamente segura.

Sin embargo, queda por resolver la identidad de la tercera cabeza. En Danza de Dragones, George R. R. Martin ha sorprendido a más de uno con la aparición de Grif el Joven, alias bajo el que se oculta Aegon Targaryen, el hijo del príncipe Rhaegar y su esposa Elia Martell. La historia nos dice que, durante el saqueo de Desembarco del Rey, las tropas de Tywin Lannister llevaron a cabo una campaña de erradicación absoluta de la dinastía Targaryen. Gregor Clegane, guerrero al servicio de los Lannister, asesinó brutalmente a Elia Martell y a sus pequeños hijitos, siendo la muerte del bebé una de las más crueles, pues se dice que le estrelló la cabeza contra una pared. El final de la historia no podría ser más macabro, pues Tywin Lannister ofreció a Robert Baratheon el Usurpador los cadáveres de ambos niños envueltos en una capa de color escarlata.

Pero ahora todo ha cambiado, pues resulta que el príncipe Aegon no ha muerto sino que está más vivo que nunca. Forzado a vivir en el anonimato absoluto, se hace pasar por hijo de un tal Grif, otro seudónimo que tapa la identidad de Jon Connington, que en su día fue caballero del príncipe Rhaegar y uno de sus mejores amigos. Connington, líder de la Compañía Dorada, se encarga de educar a Aegon en todas las disciplinas que debe conocer un príncipe de su posición: entrenamiento con las armas, idiomas, historia, leyes, poesía e incluso los misterios de la Fe. En resumen, que Aegon es el candidato más preparado para ocupar el Trono de Hierro.



Aegon Targaryen ¿La tercera cabeza del dragón?


No obstante, la aparición de Aegon ha generado un montón de dudas entre los seguidores de la novela río, y no es para menos. ¿Cómo ha conseguido un bebé de pecho escapar de las garras de los Lannister, en sus mismas narices? La verdad es que parece algo completamente inverosímil, pero al parecer así ha sido. Aunque esto se presta a muchas elucubraciones para las que hay multitud de teorías y pocas cosas en claro.

En primer lugar, si el príncipe Aegon está vivo… ¿de quién era el bebé que fue asesinado? Es obvio que alguien tuvo que dar el cambiazo y sustituir al pequeño por otro niño de características muy parecidas. El propio Aegon le dice a Tyrion que el bebé asesinado en su lugar había sido comprado a una familia de baja estofa, pero se supone que tendría que reunir una serie de características físicas muy concretas. En algunos fanarts se puede ver que los hijos de Rhaegar tenían los rasgos físicos de sus padres: la princesa Rhaenys sería de piel morena y pelo negro, como su madre Martell, y el príncipe Aegon compartiría el pelo plateado y los ojos violetas de los Targaryen. Así pues, suponiendo que el príncipe Rhaegar temiera por la vida de sus hijos (sobre todo por la de su heredero), habría buscado un bebé que se le pareciera para hacerlo pasar por su hijo en caso de que su vida corriese peligro.

Aquí es donde entra en escena Ashara Dayne, la hermana del famoso caballero Arthur Dayne, la Espada del Amanecer. En CDHYF, es común que los miembros de las diversas Casas compartan una serie de rasgos físicos que les delatan en cualquier parte: el pelo rubio y los ojos verdes de los Lannister, el cabello pelirrojo de los Tully, el pelo negro y los ojos azules de los Baratheon… En el caso de la familia Dayne, los rasgos físicos más llamativos son su cabello rubio claro y sus ojos violetas… muy semejantes a los Targaryen.

La historia de Ashara Dayne está llena de misterio, y es muy poco lo que sabemos de ella. La primera mención de lady Ashara es en Juego de Tronos, en uno de los capítulos de Catelyn. Ashara es rememorada por la señora de Invernalia como la mujer que pudo haber tenido un romance con su marido años atrás, un poco antes de haberse casado con él; romance del que incluso podría haber nacido un hijo bastardo, Jon Nieve. Al preguntar a lord Eddard qué había de verdad en esos rumores, el señor de Invernalia se mostró inusualmente furioso y le ordenó rotundamente que no volviera a preguntarle por los orígenes de Jon. Además, el nombre de Ashara Dayne no volvió a ser pronunciado por nadie en Invernalia, aumentando todavía más la intriga.

Bien, vamos a ver qué podemos sacar en claro. Parece evidente que entre Eddard Stark y Ashara Dayne hubo un contacto bastante íntimo. Se supone que se conocieron en el famoso torneo de Harrenhal, en el que Rhaegar Targaryen coronó a Lyanna Stark reina del amor y la belleza. De hecho, los hermanos Reed se hacen eco de aquel torneo al contarle a Bran la historia del Caballero del Árbol Sonriente: el pequeño lacustre estaba allí con los cuatro lobos: el lobo salvaje, el lobo silencioso, la loba y el cachorro. Sin duda, estos son los cuatro hijos de lord Rickard Stark: Brandon, Eddard, Lyanna y Benjen. En la historia, se identifica a Eddard como el lobo silencioso por su carácter taciturno. Incluso se llega a decir que dicho lobo silencioso compartió un baile con una doncella de ojos violetas y sonrientes, que sería lady Ashara. ¿Es arriesgar mucho pensar que Eddard Stark podría haber estado enamorado de Ashara Dayne? Poco tiempo después, durante el asalto a la Torre de la Alegría, Eddard mata a Arthur Dayne y él mismo lleva su espada y la noticia de su muerte a su hermana. Al poco tiempo, Ashara Dayne se suicida arrojándose por un barranco, aunque sus motivos para hacerlo no están claros.



 Ashara Dayne


Entre las hipótesis que más se barajan para explicar el suicidio de Ashara está la de la pérdida de la persona a la que amaba. Podría ser que Ashara correspondiera los sentimientos de Eddard y también estuviese enamorada de él. La muerte de Brandon habría dado al traste con sus pretensiones de unirse a su amado, pues las leyes norteñas obligaron a Eddard a casarse con Catelyn Tully, rechazando así a la mujer que realmente amaba y con la que habría tenido un hijo bastardo llamado Jon Nieve. De hecho, es en Campoestrella donde Jon Nieve tiene a su primera ama de cría, una mujer llamada Wylla que le dio el pecho hasta que su padre se lo llevó a Invernalia. Wylla también amamantó al joven Edric Dayne, escudero de Beric Dondarrion en la Hermandad Sin Estandartes. Además, es el propio Edric quien le cuenta a Arya que fue el hermano de leche de Jon Nieve, aunque afirma que Wylla era su madre. La cosa es que Ashara, al ver el rechazo de su amante, no lo habría podido soportar y se habría arrojado por el acantilado.

También existe la versión de Barristan Selmy, caballero ahora al servicio de Daenerys que en sus años más jóvenes estuvo enamorado de la hermosa Ashara Dayne. En uno de sus capítulos, Selmy da a entender que Ashara se habría suicidado tras dar a luz una niña muerta. Según ser Barristan, un Stark había deshonrado a Lady Ashara en el Torneo de Harrenhal, posiblemente Brandon Stark, debido a su carácter más fiero e intempestivo. Tanto la muerte de la niña como la deshonra sufrida habrían conducido a Ashara al suicidio.

Otro motivo para explicar la muerte de Ashara Dayne es mucho más grave. No tenemos constancia alguna de que Jon Nieve fuese hijo de Ashara. Ni siquiera sabemos los rasgos físicos de su hijo (aunque no está claro si lo tuvo o no), así que podrían ser parecidos a los suyos propios. Es decir, que el niño habría sido rubio y de ojos color violeta. La hipótesis que se propone es que se hubiera obligado a lady Ashara a cambiar su bebé por el príncipe Aegon (también un bebé de pecho y de rasgos parecidos), para proteger al heredero de Rhaegar en caso de peligro. Eddard Stark habría ido al castillo de los Dayne para informarla de la muerte de su hermano y para contarle lo ocurrido en Desembarco del Rey. Ashara, sabiendo que ese niño asesinado no era Aegon sino su propio hijo, se habría suicidado, presa del dolor.

También tenemos una teoría pareja a esta última, según la cual habría dos bebés muy parecidos entre sí: el príncipe Aegon y Edric Dayne, que no sería sobrino de Ashara, sino un hijo bastardo que habría tenido con Eddard Stark. La razón que se da para pensar que podría ser el bastardo de lord Eddard es que en muchos momentos la gente llama Ned a Edric, lo que nos podría dar una pista. Lo que pasa es que el Edric Dayne que nosotros conocemos no sería el auténtico Edric, sino el príncipe Aegon. Se supone que el príncipe Rhaegar habría ordenado que se intercambiaran los bebés para proteger la vida de su hijo. Luego sucede el saqueo de Desembarco del Rey, y ya sabemos lo que ocurrió al final. Ashara perdería así no solo a su único hijo, sino también al hijo del hombre al que amaba, motivos suficientes para matarse.

Sin embargo, quedan aún ciertos cabos por atar. Uno de ellos me remite al ya mencionado Edric Dayne. ¿Quién es en realidad este chico de cabello rubio platino y ojos violáceos? ¿Es un Dayne o podría tratarse ni más ni menos que del auténtico Aegon Targaryen? Una cosa que siempre me ha llamado la atención es que se le relaciona con Wylla, a quien considera la madre de Jon Nieve. Eso es lo que le cuenta a Arya Stark en cuanto tiene oportunidad. ¿Soy la única que encuentra extraño el detalle de que se lo diga sin venir a cuento? Además, ¿cómo sabe que Wylla es la madre de ese Jon Nieve? El nombre de Jon es muy común, y los bastardos del norte se apellidan todos igual. Anda que no habrá otros Jon Nieve por toda Invernalia, pero resulta que es precisamente nuestro bastardo favorito. No sé, pero a mí me parece muy raro.



Edric Dayne


Así pues, una de las teorías que resolvería en parte la profecía de las tres cabezas del dragón sería la de proponer a Edric Dayne como el príncipe Aegon, por tratarse del único hijo vivo de Rhaegar Targaryen.

También existe la teoría, aunque pocos la comparten, de que Jon Nieve sería realmente hijo de Eddard Stark, aunque él nunca lo supo. ¿Puede esto ser posible? La explicación es la siguiente: A pesar del gran sentido del honor del que Eddard Stark hacía gala en todo momento, todo lleva a pensar que hubo una mujer por la que fue capaz de dejarlo de lado. Robert Baratheon saca el tema a colación y le pregunta a su amigo por la identidad de aquella mujer, a quien considera la madre de Jon Nieve. Eddard solamente dice su nombre: Wylla.

¿Quién es esta Wylla? Según Edric Dayne, es una criada que trabajó durante muchos años en Campoestrella, señorío de su familia. Fue el ama de cría de Edric, quien tendría más o menos la edad de Jon, por lo que ambos serían hermanos de leche. Pero, ¿qué hacía Jon en Campoestrella y cómo llegó después a Invernalia? Los que se inclinan por esta teoría opinan que Eddard debió mantener una relación con Wylla y que de dicha relación habría nacido un niño más o menos por la misma época en que Lyanna dio a luz al suyo. Durante el paso de Eddard por Campoestrella para hablar con lady Ashara, Wylla habría cambiado al hijo de Lyanna por el suyo propio, que era el bastardo de lord Stark. De esta manera, Jon Nieve estaría siempre con su padre, mientras que Aegon se quedaría con lady Ashara en secreto.



El día de la madre tiene que ser todo un suplicio para Jon Nieve


Sin embargo, esta teoría tiene sus puntos flacos. En primer lugar, basándonos en lo más obvio, si el hijo de Lyanna tenía rasgos Targaryen… ¿creéis que Eddard no se habría dado cuenta del cambio? O sea, va a Campoestrella con un bebé rubio y se va a Invernalia con un bebé moreno. No sé, yo creo que es un poco raro. En segundo lugar, si suponemos que Eddard sospecha que tiene un hijo bastardo en alguna parte… ¿creéis que no lo habría buscado? En caso de encontrarlo, ¿creéis que lo habría dejado desamparado? Aunque no pudiera tenerlo a su lado, seguramente se aseguraría de que no le faltara de nada. Además, pensaría a menudo en él y se haría preguntas sobre su hijo. Pero lo único que le tortura es la promesa que su hermana le obligó a cumplir, y siempre que recuerda eso piensa en Jon Nieve. Es decir, que en su mente hay más espacio para el hijo de su hermana que para su propio bastardo, y eso en el caso de que realmente lo tuviera.

Pero la cosa no acaba aquí, amigos. George R. R. Martin tiene un talento extraordinario para crear intriga y le gusta mucho jugar al más difícil todavía. Hace poco, en una rueda de prensa, aseguró que uno de los personajes más conocidos de la saga tiene un pasado muy similar al de Luke Skywalker. Por alguna razón, todas las miradas se han centrado en Jon Nieve. Las ruedas vuelven a girar una vez más.

A partir de aquí, voy a empezar a hacer paralelismos entre las dos historias para que nadie se pierda. Comenzamos por la saga Star Wars: Anakin Skywalker, aprendiz de Caballero Jedi, se enamora de la antigua reina de Naboo, Padmé Amidala, y es correspondido por ella. Ambos saben que es un amor prohibido, ya que los Caballeros Jedi no pueden atarse sentimentalmente a nadie ni engendrar descendencia. A pesar de todo, los dos siguen adelante y se casan en secreto. Padmé se queda embarazada, pero el dolor que le provoca el paso de Anakin al Lado Oscuro sumado a las complicaciones del parto, hace que muera al dar a luz a los mellizos Luke y Leia. Con la implantación del Imperio Galáctico y el liderazgo de los Sith, los niños corren peligro y deben ser separados. Leia será adoptada por el senador Bail Organa de Alderaan, mientras que Luke vivirá con sus tíos en Tatooine. Ninguno de los dos conocerá su verdadera identidad hasta que sean adultos.

Y ahora vamos con la versión de CDHYF: Rhaegar Targaryen, heredero de los Siete Reinos, se enamora de la joven y bella Lyanna Stark. Aunque está casado con Elia Martell y tiene dos hijos pequeños, Rhaegar se muestra cada vez más interesado por Lyanna, a la que llega a coronar reina del amor y la belleza en el torneo de Harrenhal, delante de su propia esposa. Poco tiempo después, Rhaegar y Lyanna desaparecen y corre el rumor, alentado por Robert Baratheon, de que Lyanna ha sido secuestrada por el príncipe para violarla. Robert se alza en armas contra los Targaryen y mata al príncipe Rhaegar en el Tridente. Eddard Stark, por su parte, acude a la Torre de la Alegría a buscar a su hermana y, tras acabar con todos los guardianes que le impiden llegar hasta ella, descubre a Lyanna moribunda en un lecho de sangre, posiblemente sangre del parto. El caso es que Lyanna obliga a Eddard a que le haga una promesa que nunca llegamos a saber, pero que se puede intuir sin ningún problema: que proteja a su recién nacido hijo de Robert Baratheon. Finalmente, Eddard promete cuidar de su hijo, al que hace pasar por su bastardo Jon Nieve.

Es evidente el paralelismo que hay entre las dos versiones. Tanto en una como en otra se habla de una relación prohibida por algún motivo de peso. De ambas relaciones nacen hijos cuya identidad se guarda en secreto para protegerlos de fuerzas superiores a ellos. Sin embargo, hay una diferencia, y es que en CDHYF Jon Nieve no tiene un hermano mellizo. ¿O sí? Esta es la nueva hipótesis que ha empezado a circular por foros y debates, en vista de las declaraciones de Martin.

Si hacemos caso del autor y admitimos que la historia de Jon Nieve guarda similitudes con la de Luke Skywalker, es obvio que no vino al mundo solo sino que tendría un hermano mellizo. Eso explicaría las complicaciones del parto de Lyanna, una adolescente de dieciséis años que da a luz a dos bebés en su primer alumbramiento, algo que perfectamente podría haberla llevado a la tumba. Se cree también que cada uno de estos mellizos tendría los rasgos físicos de uno de sus progenitores; en otras palabras, que uno de ellos se parecería a los Stark y el otro a los Targaryen. La cuestión que se le habría planteado a Eddard en su momento sería harto complicada: ¿Cómo podía ocultar a dos bebés de la vista del vengativo Usurpador? En el caso de Jon no sería difícil pues, al compartir los rasgos de los Stark, podría hacerlo pasar por su hijo bastardo y esconderlo en Invernalia, lo más lejos posible de Desembarco del Rey.

Pero ocultar a su hermano mellizo era más complicado. Al poseer los típicos rasgos de los Targaryen, Robert Baratheon no tardaría en dar con él y matarlo. Por eso algunos opinan que el motivo de la visita de Eddard Stark a Ashara Dayne fue precisamente ese: entregarle al bebé, llamado Aegon (nada que ver con el príncipe asesinado), para que lo criara. Sin embargo, Ashara sabía que mientras Robert fuese rey de los Siete Reinos nunca podría mantener al pequeño a salvo, así que fingió su propia muerte y, con ayuda de Illyrio Mopatis, viajó con el niño a Essos, a las Ciudades Libres, donde se hizo pasar por septa bajo el nombre de Lemore. Los contactos con la Compañía Dorada la habrían ayudado a seguir protegiendo al príncipe siendo su septa personal.



Madre mía, la que han liado estos dos...


 Esta es la hipótesis que empieza a cobrar fuerza en los círculos de fans de la saga, y que no deja de resultar atractiva. Esta teoría implica que los hijos legítimos de Rhaegar habrían muerto, pero sus hijos bastardos seguirían vivos y tendrían opciones de acceder al Trono de Hierro (y, de paso, empezar una guerra fratricida por ver quién se queda con el trono). Además, los dos tienen más o menos la misma edad y han sido escondidos con celo de las miradas del resto del mundo. Algunos fans argumentan que no pueden ser hermanos porque no se parecen físicamente en nada; de hecho, el propio Tyrion no nota que haya parecido alguno entre Aegon y Jon. Pero esto se explica si tenemos en cuenta que son mellizos, no gemelos idénticos. Los hermanos mellizos comparten el útero materno, pero son entes completamente distintos. Pueden parecerse o no, e incluso podrían haber nacido con sexos diferentes. Por lo tanto, bien podría ser que uno se pareciese más a su madre y el otro a su padre.

Por otra parte, Tyrion afirma que Aegon es el hijo legítimo de Rhaegar Targaryen, el bebé asesinado en Desembarco, y Jon Connington no lo desmiente. Más adelante, Varys le dice lo mismo a Kevan Lannister antes de acabar con él. Pero, ¿y si es una mentira más? ¿Y si el príncipe bebé está muerto de verdad, y este Aegon es el fruto del idilio amoroso de Rhaegar y Lyanna? Jon Connington no tiene por qué saberlo; es más, puede que incluso lo hayan engañado para que protegiera al niño sin hacer preguntas (quizá no protegería del mismo modo a un hijo legítimo que a un bastardo). Además, al ser bebés muy pequeños, Connington no notaría que era más joven que el otro Aegon y podría pasar perfectamente por él.

Así que ahí tenemos las tres cabezas del dragón: Daenerys Targaryen, Aegon Targaryen (el bastardo) y Jon Nieve.

Bueno, hasta aquí por el momento. Creo que os he dado teorías suficientes para que penséis detenidamente en ello durante semanas. ¿Qué pensáis de todo esto? ¿Os parece factible o descabellado? ¿Tenéis aportes nuevos que ofrecer? ¿Otros puntos de vista? Abajo tenéis la caja de comentarios, así que os animo a participar.


Valar Morghulis, chavales.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Hoy cocinamos: Troncomóviles


¡Hola a todos!

Pues vamos a empezar el mes con buen sabor de boca. ¿Y qué mejor manera de tener buen sabor de boca que con una receta de cocina? Hoy os voy a enseñar cómo se preparan los troncomóviles, unos bollitos de masa de pizza con una salchicha en su interior que están para chuparse los dedos. Desde aquí doy las gracias a mi amiga Anaïs, que fue la que me enseñó esta receta. Cuando estudiábamos la carrera, a veces sacábamos tiempo para comer todas las amigas del grupo de clase, y ella demostró ser una cocinera de primera, porque nos conquistó a todas con sus troncomóviles. Por eso, como homenaje y a manera de recuerdo, quiero compartir con vosotros su receta, deseando que os animéis a hacerlos.

¡Espero que os gusten!






Ingredientes para la masa:

-1/2 kilo de harina

-250 ml. de agua

-25 gramos de levadura fresca

-Una cucharadita de sal

-Una bolsa de queso mozzarella rallado

-Salchichas Frankfurt (entre 12 y 15 aproximadamente)

-Ketchup (opcional)


Utensilios:

-Un bol grande

-Una taza un poco más pequeña

-Rodillo grande

-Papel de horno


Indicaciones:

-La levadura tiene que ser auténtica levadura. No vale utilizar la Royal de toda la vida.

-Una vez hecha la masa, debe reposar media hora para que la levadura haga efecto.

-El tiempo en el horno es relativo, aunque no suele pasar de 15 minutos.


Paso a paso:


1. Ponemos medio kilo de harina en un bol grande.


2. Entibiamos 250 ml. más o menos de agua en el microondas.


3. Apartamos algo de agua a una taza más pequeña y le echamos un paquetito de levadura fresca y una cucharadita de sal. Probad un poco para aseguraros de que está salado a vuestro gusto.


4. Echamos el contenido de la taza en el bol de harina y removemos. Si es necesario añadir más agua, se le echa.


5. Vamos añadiendo harina hasta que ya no admita más, amasando dentro del bol.


6. Formamos una bola de masa, la embadurnamos de harina por arriba y por abajo, y la dejamos reposar media hora en el bol tapada con un paño.


7. Asamos las salchichas en una sartén.


8. Precalentamos el horno a 180º.


9. Para cada tronkomóvil se necesita una bolita de masa del tamaño de una pelota de golf. La estiramos con el rodillo hasta darle unos 15 cm. de largo. El ancho será un poco menor que el de las salchichas.


10. Una vez estirada la masa, echamos queso mozzarella a lo largo, pero no demasiado porque se nos puede salir por los lados al fundirse. Ponemos una salchicha y enrollamos.


11. Ponemos los tronkomóviles en una bandeja de horno con papel de horno o papel de aluminio embadurnado de margarina y harina.


12. Horneamos quince minutos aproximadamente, hasta que estén listos.


13. Cuando los comáis, podéis añadirles un chorrito de ketchup. ¡Están riquísimos!


¡Bueno, pues hasta aquí por hoy! Espero que os haya gustado la receta y de verdad que os animo a que probéis a hacerla. Son muy, muy fáciles de hacer, y gustan a todo el mundo. ¡Hasta a los niños les encantan!


lunes, 1 de septiembre de 2014

La Kimmidoll del mes: Satoko, "Sinceridad"


¡Hola a todos!

Bueno, pues ya estamos en septiembre. Pronto empezará el curso escolar y yo ya tengo mis propios proyectos: empezar un nuevo máster, seguir estudiando inglés y alemán, y continuar buscando trabajo por donde pueda. Por cuestiones de horario, no sé con qué frecuencia podré renovar el blog, pero no os preocupéis porque pienso seguir por aquí, haciendo lo que mejor sé: escribir. Aunque este año pinta un poco difícil, no pienso rendirme y seguiré adelante. Así que... ¡deseadme suerte! ^^*

Mientras tanto, inauguramos el curso con una de mis Kimmidolls. ¡Espero que os guste!


Satoko, "Sinceridad"




"Mi esencia trae autenticidad e integridad. Siendo auténtico con tus sentimientos y honesto en el trato, aseguras que todas tus opiniones y acciones reflejan realmente quién eres y lo que representas. Que siempre vivas una vida auténtica y honres la integridad de mi espíritu.

Es la esencia de la fidelidad y la honestidad hacia los demás. Te comprometes con las personas y ofreces en todo momento tu espíritu abierto, mostrándote tal como eres. Te consideras una persona auténtica y honorable".

¡Hasta pronto!