viernes, 23 de mayo de 2014

La Dama del Armiño





Hoy voy a hablaros un poco del que, para mí, es uno de los cuadros más bellos y memorables que he tenido el gusto de estudiar, aunque fuese de manera un poco superficial. Se trata de un célebre cuadro de Leonardo da Vinci llamado Retrato de Cecilia Gallerani, aunque es mejor conocido por el título de La Dama del Armiño. La inscripción sobre la esquina superior izquierda de la pintura, que dice LA BELE FERIONIERE. LEONARD D’AWINCI, probablemente fuese un añadido de un restaurador cuando el cuadro llegó a Polonia, ya que el cuadro conocido como La Belle Ferronière, aunque guarda semejanzas con este lienzo, representa a otra dama distinta. Fue pintado entre los años 1489 y 1490, y actualmente se conserva en el Muzeum Czartoryski de Cracovia.

Es indudable que Leonardo da Vinci hizo valiosísimas aportaciones al mundo del arte, que enriqueció gracias a su impresionante percepción del cuerpo humano. Sin embargo, aunque para la gran mayoría La Giocconda sea su obra cumbre, para mí sus otras obras no carecen de mérito ni las considero inferiores. De hecho, La Dama del Armiño me parece una pintura mucho más bella que La Giocconda.

Leonardo pintó este hermoso retrato durante su estancia en Milán al servicio de Ludovico Sforza el Moro, duque de Milán. Durante varios años, Leonardo sirvió al duque no solo como pintor, sino como escultor, arquitecto, inventor e ingeniero. Como pintor, no obstante, mostró su impresionante talento para la escenificación en este Retrato de Cecilia Gallerani. Merece la pena detenerse un momento en la figura de esta mujer de rostro lozano y tierna sonrisa.

Nacida como Cecilia Bergamini en 1473, se desposó formalmente con Giovanni Stefano Visconti en 1483, cuando solo tenía diez años de edad, pero en 1487 se produjo la anulación de este enlace. Muy poco después, hacia 1489, Cecilia se convirtió en la amante de Ludovico Sforza, unido a su vez en matrimonio con Beatrice d’Este (1475-1497). Al parecer, la íntima relación de Ludovico con Cecilia postergó la consumación oficial de su matrimonio con Beatrice d’Este. Se dice que Ludovico no esperaba en absoluto con ilusión la llegada de su legítima esposa, ya que su querida Cecilia era hermosa como una flor y estaba además embarazada. No obstante, para evitar roces con la futura esposa, Cecilia fue apartada de palacio en 1491 y llevada a otro lugar, en el que dio a luz a su hijo Cesare. Está demostrado que el retrato, terminado tiempo atrás, quedó en su posesión, y posiblemente sirvió de recuerdo de la felicidad extraconyugal de Cecilia y Ludovico.

El retrato presenta la imagen de Cecilia ante un fondo negro. Al contrario que los típicos retratos de novias en los que eran mostradas de perfil, Leonardo optó por dar un poco de movimiento al retrato pintando el torso de Cecilia apuntando hacia la izquierda y la cabeza hacia la derecha. Esta idea de un estilo cinético no se observa solo en Cecilia, sino también en la postura del armiño, que con un gesto equivalente parece hacer suyo el movimiento de la dama. La mano de Cecilia, elegante aunque demasiado grande, acaricia con ternura el cuello del animal.

Un análisis contemporáneo ha permitido a los expertos descubrir que este lienzo habría sufrido modificaciones que fueron ocultadas en su momento. Originalmente habría una puerta al fondo y un velo cubriendo la cabeza de la muchacha, convertido hoy en día en un peinado un tanto extravagante. Los rayos X han revelado que anteriormente había una ventana pintada a la derecha de la dama; de ahí la luz y el efecto de los reflejos que vemos.

En cuanto al animal, aunque se le tiene por un armiño en realidad su aspecto recuerda más al de un hurón. El motivo por el que se habría utilizado dicho animal en este cuadro es que el armiño es un animal salvaje, muy difícil de amaestrar, por lo que sería complicado utilizarlo para un cuadro cuyo proceso de elaboración fue lento y pausado. Por otra parte el hurón, animal sencillo de encontrar en la campiña lombarda, sería muy fácil de domesticar y se adaptaría perfectamente a las necesidades del pintor.

El armiño, además, supone por una parte un juego de palabras con el apellido de Cecilia, ya que Gallerani recuerda fonéticamente a galée, nombre griego del armiño. Por otra parte, el armiño simboliza la limpieza y la moderación, pues según la tradición popular, el armiño rehúye la suciedad y come solo una vez al día. En su alegoría, Leonardo ilustra la convicción tradicional de que un armiño se dejaría matar antes que ensuciar su piel en una huida por aguas turbias. Por otra parte, el armiño era uno de los emblemas que Ludovico Sforza empleaba desde 1480. Así pues, podría interpretarse que Cecilia “toma en brazos” a Ludovico, que aparece en forma de su animal emblemático, y lo acaricia cariñosamente.

El retrato ha tenido un largo recorrido a lo largo del tiempo. Tras la muerte de Cecilia en 1536, permaneció en Milán. Hacia el 1800 fue comprado por el príncipe polaco Adam Jerzy Czartoryski, quien se lo obsequió a su madre para decorar su galería de pintura. En 1842, la familia Czartoryski tuvo que exiliarse en París y todavía conservaba el cuadro, que permaneció en dicha ciudad unos treinta años. Tras la guerra franco-prusiana, el cuadro regresó a Cracovia. Durante la II Guerra Mundial fue escondido en Sieniawa junto con otros tesoros de la familia polaca. Fue expuesto brevemente en Berlín y finalmente, cuando la guerra llegó a su fin, fue devuelto a Cracovia.

domingo, 18 de mayo de 2014

Vagando por la Historia: La crisis de los tulipanes


Hacer una disertación sobre la crisis de los tulipanes supone hablar de la primera burbuja financiera de la Historia. En la Holanda del siglo XVII, la crisis de los tulipanes llevó a la bancarrota a muchos inversores, que llegaron a pagar auténticas fortunas por un bulbo de tulipán. Fue el mayor exceso especulativo del que se tiene constancia, y el que marcaría la pauta de todas las burbujas que vendrían después.

La semilla de la locura fue, paradójicamente, una flor. Ogier Ghislaine de Busbecq, embajador de Holanda en Turquía, fue el primero en caer rendido ante la belleza de las llamativas flores que rodeaban su residencia en Constantinopla. Los coloridos tulipanes que poblaban los jardines de la capital turca le gustaron tanto que los convirtió en regalo oficial. Cada vez que Ghislaine de Busbecq regresaba a su ciudad natal, obsequiaba a los personajes más ilustres de la sociedad holandesa con exuberantes ejemplares de tulipán. Esta novedad exótica no tardó en hacerse popular, y se convirtió en moda cuando una de las familias más ricas de la época, los Függer, decidió adornar con tulipanes sus mansiones en Augsburgo.

La belleza del tulipán engatusó no solo a las clases más pudientes de la sociedad, sino a los ciudadanos de la clase media. De pronto, todos querían ser dueños de tulipanes. La pasión por esta flor trascendió a su manifestación física, y no tardó en surgir un intenso mercado financiero basado principalmente en el comercio de bulbos de tulipán.

El comercio de tulipanes tuvo su mayor auge en Ámsterdam, ya que en 1620, la Bolsa de esta ciudad se había convertido en la más dinámica y concurrida de Europa en la época, a pesar de que apenas tenía diez años de existencia. En la Bolsa de Ámsterdam se podían negociar todo tipo de productos, desde acciones de las compañías que comerciaban con América hasta seguros marítimos, pasando por materias primas y por artículos más sofisticados como la seda italiana, especias e incluso esperma de ballena. Es fácil imaginar que, dentro de este contexto, la venta de tulipanes encajaba a la perfección.




No existe una explicación medianamente razonable acerca de la locura que generó el tulipán en la época. Los psicólogos consideran que en torno a esta flor se dan las claves que explicarían la base de la experiencia especulativa, precisamente porque se tenía este producto como algo fácil de conseguir, que no implicaba un gran coste económico y sí traía muchos beneficios. En un bulbo de tulipán se concentraban el azar, la sencillez y la accesibilidad. Cualquier pequeña anomalía (un virus, por ejemplo) podía convertir un simple tulipán en un raro, admirado y cotizado ejemplar. Además, su cultivo era muy sencillo, ya que no necesitaban grandes extensiones de tierra ni cuidados especiales. Y, como colofón, no existía un gremio que controlara las bases y requerimientos del oficio. Todo esto contribuyó a que su precio no fuese excesivamente alto. Las clases medias, a las que les resultaba imposible acceder a la especulación con acciones de la Compañía de las Indias Orientales, vieron en el tulipán su oportunidad de ingresar en el gran mercado especulativo.

Los rumores de que la compra-venta de tulipanes ofrecía un enriquecimiento seguro surcaron Europa en muy poco tiempo. Se hablaba de la revalorización de los bulbos no solo en Holanda, sino también en París o en la Bretaña francesa. La demanda empezó a crecer a un ritmo imparable, pues todo el mundo quería recibir su parte de los beneficios. Esta demanda disparó los precios, así como la posibilidad de ganar más dinero con los tulipanes.

Fue el comienzo de la llamada tulipomanía, y el primer damnificado por sus consecuencias fue el botánico holandés Carolus Clusius, pionero de la horticultura y creador del jardín botánico de Leiden. Este micólogo de gran prestigio fue la primera persona que pagó un precio disparatado por un bulbo de tulipán. Acababa de estallar la locura.



El carro de los locos de Flora

La euforia por los tulipanes fue, en realidad, una derivada más de la boyante situación económica de la Europa Central de la época. El optimismo estaba disparado, pues las condiciones se prestaban a ello: el comercio se hallaba en su máximo apogeo tras la desaparición de la amenaza militar española, la Compañía de las Indias Orientales generaba grandes ingresos con el comercio en las colonias y el precio de las acciones subía como la espuma en la Bolsa. Por supuesto, el coste de la vivienda también estaba por las nubes, pero la demanda no cesaba. Se exigían mansiones cada vez más grandes, así como también tulipanes con los que decorar sus inmensos jardines.

El comercio de bulbos pronto se quedó pequeño para la Bolsa de Ámsterdam, de modo que se organizó de manera diseminada en pequeñas bolsas informales que se improvisaban en tabernas. En ellas se compraban y vendían bulbos y derechos de compra de bulbos para el futuro, al tiempo que se comía y bebía desmedidamente. Este intenso comercio fue el causante de que se dispararan los precios. De repente, un bulbo muy sencillo pasó de costar 20 florines a 225, en una Holanda en la que la media salarial estaba entre los 200 y los 400 florines al año. Otras variedades dispararon su precio hasta los 1.200 florines. La fe ilusa de los holandeses en el precio ascendente de los tulipanes les llevó a otorgar un valor excesivo a un bulbo inútil, que llegó a valorarse en más de 100 toneladas de trigo. Pero el récord del tulipán más caro se lo llevó la variedad Semper Augustus, pues en 1624 un ejemplar de esta flor llegó a superar los 6.000 florines, que era lo mismo que costaba una casa en el centro de la ciudad.

La escalada de precios continuó entre 1636 y 1637. Al mismo tiempo, apareció un mercado de futuros denominado Windhandel (negocio del viento), que consistía en que los vendedores prometían entregar un bulbo de determinado tipo y peso a la primavera siguiente, y los compradores adquirían el derecho a la entrega. Durante el tiempo de espera, ese derecho cambiaba de manos innumerables veces, y cada vez que cambiaba su precio aumentaba. El trapicheo llegó a tal extremo que la mayoría de transacciones se hicieron por bulbos que nunca llegarían a entregarse porque no existían. Eran simples notas de crédito.

Solo los comerciantes más avezados se dieron cuenta del exceso y supieron detectarlo a tiempo. Mientras el pueblo llano se volcaba en la compra o apuestas por los bulbos, los comerciantes dejaron de pagar aquellas cifras exorbitadas y vendieron sus participaciones. La locura se quebró para todos los demás cuando llegó el momento de entregar los tulipanes. El día clave fue el 5 de febrero de 1637. Un rumor demoledor se extendió por el mercado de Haarlem: nadie estaba dispuesto a comprar bulbos de tulipán. Las órdenes de venta corrieron como la pólvora por toda Ámsterdam, los precios cayeron en picado y los propietarios se desesperaron por vender a toda costa. Cuando miles de familias acabaron en la ruina, el Gobierno decidió poner fin al asunto regulando el comercio de tulipanes.


domingo, 11 de mayo de 2014

Las mejores espadas de fantasía



"Entre la espada y la pared, me lanzo hacia la espada"

Elis Regina



¡Hola a todos!

Con esta interesante frase de Elis Regina abro este post dedicado a la espada, posiblemente el arma más antigua que haya existido, y que ha sobrevivido desde tiempos muy remotos hasta el día de hoy. No hay civilización humana que no haya creado un tipo de espada adaptado a sus necesidades bélicas: la gladius romana, el sable curvo de los pueblos moriscos, la katana de Oriente, el mandoble medieval, el estoque del siglo XVI... 

La espada ha evolucionado con el paso del tiempo, pero su esencia sigue siendo la misma. Aunque se la considera el arma más noble, no por ello deja de ser un arma concebida para matar. Lo mismo da que sea un cuchillo de cocina o un puñal con un rubí engastado en la empuñadura: el resultado será la muerte del infortunado que reciba el golpe fatal.

A pesar de todo, la admiración que ha generado la espada a lo largo de los siglos ha tenido su reflejo en la literatura, y especialmente en la literatura fantástica, en la épica actual. La espada deja de ser un simple instrumento de muerte para ser la llave de un mundo intersticial, para contener poderes sin comparación, para dar prestigio guerrero o real, para portar magia o incluso para erradicar la hechicería de la faz de la tierra. A veces, la espada llega a tener más protagonismo que su portador.

Por eso, como fan declarada de las espadas, hoy les voy a dedicar un pequeño ranking muy personal. No voy a colocar las espadas por orden de importancia o poder, sino por mi gusto personal hacia ellas. De hecho, encontraréis espadas muy poderosas en puestos muy bajos, pero espero que eso no trascienda y que disfrutéis leyendo este ranking tanto como yo he disfrutado haciéndolo.

Allá vamos:


10) Espada de Valeria




En la película Conan, el Bárbaro, Conan y el arquero Subotai conocen a la astuta Valeria, una ladrona solitaria que se dedica a robar objetos de valor para sobrevivir. Valeria es un auténtico mito dentro de la leyenda de Conan, y por buenas razones: es una mujer fuerte, guerrera y que no le teme a nada. Una mujer con una personalidad fuerte también tiene que manejar una espada a su medida. La espada de Valeria tiene forma de S, lo que la diferencia de la típica espada recta que estamos acostumbrados a ver. Es ligera y fácil de manejar, un arma magnífica para una ladrona escurridiza y de reflejos rápidos. No es tan poderosa como la espada de Conan, pero no se puede dudar de que es un arma de gran calidad y excelente factura.

Poder destructivo: El de una espada normal, ni más ni menos. No posee poderes ocultos ni encierra magia o hechizos. Es una espada como otra cualquiera aunque, manejada por Valeria, se convierte en un arma realmente peligrosa.


9) Zemal, la Espada de Fuego




Zemal es toda una leyenda en el reino de Tramórea, y no es para menos. La Espada de Fuego es el máximo símbolo de poder en el mundo, la aspiración de todo guerrero que se precie. Solo los Tahedoranes, grandes maestros de la espada, pueden aspirar al honor de empuñarla, pero tan solo uno de ellos lo conseguirá, convirtiéndose así en el guerrero más formidable del mundo. Fue forjada por el dios herrero Tarimán, que le confirió un poder tan grande que nada puede hacerle frente. Se la describe como una espada recta y elegante. La hoja despide un brillo sobrenatural y provoca emociones extrañas a todo el que la contempla, como un zumbido en los oídos o palpitaciones en el pecho. A todo esto hay que añadir que la Espada de Fuego aporta un prestigio sin igual: el guerrero que la empuñe, conocido como Zemalnit, tendrá a sus pies a todos los ejércitos del mundo.

Su actual portador es Derguín Gorión.

Poder destructivo: Altísimo. Se supone que es el arma más poderosa de la tierra, así que no tiene rival. Además de que podría rebanar una columna de mármol de un solo golpe, la espada se protege de los demás fulminando a todo aquel que intente desenvainarla, pues únicamente el legítimo Zemalnit puede empuñarla.


8) Espada de Agua




En la legendaria Isla del Tiempo, hogar de la poderosa Emperatriz del Tiempo, el Príncipe de Persia ha de hacer frente a innumerables peligros, pero ninguno tan poderoso como el Dahaka, el feroz guardián de la línea del tiempo, que le persigue sin descanso para matarlo por haber cometido la imprudencia de abrir el reloj donde se guardaban las Arenas del Tiempo. El Príncipe, que ansía cambiar su destino, sabe que la única manera de hacerlo es viajar al pasado para impedir la creación de las Arenas o destruir al Dahaka, al que no le afecta ningún arma forjada por humanos. Sin embargo, el Príncipe descubre la misteriosa Espada de Agua, un arma extraña cuyo origen se desconoce pero que posee el poder suficiente como para dañar al Dahaka e incluso destruirlo. Es una espada corta, de hoja y empuñadura curvas, que parece encerrar una corriente de agua mágica. Es fácil de manejar y provoca un gran daño a cualquiera que se atreva a hacerle frente.

Poder destructivo: Bastante alto, pues se trata de un arma mágica. Su fuerza le permite romper muros, acabar con enemigos de un solo golpe y, lo que es más importante, matar al Dahaka.


7) Dardo




Aunque esta espada forjada por los Altos Elfos es pequeña y parece tener una función puramente decorativa, no hay que dejarse engañar. Dardo, la espada que Bilbo Bolsón encuentra durante sus aventuras, es un arma magnífica y que le resulta muy fácil de manejar debido a su pequeño tamaño. Es una espada liviana, con forma de hoja y una inscripción decorativa que repta por su acero. Probablemente fuera creada en Gondolin durante las guerras de los trasgos, aunque esto no se llega a saber. Las armas creadas por los Altos Elfos suelen tener características especiales, y Dardo no es la excepción: la hoja brilla cuando hay orcos cerca, advirtiendo a su portador de que el peligro es inminente. A pesar de su sencillez, es una espada con la que hay que tener cuidado.

Su último portador fue Frodo Bolsón, sobrino de Bilbo.

Poder destructivo: Como el de una espada normal, pero un poco más alto. El filo de Dardo siempre está afilado y es capaz de convertir en lonchas a todo orco que ose acercarse demasiado. Eso sí, su manejo depende de la destreza de su portador.


6) Katana de la Mamba Negra




Una historia de sangrienta venganza como la que Tarantino nos presentó en Kill Bill pide a gritos un arma con la que se pueda aplicar justicia de la forma más rápida y sangrienta posible. Beatrix Kiddo, más conocida como La Novia o Mamba Negra, emprende un viaje a Okinawa para buscar al famoso hacedor de espadas Hattori Hanzo, quien le obsequia con una katana tan perfecta que ninguna otra se le parece en factura y poder de destrucción. Está considerada la más bella de las katanas, ligera, bien equilibrada y de hoja curva reluciente, en cuya base luce el símbolo de su hacedor. Una katana de Hattori Hanzo también da mucho prestigio a su portador, pues son muy pocos los que poseen una. En el mundo de las artes marciales, las espadas de Hanzo están consideradas como tesoros de gran valor.

Poder destructivo: Como el de una espada normal, solo que un poco más alto. No hay duda de que para manejar una katana es necesario que sea un arma buena, pero también cuenta la habilidad del portador, cosa que a la Mamba Negra le sobra. No obstante, ésta katana parece destacar por encima de todas las demás. Su propio creador afirma que, con un arma semejante, ni Dios podría interponerse en el camino de la Mamba Negra.


5) Llave Espada




La Llave Espada es un arma de aspecto singular que combina dos elementos en uno solo. A primera vista parece una llave de tamaño desproporcionado, e incluso habrá quienes la consideren solo un juguete manejado por un niño. No obstante, la Llave Espada encierra un poder inmenso que solo un Elegido puede manejar. Su función es doble: por un lado, como espada, es la única arma que puede destruir a los temibles Sincorazón, seres sombríos que amenazan con robar el corazón de la gente; por el otro, como llave, se encarga de abrir y cerrar las puertas de los mundos para conectarlos entre sí o para evitar que entren los Sincorazón.

Su portador es Sora, aunque existen otras Llaves Espada manejadas por otros Elegidos.

Poder destructivo: Depende del llavero que ostente. A lo largo de sus aventuras, Sora se hace con diversos llaveros que cambian el aspecto de la Llave Espada y le otorgan fuerza y ciertas habilidades. Puede pasar de ser una simple Llave a convertirse en un arma realmente demoledora, capaz de derrotar a los enemigos más poderosos.


4) Narsil




Mítica espada que también aparecía en El Señor de los Anillos, solo que su simbolismo y significado es mucho mayor que el de Dardo. Narsil es la espada que una vez portó Elendil, rey de Gondor. Fue forjada por el herrero enano Telchar de Nogrod, y su fuerza es impresionante. No obstante, se quebró durante la guerra contra Sauron a finales de la Segunda Edad. Isildur, hijo y heredero de Elendil, utilizó la espada quebrada para cortar el dedo de Sauron que llevaba el Anillo Único, acabando así con gran parte del poder del Señor de Mordor. Al final de la guerra, los pedazos de la espada fueron guardados y custodiados en Rivendel, hasta que Aragorn reclamó para sí la espada y fue forjada de nuevo y rebautizada como Andúril.

Poder destructivo: Bastante alto. Estamos hablando de una espada que, aun estando rota, tuvo el poder suficiente como para debilitar gravemente a Sauron, casi un dios maligno. La espada también aporta un prestigio sin igual, pues solo el heredero de Isildur y auténtico rey de Gondor tiene autoridad para empuñarla.


3) Garra




Son muchas y muy poderosas las espadas que hay en Poniente en manos de los personajes más importantes de la historia de Juego de Tronos, pero si hay un tipo de espada que brilla con luz propia es aquella que está fabricada con acero valyrio. De este tipo, Garra puede que sea una de las más importantes, y creo que su auténtico poder todavía está por revelarse. Forjada en acero valyrio, una de las pocas que quedan en Poniente, esta espada bastarda pertenecía a la Casa Mormont, señores de la Isla del Oso. Pero cuando el heredero de esta familia cayó en desgracia, fue guardada por Jeor Mormont, Lord Comandante de la Guardia de la Noche. Se la entregó a Jon Nieve como regalo de agradecimiento por haberle salvado la vida, y ordenó que la cabeza de oso que había en el pomo fuese sustituida por una cabeza de lobo huargo, más acorde con los orígenes del joven.

Poder destructivo: Muy alto. El acero valyrio es una rareza en Poniente, y no todos los herreros son capaces de trabajar con un material de características tan extrañas. Es sabido por todos que una espada de acero valyrio puede cortar cualquier cosa con una facilidad pasmosa. No muestra marcas de uso ni rozaduras, y es raro que la hoja se melle o quiebre.


2) Soul Calibur




Magnífica espada dotada de un gran poder y una formidable energía mística. Soul Calibur es un arma tan poderosa que su fuerza solo es comparable a la de otra espada, su maligna rival Soul Edge. Durante siglos, los guerreros del mundo siguieron sin descanso la estela de Soul Edge, sin saber que en realidad se trataba de una espada devoradora de almas que causó grandes estragos a lo largo del tiempo. Un rey, que fue forzado a matar a su propio hijo para destruir el poder de la espada, decidió fabricar una espada sagrada para oponerse a la espada maléfica. Tras muchas pruebas y errores, el rey consiguió forjar la espada Soul Calibur, de rutilante hoja azul, a partir de fragmentos purificados de la espada maligna, aunque pagó por ello con su propia vida. El aspecto de Soul Calibur ha cambiado mucho a lo largo del tiempo, pero su resplandor azul es legendario y la hace fácilmente reconocible.

Poder destructivo: Altísimo. No obstante, se trata de una espada sagrada capaz de hacer frente a la espada maligna Soul Edge; ésa es su única función, pues no sirve para provocar el mal. Puede mutar su aspecto para adaptarse al arma que mejor maneje el guerrero (espada, báculo, puñales) y cura a su portador mientras la está utilizando.


1) Espada Maestra




El arma definitiva, la más grande de todas las espadas habidas y por haber: la Espada Maestra es el mayor tesoro que posee la tierra de Hyrule, y es la prueba física más clara de la alianza que hay entre dioses y hombres. Fue creada por las tres diosas que dieron forma y vida al reino de Hyrule aunque, para que pudiera ser utilizada contra los enemigos de las tierras inferiores, tuvo que volver a ser forjada por manos humanas. Es una espada larga y recta, de hoja ancha azulada donde luce el símbolo de la Trifuerza, y empuñadura de color azul. Solo un guerrero de corazón puro puede sacarla de su pedestal y manejarla para eliminar a las sombras que se ciernen sobre la tierra de Hyrule. Ese guerrero es conocido como Héroe del Tiempo, ya que uno de los poderes de la espada es que le permite viajar hacia atrás y hacia delante en el tiempo. Curiosamente, todos los héroes que empuñaron la espada compartían el mismo nombre: Link.

Poder destructivo: Inconmensurable. La Espada Maestra es un arma divina, así que puede hacer frente a todo mal sin ningún problema. Es inmune a la hechicería, e incluso destruye la magia negra. Además, sirve como llave que cierra las puertas del Reino Sagrado, lugar donde se encuentra la legendaria Trifuerza, la semilla del poder divino.


Hasta aquí el ranking de las espadas de fantasía que más me gustan. Espero que a vosotros también os haya gustado y, como siempre, acepto sugerencias de todo tipo.

domingo, 4 de mayo de 2014

¿Escritores famosos... o famosos escritores?


Este ha sido el primer año que he faltado a una tradición.

El pasado día 23 de abril se celebró el día de San Jorge o, para los culturetas como yo, el Día del Libro. Una de mis costumbres particulares ha sido siempre la de comprar un libro en ese día que para mí es tan especial, no solo por mi deseo de ser escritora, sino porque los libros son los primeros amigos que tuve en mi vida.

Desde que era una niña, todo el que me estuviera buscando me encontraba leyendo un libro. Me sentaba en el sillón con un grueso montón de libros de cuentos, cómics de Mortadelo y Filemón, e incluso agarraba algún tomo de la enciclopedia para leer las vidas de los personajes que salían en las fotos y retratos. Al contrario que para algunos de mis compañeros, para mí leer nunca ha sido un suplicio. Los libros me encantaban (y me encantan), y me llevaba un buen montón para casa de la biblioteca del instituto. Los profesores de guardia de la biblioteca me saludaban con alegría cada día cuando entraba en la biblioteca a pasar el recreo, cosa que he hecho a lo largo de toda mi estadía en el instituto.

Y, por supuesto, el Día del Libro para mí era sagrado. Aunque he comprado muchos libros a lo largo de mi vida (y ahora he tenido que parar de hacerlo por cuestiones de espacio), durante el Día del Libro tenía que comprar uno sí o sí. Era algo superior a mis fuerzas. Ya fuese en una librería o en un mercadillo, había que comprar un libro por decreto ley. Tan fuerte es el poder de la palabra escrita para una persona ávida de conocimiento, aventuras y emociones como yo.

Sin embargo, este año no lo he hecho.

Aunque uno de los motivos para no hacerlo fue la cuestión de horario, pues coincidió en un día en el que tenía clase por la mañana y por la tarde, lo cierto es que tampoco sentí ganas de comprar ningún libro. No había ninguno que llamara mi atención, bien porque tenía una temática que ya he leído infinidad de veces, bien porque no me interesaba para nada. Sin embargo, tuve tiempo de observar con mayor detenimiento un fenómeno que lleva un tiempo dándose entre nosotros y del que, estoy segura, todos habéis os fijado alguna que otra vez: Los famosos que se meten a escritores.

Sí, amigos. Los protagonistas de la prensa rosa que amenizan nuestras tardes (y noches) con el relato de sus amoríos, bodorrios y miserias varias, llegan a un punto en el que deciden que tienen que escribir un libro. Algunos redactan memorias, otros escriben novelas de ficción, otros se decantan por los consejos culinarios o de salud, y hasta los hay que se meten a escribir cuentos para niños. Toda una explosión de fiebre creadora. Además, para no dejar dudas acerca de su erudición, aparecen fotografiados junto al gordo y lustroso producto de su materia gris.

Entre los nuevos "talentos" de la literatura que podemos encontrar en nuestras librerías estarían políticos como José María Aznar, Felipe González o José Luis Rodríguez Zapatero, cada uno ofreciendo sus memorias particulares durante su paso por el gobierno de este país. Encontraríamos también a artistas del mundo del espectáculo, como Isabel Pantoja, Jessica Alba, Ana Obregón, Mario Vaquerizo e incluso Madonna. No se libran tampoco los que tienen relación con algunas Casas Reales, tal es el caso de Sarah Ferguson o Pippa Middleton. Deportistas como Gemma Mengual o Arantxa Sánchez Vicario. Cómicos de la talla de el Gran Wyoming o Dani Mateo hacen sus aportaciones al género. Presentadores como Adriana Abenia o Christian Gálvez debutan como escritores como novelistas de ficción. Cantantes como David Bisbal y Kylie Minogue, o toreros como el Cordobés también engrosan las estanterías con sus respectivos libros. Y no nos olvidemos de los incalificables: Belén Esteban, Carmen Bazán, Julián Contreras Jr. o la mismísima Ana Botella son capaces de vender más libros que el recién y tristemente desaparecido Gabriel García Márquez. Que San Isidoro de Sevilla nos pille confesados.

Ante semejante panorama, una se pregunta seriamente qué está pasando en el mundo editorial. ¿A estos extremos hemos llegado? ¿Tan escasos andan de talentos literarios que tienen que recurrir a los famosos para poder vender libros? Y lo peor viene cuando, haciendo un pequeño cuestionario, descubres que la gente se sabe antes el título del libro de la Esteban que el de la obra cumbre de Dante Alighieri. Es triste y descorazonador a partes iguales, pero es la realidad con la que tenemos que vivir hoy en día.

Obviamente, no nos vamos a engañar: La inmensa mayoría de ellos no ha escrito ni una sola palabra del libro con el que posan con aire tan intelectual y despreocupado. La figura del escritor de encargo, o "negro" para los amigos, aparece continuamente ligada a estos personajes. Su trabajo consiste en escuchar al sujeto con inquietudes literarias y elaborar el contenido de manera que resulte atractivo a los futuros lectores. En pocas palabras, que escriben el libro pero el que lo firma es otro. Eso sí, como hoy en día la figura del "negro" no está muy bien vista, hay que hacer algo. Si hay que echar mano del "negro", al menos que sea uno con cierto predicamento y/o prestigio, como Boris Izaguirre, Vicente Gallart o Miguel Ángel Ordóñez serían los más sonados, ya que han dado forma a las historias de Belén Esteban, Naty Abascal y Julián Muñoz respectivamente.

Aquí os dejo una pequeña lista de los portentos literarios que podéis encontrar:

-Los autobiográficos: Como su propio nombre indica, son los que han decidido honrar a los lectores con un relato pormenorizado de sus vidas, obras y milagros. Llegados a una edad (a veces más joven que tú), parece ser que los famosos sienten un deseo irresistible de poner por escrito sus memorias, pensando quizá que los demás tenemos ganas de leer sus miserias. Destacan por ser escandalosamente parciales y autocomplacientes. Se creen dueños de la verdad absoluta, cuando no ofrecen más que una de las muchas versiones de su historia que circulan por los mentideros más conocidos del país. En este apartado se englobarían los políticos José María Aznar y Zapatero, Ana Obregón, el Cordobés e Isabel Sartorius.

-Los cuentacuentos: Famosetes que escriben cuentos para niños con la misma facilidad con la que contestan a un mensaje en Facebook. Se inventan una trama absurda protagonizada por niños o por personajes animados, le añaden una moraleja estúpida y ¡alehop! ya tenemos una nueva aportación a la literatura infantil. El grupo de los cuentacuentos está poblado en su mayoría por mujeres pertenecientes a mundos muy variados. Podemos encontrar a Madonna, Kylie Minogue, la ex spice Geri Halliwell e incluso Ana Botella.

-Los cocinillas: Aquí se engloban básicamente los que se meten a escritores para enseñarle al mundo entero sus dotes culinarias. No hablo de los chefs profesionales, que esos al menos tienen idea de algo, sino de los famosos que, porque saben hacer un pollo al horno se creen que son merecedores de una estrella Michelín. Se añade un plus de calidad si, además de recetas de cocina, se atreven a dar consejos sobre dietas más o menos saludables, pues algunos se creen un poco por encima del resto de los mortales y les parece que todos estamos ansiosos de que vengan a cambiarnos la vida para mejor. Son famosos los recetarios de Isabel Pantoja, Gwyneth Paltrow, los cocineros de Masterchef, Mariló Montero o los protagonistas de Aída.

-Los que se confiesan: Parecidos a los autobiográficos, pero con tendencia al desahogo personal. Como si estuviéramos en plena sesión de confesionario, estos famosos se sientan para hablar de sus vidas privadas, que todos hemos visto ya mil veces en revistas y programas del corazón. Digo yo que lo próximo será sacar el DVD con la entrevista y los extras para la versión extendida en formato coleccionista. Curiosamente, suelen ser los personajes que más libros venden gracias a la difusión mediática que reciben. Aquí encontraríamos a literatos de la talla de Belén Esteban, Carmen Bazán, Gemma Mengual o Anna Tarrés, entre otros.

-Los que te dan consejos: Grandes cerebros pensantes los de estos personajes educados principalmente en la universidad de la vida, que están de vuelta de todo sin haber ido y que casi pretenden equipararse a intelectuales de pro. Sus libros son básicamente sus opiniones sobre la vida y cómo cambiarla a mejor, ya sea con filosofía o con cambios físicos (libros de belleza). Encontramos en este apartado a Vicky Martín Berrocal, Pippa Middleton (hermana de Kate Middleton), Victoria Beckham y Cristina Tárrega.

-Los novelistas: Aquí englobaríamos a los autores que se animan a crear sus propios mundos de Yupi y nos ofrecen unas novelas con las que pretenden llenar al lector de intriga y expectación, cuando en realidad se trata de historias normalitas, un poco mejor narradas que las de los anteriores escritores, pero con una calidad que no pasa del aprobado. Algunos utilizan este medio como terapia para desestresarse o para liberar inquietudes internas. Producto pasable del que muy bien podríamos prescindir. Entran en el campo de los novelistas los presentadores Sandra Barneda, Christian Gálvez, Jorge Javier Vázquez y Adriana Abenia.

Espectáculo realmente desolador el que tengo que contemplar cada vez que entro en una librería. Resoplidos de hastío se me escapan cada vez que Christian Gálvez presenta su libro en su programa de televisión, o que se le dé un bombo impresionante a novelas que, con el nombre de otra persona, jamás llegarían a nuestras manos.

Visto lo visto, me parece que voy a tardar muuuucho tiempo en volver a comprar un libro que realmente me llame la atención.

viernes, 2 de mayo de 2014

La Kimmidoll del mes: Yumeko, Soñadora


Cuánto tiempo sin poner post, ¿no? Pero este mes vuelvo con fuerza, y nada mejor para empezar el mes que con una de mis adoradas Kimmidoll. Aquí la tenéis:


Yumeko, "Soñadora"




"Mi esencia es prometedora y libre. Con la libertad de tu imaginación y el valor de tus aspiraciones honras los sueños de mi juvenil espíritu. Que la creencia en ti mismo sostenga el poder de llevar todos tus sueños a la vida, de modo que realmente te conviertas en la persona especial que estás destinada a ser".

Su principal virtud es la esencia de una persona optimista y apasionada con libertad de imaginación para hacer realidad los sueños.