jueves, 18 de febrero de 2016

Suki desu! ^^* ¡Cómo regalar chocolate a la japonesa!


¡Hola a todos!

¿A cuántos de los que me leen les gusta el chocolate?

Pregunta absurda, pues es bien sabido que el chocolate le gusta a un 98% de la población mundial (vale, me he inventado la estadística, pero le gusta a mucha gente). El chocolate es uno de los grandes milagros de la naturaleza, perfeccionado después por la mano del hombre. Bombones, tabletas, chocolatinas, helados, mousse, cremas, trufas, virutas, con galletas, con churros, relleno de naranja, de fresa, de menta... Hay mil y una modalidades de comer chocolate, cada una más deliciosa que la anterior (de hecho, a mí se me está haciendo la boca agua ahora mismo). Pero hay una variante mucho mejor del chocolate: El chocolate que se regala a otra persona.

Sé que puede parecer una chorrada, pero yo soy así de cursi. Para mí hacer regalos no es ningún suplicio (excepto cuando no sé qué regalarle a la otra persona para sorprenderla), y una de las cosas que más me gusta es dedicar un tiempo a pensar en lo que le voy a regalar a una persona a la que aprecio. Y cuando no se me ocurre nada material que regalar, siempre me queda la opción de regalar chocolate, pues creo que es un detalle bonito y una manera muy dulce de decirle a la otra persona el inmenso cariño que sientes por ella.

En Japón han llevado esto al extremo. Como muchos sabéis, la cultura japonesa tiene muchas peculiaridades que a nosotros nos parecen chocantes, y con la entrega del chocolate no se han quedado atrás. Los japoneses no son personas que te regalen bombones sin más, pues dependiendo del contexto en el que lo hagan estarán tratando de expresar una emoción que puede ir desde el amor hasta el mero agradecimiento.

Hay distintos significados en Japón a la hora de entregar chocolate a otra persona. Vamos a echarles un vistazo:


*Honmei Choko

Este tipo de chocolate es el más conocido por todos, y también el que tiene mayor carga sentimental. Durante el día de San Valentín, las chicas japonesas regalan una caja de chocolates a su novio o a su marido, es decir, a la persona de la que están enamoradas. Cuando las chicas quieren declararse (kokuhaku, declaración de amor), confiesan sus sentimientos regalándole chocolate al chico que más les gusta. Al tratarse de un chocolate que quiere expresar un sentimiento tan importante, es común que las chicas lo preparen en su casa y lo envuelvan con esmero. En el caso de no poder hacerlo, se puede optar por comprar una caja de bombones o chocolatinas, pero estas serán de una marca valiosa y bastante cara.

Como curiosidad, decir que los hombres que el día de San Valentín reciben chocolate de una mujer, tienen que corresponder el regalo cuando llegue el Día Blanco, que se celebra un mes después. Aunque también pueden regalarles chocolate, suelen decantarse por peluches, joyas, accesorios de vestir u otras cosas más caras.


*Giri Choko

Se traduciría como "chocolate obligatorio", lo que no deja demasiadas dudas acerca de su uso y disfrute. Se trata de chocolate simple, comprado en tiendas y envuelto en paquetes normales, sin gastar mucho dinero. Este tipo de chocolate se suele regalar a los compañeros de clase o del trabajo, y se hace para agradecer a esas personas la oportunidad de poder trabajar a su lado. No tiene ninguna connotación romántica o de cariño, sino sólo agradecimiento. Es una costumbre bastante arraigada entre los japoneses el hacer este gesto a sus compañeros de trabajo, férreos como son en el cumplimiento de las convenciones sociales.


*Tomo Choko

Por su traducción, tomo significaría "amigo", y eso es precisamente lo que significa este tipo de chocolate. Se trata de un regalo que se suele hacer entre amigas. Tampoco tiene connotaciones románticas, sino sólo de amistad. Recibir un Tomo Choko de una amiga significa que esa persona valora muchísimo tu amistad y te lo agradece con ese gesto.


*Gyaku Choko

La palabra gyaku significa "al revés", y esto va relacionado con el Honmei Choko. ¿Recordáis cómo iba la cosa? En San Valentín sólo las chicas regalan chocolate a los chicos. Esto lo saben también las compañías chocolateras, que preparan sus chocolates y envases con textos en los que claramente se nota que es una chica la que se declara a un chico. Pero estas mismas compañías son muy previsoras, y por eso también existe la variedad para que la regalen los chicos, cuyo envoltorio lleva el texto invertido. De ahí viene el nombre de Gyaku Choko.


*Mai Choko

Este chocolate no lo regala nadie, sino que es un capricho que uno mismo se hace de vez en cuando. Las personas que trabajan muy duro todos los días se compran un Mai Choko como recompensa por sus esfuerzos. Es un capricho, una delicatessen que no se come todos los días. Se trata de un chocolate bastante caro y la gracia es que es para disfrutarlo en soledad, no para compartir.


*Fami Choko

Como su propio nombre indica, fami viene de "familia". Este chocolate se suele regalar a un miembro de nuestra familia, ya sea el padre o la madre. Es un obsequio que se hace sólo a nuestros parientes más cercanos, quedando los amigos y compañeros fuera de esta modalidad.


*Yuri/Homo Choko

Estando como estamos en un mundo donde las diferentes inclinaciones sexuales están cada vez más aceptadas, es obvio que tenía que existir una variante chocolatera que lo reflejara. Las palabras yuri y homo significan "lesbiana" y "homosexual", y sabiendo como sabemos que en San Valentín son las chicas las que regalan chocolate a los chicos que les gustan, se ha creado la variedad en la que las chicas pueden regalarle chocolate a las mujeres que les gustan, y los hombres a aquellos varones de quienes están enamorados. Es una forma de decir "soy gay y me gustas".


Como veis, hay chocolates de todos los tipos y para todas las ocasiones. Puede que muchos os estéis preguntando por qué hay tantos tipos diferentes de chocolate. La razón es simple: En Japón, país donde no se acostumbra a confesar abiertamente los sentimientos, quedaría muy mal que se malentendiera un gesto en apariencia tan inocente como regalar chocolate. Es decir, que quedaría muy feo entregarle un Honmei Choko a un simple amigo, pues éste podría entender que nos gusta.

¡Y nada más por hoy! Ya sé que es un poco tarde para regalar chocolate en San Valentín, pero siempre podéis poner en práctica alguna otra de las modalidades chocolateras de los japoneses. Porque me juego algo a que os he metido el gusanillo de comer un trocito de chocolate, así de extranjis... ¿A que sí? ^^*





lunes, 15 de febrero de 2016

Leyendas de amor: Tristán e Isolda


Una de las más bellas leyendas medievales de amor es, sin duda, la de Tristán e Isolda. Una historia de engaños, mentiras y traiciones cuyo desenlace provocaba una gran inquietud a su auditorio, que veía cómo se iban encadenando los acontecimientos que precipitaban sin remedio a sus protagonistas hacia un trágico desenlace.

La historia la compuso en el siglo XII un poeta francés desconocido, cuyo texto se ha perdido, y sirvió de base a dos recensiones, la del poeta anglonormando Tomás de Inglaterra (finales del siglo XII) y la del franconormando Berol. También contamos con información sobre esta pareja en el Lai de la Madreselva, compuesto por María de Francia, y el Tristán ministril de Gerbert de Montreuil. Existen además dos versiones alemanas de los siglos XII y XIII, y otros textos menores que han permitido a los eruditos reconstruir los detalles cuando las fuentes principales tienen lagunas o discrepancias. Es probable, sin embargo, que el origen de la leyenda sea anterior al siglo XII, porque el ambiente que retrata parece el de las luchas de los habitantes de Bretaña y las islas británicas contra los piratas escandinavos que devastaban periódicamente sus costas en busca de botín o de tributos.



Tristán e Isolda


Los orígenes de la leyenda son algo turbios, pues no se sabe si pudo haber una “protoleyenda” que hubiese llegado a oídos de los poetas franceses, historia que luego reelaboraron y dotaron de un contexto bien establecido. Los escenarios por los que se mueven los personajes son bien conocidos: Escocia, Cornualles, Irlanda, la Bretaña continental… Se cree que la leyenda pudo haber surgido en Escocia y emigrar hacia el sur, a Cornualles, donde transcurre gran parte de la acción, y que desde allí llegase a Gales. En todos estos territorios se irían añadiendo nuevos elementos fruto de una rica tradición folklórica, por lo que establecer un único origen parece ser una idea un tanto imprudente.

La onomástica procede también de diferentes lenguas célticas. El nombre del héroe, Tristán, denota quizá origen escocés (entre los pictos, que vivieron en Escocia antes que los celtas, figuraba el nombre de Drustan); pero los hechos que narra la leyenda ocurren exclusivamente en Cornualles, Irlanda y Bretaña, es decir, en aquellas partes de las islas británicas y del continente europeo que, además de Escocia, seguían habitadas por grupos célticos, incluso después de que los germanos invadieran Francia y el resto de Gran Bretaña. En el caso de Isolda, el nombre podría proceder de Essylt, citada en una leyenda galesa como una de las tres mujeres infieles de la isla de Inglaterra. Se advierte, sin embargo, que las características físicas de Isolda (teóricamente, irlandesa en el poema) no corresponden al tipo celta, sino al escandinavo, así como escandinavo es el nombre de su padre, Gormond.

Así pues, el núcleo original de la leyenda sería el de los amores de un guerrero céltico y una princesa escandinava, esto es, pertenecientes a dos estirpes enemigas, tema que siempre ha tenido enorme éxito literario. Tristán e Isolda acabarían formando parte de la legendaria «galería de enamorados» de la Edad Media, donde se encuentran parejas tan memorables como Dido y Eneas, Píramo y Tisbe, Troilo y Crésida, Paris y Helena, Jasón y Medea, y Lanzarote y Ginebra. Precisamente estas famosas parejas no se mostraban como ejemplos a seguir para los aquejados del mal de amores, ya que ninguna de ellas tiene un final feliz y muestran claramente los peligros que entrañaba el dejarse llevar por la folie o locura de amor.

Por esto mismo, en su época el Tristán no fue considerada una novela “ejemplar”, un modelo de comportamiento amoroso o social. Los adúlteros enamorados eran despreciados porque subordinan su vida al amor o, mejor dicho, a satisfacer ese amor, abandonando por ello y sin remordimiento alguno sus deberes en la corte. Esto, junto con algunas escenas crudas y violentas, hizo que la leyenda fuese duramente atacada por parte de los autores más moralistas. Sin embargo, ninguna de esas críticas empañó la belleza que contenía la historia, esa belleza que supo cautivar al público y hacerle empatizar con los jóvenes amantes.

En la versión más conocida de la trama, Tristán es un noble bretón cuyos padres han muerto poco después de que viera la luz. Por ello, lo cría un famoso caballero, Governal, que lo adiestra en todas las artes propias de la vida de las armas y de la corte. Este detalle es en cierto modo interesante, porque no se encuentra en todas las novelas medievales un paladín que responda mejor que Tristán al ideal del caballero perfecto: no sólo supera a todos en equitación y esgrima (base lógica de la educación caballeresca), sino que también sobresale como músico, formidable jugador de ajedrez y, sobre todo, magnífico conocedor de todas las reglas de la caza, pasatiempo favorito de los reyes y nobles medievales. Este retrato refleja los ideales del siglo XII, época en que se escribió la leyenda, y no necesariamente los de las centurias precedentes, en las cuales nació y se transmitió de padres a hijos, con la consiguiente alteración de distintos pormenores.




Cierto día, terminada ya su educación, unos piratas secuestran al joven y lo llevan a Cornualles, donde sus nobles maneras hacen que lo reconozca el rey Marco, el cual no es otro que su tío, hermano de su madre, la reina Blancaflor. Tristán, admitido en la corte, acaba siendo nombrado heredero de Marco, que carece de hijos. En aquel período, Cornualles tenía que pagar un tributo anual de muchachos y doncellas a un gigante, el Morholt. El valeroso Tristán no soporta, como puede suponerse, tamaño oprobio y parte para acabar con el opresor.

Llegados a este punto, se habrá notado cierta semejanza con el mito de Teseo, semejanza que no es casual. Leyendas por el estilo se encuentran en todos los pueblos marinos: dragones, monstruos y personajes análogos que exigen jóvenes y muchachas simbolizan a los piratas o, si se quiere, pueblos enemigos procedentes del mar, que se apoderan de todos los objetos de valor, ganado y personas, que venden como esclavos. Suponiendo que los piratas que exigían el tributo fuesen vikingos, como parece probable, la leyenda habría de situarse en el siglo IX, cuando las islas británicas fueron gravemente saqueadas por aquellos audaces y peligrosos navegantes.

Por consiguiente, Tristán va a enfrentarse con el Morholt. Lo encuentra y mata a costa de un tremendo combate en el que resulta malherido. Agotado por el esfuerzo y la pérdida de sangre, se arrastra hasta una barca, en la que se desvanece, y la embarcación, flotando a la deriva, llega a la costa irlandesa, donde lo recogen y lo curan la reina y su hija, la princesa Isolda, una doncella de bellísima cabellera áurea. La reina es hermana del Morholt, pero ignora que Tristán ha matado al gigante.

Un día, cuando el héroe se ha recobrado de sus heridas, Isolda descubre que la espada de Tristán tiene una muesca que corresponde exactamente al fragmento de hierro que se ha encontrado en el cráneo del Morholt. Comprende la verdad y concibe un odio feroz hacia el extranjero; sólo la intervención de su madre estorba su venganza y permite que Tristán regrese a Cornualles. Este episodio estriba en el notorio concepto caballeresco de que el huésped es sagrado y que una terrible maldición caerá sobre el anfitrión que ose hacerle daño.

De vuelta a la corte de Cornualles, Marco recibe a Tristán con alegría y decide que ha llegado el momento de nombrarle heredero del trono, pero como los barones presionan al rey para que contraiga matrimonio, éste decide que sólo se casará con la doncella a quien pertenezca el cabello rubio que una golondrina ha traído en el pico. Tristán es enviado a ir en busca de la dueña del cabello, pero una tempestad fortísima lo lleva a las costas de Irlanda. Allí Tristán debe combatir contra un dragón que aterroriza al país. Sin embargo, no sale indemne del combate, ya que la lengua del dragón le envenena.



El filtro de amor


Una vez recuperado de sus heridas, Tristán descubre que el cabello que llevaba la golondrina pertenece a la bella princesa Isolda, y es por ello que pide al rey de Irlanda la mano de Isolda para Marco. El rey consiente en la boda y Tristán se embarca con la princesa. La madre de Isolda, enterada de que la joven se opone al matrimonio, esconde en su equipaje un filtro de amor destinado a Marco y a su hija para que se amen. Pero Isolda, constante en su propósito de venganza, creyendo que es un veneno, decide administrárselo a Tristán y apurarlo ella misma para evitar sus nupcias con el odiado enemigo.

Así nace entre los dos una pasión irresistible que, con todo, no destruye su respectivo sentido del deber en lo que concierne al rey Marco, víctima inocente de la intriga. Por lo tanto, Tristán lleva a Isolda a Cornualles y la joven contrae matrimonio con Marco. Pero la situación se hace pronto insoportable para los tres, y Tristán rapta a Isolda. Los dos viven escondidos en una cabaña en el bosque cierto tiempo, esquivando la persecución del rey, el cual da muestras de gran astucia en su búsqueda. Por fin, los encuentra dormidos en un bosque, pero los perdona generosamente.

La bondad de Marco impresiona mucho a los enamorados: Isolda vuelve junto a su esposo y Tristán se dirige a su Bretaña natal, donde, para olvidar a su amada, contrae matrimonio con la hija del duque, la cual, por casualidades de la vida, se llama también Isolda, la de las Blancas Manos, y es casi igual que ella físicamente. Sin embargo, este es un matrimonio desgraciado para ambos, ya que Tristán, a quien ahoga el peso de su amor por Isolda la Rubia, se ve incapaz de consumar su matrimonio con la otra Isolda, a la que miente diciéndole que una herida de guerra le provoca un dolor tan fuerte que le incapacita para cumplir con sus deberes conyugales.

Pasan así algunos años, en aparente tranquilidad; pero cuando, herido por un arma envenenada, Tristán se cree a punto de morir, se enciende su antigua pasión y pide que un barco vaya en busca de Isolda la Rubia, para que ésta acoja su último suspiro. Y ruega al piloto que, al regresar, ice una vela blanca si Isolda está a bordo, y una negra si no está. Una vez más vemos aquí un paralelismo con el mito de Teseo, cuyo padre, el rey Egeo, también pidió que se izara una vela blanca si volvía sano y salvo o una negra en el caso de que su hijo hubiera muerto víctima del Minotauro.

Cuando se avista la nave, Tristán, que agoniza, no tiene vigor para ir hasta la ventana y ruega a Isolda la de las Blancas Manos que le diga el color de la vela. La vela es alba, pero su mujer, consumida por los celos, responde que su color es negro y Tristán fallece desesperado. Isolda la Rubia, al ver el cadáver, no contiene su dolor y muere sobre él: así los que estuvieron separados en la vida se encuentran al fin unidos en la muerte. Son sepultados en tumbas contiguas, en las que se plantan dos ramas de madreselva. Al crecer, los arbustos se inclinan uno hacia el otro y se unen enlazando tan estrechamente sus ramas que nadie las puede separar, símbolo de un amor que ni siquiera la muerte apaga.



Muerte de Tristán e Isolda


La leyenda de Tristán e Isolda tuvo enorme difusión en el siglo XIII e inspiró narraciones parecidas. Pero, bajo la influencia de los poetas provenzales, el amor se convirtió incluso entre los del norte y los italianos en algo fastidioso, amanerado y falso tanto por la exageración de los sentimientos como por el carácter abstracto de los personajes, mientras la sinceridad, honradez y alteza espiritual de los protagonistas de Tristán e Isolda hace de ésta una obra única e inolvidable. La leyenda de los dos amantes infelices fue resucitada, en el siglo XIX, por el Romanticismo. Notable es la elaboración musical que de ella hizo Richard Wagner (1813-1883). En el Tristán, representado por primera vez en 1865, el gran compositor alemán supo traducir el núcleo dramático de los acontecimientos en páginas de memorable lirismo.

jueves, 11 de febrero de 2016

Desparejados en San Valentín


¡Hola a todos!

Bueno, bueno, bueno, pues poco a poco ha llegado a nosotros un año más San Valentín, el día más romántico del año. ¡Qué maravilla!

Millones de parejas en todo el mundo van a ponerse de acuerdo para proclamar a los cuatro vientos lo mucho que se quieren. Y lo van a hacer de la única manera en que parece que el ser humano es capaz de demostrar su amor: Gastando sus buenos cuartos en regalitos y comiendo toneladas de chocolate. Todo ello en nombre del amor a la pareja, a la media naranja, al tortolito de turno.

El día de San Valentín suele ser muy duro para algunos solteros. Es normal que en este día muchos se sientan solos y miserables, pues tienen miedo a parecer "bichos raros" sin pareja. Es tanta la presión a la que están sometidos los solteros que muchos pueden sentirse mal consigo mismos. ¿Qué tienen ellos de malo? ¿Por qué todo el mundo encuentra pareja y ellos no? ¿Por qué nadie les quiere?



Soy Amador, el oso que ama el amor. ¡Muá!


Demasiado drama para mí, pero entiendo a quienes se sienten así. Es natural que el acoso comercial acabe minando las fuerzas del soltero más curtido. Escaparates plagados de globos en forma de corazón, pastelerías ofreciendo cajas de bombones variados, peluches de osos amorosos a cual más ahostiable... Todo está pensado para hacer las delicias de los enamorados más ñoños, pero lo más lógico es que al resto del mundo le provoque unas tremendas ganas de abofetear a todo el que le presente un osito musical con mofletes en forma de corazón.

Y mientras las tiendas y centros comerciales nos bombardean con objetos en forma de corazón, ¿qué pasa con el que late en el pecho de un soltero? La respuesta es muy fácil: El soltero no pinta nada en el día de San Valentín, puesto que no está pensado para él. Será el día dedicado al amor, pero hay que aclarar que es al amor correspondido. Así que si estás enamorado de alguien pero esta persona, por los motivos que sea, no te corresponde, lamento decirte que el día de San Valentín no es para ti. Así que, adelante: Déjate llevar por la desolación, por la desesperación que produce el no tener pareja el día consagrado al amor. Escóndete en tu cueva como el loser que eres y no salgas hasta que pase el día. O haz como otros tantos amargados y cómprate una camiseta con un Cupido acribillado a flechazos o un eslogan incendiario a favor de la soltería.

O tal vez prefieras ver las cosas desde otro punto de vista.

El día de San Valentín en realidad no tiene importancia alguna. No es más que un día que los comercios han adoptado para promover el consumismo y aumentar las ventas de determinados productos para las parejas. ¿Que tú no tienes pareja? Bueno, ¿y qué? ¿Dónde está el problema? Los solteros somos legión, pero la clave está en comprender que es una situación tan normal como la de estar en pareja. Puede que algún día encuentres pareja, o puede que no. Pero, en mi opinión, lo ideal es saber vivir solo, sin la imperiosa necesidad de tener una pareja por el mero hecho de tenerla. Además, hay que tener en cuenta que no todos los emparejados son felices. Cada pareja es un mundo, y es probable que muchas parejas infelices vayan a comprar regalos en San Valentín por hacer el paripé. La felicidad no depende de tener o no tener pareja. Eso es lo que hay que entender de una vez.




Tampoco es aconsejable auto-torturarse. Es decir, que si eres una persona que no soporta estar sin pareja, debes evitar escuchar canciones que hablen de rupturas, de amores no correspondidos o de soledad desarraigada. Por supuesto, tampoco es necesario llenarse el estómago de Dónuts, helado o, en el peor de los casos, bebidas alcohólicas. Aunque lo haya dicho un visionario como Homer Simpson, el alcohol no es la solución de ningún problema de la vida.

¿Qué hacer, pues? ¿Cómo hemos de pasar entonces el día de San Valentín? Pues ni más ni menos que de la misma manera que cualquier otro día del año. Puedes no celebrar nada en absoluto (de hecho, vas a tener que ir igual a clase o al trabajo, así que no sueñes con librarte de tus obligaciones alegando que es "día santo"), o puedes celebrarlo de otras formas. Se ha propuesto que el 14 de febrero sea también el día dedicado a la amistad, y yo misma lo he celebrado así alguna que otra vez con una amiga mía que también estaba soltera. Le regalaba bombones o la invitaba a una merienda con un pastel hecho por mí, por ejemplo. Y nos pasábamos una tarde estupenda hablando de nuestras cosas o yendo a alguna librería.

Además, hay otras formas de manifestar amor más allá de las cajas de bombones con forma de corazón. Se les puede hacer regalos a nuestros amigos o familiares, tal vez algún detallito hecho por nosotros mismos. También se puede simplemente quedar con los colegas para tomar algo y echarse unas risas. Se puede incluso hacer alguna buena obra de caridad con las personas más desafortunadas de la sociedad; yo creo que el amor al prójimo puede ser tan beneficioso para nosotros como el amor expresado hacia una pareja. De ti depende hacer que el día de San Valentín sea especial o no, pero en cualquier caso nada cambiará. Es un día como otro cualquiera.

Así que no me enrollo más. Si vais a celebrar San Valentín, deseo que os lo paséis de maravilla. Si tenéis pareja, queredla y tened detalles con ella también el resto del año, y no sólo el 14 de febrero. Y si no la tenéis, no le deis más importancia de la que tiene en realidad y pasad el día como otro cualquiera, pero comiendo una gran tableta de chocolate a la salud del amor.

¡Hasta pronto!

martes, 2 de febrero de 2016

El arte en Los Simpson I


¡Hola a todos!

Empezaremos con una pregunta: ¿Qué tienen que ver el cine, la literatura y el arte con Los Simpson?

La respuesta puede variar dependiendo de la persona, claro está. Alguien que no presta demasiada atención a los detalles o que simplemente quiere ver la serie para reírse y pasárselo bien (y yo me cuento entre ellos) podría decir que tal vez sólo el cine tiene relación con Los Simpson. Pero una persona más avispada, más atenta a lo que está viendo y con un cierto conocimiento de la cultura popular sin duda captará las mil y una sutilezas que Los Simpson nos muestran en cada uno de sus episodios.

Los Simpson tiene el honor de ser una de las pocas series de dibujos animados, si no la única, sobre la que se han publicado gruesos libros que abarcan sus referencias cinematográficas, la importancia de la literatura dentro de la serie e incluso su trasfondo filosófico y moral. Matt Groening y su grupo de guionistas han sabido conjugar de manera magistral todos los elementos de la cultura clásica y popular para integrarlos en una serie de dibujos animados. Por supuesto, el arte no ha sido una excepción y es muy frecuente encontrar obras de arte de todos los estilos y todas las épocas dentro de la serie, ya sea parodiándolas o formando parte del decorado de una escena.

Viendo la gran cantidad de obras de arte que han salido en Los Simpson, he decidido elaborar mi propia recopilación para ponerla en mi blog. Voy a hablar únicamente de las obras de arte pictóricas, dejando un poco de lado las obras de tipo escultórico y arquitectónico (no porque no me gusten, sino porque todas son muy obvias). Va a ser una serie de cinco entradas dedicadas a este menester, y todavía no he decidido si ponerlas todas seguidas o espaciarlas un poco (¿una por mes, quizás?). En cualquier caso, espero que os gusten.

¡Bienvenidos al Museo de Arte Simpsoniano!



1. Le Déjeuner sur l'Herbe (Manet, 1863)

En 1863, el pintor Édouard Manet dejó boquiabierto al público francés al exponer su Déjeuner sur l'Herbe. En este cuadro al óleo, el artista representó lo que parecía ser la típica escena de un almuerzo campestre de un grupo de amigos. Sin embargo, la yuxtaposición del desnudo femenino con hombres completamente vestidos causó una gran controversia. Además, el estilo pictórico moderno de Manet, junto con su punto de vista cromático y compositivo, irritó a los críticos más clásicos y conservadores.




Y aquí tenéis la versión de Matt Groening, aunque en la escena se cuelan Bart y un hombre que conduce una moto con sidecar.






2. American Gothic (Wood, 1930)

Este cuadro de Grant Wood, pintado en 1930, se ha convertido en uno de los iconos de la cultura popular estadounidense más conocidos del mundo. El lienzo representa a un matrimonio en el que el hombre, un granjero, sujeta una horca como símbolo del trabajo duro del campo, mientras que la mujer parece desempeñar un rol tradicional de ama de casa.




En esta conocida escena de Los Simpson, podemos ver a Bart Simpson dispuesto a limpiar el cuadro, que se reconoce rápidamente.






3. Arlequín acodado (Picasso, 1901)

A la edad de 20 años, Pablo Ruiz Picasso pintó este conocido lienzo en el que representa la figura de un arlequín, tema que se repetiría en muchas otras de sus obras, sobre todo durante su primera etapa pictórica. Esta obra refleja la gran importancia que Picasso concedía al dibujo y al color, ya que posee una gran variedad cromática que alterna entre la gama fría y la gama cálida, aunque predominan en la obra los tonos azulados.




La versión simpsoniana de esta obra la hemos podido ver en este famoso episodio, en el que Homer busca inspiración para sus obras de arte en un museo. En la imagen se puede observar otro cuadro de Picasso, que analizaremos en otra entrada.






4. Ascendente y descendente (Escher, 1960)

Si hay un artista que ha sido homenajeado varias veces en Los Simpson, ese es M. C. Escher. Las litografías de Escher siempre son motivo de un segundo visionado más detallado, ya que suelen representar escenas que desafían toda lógica visual. En el caso de la obra que nos ocupa, vemos un gran edificio cuyo techo es una escalera que lo mismo parece que sube y baja, pero en realidad no hace ni una cosa ni la otra. Esta obra está basada en la famosa Escalera de Penrose, también conocida como escalera infinita.




En Los Simpson, esta famosa obra de Escher ha sido representada dos veces. La primera, en el parque acuático Monte Salpicamás, donde los Simpson guardan cola para tirarse por el tobogán.




Y la otra versión la hallamos en la galería de arte que Bart presenta en el Especial de Halloween de Los Simpson V, con Homer persiguiendo a Bart para estrangularlo.






5. Autorretrato con mono (Frida Kahlo, 1938)

Frida Kahlo ostenta el honor de ser la pintora más autorretratada de la historia. Los cuadros de la pintora mexicana tienen un profundo significado oculto en los elementos que pueblan sus obras. Las plantas y los árboles son un símbolo de la paz y tranquilidad que le daba a Frida su jardín en la Casa Azul, donde pasó gran parte de su vida con Diego Rivera. Los animales exóticos como loros o, en este caso, un mono son parte de la fauna de la Casa Azul; estos animales eran las mascotas favoritas de Frida y las que posiblemente aliviaran su soledad y su deseo frustrado por tener hijos.




Lisa tuvo la maravillosa oportunidad de contemplar este cuadro en la galería de arte que se creó en la zona del colegio de primaria de Springfield destinada a la educación de las niñas.






6. Estudio de una cabeza (Picasso, 1905)

De los distintos períodos pictóricos por los que pasó Picasso, el Período Negro (1906-1909) es uno de los más extraños. Durante este período, Picasso se dedicó a realizar numerosos estudios de cabezas y cuerpos separados y después buscaba la manera de encajarlos. Este período del artista también es conocido como Precubismo. Entre los rasgos más característicos, que se repetirán en otras obras, encontramos la amplia frente, el peinado hacia un lado, la nariz recta, la oreja en forma de óvalo y las líneas fuertes y marcadas que dan la apariencia de una máscara.




En el Museo Springsonian de Springfield también podemos ver esta obra de Picasso, sólo que en colores ocres. Es uno de los muchos cuadros que Marge comenta con Homer para fomentar su inspiración.






7. Campo de trigo con cuervos (Van Gogh, 1890)

Hay mucha controversia respecto a esta pintura, ya que los historiadores del arte no se ponen de acuerdo en si es o no es la última obra de arte de Van Gogh. La obra representa un cielo dramático y nublado lleno de cuervos que vuelan sobre un trigal. Se cree que el objetivo de esta pintura es despertar en el espectador una sensación de aislamiento en ese camino central que no lleva a ninguna parte, y de desasosiego por la presencia de los cuervos, símbolos de muerte y de renacimiento.




Como veis en la imagen, en Los Simpson también se ha hecho una representación casi idéntica de la famosa obra de Van Gogh.






8. Carol (Patrick Nagel, 1984)

Las obras de Patrick Nagel suelen estar protagonizadas por mujeres, ya que uno de los principales objetivos del artista americano es enfatizar la gracia y belleza del cuerpo femenino, en un estilo muy distintivo que le debe mucho al Art Deco. Son famosas sus ilustraciones para la revista Playboy o para una carátula de disco del grupo Duran Duran. El arte de Nagel es muy representativo de la cultura pop americana y se ha convertido en todo un símbolo de los años 80.




La versión simpsoniana de este cuadro es ligeramente distinta al original. Cuando Bart va a visitar a Hugh Hefner a la mansión Playboy, entre las obras de arte del famoso editor figura este cuadro que recuerda mucho a las obras de Patrick Nagel.





9. Cielo y Agua I (Escher, 1938)

Ya hemos hablado aquí de Escher, así que no hay mucho más que decir. Sus litografías tienen la virtud de hacernos volver a mirarlas y quedarnos un rato reflexionando sobre su significado. Es el caso de Cielo y Agua, la que aquí os presento. ¿Se están convirtiendo los pájaros en peces? ¿O son los peces los que se están transformando en patos? La imagen, como tantas otras de Escher, se puede ver de distintas maneras. Es maravilloso su juego de contraste entre el blanco y el negro y la evolución de las formas sobre la superficie.




Tuvimos la oportunidad de ver la consabida versión simpsoniana en la película de Los Simpson, en el momento en que Homer habla con la vieja inuit. Observad el cielo sobre ellos y veréis que es muy similar a la obra de Escher.






10. Composición en rojo, amarillo y azul (Mondrian, primera mitad del siglo XX)

El arte abstracto es siempre objeto de repercusión y debate. Sin entrar en gustos personales, vemos en esta obra de Piet Mondrian un claro ejemplo del llamado Neoplasticismo, una técnica estética impulsada por él mismo y que consiste en reducir el objeto esencial del cuadro a la mínima expresión. Es decir, reducir la realidad externa a simples formas geométricas y colores puros para hacerla universal. El tema carece de importancia, pues lo que cuenta es la forma y el color.




Por supuesto, Los Simpson también han tocado el arte abstracto y Piet Mondrian ha sido homenajeado con una interpretación de lo que muy bien podría ser uno de sus cuadros.






11. Convergencia (Pollock, 1952)

La obra de Jackson Pollock siempre ha sido fruto de su espontaneidad a la hora de pintar. Los trazos en esta obra son fuertes, enérgicos y rápidos, lo que describe la forma de trabajar del artista, que consistía en escurrir o lanzar grandes cantidades de pintura sobre el lienzo sin tensar, convirtiendo la pintura en una liberación del subconsciente.




Tuvimos la oportunidad de ver esta misma obra en uno de los gags del sofá de Los Simpson. En la escena, vemos que la familia se funde con el cuadro para pasar desapercibida a la escrutadora mirada de un vigilante.






12. Creación de Adán (Miguel Ángel, 1511)

Regresamos al arte clásico, concretamente al arte renacentista, con este maravilloso fresco de Miguel Ángel, uno de los muchos que decoran el techo de la Capilla Sixtina. Poco más se puede decir de esta impresionante obra de arte, salvo que supuso una verdadera revolución dentro del arte sacro por incluir, entre otras cosas, una imagen de Dios rodeado por una tela que simula un cerebro humano, y la presencia de una muchacha que representa a la Sabiduría.




Es evidente que esta obra maestra del arte no podía carecer de representación en el mundo de Los Simpson, aunque es más jocosa que la original.




Otra versión la vimos en la cabecera de la película que el señor Burns presentó en el festival de cine que organizó Marge en Springfield. La presentación de la película es una copia descarada y burnsificada de la Creación de Adán.





13. El sueño (Dalí, 1937)

El Surrealismo es una corriente artística que tiende a representar la vida profunda del subconsciente, huyendo de toda norma o preocupación estilística. Dalí ha sido uno de los grandes representantes de este movimiento pictórico, y esta obra en concreto toca precisamente uno de los temas que más preocupaban a los artistas surrealistas: el sueño, mostrado aquí como una gran cabeza durmiente que se mantiene firme en el suelo con la ayuda de una serie de muletas, lo que sugiere la vulnerabilidad del ser en ese estado.




En Los Simpson hemos tenido la oportunidad de ver esta obra en la galería de los horrores de Bart, en el Especial Noche de Halloween V, aunque en el cuadro quien figura es Maggie Simpson.






14. Dempsey y Firpo (Bellows, 1923-24)

El mundo del deporte no ha tenido una gran repercusión dentro del arte. Son muy pocas las obras de arte que reflejen una escena deportiva, mucho menos en el arte actual. Pero George Belows lo hizo, y plasmó en este lienzo una de las escenas del deporte más famosas dentro de la cultura popular americana. La pintura muestra el momento más álgido de la pelea entre los boxeadores Jack Dempsey y Luis Ángel Firpo, el llamado combate del siglo. El cuadro muestra el momento en que Firpo asesta a Dempsey un golpe tan tremendo que lo arrojó del ring. Y aunque al final fue Dempsey el que se alzó con el preciado título de campeón, este cuadro sirve para recordarnos la proeza del joven Firpo.




Y, cómo no, en Los Simpson también hemos podido ver esta escena en el episodio en el que Homer se convierte en boxeador.




¡Y hasta aquí la primera entrada de este Museo Simpsoniano! Aviso que son muchas obras de arte las que me quedan por delante, así que si sois muy fans y os dais cuenta de que me he olvidado alguna, ponedlo en los comentarios.

¡Nos vemos!

lunes, 1 de febrero de 2016

El Signo del mes: Acuario


¡Hola a todos!

Pues ya estamos en febrero, el segundo mes del año, aunque parece que fue ayer cuando empezó enero. La verdad es que estos días se me han pasado volando, y aunque ahora estoy un poco liada con los exámenes de inglés, debo decir que he empezado con cierto buen pie. He empezado a escribir una novela y voy a buen ritmo, pero todavía queda un largo camino por delante hasta terminar. Una de mis intenciones para este año es hacer una antología de relatos cortos de terror, a los que sumaría Lilium, el que os he ofrecido en este mismo blog hace tiempo. ¡Veamos cómo va la cosa!

Mientras tanto, seguimos el calendario programado y os dejo aquí la información que concierne a Acuario, signo al que pertenecen los nacidos en febrero.

¡Un beso y hasta el mes que viene!



Acuario




Símbolo zodiacal: Cargador de agua

Duración: Del 21 de enero al 21 de febrero

Elemento: Aire

Planeta: Urano

Signo opuesto: Leo


Acuario es el undécimo signo del zodiaco, y corresponde en el calendario babilónico con el mes de Sabatu Arax, "el mes destructor". Está dedicado a Ramman, el dios de la tormenta. En Babilonia, este mes era llamado gu, equivalente al asirio , que es el nombre de una medida de volumen seco. Se cree que esta palabra fue asociada al vocablo hebreo kad, que significa "tarro" o "jarra", probablemente en referencia a la urna que identifica el signo. En la mitología griega hay varios personajes que son identificados con Acuario, como el héroe Odiseo o los dioses Urano y Cronos. También se le ha relacionado con la figura de Ganímedes, el copero de los dioses.

De los Acuario se dice que son brillantes, visionarios, curiosos, tolerantes, originales, independientes y un poco excéntricos. Aunque en el plano afectivo pueden resultar un poco desapegados, lo cierto es que  por lo general destacan por ser cordiales y sociables. Poseen un elevado sentido de la justicia y por ello a menudo se sienten atraídos por el activismo o las organizaciones de carácter progresista.

Los Acuario se preocupan más por las empresas intelectuales que por las cuestiones prácticas o materiales. Se sienten muy a gusto en el mundo de las ideas y les cuesta mucho enfrentarse a las situaciones que exigen respuestas emocionales. Los nacidos bajo el signo de Acuario tienen una intuición asombrosa y son capaces de captar conceptos abstractos con extraordinaria rapidez. Entre las profesiones relacionadas con el signo de Acuario están los inventos, la investigación, la organización o el activismo, la astrología, las comunicaciones, la informática y la electrónica.

Entre las celebridades que han nacido bajo el signo de Acuario se encuentran Charles Dickens, el rey Felipe VI, Rubén Darío, Lewis Carroll, Galileo Galilei y James Dean.