sábado, 22 de noviembre de 2014

¡Empieza la revolución en Panem! Mi crítica de "Sinsajo. Parte 1"


¡Hola a todos!

Aquí me tenéis, recién llegada del cine después de ver la esperada Sinsajo. Parte 1, la que sin duda es la película más esperada por todos los adolescentes del mundo. Basada en la popular trilogía escrita por Suzanne Collins, la historia nos lleva a Panem, un mundo distópico dividido en doce distritos controlados con mano férrea por el autoritario Capitolio, que mantiene a la población subyugada mediante la implantación de los Juegos del Hambre, una matanza convertida en espectáculo televisivo en el que se obliga a una pareja de jóvenes de cada distrito a matarse entre ellos hasta que sólo quede uno con vida.

La protagonista es Katniss Everdeen, una joven del Distrito 12 que sobrevive no una, sino dos veces a los Juegos del Hambre. Su valentía, su fortaleza y su arrojo la han convertido en un símbolo para todos los habitantes de Panem, que la ven como la líder de un movimiento revolucionario que lleva mucho tiempo larvándose en el corazón de los distritos sometidos. Así, sin pretenderlo, Katniss se convierte en el Sinsajo, el ave que luce en su hombro como emblema personal, y debe aceptar la misión de ser la cara de la revolución que hostiga al Capitolio... aun sin saber lo alto que ha de ser el precio que debe pagar.

Hecha ya la introducción, pasemos a la película en sí:




Aunque la saga literaria ha sido planteada en forma de trilogía, el cine comercial ha decidido aprovechar el tirón de esta franquicia dividiendo esta última parte en dos películas; según su justificación, para poder contar más detalles que se incluyen en el libro y hacer un final más completo. Pero esta afirmación es tan falsa como los vídeos propagandísticos del Capitolio, porque todos sabemos que esta innecesaria división se hace para exprimir la saga y acumular una cantidad nada desdeñable de capital durante, al menos, un año más (o, por lo menos, hasta que aparezca otra saga de la que sacar jugo a lo grande). Tenemos, por tanto, no una película, sino una media película, la mitad de un desenlace que promete ser bastante épico y extendido.

Sinsajo 1 se ocupa de contar íntegramente la primera parte de la tercera novela. Después de haber sido rescatada con éxito del Vasallaje de los Veinticinco, Katniss Everdeen ha sido llevada al Distrito 13, un lugar concebido como una especie de búnker en el que sus habitantes se rigen por una férrea disciplina militar. Al ser tenida por toda la población de Panem como el símbolo de la revolución de los distritos contra el Capitolio, en el Distrito 13 se planea dar forma al mito de Katniss y convertirla en el auténtico Sinsajo. Es decir: transformar a Katniss en la líder de una revolución de masas que luchan contra la opresión. 

A lo largo de toda la película, somos testigos del drama interno de Katniss, quien se debate continuamente entre la imagen que debe mostrar al país entero y sus traumas personales. Éste y no otro es el motivo de la cinta de Francis Lawrence, ocupada en reflexionar acerca del valor de la propaganda bélica y los medios de comunicación en el marco de una guerra civil. La verdadera batalla se libra a través de las ondas, mediante vídeos que muestran los desastres llevados a cabo por uno y otro bando, cada uno utilizando a sus propios símbolos: los rebeldes a Katniss, el Capitolio a Peeta. No hay batallas campales ni luchas cuerpo a cuerpo, lo que no quiere decir que carezca de escenas realmente conmovedoras y llenas de un profundo significado, como es la voladura de la presa del Distrito 5 mientras suena de fondo la canción El Árbol del Ahorcado.

Aunque la película reproduce con bastante fidelidad la primera mitad del libro, la verdad es que me ha sabido a poco. No sé, hubiera preferido que se olvidaran de dividirla en dos y la hubieran rodado como lo que es: una película que marca el esperado y dramático final de la saga. Al partirla, lo único que han hecho es generar cierto desencanto en el espectador. No quiero decir que no me haya gustado (todo lo contrario, la película la he disfrutado mucho), pero confieso que me he quedado con ganas de más. Katniss todavía es un Sinsajo en pañales. No hay en ella la fuerza de carácter que tenía en su antecesora, En Llamas. Quizá se deba a los daños psicológicos que ha sufrido, que han trastornado su mente y la han convertido en una persona más vulnerable de lo que le gustaría ser. Es posible que esa hubiera sido la intención de Lawrence con esta película. Pero el espectador (y sobre todo el espectador que no ha leído los libros) verá esta película como una historia lenta y hasta un tanto superficial. Siento repetirme, pero es así: si hubiera sido rodada en una sola película, ese sentimiento no se habría producido.

En cuanto a los actores, no hay mucho que añadir a estas alturas. Jennifer Lawrence está más que sobresaliente en su papel protagonista, y lo mismo debo decir de Donald Sutherland (presidente Snow) y de Julianne Moore (presidenta Coin). Me ha decepcionado un poco lo desdibujados que están algunos personajes clave de la saga, como Peeta, Haymitch y Finnick, de quienes me esperaba un tratamiento más profundo dada su trascendencia en la historia.

En resumen, que por el momento se trata de la entrega más floja de la saga. No me entendáis mal: no es una mala película, ni mucho menos. Pero le falta chispa. Carece del fuego de En Llamas y de la épica que la novela Sinsajo tiene. A modo de consuelo, esta primera parte promete ser el inicio de una guerra donde primará la acción por encima de todo y en la que el final dejará a más de uno con la boca abierta.

Pero eso será el año que viene.

Y hasta aquí por hoy. Espero que os haya gustado tanto la película como esta crítica. Puede que nuestro Sinsajo favorito todavía no haya echado a volar en todo su esplendor, pero eso no quiere decir que esta película no nos dé buenas imágenes de su fuego de esperanza.

Cosas extrañas pasan al anochecer. En el árbol del ahorcado... os veré.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Ocho partes de mí


1. La Chica Callada: Pues sí, se me podría definir como una persona seria y callada. No soy de las que habla por los codos ni entabla conversación con cualquiera o en cualquier parte. De hecho, me cuesta mucho arrancarme a hablar con gente a la que no conozco o con la que apenas tengo confianza. Por otra parte, no me disgusta el silencio. Me ayuda a pensar, a poner en orden mis pensamientos, a escucharme a mí misma cuando nadie más lo hace. Cuando permanezco en silencio al lado de una persona a la que aprecio, no siento la necesidad de llenar ese vacío con palabras huecas y carentes de sentido. Me parece del todo innecesario. Hablo poco, pero observo mucho y lo escucho todo. La gente no suele darse cuenta de que no me pierdo ni un solo detalle de lo que ocurre a mi alrededor. Pocas cosas se me escapan. Sin embargo, hay personas que cometen el error de creer que, por ser yo una persona silenciosa, soy como una especie de cuadro decorativo, que está ahí por estar, que no molesta pero que tampoco llama la atención. Creen que no tengo nada que decir, pero la verdad es que son pocos los que me han preguntado. Quien lo ha hecho, me ha conocido de verdad y creo que se ha llevado alguna que otra sorpresa.


2. La Chica Tímida: Muy relacionado con el aspecto anterior, ya que el tímido suele ser también callado por naturaleza. Huidiza y temerosa, reconozco que me asustan las multitudes, rodearme de gente que me es desconocida o quedarme sola en un sitio que no me resulta familiar. Me da miedo meter la pata y que la gente me mire demasiado. Así como hay personas que se abren con facilidad a nuevas amistades, a mí me cuesta mucho relacionarme con los demás. Yo necesito mi propio espacio y no tolero que nadie lo invada sin mi permiso. La gente que se acerca demasiado me asusta, me pone nerviosa. Prefiero que me permitan a mí acercarme cuando me sienta confiada. A veces doy la impresión de que no me junto con los demás porque soy orgullosa y estirada... cuando lo más probable es que me esté muriendo de ganas por abrirme y mostrar mi corazón al mundo.


3. La Chica Entusiasta: Una cosa de la que creo que puedo presumir es que puedo ser muy tenaz y persistente cuando me da la gana. Si la timidez me impide a veces atreverme a hacer algo, una vez que tomo la decisión no paro hasta llegar al final. A por todas. Puede que me cueste, pero me atrevo con todo: desde probar un plato súper picante a hacerme un tatuaje a altas horas de la madrugada (que conste que no se me ha presentado la ocasión, pero fijo que lo haría). Si se me mete en la cabeza emprender una aventura inesperada, la llevo a cabo sin ningún problema. Y con alegría, con una fuerza que a veces me pregunto de dónde la saco. Y es que una de las cosas que más me gustaría hacer es llevar a cabo una locura junto a una persona que me sea muy querida. Hay que tener un poco de cuidado conmigo: si me entusiasmo, puedo ser imparable ^^*.


4. La Chica Risueña: Aunque a primera vista no lo parezca, soy un chica a la que le gusta mucho reír. Una anécdota graciosa que me han repetido hasta la saciedad sigue arrancándome carcajadas como si hubiera sucedido hace cinco minutos. Estar rodeada de la gente que quiero tiene la virtud de dibujarme una sonrisa en la cara, una sonrisa imposible de borrar. Mis sonrisas más auténticas se pueden ver en aquellas fotos que me hicieron cuando estaba en la mejor compañía del mundo. ¿Y queréis saber algo más? Aquellos que han sido capaces de arrancarme una sonrisa cuando nadie más pudo ocupan un lugar muy importante en mi corazón. Porque gracias a ellos he descubierto que dentro de mi corazón hay más luz de la que jamás pensé que tenía. Hubo un tiempo en el que pensé que la felicidad me estaba negada, y que tendría que conformarme con esbozar una leve sonrisa de vez en cuando para contentar a los que me rodeaban. Pero el tiempo y gente maravillosa me han devuelto aquello que creí haber perdido para siempre. Por eso, cada vez que sonrío va por ellos.


5. La Chica Sarcástica: Sí, tengo que admitirlo. Soy una persona increíblemente sarcástica, sobre todo con la gente que va de sobrada o de lista por la vida. Me he encontrado con personas a las que les gustaba vacilar o ir de guays, que se regodeaban en tomarle el pelo a gente inocente o bondadosa de más, o que se creían situadas en un plano moral superior al de los demás. Si hay algo que detesto en la vida es a esa gente que presume de inteligencia sin tener ni puta idea de nada; si hay algo que me encanta en la vida es devolverles la pelota en forma de sarcasmo. ¡Oh, sí! Cada vez que alguien me suelta una pedantería o me deja claro que tiene un ego demasiado subido, siento que tengo la necesidad de bajárselo de un plumazo. ¿Cómo? Como mejor sé: escribiendo. Mi mente es menos rápida que mi mano a la hora de soltar la réplica de turno, pero para eso tengo la ventaja de poder tomarme mi tiempo para pensar lo que le voy a responder. Algunos ya sabéis de qué estoy hablando: Si alguien tiene la osadía de hacer un comentario fuera de tono o de lugar, me encargo de ponerlo en su sitio utilizando un feroz sarcasmo que me encanta sacar a relucir de vez en cuando. Y aviso: soy de las que meten bastante caña cuando me provocan. Ay, si es que me lo ponen a huevo...


6. La Chica Tierna: Vaaale, lo reconoooozco, también tengo una parte tierna dentro de mí (qué vergüenza da reconocer algunas cosas, caray...). Debido a mi seriedad, muchos piensan de mí que soy una persona arisca e intratable, de esas a las que no se le puede decir nada porque podría darte un mordisco. Sin embargo, aunque me cueste admitirlo, tengo que decir que hay sitio en mi corazón para la ternura. Aunque no me considero una persona especialmente amorosa, dada a los abrazos o a los besos, de vez en cuando me gusta tener pequeños detalles con mis allegados, hacerles partícipes de mis alegrías particulares. Me gusta hacerles dibujos, dedicarles cuentos, inventarme historias poniéndoles de protagonistas, prepararles algún postre, dedicarles una canción, hacerles pequeños regalos hechos por mí... Creo sinceramente que son los pequeños detalles los que hacen la vida, y la amistad también hay que sustentarla con gestos de buena voluntad. Eso no me convierte en alguien cursi... ¿verdad?


7. La Chica Melancólica: Ahh, de eso hay mucho en mí, para mi desgracia. Mi signo es Piscis, y dicen que los de este signo tendemos a expresar una sensibilidad fuera de lo común, que la realidad nos asusta y hace que nos repleguemos a nuestro mundo para seguir sufriendo por los males que aquejan al mundo en general. Si creyera en la Astrología, pensaría que me han leído la mente o algo así porque han dado en el clavo. En ocasiones, no sé muy bien por qué, me invade una melancolía que me resulta difícil de describir. A veces el mundo me resulta un lugar tan vacío y superficial que me cuesta encontrar fuerzas para levantarme por la mañana y vivir un día más de esa existencia gris que me deprime y a veces me enerva. En ocasiones me siento incapaz de pensar en otra cosa que no sean las desgracias que afectan a los que me rodean, llegando incluso a llorar por alguien a quien no conozco pero que sé que tiene una vida miserable y llena de penurias. Las injusticias me llenan de ira, pero me falta fuerza para luchar contra el poder establecido. Me avergüenza tener que reconocer mis debilidades, pero a veces el mundo me supera por mucho.


8. La Chica Artista: Y, para terminar, acabemos con algo feliz, ¿no? Si alguien me hubiera asignado una profesión desde mi nacimiento, sin duda habría salido algo referente al arte en cualquiera de sus formas. La literatura, la pintura, la escultura, la música, el baile, el canto, el teatro, las manualidades... Creo que lo he probado todo. Me gusta leer y escribir todo tipo de historias y en todo tipo de formatos, ya sea novela, cuento, microrrelato y algún que otro poema, incluyendo caligramas y acrósticos. Me gusta dibujar y pintar cualquier cosa que despierte mi imaginación: una flor, un arco iris, la lluvia que cae... He aprendido los rudimentos de la música, he formado parte de un coro y puedo presumir de tener un oído bastante bueno para la música. Me gusta el teatro y hasta me he animado a participar en alguna que otra obra. Y, de vez en cuando, me apetece centrar mi atención en hacer manualidades: modelar broches, hacer muñecos, bordar, diseñar postales... A veces mi cuerpo también ha sido mi lienzo, ya que soy de esas que suele hacerse dibujos en las manos y en los brazos. Vamos, que tengo corazón de artista.


domingo, 9 de noviembre de 2014

Películas de fantasía que no puedes dejar de ver


¡Hola a todos!

Si habéis leído mi post Kimmidoll de este mes, sabréis que a partir de ahora no voy a tener demasiado tiempo libre, ya que me he metido de lleno en el máster docente y voy a estar muuuuy ocupada en los próximos meses. Al margen de los sentimientos encontrados que me produce este máster (al que le dedicaré un post especial cuando lo termine con éxito), he decidido que al menos un par de noches a la semana las voy a dedicar a redactar artículos para este blog, al que le tengo mucho cariño y que no quiero descuidar, tanto por mí como por todos los que me leéis.

Todos sabéis ya que soy una fiel seguidora del género de fantasía en todas sus variantes: novelas, películas, videojuegos, dibujos animados, cómic... Para mí es complicado explicarle a alguien hasta qué límites llega mi amor por el género fantástico, porque el amor no tiene límites. Quizá sólo pueda comprenderme alguien que comparte el mismo sentimiento que yo. ¿Cómo se explica esa sensación de poder al imaginarte en un mundo nuevo con cientos de aventuras por vivir? ¿Cómo le haces saber a alguien que es primordial ir a buscar la Espada Kalagon para poder despertar al ejército de dragones que duerme bajo la montaña? ¿Cómo puedes explicarle a un neófito la emoción que supone ser la heroína de la profecía, aquella en cuyo interior habita el espíritu del dios guerrero Thalion? (Por si os lo estáis preguntando, esto son referencias a cuentos y personajes que yo me he inventado).

Mi amor por la fantasía me ha llevado a querer llenarme de todo lo que tuviera relación con ella, ya fuese bueno o malo. Y aquí está precisamente el problema, ya que en el género de fantasía prácticamente ya está todo inventado, y muchas de las cosas que han llegado (y llegan) a nosotros no son demasiado buenas o su calidad es francamente mediocre. Esto me lleva al apartado fílmico: El cine nos ha traído grandes historias de fantasía que más o menos recordamos. No hablo sólo de grandes maravillas visuales como El Señor de los Anillos o Harry Potter, sino también del pequeño cine, el cine de andar por casa, el que parece más cutre que unas zapatillas de cartulina. Sus historias no son nada del otro mundo; es más, incluso se repiten los típicos clichés del género de fantasía en todas sus variantes. Su puesta en escena roza lo chusco en muchas ocasiones, con decorados de cartón, vestuario ochentero o carnavalesco, y banda sonora exagerada y/o cargante hasta límites insospechados. Y, sin embargo... ¡qué recuerdos tan bonitos nos traen! ¡Qué aventuras tan grandes vivimos al lado de aquellos entrañables personajes! ¡Qué ganas de volver a ver una de aquellas cutre-películas para volver a sentir la emoción que sentimos una vez de niños, cuando éramos los héroes de nuestras propias historias!

El objetivo del post de hoy es el de devolveros, una vez más, al tierno mundo de la infancia. Si os gustan las películas de fantasía, hay unas cuantas pequeñas grandes obras que, por fuerza, habéis tenido que ver o, como mínimo, os suenan de algo. Espero que lo disfrutéis sinceramente.

Este es el Top 10 de las películas de fantasía que todos tenemos que ver:


10) Desideria, el Anillo del Dragón




Pues empezamos con una película que a muchos no les sonará, porque la verdad es que ha pasado un poco desapercibida para el público español. Este telefilm italiano de 1994 no destacaba precisamente por la calidad del rodaje, ni por la banda sonora, ni siquiera por las dotes interpretativas de sus actores. Sin embargo, para los que la vimos en su día es imposible no sonreír con nostalgia al recordar la historia que se escondía detrás.

Un rey medieval lleva en su mano un anillo con forma de dragón que simboliza su poder. Este rey tiene dos hijas muy distintas. Desideria, su hija biológica, es una mujer encantadora, alegre y vivaz; y Selvaggia, su hija adoptiva, es una hermosa princesa tan ambiciosa como malvada. Al crecer, Desideria se enamora de Víctor, el jefe de un grupo de rebeldes, que ha sido capturado. Sin embargo, todo se trastocará cuando la malvada Selvaggia interfiera en los acontecimientos, tratando de robar el Anillo del Dragón y utilizando su poder para sus fines.

La verdad es que, hablando claro, no es una obra maestra del cine. Es, simplemente, una película de aventuras que busca entretener a los más jóvenes de la casa. Reyes, magos, princesas y dragones dan forma a esta historia llena de fantasía.


9) Alisea y el Príncipe de los Sueños




Una vez más, Italia vuelve a amenizar nuestras vidas con fantasía relatándonos la historia de Alisea y Demian, un cuento lleno de aventuras, magia y, sobre todo, mucho amor. La película, al igual que la anterior, tampoco puede presumir de una calidad desbordante, pues parece que ha sido hecha en casa y con las primeras cuatro personas que pasaban por allí, excepto Christopher Lee (que aún no me explico cómo ha acabado en esta película).

Alisea y sus cinco hermanos han sido secuestrados por el malvado mago Azaret. Alisea, también llamada Sorellina por sus hermanos, busca incansablemente la manera de llevarse a sus hermanos lejos de Azaret. En cierto momento, consigue escapar del castillo, y por el camino se encuentra con el príncipe Demian, quien está huyendo de su cruel padre, el rey Kurdok, quien quiere que su hijo se convierta en un poderoso guerrero. Ambos jóvenes se enamoran, pero se ven obligados a separarse. Un hada buena, testigo del fuerte amor que les unirá toda la vida, les promete que siempre podrán verse y estar juntos en sus sueños, hasta que juntos derroten al malvado Azaret, quien se interpone entre ambos.

Tenemos aquí otra película tan simplona como la anterior, a veces rayando en la tontería más absoluta. Pero quizá no importe tanto su simpleza como la tierna historia que relata en medio de un sinfín de aventuras extraordinarias. Aunque sea simple, cutre y tonta, creo que un fantasiófilo de pro no puede dejar de verla.


8) El Señor de las Bestias




Sin ninguna pretensión, con un guión tan ingenuo que provoca más de una sonrisa, esta película se ha convertido en uno de los mejores recuerdos de mi infancia. Aunque nació siguiendo la moda de películas de los 80, más concretamente en la onda de Conan el Bárbaro o Krull el Conquistador, lo cierto es que El Señor de las Bestias ha sabido ganarse su lugar en la historia del cine de fantasía.

La acción transcurre en el reino de Zed, en el que Maax es el líder de una secta religiosa que se está haciendo con el poder del reino gracias a su alianza con los horripilantes Yuns. El rey ordena la expulsión de Maax, pero éste amenaza con arrancarle a su primogénito de las entrañas de la reina y ofrecerlo en sacrificio. Con ayuda de unas brujas, Maax consigue quitarle el bebé a la reina y lo abandona a su suerte, pero el niño es encontrado por un campesino que lo cuida y al que llama Dar. Años más tarde, Dar contempla cómo toda su familia es asesinada y descubre en ese momento que tiene la facultad de comunicarse con los animales. Dar inicia entonces un viaje con el fin de encontrar a Maax y vengar la muerte de su familia.

Sinceramente, a mí esta película me encanta. No me olvidaré nunca de los pequeños hurones Kodo y Podo, el halcón por el que veía desde los aires y la pantera negra Roo, símbolo de su fuerza. Un cuento poblado de bárbaros y ogros, de sacerdotes malignos y brujas terribles, pero donde también hay guerreros y heroínas que defienden los valores de la amistad, el bien y la ecología. Típica película que te provoca ganas de salir a la calle, levantar el puño y gritar "¡Yo soy Dar, el Señor de las Bestias!"


7) La Leyenda de Terramar




Basada en los libros de Úrsula K. Le Guin, el mundo ficticio de Terramar cobró vida en una miniserie rodada para su emisión en televisión. En su momento recibió muchas críticas ya que, al parecer, cualquier parecido con la ficción creada por Le Guin es pura casualidad. No niego que lo que dicen los fans sea verdad, pero creo que es mejor ver esta película como algo distinto a los libros y disfrutarla por lo que es en sí misma.

El temerario Ged de Diez Alisos, hijo de un herrero, ansía convertirse en el mayor mago que haya conocido el mundo de Terramar. Un mago trata de enseñarle los principios de la magia, pero cree que el joven necesita la disciplina que sólo podrá obtener en la escuela de artes arcanas. En su largo viaje se topará con multitud de aventuras y peligros, conocerá al bonachón Algarrobo y a la valiente sacerdotisa Tenar, y se enfrentará incluso a un dragón que guarda el secreto del amuleto que Ged recibió antes de partir de su tierra. Al mismo tiempo, será perseguido por un oscuro ser, creado por culpa de su inconsciencia, que busca su destrucción.

Dejando de lado la escasa fidelidad que guarda con el Ciclo de Terramar, la película no está nada mal. La historia es bonita y tiene detalles preciosos en algunos momentos. El apartado técnico es bastante deficiente, pero creo que lo compensa con una estupenda puesta en escena. Si buscáis una película de auténtica fantasía, esta es una buena opción.


6) El Viaje del Unicornio




¡Oh, sí! Una de mis películas favoritas dentro de este ranking, porque realmente me hizo soñar. Pudimos ver este telefilm en el año 2001, en una época en que en la tele nos alegraban los sábados por la noche con películas sencillas pero entretenidas, con historias muy atractivas y haciendo hincapié en la fantasía. De todas las que vi en esa época, El Viaje del Unicornio fue la que más me gustó.

Tras la muerte de su madre, una ilustradora de cuentos infantiles, Cassie Aisling, una niña de nueve años, empieza a soñar con el mundo que su madre dejó inacabado. Su hermana mayor Miranda, por el contrario, trata de apagar su dolor tras una fachada de cinismo. En cuanto a su padre, profesor de Historia Antigua en la universidad, intenta mantener a la familia unida lo mejor que puede. La vida de los tres cambia cuando un día aparecen de repente unos trolls que pretenden acabar con la familia Aisling. También aparecen en escena el enano Malachi y el elfo Sebastian, quienes ayudan a los Aisling a escapar. A bordo del impresionante barco de vela "El Unicornio", los Aisling deberán recorrer un mundo que combina los antiguos reinos de nuestro mundo con lo más variado de la fantasía, para averiguar por qué son perseguidos.

Aunque se la puede tildar de infantil y simple, la verdad es que es una película muy resultona. Es una historia llena de aventuras, humor y magia, con una ambientación fantástica y unos efectos especiales más que aceptables. Maravillosa es también la resolución de la profecía, el misterio que oculta la frase Credendo Vides (que significa "cuando se cree, se puede ver"). La fe precede al milagro. Cuando se cree en algo con mucha fuerza, es posible ver la verdad.


5) El Reino del Anillo




Los mitos que nos ha legado la Edad Media también son una buena fuente para disfrutar de la fantasía, sobre todo cuando reúne en una sola historia a reyes asesinos, un príncipe que desconoce su origen, una reina guerrera, un consejero ambicioso, un enano artero, un tesoro custodiado por un dragón y unos espíritus que anuncian la desgracia de aquel que lo robe. El Cantar de los Nibelungos, muy conocido por todos, también tuvo su más moderna adaptación en esta película.

El joven herrero Eric, cuyo auténtico nombre es Sigfrido, no sabe que es el heredero del invadido reino de Xanten, y se hace popular entre las gentes de Burgundia al derrotar con su propia espada al dragón Fafnir. Sigfrido ignora que el tesoro que ahora le pertenece oculta una maldición que a la larga acabará pagando con el amor que siente por la valerosa reina islandesa Brunilda.

La película es bastante fiel al cantar medieval, aunque cojea en la elección de algunos actores protagonistas. Es una adaptación que recoge tanto la versión clásica como la versión cristiana del Cantar de los Nibelungos, ofreciendo una historia que no deja cabos sueltos y que resulta de lo más entretenida. Como curiosidad, decir que Robert Pattinson, antes de ser el vampiro Edward Cullen, tuvo aquí uno de sus primeros papeles como el príncipe Giselher, hermano del rey Gunter de Burgundia.


4) Dragonheart




¡Maravilla de maravillas! ¡Canela en rama! Dragonheart es de lo mejorcito que encontraréis en este top, porque es una historia que lo tiene absolutamente todo para triunfar. Aunque está destinada a un público infantil, creo que es la típica película con la que todos podemos pasar un buen rato. Con una historia tan divertida como conmovedora, se la recomiendo encarecidamente a todo el mundo.

El joven príncipe Einon es herido durante una batalla por la cual se pretendía derrocar a su cruel padre, el rey Freyne. Para evitar que muera, la reina Aislinn lleva a su hijo ante el dragón Draco, quien entrega parte de su corazón al príncipe para salvar al muchacho. Agradecido con el dragón, el caballero Bowen, protector del príncipe, promete saldar esa deuda con el dragón. Sin embargo, con el tiempo se descubre que Einon es tan cruel como lo había sido su padre, y Bowen atribuye esto al corazón del dragón. Buscando vengarse, se convierte en cazador de dragones y mata a todos los que encuentra. En su periplo, Bowen se encuentra con Draco y llegan a hacerse amigos. Entre los dos deciden unir fuerzas para representar un paripé: Bowen supuestamente "caza" a Draco y luego reclama una recompensa a los habitantes del pueblo que le ha pedido ayuda. Y así seguirán su camino hasta que se encuentren con el cruel Einon, cuya muerte acarrearía también la muerte del dragón.

Si tuviera que describirla con una palabra, sería ESTUPENDA. Más que un relato de aventuras, es una fábula intimista, emotiva y espectacular. La historia más bella acerca de la amistad de un ser humano y un dragón, amenizada además con una banda sonora compuesta por Randy Edelman que eleva las emociones hasta lo máximo. Una película con corazón y con alma, y sólo por eso ya merece la pena.


3) La Princesa Prometida





¿Qué os voy a contar yo de La Princesa Prometida que ya no sepáis? Es la historia perfecta, la que lo tiene absolutamente todo: aventuras, traición, duelos de espadas, acantilados escarpados, ambición, inteligencia, fuerza bruta, venganza, amistad... y amor verdadero. Famosa por dejarnos para la posteridad frases inolvidables y escenas dignas del recuerdo. Una verdadera joya cinematográfica.

La hermosísima Buttercup descubre que Westley, el mozo de labranza que trabaja en su granja, está enamorado de ella. Y su sorpresa es aún mayor cuando descubre que ella también ama al apuesto joven. Tras declararse su amor, Westley toma un barco para ir a otra tierra a hacer fortuna... pero su barco es abordado por el temible pirata Roberts, quien nunca deja supervivientes. Buttercup se resigna a la idea de no volver a amar a nadie nunca más. Pero justo cuando falta poco tiempo para su matrimonio con el príncipe Humperdinck, al que no ama, Buttercup es secuestrada por Vizzini, Íñigo Montoya y Fezzick, tres sicarios al servicio del reino enemigo. Además, un misterioso hombre enmascarado y vestido de negro persigue a los tres esbirros con la intención de reclamar a la princesa para sí...

Es un cuento, un simple cuento. Pero no sé por qué a la gente se le queda grabado en la memoria para siempre. Es una historia llena de emoción y aventuras sorprendentes, aderezada con unas frases que quedarán para la posteridad. ¿Quién no ha dicho alguna vez "Hola, me llamo Íñigo Montoya; tú mataste a mi padre: prepárate a morir"? ¿Quién no ha disfrutado con la batalla de inteligencia entre el hombre de negro y Vizzini? ¿Quién no ha querido adentrarse en el Pantano de Fuego o ir a visitar a Max Milagros? Lo dicho: una joya.


2) Lady Halcón




¡Ah, qué historia tan bonita! La maravillosa Lady Halcón se ganó los corazones de muchos no sólo por contar una historia de fantasía realmente atractiva, sino también por la perseverancia de los amantes hechizados. Al igual que otras películas de los 80, no pretendía ser una gran producción cinematográfica. De hecho, la película es de lo más sencilla (a destacar la cutre banda sonora a cargo de The Alan Parson's Project, que tantas risas me provocó cuando la oí por primera vez). Sin embargo, es su sencillez lo que la hace tan hermosa e inolvidable.

Edad Media. En este tiempo tan convulso se ha forjado una leyenda que relata la diabólica venganza del Obispo de Aquila. Este hombre, enamorado de la bella Isabeaux, monta en cólera cuando se da cuenta de que ella no sólo no le corresponde, sino que ha entregado su corazón al valiente Navarre. El Obispo, celoso de su amor, se alía con las fuerzas del mal y lanza un hechizo sobre los dos amantes: Isabeaux se convierte en un halcón durante el día y Navarre se transforma en lobo durante la noche. Eternamente unidos y eternamente separados, los dos vagan por el mundo buscando la manera de deshacer el hechizo que les impide estar juntos.

Si hay una historia de amor bella de verdad, ésa es la de Lady Halcón. No conozco a nadie a quien no le haya gustado la historia de los amantes que nunca podían estar juntos. Y ese momento en el que Navarre e Isabeaux se están transformando y por un fugaz instante están a punto de tocarse sin conseguirlo... consiguió emocionar hasta a los más insensibles.


1) Willow




Y la corona de este top va para una de las más grandes películas del género de fantasía. La estupenda Willow, un maravilloso cuento medieval con brujas, enanos y poderes mágicos, se ganó el corazón de muchos por la candidez de sus protagonistas. Pues aunque Val Kilmer tiene un papel muy destacable, los verdaderos héroes eran el nelwyn Willow y la pequeña recién nacida Elora Danan, quienes las pasaban de todos los colores para escapar de las garras de la malvada bruja que les perseguía.

Temerosa del cumplimiento de una profecía según la cual una niña nacería para acabar con su reinado, la Reina Bavmorda ordena que la niña que lleva la marca en su brazo sea asesinada. La comadrona intenta salvar a la niña de la ira de Bavmorda pero, alcanzada por los perros de presa del castillo, no tiene más remedio que arrojar la cuna al río. Gracias a la corriente, la cuna llega a un pueblo de nelwyns, donde la niña es adoptada por el valiente Willow. Bavmorda envía a su hija Sorsha y al General Kael, líder de su ejército, a recuperar a la niña. Será tarea de Willow mantener a la pequeña a salvo de tan terribles rivales, ya que ha sido la propia niña quien le ha elegido como su protector.

En mi opinión, Willow es la mejor película de fantasía que ha habido nunca. No sé si es porque es un producto de mi infancia, pero la considero muy por encima de producciones actuales, mucho más modernas y con efectos especiales más trabajados. Sé que no tiene que hacer ante maravillas como El Señor de los Anillos. Lo único que sé es que merece la pena verla, porque dentro del género de fantasía sigue y seguirá siendo una de las mejores películas que ha habido nunca.


¡Y hasta aquí mi ranking de películas fantásticas! Espero que os haya gustado y os haya traído muchos recuerdos. Seguro que a muchos se os ha dibujado una sonrisita en la cara al recordar algunas de estas películas, sobre todo si os suenan de mucho. Si no habéis visto alguna, ya tenéis material de sobra para disfrutar durante varios fines de semana.

¡Hasta la próxima!

lunes, 3 de noviembre de 2014

El Día de Muertos


¡Hola a todos!

Como ya sabéis, el pasado día 31 de octubre se celebró la archiconocida fiesta de Halloween, festividad que muchos consideran importada de Estados Unidos y que se mira con cierto recelo por las gentes de este país. Salvando el hecho de que Halloween es, en realidad, una fiesta "exportada" (su origen está en la festividad celta de Samhaín), admito que el escaso arraigo que aquí tuvo durante siglos y su enorme éxito en Estados Unidos ha hecho que parezca una fiesta traída de fuera. Una especie de invasión cultural, si preferís verlo de otro modo.

Halloween es una fiesta que tiene el terror como tema principal. El terror y la muerte. Es habitual encontrar a gente disfrazada de fantasmas, espíritus, gente muerta o monstruosos zombies. Sin embargo, el mundo no se reduce sólo a Halloween. Existe en México una festividad destinada a honrar las almas de los muertos que se celebra en noviembre. Una fiesta cargada de color, música, belleza y, sobre todo, mucho respeto por los muertos.

¿Queréis saber un poco más sobre el Día de Muertos? Pues seguid leyendo.




El Día de Muertos es una celebración mexicana en la que se honra el espíritu de los ancestros durante el 2 de noviembre, coincidiendo con la celebración católica del Día de Difuntos. Aunque se trata de una festividad típica de México, también se celebra en algunos lugares de Estados Unidos donde reside una gran población de origen mexicano y, en menor medida, en algunas partes de Latinoamérica.

A pesar de que puede resultar un tanto morboso dedicarle una fiesta al tema de la muerte, lo cierto es que el Día de Muertos es una festividad muy alegre. Aunque ocurre en fechas cercanas al Día de Todos los Santos y al Día de Todas las Almas, en vez de sentirse temerosos por la cercanía de espíritus maléficos, es habitual celebrar el Día de Muertos con buen humor, poniendo un mayor énfasis en la celebración y en el recuerdo de las vidas de los que ya nos han dejado.

Los orígenes de esta curiosa festividad hay que buscarlos en la época de los indígenas que poblaban Mesoamérica, tales como los aztecas, los mayas, los purepechas, los nahuas y los totonacas. Estas civilizaciones ejecutaron diversos rituales mediante los que celebraban las vidas de los ancestros durante al menos unos 3.000 años. Además, en la era prehispánica era muy común la práctica de conservar cráneos humanos a modo de trofeo y mostrarlos durante los rituales como símbolo de muerte y renacimiento.

El festival que posteriormente se convertiría en el Día de Muertos se celebraba en el noveno mes del calendario solar azteca, que caería aproximadamente a principios de agosto, y se celebraba a lo largo de todo el mes. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacihuatl, conocida como la “Dama de la Muerte”, y se dedicaban a la celebración de las vidas de los niños y de los parientes fallecidos.

Cuando los conquistadores españoles llegaron a América en el siglo XV, se quedaron conmocionados por el terror al presenciar las prácticas paganas de los indígenas. Se trató en un principio de prohibir la festividad pero, al fracasar en el intento, convirtieron a los indígenas al catolicismo y cristianizaron dicha celebración, trasladándola a principios de noviembre, fecha que coincidía con la festividad católica de Todos los Santos. Es también notoria la similitud que guarda con el Samhain, la festividad celta por la que se honraba a los muertos organizando un opíparo banquete, y que posteriormente se convertiría en lo que hoy conocemos como Halloween, una fiesta en la que son habituales los disfraces que remiten a elementos mórbidos y terroríficos, pero en la que impera el buen humor.



Altar dedicado a los difuntos de la familia


El Día de Muertos se lleva a cabo, en realidad, en dos días: el 1 de noviembre se dedica a las almas de los niños y el día 2 a las de los adultos. La creencia popular es que las almas de los seres queridos que se nos fueron regresan de ultratumba durante el Día de Muertos. Por ese motivo, se recibe a las almas con un altar en donde se deposita la ofrenda, que consiste en colocar su comida y bebida favoritas, frutas, calaveritas de dulce y, si fuese el caso, juguetes para los niños. No faltan tampoco las fotografías de los difuntos y las hermosas flores de cempasúchil, de un resplandeciente color amarillo, el color de la muerte en el México prehispánico.

Una parte importante de esta tradición consiste en visitar los cementerios y panteones donde descansan los difuntos. Ya sea de día o de noche, las familias van a los cementerios, limpian las tumbas, las adornan con coronas de flores y colocan velas como una manera de iluminar el camino de las almas en su regreso temporal a casa. Algunas personas pasan la noche en los panteones, que en esas fechas están abiertos las veinticuatro horas del día. Incluso los hay que contratan los servicios de grupos musicales para que toquen las canciones favoritas del difunto al pie del sepulcro. En caso de que no se pudiera visitar la tumba, bien porque no existe dicha tumba, bien porque la familia está muy lejos como para ir a visitarla, los altares que se levantan en casa cumplen con la función de honrar su recuerdo.

El humor es una parte muy importante de esta festividad, pues en México se percibe la muerte de una manera harto peculiar. Los mexicanos utilizan la sátira para burlarse de ella. Ejemplo de esto es la famosísima Catrina o Bella Muerte, una calavera vestida con diferentes atuendos y que simboliza la presencia de la muerte en todo lo cotidiano. Es habitual encontrar litografías en los principales periódicos de México donde se hacen parodias de personajes políticos junto a la Catrina. Asimismo, también podemos disfrutar de las típicas calaveras literarias. Se trata de versos en los que la Catrina bromea con personajes de la vida real, famosos o no, y hace alusión a alguna característica especial del interpelado, finalizando con frases donde se expone que se lo llevará a la tumba. Cada año se organizan concursos de calaveras literarias en los que se premia la creatividad y la picardía de los versos.

Y, por supuesto, en toda gran festividad no puede faltar la gastronomía. Entre los platos que abundan en el Día de Muertos encontramos el delicioso Pan de Muerto, un dulce cubierto de azúcar blanca o de colores y con tiras que simulan huesos. El más popular tiene forma redonda, pero también se puede hacer en forma de muñeca, esqueleto o animal. A modo de curiosidad, se cree que la práctica de pigmentar con color rojo el azúcar que cubre el pan fue una idea de los españoles como respuesta simbólica al rechazo que sentían por los sacrificios humanos que realizaban las culturas prehispánicas en honor de sus dioses.



Mi pequeño homenaje a la Catrina


¡Hasta pronto!

domingo, 2 de noviembre de 2014

La Kimmidoll del mes: Akiyo, "Reflexiva"


¡Hola a todos!

Pues empezamos noviembre con algo de agobio, al menos por mi parte. Me he puesto con los contenidos del máster y esto es más durillo de lo que esperaba. Aunque a veces estoy que me tiro de los pelos, todo el mundo se está portando genial conmigo aguantando mis quejas, dándome ánimos y diciéndome que no me rinda. Aunque es duro, sé que tienen toda la razón. Así que les haré caso y trataré de hacer las cosas lo mejor posible. ¡Deseadme suerte!

Mientras tanto, os dejo aquí la Kimmidoll correspondiente a este mes de noviembre. ¡Espero que os guste!


Akiyo, "Reflexiva"




"Mi esencia es actual y decidida. A través de la contemplación silenciosa y la observación honesta, mi esencia se revela por sí misma. Que en tus momentos de reflexión personal te haga saber quién eres realmente, y que te haga abrazar tu lugar único y especial propósito en la vida, en todas las formas y cada día.

Es la esencia que envuelve a aquellas personas que practican la meditación sosegada y pura. En los momentos de reflexión personal se descubren a sí mismos, encuentran el sentido de la vida, y el propósito único y especial que te resguarda en cada momento de tu existencia."