lunes, 22 de diciembre de 2014

Los Simpson: 25 años de música


¡Hola a todos!

Si ahora mismo os preguntara qué serie de dibujos animados os ha marcado para siempre de forma irremediable, seguro que más del 90% respondería que la serie de su vida ha sido Los Simpson. Creo que no hay persona en el mundo, sea niño o sea anciano, que no conozca a la familia más famosa de Springfield, salida de la mente genial del dibujante Matt Groening. Y es que a fuerza de meternos los episodios por los ojos (a veces tan repetidos que llega a cansar), es lógico que todo el mundo sepa quiénes son Homer, Marge, Bart, Lisa y Maggie Simpson. A veces es como si fueran de nuestra propia familia, de tanto que les hemos visto.

Los Simpson han amenizado muchos ratos divertidos con su sola presencia. Les hemos visto a todas horas: de noche, por la tarde y, más recientemente, a la hora de comer (con las disputas que ello conlleva cuando un miembro de la familia, posiblemente el padre o la madre, no quiere volver a ver un capítulo que ha visto millones de veces). Los momentos que nos han dejado han pasado a formar parte de nosotros, de nuestro imaginario, e incluso de nuestras conversaciones personales. Los personajes de la serie, tanto los protagonistas como los secundarios, nos son tan familiares, tan conocidos, que hablamos de ellos como si fueran amigos de toda la vida.

Y la música. La maravillosa música de Los Simpson es algo que merece un capítulo aparte. A lo largo de sus veinticinco temporadas han pasado cantantes y grupos de todas las épocas y estilos. Desde el rock de los años 50 hasta el pop más actual, pasando por la música propia del movimiento hippie o de la moda disco de los 70. La música es una de las artes más poderosas del mundo, porque influye sobre todos los seres humanos. Puede sentirse indiferencia ante una pintura o una escultura determinada, pero no es así en el caso de la música. Es algo que cala hondo, que nos llega al alma, que a veces nos hace reír y a veces nos hace llorar. Y gran parte del éxito de Los Simpson se debe no sólo a la música que suena en sus episodios, sino en la capacidad de los que hacen la serie para saber colocarla en el momento y el lugar justos.

Los Simpson acaban de cumplir 25 años. Y, para conmemorar ese cuarto de siglo, yo he decidido hacer una selección de entre todas las canciones que han sonado en la serie, que no son pocas. Me ha costado mucho elegir sólo veinticinco canciones, pues había muchos criterios que seguir. Supongo que al final me he dejado llevar por el corazón y he elegido aquellas que más me han marcado de un modo u otro. Puede que no sean las mejores, pero puedo decir con seguridad que son las mías.

Estas son las mejores 25 canciones de Los Simpson:


1. Close to You, de The Carpenters




Muchos la reconoceréis porque es la canción que simboliza el amor entre Homer y Marge. Fue la canción que Homer se imaginó al ver a Marge por primera vez, la canción que se tocó en el baile del instituto, la misma canción que Marge quería para el timbre de su casa, y la que sonaba en su vídeo de boda, en la película de Los Simpson. Una preciosa canción, tierna y sencilla, que refleja todo el amor que Homer y Marge se profesan. Un amor que, con el paso de los años y a pesar de los numerosos baches que se topa por el camino, crece y se fortalece.


2. Turn Turn Turn, de The Byrds




Canción realmente nostálgica, utilizada en algunos momentos especialmente curiosos de Los Simpson, como cuando Bart piensa al estilo de Aquellos Maravillosos Años y cuando Kent Brockman se sube al tiovivo que van a derribar para hacer uno de sus reportajes sensibleros. También es conocida esta canción por formar parte de la banda sonora de la eterna Forrest Gump. Es imposible no tararearla ni esbozar una sonrisa melancólica al oírla.


3. Break like the Wind, de Spinal Tap




Aunque sólo aparece en un capítulo, es imposible no recordar el memorable y desastroso concierto del grupo Spinal Tap en Springfield. La canción de apertura del concierto es precisamente esta, la estupenda Break like the Wind. Puede que no sepamos mucho sobre la auténtica historia de Spinal Tap (que os recomiendo que busquéis porque os podéis llevar una sorpresa), pero siempre recordaremos esta canción como parte de su leyenda, nunca mejor dicho.


4. Classical Gas, de Mason Williams




Otra canción que sólo aparece en un capítulo, pero que fue suficiente para marcarme de por vida. Esta canción suena en el episodio donde los trabajadores de la central nuclear se ponen en huelga para que no les quiten el seguro dental (Seguro dentaaaal… Lisa necesita un aparato… Seguro dentaaaal… Lisa necesita un aparato. Lo siento, tenía que decirlo). Lisa está entre los huelguistas con una guitarra, tocando canciones protesta. En cierto momento, Lenny le pide que toque esta canción y Lisa le da un par de punteos a la guitarra, que fácilmente reconocemos en esta canción.


5. With a Little Help From my Friends, de Joe Cocker




Aunque la canción original es de los Beatles, puede que la versión de Joe Cocker sea más recordada por ser la canción de la serie Aquellos Maravillosos Años. Es una melodía que nos hace recordar nuestra propia infancia y adolescencia, tengamos los años que tengamos y seamos de la generación que seamos. Precisamente en Los Simpson también se la relaciona con el recuerdo, ya que es la canción que suena en los vídeos domésticos de Homer y Marge, que Bart está viendo para llevarse uno a clase.


6. Que será, será, de Doris Day




Entrañable canción que habla de las preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez sobre el futuro. En Los Simpson, esta canción suena en un momento en el que los habitantes de Springfield no contaban con tener un futuro, pues un cometa descubierto por Bart iba a estrellarse contra la ciudad sin remedio. Es Ned Flanders, expulsado de su propio refugio por todos los habitantes de Springfield, quien se encamina a la destrucción cantando esta canción, uniéndosele los demás al poco rato. Uno de los mejores momentos de la serie, sin duda.


7. Baker Street, de Gerry Rafferty




Sencillamente impresionante. Uno de los grandes éxitos de finales de los 70 llegó a nosotros de mano de Lisa Simpson, quien interpreta el solo de saxofón de esta canción cuando recibe su nuevo instrumento gracias al sacrificio de Homer, que se ve condenado a pasarse la vida sin aire acondicionado por hacer feliz a su querida hija. Es precioso el momento en el que Lisa toca con fuerza esta canción mientras se van viendo imágenes suyas del pasado con el saxofón, su más antiguo y querido amigo.


8. In a Gadda Da Vidda, de Iron Butterfly




Entre las muchas trastadas de Bart Simpson, una de las más memorables fue la de cambiar el himno que se iba a cantar en la iglesia durante la misa por esta canción, que rebautizó como In the Garden of Eden. Hizo que la organista tocara esta canción durante unos eternos treinta minutos, mientras todo el pueblo de Springfield cantaba y se portaba como si estuviera en medio de un concierto de rock. De toda la lista que os propongo, esta es una de mis favoritas, porque el capítulo en su día me hizo reír mucho y porque el oír esta canción hizo surgir en mí el reto de escucharla entera, de principio a fin. Aún tengo secuelas.


9. All Along the Watchtower, de Jimmy Hendrix




Hay muchas canciones propias de la moda hippie que suenan en Los Simpson en determinados momentos, pero una de las más habituales es este éxito del inmortal Jimmy Hendrix. Cuando los hippies, entre los que se encuentra Mona Simpson, se infiltran en el laboratorio de Burns, esta es la canción que suena de fondo. También suena en otros episodios donde se hace referencia al movimiento hippie.


10. Waterloo, de Abba




Uno de los grandes momentos de la serie, conocido de sobra por todos, es aquel en el que la madre de Homer, Mona Simpson, está a punto de ser capturada por el señor Burns, que acude montado en un tanque de guerra. Para darle un punto más épico a la situación, pone una cinta de casette con la Cabalgata de las Valkirias… pero a los pocos segundos la canción cambia repentinamente y empieza a sonar la famosa Waterloo de Abba, que Smithers grabó en esa cinta por equivocación. Todavía hoy me sigue dando la risa cuando veo el capítulo o pienso en ese momento (y aprovecho para darle las gracias a Rebeca, porque una vez me dedicó ese vídeo en mi cumpleaños). Simplemente genial.


11. Spanish Flea, de Herp Albert & The Tijuana Brass




De todas las de la lista, puede que esta canción sea la que más se haya repetido en Los Simpson. Suena como fondo en el desfile de los nuevos e insulsos uniformes escolares, y también la oiremos amenizando algún anuncio de la radio o de la televisión de nuestra familia favorita. Es una melodía bastante simpática y jocosa, unida indiscutiblemente a algunos momentos cómicos de Los Simpson.


12. Oh, Yeah, de Yello




¿Quién podría olvidar esta canción? ¿Cómo iba yo a obviar la melodía que acompaña a uno de los personajes que más gracia me hace cuando aparece? Esta es la canción que anuncia la llegada de Duffman, el hombre-mascota de la cerveza Duff, que viene siempre meneando las caderas y acompañado de una cohorte de alegres chicas un poco ligeras de ropa. Es uno de los emblemas de la serie, en el sentido de que no puedes imaginarte a Duffman sin esta canción de fondo. Y, aunque la canción es más bien mala, para mí siempre será un icono.


13. In the Navy, de The Village People




Otro gran momento de Los Simpson es cuando Homer se enrola en la Marina y pasa a formar parte de la tripulación de un submarino. Pero, por supuesto, antes de empezar la misión hay que cantar el himno de la Marina. ¿Y qué mejor que poner a toda la tripulación a cantar y bailar In the Navy? Canción alegre y optimista donde las haya, que te obliga a bailar como un idiota seas de la edad que seas. Momento muy divertido de la serie y canción para recordar.


14. Viva Las Vegas, de Elvis Presley




¿Os acordáis de aquel capítulo en el que Homer se llevaba a Ned Flanders a Las Vegas para hacer que se soltara un poquito? Fue un capítulo impresionante a todos los niveles, en el que muchos no paramos de reír ni un solo momento viendo las locuras en las que se embarcaban estos dos extraños amigos. La guinda del pastel la puso la boda de Homer y Ned con dos camareras de Las Vegas. Arrepentidos de lo que han hecho, tratan de escapar de sus nuevas esposas, y la canción que les acompaña no podía ser otra que la de Elvis Presley. Es otra típica canción que te obliga a bailarla a lo loco, que es tan vibrante y alegre como la propia ciudad de Las Vegas y, por lo tanto, muy apropiada para la situación.


15. Incense and Peppermints, de Strawberry Alarm Clock




Psicodelia en estado puro gracias a esta canción que refleja el espíritu de los años 60. Paz y amor, colegas. Los Simpson también se han hecho eco del movimiento hippie ofreciéndonos sus canciones más emblemáticas, de las que rescato esta por ser de las más conocidas. Esta es la melodía que suena durante la juerga de Homer con sus nuevos amigos hippies, o en aquel episodio en el que le recetan marihuana terapéutica y está todo el día colocado.


16. Bawitdaba, de Kid Rock




Entraría esta canción entre las anecdóticas, ya que también suena en un momento muy específico. Cuando Homer se vuelve loco ante la perspectiva de que podría morir, su familia le lleva a Florida sin caer en la cuenta de que es temporada alta y todos los jóvenes están celebrando las vacaciones de primavera. Homer se va a un concierto de Kid Rock, donde suena esta bestial canción a toda leche.


17. Takin’ Care of Business, de Bachman Turner Overdrive




Si hay un grupo que le gusta de verdad a Homer, ese es Bachman Turner Overdrive (o BTO, como dirían en los 70, porque no tenían ni un segundo que perder). Es tal su pasión por este grupo que acosa a los niños con los pormenores de su música, pretendiendo ser moderno y sin darse cuenta de que suena como un carroza. De entre las canciones que suenan en la serie, he elegido esta por ser además la primera que pide Homer en el concierto de BTO.


18. Won’t Get Fooled Again, de The Who




Otro de los grupos favoritos de Homer (y que yo comparto) es la banda británica The Who. En el breve período en que Springfield queda separada en dos ciudades, cada una con su propio prefijo telefónico, Homer se erige como alcalde de Nuevo Springfield. Pero su mala gestión hace que sus habitantes le abandonen, de modo que decide robar el concierto de The Who que se iba a celebrar en Viejo Springfield. Fue un capítulo muy bueno dentro de las nuevas temporadas, antes de que empezara la decadencia de la serie, y esta canción marcó el broche de oro para un gran capítulo. También os sonará si seguís la serie CSI, pues es el opening de una de ellas.


19. Starry, Starry Night, de Don McLean




Tierna y melancólica canción que suena también al final de un capítulo Los Simpson, mientras la familia unida contempla una lluvia de estrellas. Aunque suena de forma muy breve, es también una de mis canciones favoritas. Me parece una de las más bonitas que suenan en la serie.


20. The Waiting, de Tom Petty & The Heartbreakers




Gracias a Los Simpson, Tom Petty se ha convertido en una de mis elecciones musicales favoritas. Y eso ha venido motivado en gran parte por esta canción que todos reconoceréis en cuanto la escuchéis. ¿Lo habéis adivinado? ¡Pues claro! Es la canción que suena mientras Homer está sentado en el jardín de su casa, cuando espera a que pase el tiempo para ir a la armería a recoger su pistola. Mientras aguarda, delante de él van pasando todo tipo de “blancos” tentadores con los que desearía probar la pistola.


21. Mother and Child Reunion, de Paul Simon




Otra canción de las nuevas temporadas, en este caso perteneciente a un capítulo centrado en uno de los innecesarios regresos de la madre de Homer. Concretamente, esta es la canción que suena mientras Homer pasa el tiempo con su madre. Y aunque el capítulo no me gustó demasiado, sí lo hizo esta canción. Una preciosa melodía sobre el amor materno-filial, bonita y entrañable como pocas.


22. Mayonnaise and Marmalade, de NRBQ




Y, si la canción anterior se centraba en el amor entre una madre y su hijo, aquí hace lo propio con un padre y su hijo. Suena en el capítulo en el que a Homer le toca una moto y no sabe cómo ir en ella, por lo que le pide ayuda a Bart. En los escasos cuarenta y cinco segundos que dura la canción, somos testigos de los momentos felices que pasan Homer y Bart con la moto, algo que les ayuda a estar más unidos que nunca. Otra de mis canciones favoritas de la serie, sin duda.


23. Gonna Make You Sweat (Everybody Dance Now), de C&C Music Factory




Esta es de las mejores canciones que jamás han sonado en Los Simpson, no sólo por lo conocida que es, sino porque nos hizo saber que esta es la canción favorita de todas las acerías gay de Estados Unidos, la que suena en el momento del descanso mientras la fábrica se convierte en una discoteca. Parejo a esta canción viene el inolvidable grito de Homer: “Oh, Dios mío… ¡Todo el mundo es gay!”


24. Where Have All the Flowers Gone, de The Kingston Trio




A lo mejor a muchos no os sonará esta canción (aunque si sois frikis de Los Simpson la habréis reconocido en el acto), porque sólo suena en un capítulo y de forma un poco anecdótica. Pero desde que la escuché, se me ha quedado grabada en la cabeza y me hace recordar las risas que me provocó el capítulo en el que Bart y Lisa eran los presentadores de un telediario infantil. Esta canción en concreto suena durante el reportaje lacrimógeno que hace Bart sobre Joe y los patos. Es muy friki, lo sé, pero a mí me ha encantado.


25. Bitter Sweet Symphony, de The Verve




Aunque las últimas temporadas de Los Simpson han perdido muchísimo comparadas con las primeras, de vez en cuando se puede encontrar algún vestigio de buen gusto musical en alguno de sus capítulos. Me ha gustado especialmente esta canción, que suena en el capítulo “El Show de los 90”, cuando Homer y Marge confirman su separación en el momento en que Homer le rompe un tentáculo al pulpo de peluche que ambos compartían, haciendo que se le vacíe el relleno de forma un poco dramática.



Y hasta aquí por el momento. ¿Qué os ha parecido mi selección musical? Supongo que en algunas coincidiré con muchos de vosotros. Con otras, en cambio, probablemente no. El caso es disfrutar de la música que nos ha dejado la serie y dejarnos llevar por el recuerdo y rememorar todas aquellas escenas que nos hicieron sentir algo cuando vinieron acompañadas de una determinada letra o melodía.

Por otros 25 años de buena música.


viernes, 19 de diciembre de 2014

¡Mi regalo de Navidad para vosotros!


¡Hola a todos!

Pues ya que estamos en fiestas, me ha parecido oportuno haceros un regalo a vosotros, mis lectores, que me seguís fielmente y me comentáis cuando podéis (y que sepáis que me hace mucha ilusión encontrar comentarios vuestros). Por eso, por lo muy agradecida que os estoy, he aquí algo mío para que tengáis lectura en estas Navidades: Un relato corto escrito por mí.

La temática no es que sea muy acorde con estas fechas, pues se trata de un relato de misterio y terror, más pensado para perturbar que para hacernos sentir entrañables. Pero aun así espero que os guste y que le deis una oportunidad.




Sinopsis

El antiguo orfanato de Morningwood solía ser un lugar feliz lleno de niños alegres y risueños. Pero hoy en día ya no queda ni un vestigio de su antiguo esplendor. Matthew Stanley, huérfano de aquel orfanato, regresa después de muchos años para depositar la última pieza del rompecabezas. Él es el único que sabe lo que ocurrió en Morningwood, el único que conoce el horripilante secreto que se oculta bajo las ruinas calcinadas del antiguo orfanato.

Un secreto terrible. Un recuerdo imborrable. Un cuento inacabado. Y una única palabra.

Lilium


Bueno, ¿qué tal suena? Si lo he hecho bien, podéis descargaros el cuento totalmente gratis si pincháis aquí abajo (aprovecho parar darle las gracias a mi prima Lucía por ayudarme). Espero que os guste mucho, en serio. Espero vuestros comentarios y opiniones al respecto.




martes, 9 de diciembre de 2014

Libros, libros, libros


¡Hola a todos!

Pues ya se están acercando las navidades, momento en el que muchos todavía estamos pensando en lo que les vamos a regalar a nuestros seres queridos (o a nosotros mismos, ¿por qué no?). Aunque estoy completamente en desacuerdo con el exceso de consumismo que se lleva a cabo en estas fechas, confieso que estoy dispuesta a hacer una excepción si se trata de regalar libros. Porque considero, y sé que muchos estaréis de acuerdo, que un libro es uno de los mejores regalos que se pueden hacer.

No voy a contaros nada innovador a estas alturas. Aquellos a los que os gustan los libros tanto como a mí ya conocéis la alegría que se siente al recibir un libro, sobre todo si es uno que queríamos leer desde hace mucho tiempo o uno que nos va a introducir de lleno en un mundo totalmente desconocido para nosotros. El colmo del entusiasmo. Yo, desde luego, este año voy a picar una vez más: Ya sea un libro nuevo o un clásico intemporal, este año cae un libro fijo. Uno, por lo menos. Y me da igual si me lo regalan o si me lo regalo a mí misma: El caso es pillarse un libro para leer en vacaciones y conservarlo para siempre entre el resto de sus compañeros de estantería. Mis pequeños tesoros, como me gusta llamarlos.

Por eso, pensando en libros, he decidido escribir un poco sobre aquellos que han pasado por mi vida de una manera u otra. He hecho una selección a partir de libros que he leído hace bastante tiempo, evitando los clásicos porque para eso hay que escribir un post aparte. No están todos los que son, pero sí son todos los que están, y espero vuestros comentarios si habéis leído uno de los que voy a poner.


LIBROS QUE ME HAN GUSTADO

*La marca del escorpión, de Nancy Farmer: Una pasada de novela. Uno de los mejores libros que he tenido el gusto de leer en mi adolescencia, y por eso se lo recomiendo a todos los chavales que quieran probar con algo bueno dentro de la literatura juvenil. Sorprendente, interesante, entretenido, conmovedor. Me sorprende muchísimo que no muchas personas conozcan un libro tan bueno.  Una de las cosas que más me han gustado de este libro es la desgarradora sencillez con que la autora cuenta los hechos, los cuidados detalles y la insinuación velada a un futuro que, por desgracia, no parece muy lejano. Me parece muy injusto que haya pasado sin pena ni gloria y que sólo unos pocos afortunados lo hayamos leído. Es un libro que me parece imprescindible.

*Amor y muerte en Florencia, de Sarah Dunant: Si en una misma novela se juntan las palabras Renacimiento y Florencia, la leeré sin lugar a dudas. Todo lo que esté ambientado en el Renacimiento me llama la atención y, aunque no todo es bueno, esta novela sí lo es. Ya le dediqué un post en su día, porque me pareció una novela sencilla y fácil de leer, pero sobre todo con un estudiado contexto histórico y una trama mitad amorosa y mitad policíaca que no me desagradó para nada. Lo que habría cambiado es, precisamente, el título. El original se titula The Birth of Venus, que tiene mucho más que ver con lo que realmente ocurre en la novela, y por eso preferiría que no lo hubieran modificado.

*La Ciudad Prohibida, de Anchee Min: Novela que relata en primera persona la vida y reinado de la última emperatriz de China, la denostada Tzu Hsi, que fue objeto de numerosas críticas en su época por su conservadurismo y por "atreverse" a gobernar siendo sólo una mujer de origen campesino. Esta novela describe hasta el más pequeño detalle de la pompa y boato que caracterizaban la corte de los emperadores en la China de finales del siglo XIX, cuando el imperio ya estaba agonizando y entraba en la fase terminal de su decadencia. La emperatriz Tzu Hsi, llamada Orquídea en realidad, tiene que asumir la complicadísima labor de gobernar un imperio que se desmorona entre sus manos y luchar contra príncipes y cortesanos que conspiran en su contra y ansían destruirla para poder medrar a sus anchas. Me ha gustado mucho porque tiene buenas dosis de politiqueo e intrigas cortesanas, haciéndonos partícipes del mundo sórdido y oscuro que era la Ciudad Prohibida para una muchachita de campo que se salvó gracias a su gran inteligencia.

*Cartas de Inverno, de Agustín Fernández Paz: Otro libro de mi adolescencia, tan cortito como intenso, y escrito por uno de los mejores autores de novela juvenil del panorama gallego. Las novelas de Agustín Fernández Paz suelen ser de las más leídas en la adolescencia porque el autor se atreve con todo: desde terror al estilo lovecraftiano hasta ciencia ficción. Todo ello utilizando como marco imprescindible las tierras gallegas, pues es rara la novela de este autor que no esté ambientada en Galicia, o que uno de sus personajes no pertenezca a Galicia. Esta novela en concreto es de misterio y terror, narrada mediante una serie de cartas que el pintor Adrián Novoa le ha enviado a su mejor amigo, el escritor Xabier Louzao, y que éste reenvía a su hermana Tareixa justo después de que haya desaparecido misteriosamente de la faz de la tierra. Inquietante y entretenida al mismo tiempo. ¿Qué más se puede pedir?

*Mi espectacular ahora, de Tim Tharp: Esta novela ha sido uno de mis recientes descubrimientos en lo tocante a novelas de temática adolescente, y no me arrepiento en absoluto de haberla comprado. Me ha parecido una historia típica pero que, a la vez, no lo es. ¿Amor entre adolescentes? Sí, lo hay. ¿Es la típica historia de amor? No exactamente. Podría decirse que es la historia que acaba así en la vida real, no en la ficción. El autor hace gala de un estilo muy rápido y sencillo para contarnos historias de personajes que a su corta edad ya han vivido casi de todo, desde malos tratos hasta problemas con el alcohol y las drogas. Y lo hace sin hacernos perder la sonrisa por mucho tiempo, porque el buen humor del protagonista se eleva por encima de todo y nos hace ver las cosas de otra manera.

*Unha estrela no vento, de Ledicia Costas: O, traducida al castellano, Una estrella en el viento, es el segundo libro oriundo de Galicia de esta lista. Y me atrevo a decir que merece estar aquí, porque las emociones que me hizo pasar esta historia son impagables. También de temática adolescente, refleja la vida llena de conflictos de Miguel, un chico al que le cambia la vida por completo cuando, en una pelea, le asestan una puñalada en el pecho. La autora ha querido mostrar cómo es el ambiente de las peleas entre bandas callejeras, el racismo y la intolerancia poniendo en medio de todo eso a un protagonista sorprendentemente inteligente y maduro para su edad y que se ha cargado con multitud de obligaciones que pesan demasiado sobre sus hombros. Triste, terrible y conmovedora.


LIBROS QUE NI FÚ NI FA

*Assassin's Creed Renaissance, de Oliver Bowden: Me lo compré en su día porque estaban con la moda del Assasin's Creed y, como no podía comprar el videojuego, pensé que me las apañaría con la novela. Pero ¡ay!, qué gran verdad es esa de que con los videojuegos no se pueden hacer ni películas ni novelas. La historia es un calco, punto por punto, del famosísimo videojuego (creo que la única diferencia es que en el juego hay escenas de la actualidad, mientras que el libro transcurre íntegramente en el siglo XV). Típica historia de venganza con un protagonista imbatible, muchos saltos por los tejados, muchas técnicas de Assassin aprendidas en un par de horas, muchas conquistas de féminas que se tiran a los brazos del protagonista, salen Leonardo da Vinci y el Papa Rodrigo Borgia... Vamos, que viene a ser el relato de alguien que te cuenta el videojuego con un poco de emoción, pero poco más. Me esperaba otra cosa, la verdad.

*Los escarabajos vuelan al atardecer, de Maria Gripe: El que no haya leído este libro en su adolescencia, es que no ha tenido adolescencia ni nada. Era el Crepúsculo de mi época, el libro que todas las chicas querían leer porque además te daba fama de ser muy profunda y de lecturas interesantes. Recuerdo que mi profesora de Lengua nos había prohibido hacer comentarios de este libro porque estaba harta de encontrarse 20 redacciones iguales por clase, XD. Pero yo me lo leí igual, y confieso que al principio me pareció muy interesante, con todo eso de la casa misteriosa y las cartas secretas de Emilie y Andreas. Pero a medida que iba leyendo el libro se iba volviendo cada vez más tedioso. Llegó un punto en el que la historia de amor no era tan de amor, por lo menos por parte de Andreas. La partida de ajedrez de David con su interlocutora misteriosa me aburría (una cosa que se me acaba de ocurrir: ¿por qué en las novelas y en las películas TODOS saben jugar al ajedrez?). Y los rollos que se traían los dos hermanos no me interesaban para nada. En otras palabras, que será un clásico de la literatura juvenil, pero para mí pasó sin pena ni gloria.

*Cuando Hitler robó el conejo rosa, de Judith Kerr: Otro clásico, esta vez ambientado en la Europa hostigada por el nazismo, que algunos ponen a la par con el Diario de Anna Frank, aunque no se le acerca ni por asomo. La historia trata de Anna, una niña de nueve años que tiene que emigrar con su familia cuando Hitler está a punto de ascender al poder; antes de marcharse, le quitan su conejo de peluche de color rosa, símbolo de su infancia, y de ahí el título de la novela. Pero aunque la historia parece prometer mucho, lo cierto es que no ofrece prácticamente nada. Fijaos lo poco que me ha calado que he tenido que leer un resumen para refrescar la memoria y decir "Ah, así que de eso trataba". Puede que fuera porque tenía unos diez años cuando lo leí, aunque la editorial estaba especializada en literatura infantil y lo encontré en la biblioteca del colegio. Pero no me acabó de gustar, y eso que traté de releerlo varias veces sin éxito. Supongo que este libro no estaba hecho para mí.

*Cuentos de Bereth. Encantamiento de luna, de Javier Ruescas: Sintiéndolo mucho por el autor, porque es joven y esta ha sido su primera novela, a mí no me ha gustado demasiado. Ojo, no por su prosa sencilla ni porque le falte talento, que no es el caso. De hecho, su forma de expresarse por escrito me ha parecido un punto muy positivo, y se nota que el autor está cómodo tratando la temática fantástica. Pero me esperaba algo más de originalidad por su parte. Aunque hay algún detalle francamente bueno (el dragón, los sentomentalistas), el resto me ha parecido tan manido, tan tópico, tan predecible... que me desinfló por completo. Tanto, que no he leído el resto de la saga porque me da la sensación de que ya sé cómo va a terminar. Además, la protagonista no me caía demasiado bien y hay algunas incoherencias en la novela que la estropean tontamente. Una lástima, porque pintaba muy bien.


LIBROS QUE NO ME HAN GUSTADO

*Donde los árboles cantan, de Laura Gallego García: También le dediqué una entrada en su día a esta novela de Laura Gallego que muchos ponen por las nubes pero que a mí me pareció simplona, infantil y pretenciosa. El dolor es mayor cuando, después de leerla, descubres que la autora ha ganado por esto el Premio de Literatura Juvenil 2012. Concebido como una especie de libro de caballerías, nos cuenta la historia de Viana, un clon de Sansa Stark que vive por y para sus fantasías de caballeros y princesas en apuros. Pero todo cambia cuando los bárbaros invaden su tierra, pues tiene que huir del bárbaro con el que la han obligado a casarse y aprender a manejarse sola en un mundo hostil y peligroso. Entre lo imbécil que es la protagonista, lo malísimos que son los bárbaros y las increíbles incoherencias que salpican la obra, la verdad es que tiene muy poco que ofrecer. Me decepcionó muchísimo, sobre todo porque me lo compré con mucha ilusión y esperaba una novela buena y original. Dos cosas que no tiene ni de coña.

*Alba, reina de las avispas, de Emma Cohen: ¡Buah, qué petardazo! El libro que podéis regalarle a vuestro peor enemigo sin fallar, porque es un pufo como una catedral. Un cuento que no tiene ni pies ni cabeza, que es demasiado rebuscado para un niño y demasiado infantil para un adulto. Es un quiero y no puedo, vamos. Es absurdo hasta la náusea porque creo (y perdonad si cometo algún error, pero es que la mente tiende a olvidar lo que le hace daño) que hasta salía Estefanía de Mónaco o algo así. ¡Yo qué sé! Unas cosas más raras... En resumen, que si a alguien se le ocurre regalaros este libro, haréis bien en estampárselo en la cabeza a quien os lo ponga en mano.

*Un amante de ensueño, de Sherrilyn Kenyon: ¡Jajajaja! ¡Oh, aquí sí que he tenido serias dudas! No sabía si poner este libro entre los que no me han gustado porque es una patata increíble, o ponerlo en los que más me han gustado por lo mucho que me he reído a su costa. He decidido ponerlo aquí porque mi criterio literario tiene que primar por encima de todo, y esta novela rosa tiene papeletas suficientes para ser una de las peores que he leído en mi vida. Se podría decir que este libro es la Enciclopedia Definitiva del Tópico, porque creo que junta todos los clichés que ha habido y habrá en toda la historia de la literatura. Todo es predecible, todo es sobreactuado. Si crees que va a pasar algo, pasará sin lugar a dudas. Te sabes los diálogos antes de que los digan los personajes. El final apesta desde lejos. Ella es una sexóloga normalita y simplona; él es un apuesto general espartano (de Macedonia, concretamente) y con nombre romano, tan guapo, deseable y apetecible que toda mujer que le mira a los ojos necesita cambiarse las bragas. Eso sí, aunque la novela es horrorosa, reconozco que te echas unas buenas risas con ella. Yo, por lo menos, me he partido de risa de principio a fin (y la escena de la resurrección de Julian y su transformación en plan Sailor Moon fue un demasiao...).

*El Código da Vinci, de Dan Brown: ¿Qué os voy a decir yo a estas alturas de esta novela? Todo cultureta poser la ha leído en su día, fijo. Al igual que cientos de canis y chonis que se han creído súper listos al leer el Código da Vinci, porque habla de arte, de Leonardo da Vinci, de Jesucristo, la Magdalena, el Santo Grial, los Templarios... ¡Todo es muy original! Y todo está súperhipermega trabajado a conciencia, con unos giros argumentales completamente inesperados, con un uso de la lógica y las matemáticas que ya querría para sí Johannes Kepler. ¡Maldita sea, a quien no le haya gustado el Código da Vinci es un puto mierda! ¡Si está claro que la Magdalena es ese chico que está al lado de Jesús en La Última Cena, no San Juan! ¡Si estaba cantado que María Magdalena estaba enterrada bajo el Louvre, porque esa pirámide invertida no dejaba lugar a dudas! ¡Y fijo, fijísimo, que Jesús y María Magdalena tuvieron un hijo, porque eso está claro como el agua, y sus descendientes viven entre nosotros a día de hoy, siguiendo una estirpe inalterable! Bah, qué libro más malo y qué pérdida de tiempo el leerlo.

*La mano izquierda de Dios, de Paul Hoffman: Otra basura que prometía mucho al principio pero que resultó ser un truño con el que no se puede envolver ni el bocadillo, so pena de sufrir una terrible muerte por envenenamiento. El autor narra la historia de Cale, un chico recluido en un santuario donde los Redentores (que son como curas católicos pero más radicales y más malos), torturan y humillan a todos los chicos con el objeto de que se entrenen para ser asesinos en el futuro. Este es el principio de la historia, lo que para mí pintaba bastante bien. Peeeero seguimos leyendo y lo que encontramos es un cuadro esperpéntico de personajes que no tienen ni pies ni cabeza, de situaciones que son una auténtica ida de olla, un marco que no se sabe si es en la Edad Media, en el siglo XV o en los años 30. Además, se nota un huevo la crítica contra la Iglesia y un machismo exacerbado (todos los personajes femeninos son absolutamente imbéciles y prescindibles). Sé que es el primer libro de una trilogía, pero no me voy a tomar la molestia ni de bajármelos en PDF para echarles un vistazo. Al fuego con ellos.


miércoles, 3 de diciembre de 2014

Piratas que hicieron historia


Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín;
bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.

¡Hola a todos!

Pues aquí estoy una vez más, dispuesta a recorrer las sendas de la Historia a través de uno de mis rankings, esta vez dedicado a esos feroces marineros que surcaron los siete mares a bordo de grandes navíos, arrasando ciudades, saqueando otros barcos y asesinando a todo el que se les pusiera por delante, porque para eso eran piratas. ¡Ah, los piratas! ¿Quién no ha soñado alguna vez con ser uno de ellos o vivir una de sus aventuras?

La actividad pirata más antigua de la que se tiene constancia data del siglo XIV a.C. Entre los piratas más célebres de la Antigüedad estaban los illirios, los tirrenos y algunos renegados griegos y romanos. En el año 258, los godos eran los reyes de la piratería, mientras que en la Edad Media fueron los vikingos y los frisios los que se ganaron ese honor. Sin embargo, la denominada “edad de oro” de los piratas llegaría más tarde, en el período comprendido entre 1650 y 1730. En La Isla del Tesoro, Robert Louis Stevenson hizo famosa una imagen bastante romántica de los piratas, imagen que ha llegado a nuestros días gracias al cine, pero que poco tiene que ver con los piratas de verdad.

Los piratas eran asesinos y ladrones. Seres detestables, por tanto. Sin embargo, tenemos que reconocer que el lado oscuro tiene su atractivo. Si no, ¿cómo es posible que tantos bandoleros y asesinos sean leyendas, mientras que las fuerzas del bien caen en el olvido? A lo largo del tiempo, los malos han ejercido una perturbadora fascinación que no tienen los defensores de la ley y el orden. Y más si encima son piratas, van en barco y los encarnan en el cine tipos altos, atractivos, simpáticos, pícaros, diestros espadachines y que, aun encima, luchan por los derechos de los demás. Hay algo interesante en la figura del pirata, en esa mezcla de brutalidad en estado puro junto con su colorida puesta en escena. No eran simples bandoleros; ellos tenían estilo.

Aquí os traigo una lista con los doce peores piratas (o los mejores, según se mire) que surcaron los mares sembrando el terror y que dejaron un amargo recuerdo a su paso. Así que preparad vuestras pistolas, afilad vuestro alfanje y embarcaos en este emocionante ranking.


12) Edward Lowe (1690 - 1794)




Edward Lowe fue un destacado marino y pirata inglés que actuó al final de la llamada Edad de Oro de la piratería. Nació en Westminster y, de joven, se mudó a Boston, Massachussetts. Dos años después de la muerte de su esposa, en 1719, se hizo pirata y operó sobre todo en las costas del Caribe, las Azores y Nueva Inglaterra.

Aunque la imagen romántica de los piratas quiere mostrárnoslos como tipos galantes y seductores, es bien cierto que hubo unos cuantos piratas que pueden presumir de una maldad indescriptible. Uno de los piratas más malvados que han existido nunca fue nuestro Edward Lowe, que solía hacer barbaridades a la gente que tenía la desdicha de cruzarse en su camino. Entre otras lindezas, le encantaba cortarles los labios, cocerlos y hacérselos comer. Obviamente, era un auténtico sádico, un hombre que disfrutaba haciendo daño.

Se dice que cultivó adrede una imagen aterradora porque le facilitaba la vida, lo que no deja de tener su lógica. Cuando se acercaban a un barco e izaban la bandera pirata, se esperaba que los asaltados se rindieran sin luchar. Se trataba de cultivar esta imagen mediante la tortura y las barbaridades, algo que Edward Lowe hizo sin lugar a dudas.


11) Bart Roberts “el Negro” (1682 – 1722)




Bartholomew Roberts fue un pirata muy conocido por su actividad en las Américas y en África Occidental entre 1719 y 1722. Era el honrado timonel del Princess of London cuando la nave fue capturada por el pirata Howell Davis, quien ofreció a sus víctimas enrolarse en sus filas. Roberts se unió a la tripulación del Royal Rover y así comenzó su andadura como pirata despiadado.

Gracias a su habilidad como navegante, no tardó en ganarse la confianza del capitán. Participó en el secuestro del gobernador de la isla de Príncipe y, cuando Davis murió en un tiroteo, fue nombrado capitán por sus compañeros. Su primera orden como capitán fue vengarse de los asesinos de su antecesor. Roberts y sus hombres salieron triunfales de un peligroso encuentro con la armada portuguesa en 1720. El botín fue la captura de un barco de 40 cañones y un gran tesoro. Continuaron actuando dos años más, hasta que Roberts fue acorralado en África por el navío inglés HMS Swallow. Allí recibió un disparo en la garganta que le causó la muerte. Fue una figura clave en la redacción de un código de honor para los piratas.


10) William Kidd (1645 – 1701)




Algunos creen que el capitán escocés William Kidd no era un verdadero pirata, sino que fue una víctima de las circunstancias. Ordenado corsario en 1689, viajó a América para establecerse en Nueva York, donde compró una casa, se casó y tuvo dos hijas. Volvió a Londres para hacer una expedición y se embarcó de nuevo rumbo al océano Índico para apresar piratas, pero sufrió un motín y él mismo se convirtió en pirata.

Sus problemas comenzaron cuando apresó el mercante Quedagh, un barco que portaba un tesoro que pertenecía a la Compañía de las Indias. Lo que sucedió fue que Kidd creyó que estaba atacando un barco francés, pero en realidad a bordo iba un capitán inglés que le reconoció. Fue acusado de renegar y se ofreció una recompensa por su cabeza. Cuando llegó a Nueva York, el gobernador lo detuvo y lo envió de vuelta a Inglaterra, donde fue procesado. Fue el único pirata juzgado en la Cámara de los Comunes. Lo condenaron a muerte y fue ejecutado en el puerto. Al parecer, su ejecución fue una auténtica chapuza: la soga se rompió dos veces y murió al tercer intento. Su cuerpo fue rociado con alquitrán para que se conservase y fuera expuesto en una jaula colgando sobre el río Támesis. Hoy en día existe una taberna que se llama William Kidd, con vistas al lugar donde fue ahorcado.


9) Barbanegra (1680 – 1718)




Barbanegra se ha convertido en uno de los piratas más famosos de todos los tiempos en gran parte porque se supo vender muy bien. Hombre de gran peso y estatura, se dice que llevaba un largo abrigo de vivos colores, botas altas y una correa sobre los hombros de la que colgaban seis pistolas. Acudía a las batallas envuelto en humo y cargado de todo tipo de armas. Por supuesto, lucía una excepcional barba negra que se trenzaba para las batallas y la decoraba con pequeñas cintas de colores. Algunos registros dicen que su nombre real era Edward Teach, aunque no se puede saber con certeza.

Pero, al parecer, no era tan violento como lo pinta la leyenda. Una de sus hazañas más famosas fue el bloqueo de Charleston, en Carolina del Sur, donde consiguió saquear nueve navíos en una semana y tomar como rehenes a los pasajeros de uno de ellos para exigir medicamentos. Una vez conseguidas las medicinas, les perdonó la vida a todos. Recibió un perdón real, pero no tardó en volver a las andadas. Su última batalla se disputó en Ocracoke, y se convirtió en la batalla pirata más famosa porque se le dio mucha publicidad en la época. El teniente Maynard fue enviado por su capitán en nombre del gobernador de Massachusetts, para acabar con Barbanegra. La batalla fue cruenta y sanguinaria. Según la tradición, Barbanegra recibió más de veinte heridas de alfanje y seis disparos de mosquete. Cayó muerto en la cubierta inundada de sangre. La leyenda dice también que, tras ser decapitado, su cuerpo fue arrojado por la borda y nadó tres vueltas alrededor del barco.


8) Francis Drake (1540 – 1596)




Sir Francis Drake no se consideraba a sí mismo un pirata, aunque los españoles tenían una opinión muy distinta al respecto. Casi desde el principio de su carrera como marino, Francis Drake se dedicó a atacar y saquear los navíos españoles que venían del Caribe. Durante una de sus travesías, tomó el puerto de Nombre de Dios, en el istmo de Panamá, y destruyó la cercana ciudad de Portobelo. Después regresó a Inglaterra con un cargamento de plata española, con lo que ganó fama de magnífico corsario y pasó a formar parte de la armada inglesa.

Durante muchos años, la reina Isabel I de Inglaterra lo envió en secreto a varias expediciones contra las colonias españolas. Sus viajes le llevaron a circunnavegar el mundo en el año 1580. Cuando llegó a Inglaterra, lo hizo cargado de especias y de tesoros saqueados a los españoles. Siete meses después, la reina le concedió el título de Sir. Llegó a ser alcalde de Plymouth en 1581 y miembro del Parlamento británico en los años 1584 y 1585. En 1587, la guerra contra España era inminente, por lo que la reina lo envió a destruir la flota española que se había reunido en Cádiz. En 1596, Drake enfermó de disentería en el Caribe y su cuerpo fue arrojado al mar.


7 y 6) Mary Read (1691 – 1720) y Anne Bonny




Hubo dos mujeres piratas muy famosas: Mary Read y Anne Bonny. Mary Read fue criada como un chico por su madre viuda, para poder seguir cobrando la pensión por un hermano mayor fallecido. Read se acostumbró a su disfraz y le sacó partido, pues se alistó en la Armada británica como cadete. Partió a Flandes y se casó con un soldado. Cuando murió, Read volvió a la acción alistándose en un navío mercante. El destino quiso que su barco, que iba rumbo a las Antillas, fuera apresado por el pirata Calico Jack, que tenía en ese barco a Anne Bonny como amante.

Anne Bonny nació en Dublín. Se casó con Jack Bonny, un marinero con fama de ser bastante inútil, que se la llevó a Nassau. Allí, en una taberna, Bonny conoció al pirata Calico Jack, se enamoró y se fugó con él en su barco. Al parecer, entabló una gran amistad con Mary Read, y juntas se convirtieron en los miembros más feroces de la tripulación de Calico Jack. Sin embargo, su carrera no fue larga, pues el barco de Calico Jack fue apresado cerca de las Bahamas y todos sus tripulantes fueron enviados a prisión. Los hombres fueron ahorcados, pero ellas se libraron de la ejecución porque estaban embarazadas, y la ley prohibía ahorcar a una mujer embarazada. De Anne Bonny se pierde la pista, pero la suerte fue adversa para Mary Read: contrajo unas fiebres y murió en la prisión.


5) Henry Morgan (1635 – 1688)




Sir Henry Morgan fue un famoso bucanero galés, nacido en Llanrhymny. Al parecer, fue secuestrado en Bristol cuando era un niño, y fue vendido como sirviente en la isla de Barbados. Después de un tiempo, se abrió camino hasta Jamaica, donde se unió a unos bucaneros; en 1666 ya capitaneaba su propio barco. El gobernador de Jamaica le encargó que mantuviera las hostilidades con los españoles, y Morgan atacó y saqueó asentamientos en Cuba, Venezuela y Panamá.

Fue nombrado corsario por el Gobierno inglés en 1668 y consagró su vida a hostigar a España y a sus barcos. Capturó castillos y territorios españoles, y saqueó Panamá de manera atroz hasta que desde Inglaterra le ordenaron moderarse. Hay una anécdota suya que no deja lugar a dudas sobre su maldad: se dice que cuando una mujer de Portobelo se negó a entregarle el dinero que él creía que escondía, Morgan la desnudó y la asó en un horno. Más tarde capturaría Panamá para Jamaica, lo cual no sentó nada bien a los ingleses, pues Morgan había violado con su ataque un tratado que se había establecido entre Inglaterra y España. A pesar de todo, el rey Carlos II, convencido de su lealtad, concedió a Morgan el título de Sir y le nombró vicegobernador de Jamaica.

Morgan nunca fue perseguido por sus crímenes. Murió en 1688 como consecuencia del abuso del alcohol durante toda su vida.


4) Barbarroja (1478 – 1546)




Cuenta la leyenda que Barbarroja no era sólo un pirata, sino dos y además hermanos. Arudj y Khayr Ad-Din nacieron en Mitilene, en la isla de Lesbos, bajo la égida del imperio otomano. Al parecer, el apodo se lo ganó Arudj por la tonalidad de su cabello. El deseo de Arudj era convertirse en rey de Argel mediante el poder de sus barcos y sus hombres, provocando que Fernando el Católico emprendiera una campaña para destruirle. En medio de ciertas hostilidades, Arudj perdió un brazo. Más tarde, reinando ya Carlos I, fue mandado ejecutar.

Sin embargo, su hermano menor tomó el relevo. Khayr, más inteligente y mejor estratega que su hermano, decidió que había que hacer algo ante los constantes ataques en el norte de África de españoles y portugueses entre 1505 y 1511. Para librarse del yugo europeo y crear su propio Estado, Barbarroja y sus compañeros surcaron el Mediterráneo durante más de una década. El apoyo del sultán otomano les facilitó la conquista de Argel en 1529. Argel se convirtió en una fortaleza pirata, igual que Túnez un año después. Entre sus gestas, una de las más notorias fue la derrota que le infligió a la Liga Santa del Emperador Carlos V en 1538. Vivió como un respetado miembro de la nobleza, en Constantinopla, hasta su muerte en 1546.


3) Calico Jack (1682 – 1720)




Jack Rackham no fue en su época uno de los piratas más sanguinarios ni conocidos, sobre todo si lo comparamos con su contemporáneo, Barbanegra. Debido a su afición por las ropas chillonas, este tipo era conocido como Calico Jack, que trasladado al lenguaje actual, sería equivalente a decir Jack el Hortera. Además de su afición por los atavíos de colorines, era conocido por ser un impenitente mujeriego. Como detalle curioso, hay que decir que este hombre fue el que diseñó una de las banderas piratas más famosas de todos los tiempos: la Jolly Roger, compuesta por una calavera y dos espadas cruzadas.

Rackham, que llevaba ya muchos años saqueando barcos antes de conocer a Anne Bonny, había liderado un motín contra el pirata inglés Charles Vane en 1718, gracias a lo cual se hizo con el control de la corbeta Ranger. Poco después, él y sus hombres secuestraron el mercante Kingston y otros muchos navíos en Bermudas. Sin embargo, el robo del Kingston desató las iras de otros mercantes y Rackham no tardó en perderlo a manos de cazarrecompensas. Tras aceptar el perdón real, se estableció en New Providence, hasta que conoció a Anne Bonny y retomó su carrera criminal, sembrando el terror en el Caribe.

Su final llegaría en 1720, cuando el gobernador de las Bahamas dictó una orden de captura contra él. El cazador de piratas Jonathan Barnet lo atrapó cuando él y su tripulación estaban ebrios en la bahía de Harbour, en Jamaica. Fue juzgado y ejecutado, y su cuerpo se expuso durante días en el interior de una jaula de hierro.


2) Henry Every (1659 – Desconocido)




El indiscutible rey de los piratas, apodado Long Ben, cosechó una gran fortuna aunque sus fechorías duraron sólo dos años. Nació en Inglaterra y sirvió un año en la Royal Navy, tras lo cual pasó a dedicarse al comercio de esclavos en las costas de África. En 1693 aceptó un empleo a bordo del buque de guerra español Carlos II. Una disputa sobre las pagas desencadenó un motín y Every pasó a ser el capitán. Rebautizó al barco con el nombre de Fancy y ordenó reformarlo para convertirlo en una de las naves más rápidas del Atlántico.

Durante los meses siguientes, el Fancy actuó en las costas africanas desvalijando a los mercantes. Su éxito más sonado llegaría en 1695, cuando se alió con otros cinco capitanes piratas para asaltar 25 mercantes que se dirigían hacia Guyarat. Las primeras escaramuzas se saldaron con la muerte para muchos de sus cómplices. Every tuvo más suerte y consiguió saquear el Fateh Mohammed, que llevaba un tesoro de 60.000 libras. Por si fuera poco, días después atrapó al buque insignia del convoy, el Ganj-i-saway. Sus 80 cañones no evitaron que los piratas se hicieran con él y con su tesoro de entre 200.000 y 600.000 libras. Every se convirtió en el primer hombre con una orden de búsqueda internacional. Huyó con su enorme fortuna y se le perdió el rastro en 1696.


1) Charles Vane (1680 – 1721)




Famoso por su falta de moral, este pirata torturaba y asesinaba a hombres a los que había prometido clemencia y no dudaba en engañar a su propia tripulación con tal de sembrar el terror. Se dice que, tras apresar a la tripulación del Bermudan Diamond, ordenó ahorcar a uno de sus tripulantes para dejar claro quién mandaba. La víctima sobrevivió de milagro y pudo contar su encuentro con este despiadado pirata.

Charles Vane comenzó su carrera criminal en el mar durante la Guerra de Sucesión Española. Dos años después del final de la contienda, Vane servía a bordo de una nave comandada por el pirata Henry Jennings, de camino a Florida para saquear el oro de un barco español recién hundido. Una vez allí, masacró a los supervivientes que había en la playa. Evitó ser capturado por la Royal Navy prendiendo fuego a sus propios barcos y enviándolos hacia la flota enemiga con la esperanza de provocar una explosión. No hubo estallido, pero finalmente consiguió escapar. Un motín de su tripulación lo derrocó en favor de Jack Rackham, más conocido como Calico Jack.

En 1719 fue capturado y entregado a las autoridades de Jamaica. Murió en la horca, en Port Royal, en 1721. Durante el juicio no llamó a ningún testigo en su defensa ni mostró arrepentimiento alguno.


Y hasta aquí hemos llegado. ¿Qué os ha parecido? Los mares han estado llenos de piratas desde siempre, pero muy pocos han logrado que sus nombres hayan perdurado hasta nuestros días. Y aunque esos nombres fueron sinónimo de terror en su época, es sorprendente cómo el tiempo y la leyenda les ha dotado de un aura aventurera y romántica. Y es que hoy en día es imposible imaginarse a un pirata si no es al estilo de Espronceda, que terminaba su famosa canción con aquellos inmortales versos:

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.