lunes, 6 de octubre de 2014

La Doncella en el Cementerio


¡Hola a todos!

Siguiendo con mi temática de lo oscuro y tenebroso, en los próximos días os voy a traer unos relatos cortos pertenecientes a mi colección Las Siete Doncellas. Os traeré dos por semana, porque son tan cortitos que se leen en un suspiro. Espero sinceramente que os gusten y que comentéis si os apetece.

¡Seguid disfrutando de este mes oscuro y terrorífico!







La Doncella en el Cementerio


En el cementerio de tu ciudad, de cualquier ciudad, hay alguien que aguarda tu visita. Atraviesa sus puertas por la noche y pregunta a la primera persona que veas dónde puedes encontrar a la Doncella. Puede que al principio se sorprenda y niegue conocer a ninguna doncella, pero has de insistir hasta tres veces. Su mirada se ensombrecerá y, sin mediar más palabra, señalará con el dedo un punto en la lejanía. De ti depende seguir adelante o no.

Más allá de las tumbas ordinarias se halla una sepultura separada del resto. La distinguirás fácilmente, no has de preocuparte por eso. A los pies de dicha sepultura encontrarás a la Doncella arrodillada. Lleva un vestido negro que parece sacado de otra época, con encajes y puntillas de un gusto exquisito. Su larga melena cae por su espalda como un manto de oscuridad. Si te acercas un poco más, verás insectos correteando entre los pliegues de su vestido y arañas tejiendo finísimos hilos de seda en sus cabellos.

La Doncella no se dará la vuelta para verte. De hecho, no dará muestras de haberte oído llegar, pero sabe que estás ahí. Hace mucho tiempo que te está esperando. El cielo se ha oscurecido y el frío te hiela hasta la sangre, pero no puedes apartarte de la Doncella. En sus manos sostiene un ramo de flores tan negras como los cuervos que observan la escena desde los crucifijos de mármol. La Doncella acaricia sus tallos con movimientos nerviosos. Está esperando.

Si quieres puedes hacerle preguntas, pero no esperes respuesta alguna. Cada vez que le hagas una pregunta, ella colocará una flor sobre el sepulcro, pero sus labios permanecerán sellados. Entonces, de manera inconsciente, harás la única pregunta que no debes formular en voz alta.

-¿Por qué lloras?

La Doncella no colocará una flor sobre la tumba. Dejará caer lo que queda del ramo en el suelo, y sus manos colgarán a ambos lados de su cuerpo, muertas, sin vida. En esas manos podridas se agitan gusanos carroñeros que arrancan pedazos de piel y carne sin que ella haga nada por evitarlo. Entonces, de sus labios cuarteados saldrá la respuesta.

-Porque nadie lo hará por mí.

Lentamente se dará la vuelta para mirarte, pero tú ya no deberías estar ahí. Si tuvieras un mínimo de sentido común, te habrías marchado antes de oír la respuesta maldita. Porque en cuanto ella se vuelva y te mire a los ojos, estarás perdido. Así que sal del cementerio y corre. Corre hasta que tus piernas no den más de sí. Corre hasta que te abandone el aliento. No vuelvas la vista atrás en ningún momento. No intentes volver a buscarla. Si tienes suerte, ella no te encontrará.

Pocos son los que tienen suerte.


2 comentarios:

  1. y si le hicieras otra pregunta que no fuera la de llorar, seguiría colocando flores?? y cuando se le acabara el "ramo". De todas maneras, si quieres probamos a ir el dia de difuntos al cementerio y le preguntamos a l gente del pueblo por la doncella, seguro que algun personaje te dice que si, que está en tal sitio y que era la hija de tal y cual. ¿te apuestas algo??? jeje
    A parte de la broma, es quela doncella está condenada?????

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    1. Se supone que tiene que causar perturbación, por lo extraña que resulta su figura y sus actos. Yo si me encuentro a una mujer así en un cementerio, salgo de allí cagando leches, como diría el poeta.

      Las Doncellas son criaturas de otro tiempo y lugar, extrañas e inmortales. Las cosas que dicen y hacen sólo tienen sentido para aquellos que sepan comprenderlas. Ahora que, si tú quieres buscar a alguna de ellas, es tu responsabilidad, XD!!!

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