viernes, 4 de agosto de 2017

Tesoros de una escritora: Mis libretas y cuadernos


¡Hola a todos!

Todo escritor que se precie debe contar con varias cosas si quiere considerarse como tal: Una cabeza llena de ideas, una habitación para ponerlas por escrito y un rincón en la estantería donde colocar su futuro Premio Nobel. Y libretas, muchísimas libretas. Cualquiera que presuma de ser escritor debe tener en su haber no menos de seis libretas en las que volcar todos los personajes, argumentos, lugares fantásticos y situaciones peliagudas que van a figurar en su próximo éxito literario. Me sorprende comprobar que hay gente que suda la gota gorda y se tira de los pelos cuando piensa en qué regalarle por su cumpleaños a su amigo escritor, porque es lo más fácil del mundo. Cualquier material de papelería susceptible de ser utilizado como almacén de ideas literarias será recibido con lágrimas de felicidad, y podéis estar seguros de que lo va a usar en un futuro no muy lejano. Os lo juro.

Hoy, mientras dedicaba un ratito a poner orden en mi escritorio, me di cuenta de que contaba con bastantes más libretas de las que pensaba. Supongo que eso se debe tanto a mi gusto por las cosas de papelería, al afán por acumular libretas o a mi deformación profesional, pues la escritura es mi vida y mi pasión. Voy a enseñaros mi pequeña colección de libretas y cuadernos, a los que les tengo un especial cariño, ya que me han acompañado durante varios años y todavía guardan personajes e ideas que tal vez, y solo tal vez, podría utilizar en alguna de mis historias.

¡Espero que os guste!


1) Cuadernos asiáticos




Con este nombre he decidido bautizar a este pequeño set de cuadernos, ya que proceden de papelerías asiáticas y tienen dibujos que nos traen vivos recuerdos de Japón. Son los típicos cuadernos que usan los estudiantes japoneses en clase, aunque se nota que están adaptados a la clientela occidental, ya que el sentido de lectura es el nuestro. Son muy delgaditos y tienen las páginas a rayas, con un espacio para poner la fecha del día correspondiente. Como veis, poseo tres cuadernos muy diferentes entre sí pero a la vez muy parecidos. El primero tiene un dibujo de los personajes de Sumikko Gurashi, el segundo tiene varios dibujitos de Gudetama y el tercero es de color rosa claro y tiene algunos dibujos de alpacas. Como podéis ver, son una monada! ^^*


2) Cuadernos vintage




Estos cuadernos los compré hace un par de años con la intención de dedicarlos a escribir ideas para futuros relatos cortos. Sin embargo, como era de esperar, al final han acabado cubiertos de cosas tan variopintas como dibujos de personajes o de chibi Sororitas, pues una de las cosas que más me gusta hacer mientras escribo es dibujar todo lo que se me pasa por la cabeza, ya sean ojos, sonrisas o un paisaje de fantasía. Pero volviendo a los cuadernos, como podéis ver tienen motivos que recuerdan a tiempos antiguos, como marcas de sellos y caligrafía del siglo XIX. El borde es muy similar al antiguo papel de cartas, con esos colores y formas tan peculiares. Son más grandes que los anteriores y tienen el interior a rayas.


3) Cuaderno antiguo




No he encontrado otra manera de referirme a este cuaderno que con el apelativo de "antiguo", ya que por su forma y color recuerda mucho a un libro de los de antes, de los que había en las bibliotecas decimonónicas. Compré este cuaderno durante mi estadía en Santiago de Compostela y, aunque fue muy caro y apenas lo he utilizado, le tengo un especial cariño. Es de color marrón claro, con una filigrana dorada recorriendo todos sus bordes, y tiene una especie de relieve muy agradable al tacto. También tiene una solapa imantada que cierra el libro y lo protege de rozaduras. Por dentro, las hojas son de papel grueso y no tienen marca alguna, de modo que es un excelente cuaderno para llenar de dibujos. Y, ya puestos, os digo que este cuaderno tiene su propia anécdota. Como muchos cuadernos de este tipo, contaba con un lazo rojo que funcionaba como un separador o marcapáginas. Bueno, pues a mí una vez se me abrió un tintero dentro de la mochila y empapó varias hojas y el lazo, dejándolo negro, tieso y totalmente inservible, así que no he tenido más remedio que cortarlo.


4) Pequeños cuadernos




En mi escritorio se pueden encontrar libretitas de todos los tamaños. Estas son tres de las más pequeñas que tengo (aunque más adelante os mostraré otra más pequeña que poseo). La primera libretita formaba parte de una colección de la marca de cosmética Essence, una de mis favoritas. Cada colección de Essence saca un producto especial, y el de la colección Love Letters era una libreta pensada para dejar constancia de nuestros pensamientos de amor. Es pequeña, manejable, con las hojas a rayas y una goma que cierra el cuaderno para mantenerlo bien prieto; además, suelo llevarla al trabajo y escribir cosas mientras no hay clientes y mis jefes no miran, jajaja! La segunda es una libreta de Sailor Moon, muy sencilla en realidad. Tiene una preciosa portada de color azul marino con detalles de la serie en color dorado, y en el interior tiene algunos dibujos; el resto de hojas son blancas. No lo utilizo mucho porque no quiero gastarlo, pero tiene algunas cositas interesantes. Y el tercero es un cuadernillo de la colección Gorjuss que muestra a una niñita en un fondo gris. Esta libreta es la que suelo utilizar para registrar mis gastos cuando hago algún viaje, aunque también tengo escritos algunos detalles literarios.


5) Cuaderno galaxy




Esta es una de mis adquisiciones más recientes, pues lo compré el año pasado en Zaragoza, después de pasar unos días en la Estelcon 2016, de la que guardo muy buenos recuerdos. Quizá por eso le tengo un cariño muy especial. Es una libreta de tamaño medio, con hojas en color crema y una preciosa portada acolchada (que me encanta!) e impresa con un motivo de estrellas en fondo violeta. Sobre este dibujo, un mensaje me da los ánimos que necesito para escribir con ganas y bien motivada. Recuerda mucho a las libretas de Mr. Wonderful, aunque no es de esa marca. No recuerdo exactamente el nombre de la tienda donde la compré; solo sé que estaba en la estación de trenes de Zaragoza y había otras igual de preciosas.


6) Cuadernos góticos



Estas tres preciosidades que veis aquí son pequeñas joyas que he comprado hace bastante tiempo y que me ha dado mucha pena utilizar, pues son tan bonitas que quisiera no acabarlas nunca. En realidad son cuadernos escolares de lo más común, con las páginas cuadriculadas, con perforaciones para ponerle anillas y bordes coloreados para separar las asignaturas. La primera y la tercera son libretas cuyas portadas han sido dibujadas por Victoria Francés, la que sin duda es mi ilustradora favorita por sus bellísimos dibujos de damas encorsetadas, princesas melancólicas y vampiros atormentados. La expresividad de esos ojos, esos largos cabellos y la delicadeza de los ropajes me inspiran un profundo deseo de dejarme llevar por la parte más gris y tormentosa de los sentimientos humanos, algo que se refleja en alguno de mis relatos. La libreta central ha sido ilustrada por Anne Stokes y muestra a una especie de maga que sostiene un colgante en forma de corazón. Su estética oscura y gótica me gusta mucho y, aunque la he utilizado principalmente durante mis clases de inglés, ahora la he rescatado para poder recoger detalles de futuros relatos oscuros.


7) Cuaderno postal




Otra libreta que utilizo mucho durante mis viajes, aunque más bien a modo de diario. Me la regaló una amiga y es una de las que más me gustan, a pesar de que tengo su uso un tanto restringido (más que nada porque viajo muy poco). Es cuadrada, muy gruesa y tiene un diseño muy parecido a los cuadernos vintage. Las hojas están rayadas y ofrecen unos espacios dedicados a la fecha, lo que indica que puede usarse perfectamente como diario de viaje. Además, tiene un lazo de color crema como marcapáginas que, por fortuna, se ha librado de mi torpeza y está íntegro.


8) Cuaderno Kimmidoll




Otro cuaderno que compré en Santiago de Compostela con la intención de utilizarlo de diario personal, aunque al final su uso ha acabado siendo muy distinto. En este cuaderno he escrito algunas recetas de cocina que mi señora madre se ha empeñado en meter en mi dura cabezota, aunque confieso que no llegan a las once páginas (serán solo tres o cuatro recetas), lo que demuestra que cocinar no es lo mío. Es muy, muy bonito. Igual que el cuaderno antiguo, cuenta con una solapa imantada para cerrar bien el cuaderno y mantenerlo protegido. Sus páginas son de color azul claro y tiene un separador de lazo con un colgante metálico y pesado con el emblema de Kimmidoll. Y, por si os lo estáis preguntando, la Kimmidoll que está en la portada se llama Norika y es la que representa la belleza.


9) Cuadernos Gorjuss



¡Oh, mis pequeñas preciosidades! Dos de mis libretas favoritas, juntas para la foto. La primera es una libreta en cuya portada hay una niña vestida con un abrigo azul que porta un enorme reloj de bolsillo, estilo que recuerda al de Alicia en el País de las Maravillas. Además, es significativo que su título sea The White Rabbit, lo que confirma la referencia carrolliana. El otro tiene en la portada a la misma niña, solo que llevando un vestido de color lavanda, unas orejeras y sosteniendo una estrella blanca. Su título es All these words, y me pareció perfecto para dedicarlo a algo relacionado con la escritura. Cualquiera de las dos es preciosa, no me siento capaz de elegir una favorita. La colección Gorjuss me gusta muchísimo, y si no fuera tan cara tendría muchos más productos de esa casa. Pero la economía no perdona, así que me tengo que conformar con cosas que mi bolsillo se puede permitir. Los dos cuadernos tienen las páginas coloreadas con sus colores predominantes y tienen dibujitos en las esquinas de las páginas. Tienen marcapáginas de lazo y, como colofón, un sobre en la parte de atrás para meter notas o pegatinas.


10) Pequeñas libretitas




Y llegamos al final de la colección con estas dos piezas, tan diferentes entre sí como el uso que han recibido. La primera es una libretita de Rapunzel, muy pequeña (cabe en la palma de la mano), coloreada en tonos pastel realmente encantadores. En su interior, las páginas muestran dibujos de la princesa en diferentes poses. Aunque podría utilizarse como un bloc de notas, lo cierto es que es tan bonita que no me atrevo a usarla para no desperdiciar las hojas ni mancharla de tinta. En cambio, la libreta de Kimmidoll sí que la he utilizado. Es un bloc pensado para escribir en sentido vertical, como las notas que toma un camarero. Tiene las hojas rayadas, con dibujos de Kimmidoll y, además, viene con su propio bolígrafo, de color rosa claro. La utilizo sobre todo para hacer listas de cosas que me interesan o para apuntar nombres de personajes que me gustaría utilizar en el futuro.


¡Y hasta aquí hemos llegado! Espero que os haya gustado mi colección de libretas. ¿Cuáles os han gustado más? Si tenéis ganas de comentar, sabéis que podéis hacerlo más abajo, en la caja de comentarios. ¡Nos vemos muy pronto!

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