lunes, 12 de septiembre de 2016

Antihéroes de mi devoción


¡Hola a todos!

Jean Paul Sartre dijo una vez que lo más aburrido del mal es que uno se acostumbra. Siento mucho tener que discrepar con el escritor francés, pero resulta que es todo lo contrario: no hay nada más aburrido que la bondad, por lo previsible que es. No nos vamos a meter en disquisiciones morales acerca del bien y el mal, y acerca de la importancia de practicar la virtud y alejarse del vicio, porque no es el objeto de este post. Todos somos (o deberíamos ser) plenamente conscientes de que es necesario apartarse del mal y de quienes han decidido adentrarse por esa senda cuyo final se intuye turbio y oscuro. Y, sin embargo, ¡qué poderoso atractivo ejercen esos hijos de puta en el cine y la literatura! Criminales, usureros, corruptos, ladrones, viciosos, conspiradores... Todos estos personajes no son, ni por asomo, dignos de admiración pero, indefectiblemente, acaban despertando en nosotros una simpatía que no consiguen los personajes de afiliación buena o legal.

La figura del antihéroe en la literatura ha cobrado una gran importancia con el paso del tiempo. Ansiosos por destruir el ajado esquema del maniqueísmo entre héroe y villano, cada vez son más los autores que prefieren dar mayor protagonismo a un personaje envuelto en sombras. De algunos hemos sido testigos de su corrupción moral; a otros les hemos venerado ya con el alma emponzoñada. Pero, sin duda, con todos ellos hemos disfrutado de su maldad, de su frialdad y de su falta de escrúpulos. Los antihéroes están aquí, y han venido para quedarse.

¿Por qué nos fascina el antihéroe? Es una buena pregunta que miles de psicólogos han estudiado y tratado de responder. A grandes rasgos, existen dos motivos por los cuales sentimos atracción por el antihéroe: porque creemos entender sus motivaciones y, por lo tanto, simpatizamos con él; y porque nuestro sistema de valores ha cambiado respecto a como era hace unos años. A menudo, el antihéroe se nos presenta como víctima de una serie de circunstancias que le han llevado a hacer uso de métodos poco limpios para salir adelante en la vida. Este personaje carece de un código moral y se rige por sus propias reglas, haciendo gala de una inteligencia muy superior a la del resto de personajes gracias a la cual maneja todas las situaciones a su antojo, a la manera de un macabro titiritero. El antihéroe es un personaje marginal, solitario, individualista... pero a la vez es tremendamente culto y con su propio sentido de la justicia. Sus métodos no son los más adecuados, no hay duda, pero en el fondo estamos deseando que haga uso de ellos; que deje a un lado la bondad y lo que es políticamente correcto, y se deje llevar por la transgresión.

Como lectora y escritora amateur, confieso que siento una especial simpatía por el personaje antiheroico. Y me gusta todavía más cuando éste tiene un papel protagonista y/o esencial dentro de la novela. Por eso, hoy os voy a hablar de mis antihéroes literarios favoritos. Esta es una selección personal y puede que se me escape alguno, por lo que no descarto ampliar la lista si se me ocurre alguno más.



Petyr Baelish 'Meñique'




Aquellos que hayan leído la grandiosa novela río de George R. R. Martin, la inimitable Canción de Hielo y Fuego, sabrán que Petyr Baelish es uno de los personajes más misteriosos y emblemáticos de todo el plantel. A pesar de haber nacido en el seno de una insignificante familia cuyo señorío consistía en un cabo pedregoso en Los Dedos, Petyr Baelish supo hacer gala de todo su ingenio e inteligencia para llegar a ser Consejero de la Moneda, Señor de Harrenhal y Señor Supremo del Tridente, algo impensable para alguien de tan baja cuna como él.

Menudo, de rasgos atractivos y amigables, con una sencilla barbita puntiaguda como único adorno, Petyr Baelish ofrece un aspecto muy poco amedrentador. En efecto, carece de fuerza suficiente como para empuñar armas y batirse en duelo, y su linaje no le aporta el suficiente prestigio como para poseer ejército propio, por lo que tampoco supone una amenaza para ninguna de las Grandes Casas o el propio Trono de Hierro. Ha elegido como símbolo personal de su Casa el sinsonte, un pájaro que posee la habilidad de imitar el canto de otras aves, sonidos animales e incluso ruidos de máquinas. ¿Qué significa esto? Pues que Meñique, al igual que el sinsonte, es capaz de cantar cualquier melodía que los demás quieran oír para que las cosas le salgan tal como él quiere o mejor le convenga. Los miembros de las Grandes Casas se vigilan entre ellos, temerosos del león, el lobo huargo, el kraken... pero nadie se fijaría nunca en un inofensivo sinsonte. Y, sin embargo, ahí es donde está el mayor peligro.

La historia personal de Petyr Baelish podría dar para una telenovela, pues posee todos los elementos que caracterizan un culebrón. Enamorado desde su adolescencia de Catelyn Tully, se enfrentó a Brandon Stark por su amor y perdió vergonzosamente. Mientras él se obsesionaba cada vez más con ser el esposo de Catelyn y el padre de sus futuros hijos, Lysa Tully hacía lo propio con él. La hija menor de Hoster Tully llegaría incluso al extremo de violar a Meñique mientras estaba ebrio y dolido por el rechazo de Catelyn. Aunque tardó años en saber estos hechos, Meñique se aprovechó de Lysa y la manipuló para obtener buenos trabajos y así, poco a poco, llegar a ser Consejero de la Moneda y dueño de varios burdeles diseminados por todo Desembarco del Rey.

El gran atractivo que despierta Meñique viene de esa mezcla deliciosa entre el bien y el mal. Es fascinante leer los diálogos de Meñique e intuir segundas intenciones en sus palabras tan inocentes en apariencia. Gracias a su inteligencia y habilidad para el comercio y la conspiración ha conseguido grandes beneficios económicos pero, sobre todo, información. Meñique es un personaje muy peligroso porque sabe más que ningún otro personaje. A través de una red de prostitutas y pequeños espías, conoce todos y cada uno de los secretos mejor guardados de la nobleza de los Siete Reinos, y no duda en aprovecharse de ese conocimiento para su propio beneficio. Es calculador, mentiroso y taimado. No podemos fiarnos de él porque nunca sabremos cuál va a ser su próximo movimiento. Sin embargo, de lo que no cabe duda es que es un excelente jugador del Juego de Tronos.



Kaz Brekker



De los últimos libros que he estado leyendo últimamente, uno que merece un capítulo aparte es Seis de Cuervos, de Leigh Bardugo. El hecho de que esta autora fuese también la creadora de la flojísima saga Grisha estuvo a punto de echarme para atrás a la hora de comprar este libro. Sin embargo, después de leer y oír críticas bastante favorables, decidí darle una oportunidad y comprármelo. El resultado no podría haber sido mejor. La historia es adictiva e interesante, la ambientación es muy original y los personajes son impresionantes de principio a fin. Pero el que sin duda se lleva la palma no sólo por su originalidad sino también por su hijoputismo declarado, es su protagonista: Kaz Brekker.

Kaz Brekker es uno de los personajes más célebres de los barrios bajos de Ketterdam, ciudad donde se desarrolla la acción. Es el líder indiscutible de los Despojos, una numerosa banda de pilluelos, ladrones, pistoleros y asesinos que trabajan para él en todos y cada uno de sus trapicheos con otras bandas de la zona. Gracias a su talento para los números, Kaz lleva de memoria las finanzas del Club Cuervo, el club de naipes más famoso de Ketterdam, así como todos los asuntos de deudas y préstamos que debe reclamar a sus víctimas. A los jefes de las bandas rivales les irrita profundamente que alguien como Kaz, un joven de diecisiete años de cabello negro, tez pálida y ojos fríos como el hielo, sea capaz de ponerles en jaque con un par de palabras. Tranquilo, calculador y ambicioso, Kaz no deja ni un solo cabo suelto en sus planes y no vacila en cometer los crímenes más atroces si alguien se atreve a intentar frustrar sus propósitos.

Pero a pesar de ser un magnífico ladrón con un talento especial para las huidas imposibles, Kaz es la elegancia personificada. Envuelto en una gabardina negra y vestido con un elegante chaleco, guantes de cuero y un sombrero, Kaz sale al encuentro de sus rivales con una tranquilidad pasmosa y se hace con el control de la situación en menos de un minuto, incluso estando rodeado por decenas de francotiradores que amenazan con encajarle una bala en el entrecejo. Es un auténtico cerebro criminal, siempre con un plan en una mano y un bastón en la otra con el que sacude a sus enemigos hasta hacerles mear sangre. Su falta total de escrúpulos le convierte en un joven muy peligroso, aunque sin perder jamás la compostura. Kaz es el típico chico capaz de encajarte la punta de su bastón en una herida abierta mientras consulta su reloj de bolsillo o se quita una mota de polvo de su gabardina.



Yarvi




Ya he comentado más de una vez en este blog que soy una fan declarada de Joe Abercrombie, autor inglés que ha conseguido enamorarme con un estilo de escritura ligero pero cargado de profundidad, y libros con una trama que parece de lo más trillado hasta que el autor te mete una sorpresa detrás de otra cuando menos te lo esperas. La saga que consiguió encandilarme y hacerme seguidora acérrima de este autor ha sido la Saga del Mar Quebrado, compuesta por los títulos Medio Rey, Medio Mundo y Media Guerra. Es una saga muy recomendable para aquellos que quieran empezar en la fantasía épica, ya que son libros que se leen en un suspiro, o para los que busquen alejarse de los típicos tópicos de la fantasía y quieran un toque de originalidad y sorpresa. Pero vayamos a lo importante.

La saga del Mar Quebrado nos narra las peripecias del príncipe Yarvi, un joven cuya malformación en una mano le ha hecho perder el aprecio de su padre, así como cualquier aspiración al trono de Gettlandia. Oculto a ojos de los temibles guerreros de su padre, Yarvi encuentra en la Clerecía una suerte de familia en la que será recibido con alegría en cuanto supere las pruebas, para las que está más que preparado. Sin embargo, pocos días antes de su prueba, su tío acude a él para anunciarle que su padre y su hermano mayor han sido asesinados, por lo que él tiene que ser el nuevo rey de Gettlandia. O, como le llaman sus propios guerreros con desprecio, el Medio Rey.

La historia, como veis, tiene una temática que parece sacada de cualquier novela de fantasía épica de los años 80. Y, sin embargo, es la evolución de su personaje principal lo que la convierte en algo original y lleno de intriga y sorpresas. La trayectoria de Yarvi, que pasa de ser un confiado príncipe a convertirse en un clérigo ambicioso y sediento de poder, es impresionante y no deja a nadie indiferente. Yarvi es un joven al que jamás se le ha implicado en los grandes asuntos pero que, de repente, se le pide que haga cosas para las que no está preparado. En un mundo dominado por el filo de una espada, Yarvi tiene que buscar su sitio desesperadamente. Inútil en el manejo de la espada y el escudo y, por lo tanto, incapaz de dirigir sus ejércitos a la batalla contra el asesino de su padre y su hermano, Yarvi es traicionado y vendido como galeote en un barco mercante.

Y será durante su etapa como esclavo cuando Yarvi crecerá como hombre en todos los sentidos. Su cuerpo se fortalecerá y su mente se volverá más ágil, pues es consciente de que el peligro le acecha allá donde vaya. A base de golpes y privaciones aprenderá a no confiar en nadie más que en sí mismo. Todas las cosas que ha aprendido siendo clérigo (sanación, idiomas, diplomacia...) le serán muy útiles para granjearse el apoyo de diversos líderes políticos y militares, casi siempre a base de mentiras y grandilocuentes promesas que después no cumplirá. Poco a poco, Yarvi perfeccionará sus habilidades para la mentira y la conspiración, llegando a convertirse en un hombre en apariencia débil, pero realmente temible. Incapaz de mostrar el menor sentimiento de cariño por nadie, Yarvi vivirá por y para cumplir su venganza, que traerá terribles consecuencias al mundo que rodea el Mar Quebrado.



Raistlin Majere




El Amo del Pasado y del Presente, el Amo de la Torre de la Alta Hechicería, el mago más poderoso de todos los tiempos y uno de los Héroes de la Lanza más conocidos y recordados por todos los lectores de Crónicas de la Dragonlance. Raistlin Majere es uno de los personajes más interesantes de la saga Dragonlance, no tanto por su inmenso poderío como por su arrolladora y atractiva personalidad. Como sus títulos indican, es el mago más poderoso que jamás se ha visto en el mundo de Krynn. Tras muchos trabajos, desafíos y terribles pruebas que minaron su ya debilitada salud, Raistlin consiguió ser el nigromante más poderoso y temido de la historia. Y no conforme con ese rango, hizo todo cuanto estuvo en su mano para tratar de derrotar a Takhisis, la Reina de la Oscuridad, y ocupar su puesto como deidad, algo que estuvo a punto de conseguir.

Raistlin Majere nunca tuvo una vida sencilla. Nació tan débil que estuvo a punto de morir, pero gracias a su hermana Kitiara consiguió salir adelante. Desde su más tierna infancia Raistlin fue comparado con su gemelo, Caramon: uno pequeño y el otro grande, uno débil y el otro fuerte. Sin embargo, en cuanto a capacidad intelectual, Raistlin es más inteligente y observador que su hermano y que muchos de sus compañeros. Su interés por la magia nació cuando, siendo niño, presenció los trucos del mago Waylan y más tarde, en su casa, los reprodujo todos uno tras otro sin cometer ni un solo error, por lo que fue enviado a una escuela de magia para pulir sus habilidades. Durante su estancia en la escuela, Raistlin fue marginado y despreciado por sus compañeros; esto, que podría haber minado la personalidad de alguien más débil, le dio las fuerzas necesarias para implicarse todavía más en el estudio de la magia, llegando a aventajar incluso a magos mucho más poderosos que él. Tras muchas vicisitudes y después de pasar la terrible Prueba, que destrozó su salud sin remedio, Raistlin obtuvo la túnica roja y el bastón de mago a la temprana edad de 21 años.

Raistlin es uno de los personajes más carismáticos de la literatura fantástica, principalmente porque combina una personalidad maquiavélica con ciertos atisbos de bondad que todavía permanecen en su corazón. Sin embargo, estos gestos de bondad son muy esporádicos y no se pueden esperar de alguien como él. Raistlin es un hombre hecho a sí mismo, que ha luchado muy duro para obtener los poderes que tanto ansiaba y que está dispuesto a sacrificar cualquier cosa sólo para ser el ser más poderoso del universo. Como buen antihéroe, no sigue más reglas que las que él mismo se pone. No obedece a autoridad alguna ni siente el menor respeto por sus pares nigromantes. Al contrario, disfruta ridiculizándoles y presumir ante ellos de sus propias habilidades, sabiéndose mejor que ellos. A todo esto se suma su peculiar aspecto físico: Enteco, de cabello blanco como la nieve, piel dorada y pupilas de los ojos en forma de reloj de arena a través de las cuales es capaz de ver el desgaste del tiempo en todo lo que le rodea.

Una de las razones por las que Raistlin es sumamente peligroso (y, de hecho, si yo fuese un personaje de la Dragonlance me habría cuidado de él hace muuuucho tiempo) es que es muy traicionero. Mentiroso, artero por naturaleza, no vacila en engañar a quien sea necesario para que actúe como él quiere; su hermano Caramon ha sido una víctima recurrente de los engaños de Raistlin, aunque su sincero cariño por él le hace perdonarle y seguir a su lado. Raistlin despierta muy pocas simpatías entre quienes le rodean, pero tampoco hace nada para evitarlo; egocéntrico, pagado de sí mismo, no le gusta la compasión de gente a la que considera inferior a él y con frecuencia se despacha con insultos y desagradables siseos. Y, sin embargo, ese ser en apariencia tan débil y enfermizo sería capaz de destruir todo Krynn y a sus habitantes si tan sólo le diera la gana de hacerlo.


2 comentarios:

  1. Si de algo sé yo, es de escribir sobre antihéroes, jejeje :-P

    Meñique mola, pero de tu lista, ¡Raistlin FTW, sin ninguna duda! ¡Es lo único bueno de toda la saga Dragonlance! :-D

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  2. Oh, pues Kaz está ganando puntos muy rápido. Es un personaje muy carismático y suelta unas cuantas frases lapidarias que me encantan. La verdad es que me he llevado una grata sorpresa con Seis de Cuervos. Eso demuestra que el Geek Furioso no se equivoca! ^^*

    Y bueno, Raistlin es de lo mejorcito. Canela en rama, podríamos decir. Cuando leí la Dragonlance, me sentí muy identificada con él por el hecho de que siempre era un marginado y nadie quería ser su amigo. Y eso por no mencionar que se salía de la norma. Todos sus compañeros son héroes prototípicos, pero él es diferente. Y por eso mola!

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