lunes, 11 de febrero de 2013

Érase una vez... un libro de cuentos muy violentos


Mi primo de siete años es un niño de lo más normal. Está creciendo como crecimos todos nosotros: Viviendo aventuras que se forjan en su imaginación infantil gracias, en gran parte, al material que proporciona a diario la televisión. Que al pequeño le gustan los dibujos no es nada nuevo ni malo, pues él mismo se asegura de que no está viendo nada inadecuado para su edad (es muy responsable en ese sentido). Así que, por esa parte, no hay ningún problema. El problema viene de los adultos, que se quejan porque el niño está viendo dibujos que estimulan la violencia y le harán un chaval problemático en el futuro. La serie de dibujos a la que se refieren es nada más y nada menos que Dragonball Z.


Para empezar, baste decir que yo me crié viendo Dragonball y nunca he sido una chica violenta. No iba por ahí dándole palizas a nadie, ni haciendo patadas giratorias, ni dando puñetazos consecutivos hasta molerle los huesos a mi rival, ni nada. Es más, soy de las que piensa que es mejor intentar razonar con alguien antes que recurrir a la violencia (lo cual no quita que a veces crezcan mis ganas de matar en determinadas situaciones). Por lo tanto, no me parece que una serie como Dragonball Z que, además, está puesta en un horario infantil y se la presenta como apta para todos los públicos, vaya a convertir a mi primo en el próximo emulador de la masacre de Columbine. Y digo más: Los cuentos infantiles de los hermanos Grimm, de Andersen o de Perrault son mucho más violentos y macabros que ver a Son Goku encajándole una patada en el estómago a Célula. Sin embargo, como son cuentos y además están edulcorados, no vemos lo sangrientos, crueles y horrorosos que pueden llegar a ser. Permitidme daros algunos ejemplos.


Blancanieves y los siete enanitos
La historia de Blancanieves es de sobra conocida por todos, así que no me voy a andar por las ramas porque todos sabemos el principio, el desarrollo y el final del cuento. Pero esa es la versión de Disney; en las primeras versiones del cuento, la cosa era bastante distinta. Para empezar, un conde y una condesa van en carruaje y se encuentran por el camino a una niña de cutis pálido como la nieve, mejillas rojas como la sangre y cabello negro como ala de cuervo; es Blancanieves. El conde, que deseaba tener una niña como esa, la acoge como hija y le toma mucho cariño, cosa que no gustó a su esposa, que intenta abandonarla a las primeras de cambio. La condesa (o la reina en otras versiones) se siente celosa de la belleza de Blancanieves, haciendo gala de un narcisismo de proporciones descomunales. Para convertirse en la más hermosa del mundo, debe acabar con su principal rival, y ésta es su hijastra. El primer intento de matarla es cuando ordena al cazador que acompañe a la niña al bosque; el hombre recibe la orden de apuñalarla y arrancarle los pulmones y el hígado para guisarlos y comérselos (joé, esta tía debe ser pariente de Charles Manson). Sabemos que el cazador no obedece a la madrastra, pero deja a Blancanieves a merced de las fieras del bosque; por suerte, Blancanieves encontrará refugio en la cabaña de los siete enanitos. Sin embargo, no está a salvo. Gracias a su espejo mágico, la madrastra sabe que Blancanieves está viva y sigue intentando destruirla. Se disfraza de vendedora de telas y ofrece a Blancanieves una cinta de seda para ceñir su corsé, con la que intenta asfixiarla. Los enanitos acuden al rescate de la niña y le advierten que no abra la puerta a nadie, pues podría hacerle daño. La madrastra vuelve a probar suerte disfrazándose de buhonera y mostrándole a Blancanieves un peine de plata que está encantado y que le provoca una muerte aparente. Otra vez tienen que volver los enanitos a salvar a la dichosa princesa y repiten su advertencia de que no abra la puerta a desconocidos. Blancanieves, en un acto de estupidez supina, abre la puerta a la madrastra, transfigurada en anciana, que le ofrece una jugosa manzana envenenada. Sin embargo, lo que se lleva la palma es lo que le ocurre a la madrastra cuando la historia llega a su desenlace: Como castigo por su maldad, es condenada a calzarse unos zapatos de hierro calentados al rojo vivo, con los que tiene que bailar incesantemente hasta morir.


Hansel y Gretel

Este cuento empieza con un drama terrible. Unos padres pobres de solemnidad son incapaces de alimentar a sus hijos y piensan en una solución para salir del atolladero. Y lo mejor que se les ocurre es abandonarlos en el bosque para que se mueran de hambre o devorados por las fieras. ¡Pues vaya padres más cariñosos! Hansel y Gretel consiguen regresar a casa por sus propios medios pero, una vez más, los padres vuelven a abandonarlos. Los niños se adentran en el bosque y encuentran una casita hecha de turrón y caramelos; como están hambrientos, se lanzan al asalto y empiezan a comer la casa a pesar de que dentro vive una anciana. Esta anciana es una vieja bruja que secuestra a los niños y los encadena sin piedad alguna. Gretel ejerce las funciones de una criada barriendo y fregando el suelo, pero Hansel se lleva la peor parte porque la bruja lo infla a comida para cebarlo y luego comérselo. Gracias al engaño con el hueso de pollo, que la bruja confunde con el brazo de Hansel, Gretel empuja a la malvada bruja al horno, donde muere lenta y dolorosamente.


Caperucita Roja

Este cuento fue elaborado por Perrault para entretener a la corte de Versalles y no estaba destinado a los niños en un principio, sino para las chicas adolescentes, que corrían el riesgo de dejarse seducir por abusadores o pederastas. Caperucita Roja es una niña inocente y encantadora a la que su madre ordena que se adentre en el bosque, donde vive su abuelita enferma (una anciana enferma viviendo sola en medio de un bosque… No sé qué dirían a esto los Servicios Sociales), para llevarle una cesta con comida. La madre advierte a Caperucita que hay un lobo muy peligroso rondando por el bosque, y le aconseja a la niña que no se entretenga con nada y haga el recado sin más dilación. Yo no es por malmeter pero… ¿Por qué manda a una niña pequeña al bosque si sabe que allí hay un lobo feroz? ¡Debería acompañarla alguien más mayor! Pero sigamos, que la cosa tiene miga. El lobo encuentra a Caperucita, a la que consigue camelar para hacer un juego: una carrera hasta la casa de la abuelita. El lobo gana, por supuesto, y se come a la abuelita. En el cuento de Perrault, el lobo no se disfraza, sino que se acuesta en la cama. Cuando llega Caperucita, el lobo le pide que se acueste a su lado; Caperucita se desnuda (¡!) y se mete en la cama. Por supuesto, aquí es donde se da el famoso diálogo con la posterior muerte de Caperucita, porque el lobo también se la come a ella. En otras versiones francesas del cuento, el lobo obliga a Caperucita a comer carne y beber sangre de la abuela, a pesar de que unas voces le advierten que no lo haga. Otro final es el de los hermanos Grimm: Un cazador averigua lo que ha pasado y, con unas tijeras, abre el estómago del lobo y saca a Caperucita y a la abuela. Cuando Caperucita lleva de nuevo pasteles a la abuela, el lobo intenta apartarla del camino. Pero Caperucita corre hasta casa de su abuela, se lo cuenta todo y trancan la puerta para que el lobo no pueda entrar. El lobo intenta entrar por la chimenea, pero resbala del tejado y cae en una balsa llena de agua, donde se ahoga. También está la versión en la que Caperucita llena de piedras el estómago del lobo, que cayó, reventó y murió.


Cenicienta

La joven Cenicienta era la hija de un hombre rico que se había casado en segundas nupcias con una mujer, madre de dos hijas de carácter frívolo y déspota. Tras la muerte de su padre, su madrastra se hace cargo de la hacienda familiar y destina a Cenicienta a los trabajos más sucios y humillantes de la casa. Es menospreciada y degradada por sus hermanastras, y obligada a sacrificar sus propios intereses en beneficio de los de ellas. En una versión más antigua del cuento, el padre de Cenicienta se casa con una mujer que parece odiar a la niña; ésta, por consejo de su nodriza, le rompe el cuello a la mujer dejando caer sobre ella la tapa de un baúl. Cenicienta convence a su padre para que se case con la nodriza, que al parecer tampoco era trigo limpio: Una vez casada, presenta a sus seis hijas, de las que nadie sabía nada. Además, empieza a degradar a Cenicienta sin que su propio padre haga nada por impedirlo. Pues muy bien, oiga. Luego se extrañarán de que haya que llamar a Hermano Mayor… Bueno, seguimos. El caso es que, una vez que ha pasado todo lo del Hada Madrina, el baile y el zapato de cristal, el príncipe recorre todo el reino para buscar a la dueña del zapatito perdido. Las hermanastras de Cenicienta, deseosas de casarse con él, se cortan los dedos del pie y el talón para que el zapato quepa en sus grandes pies. Imaginaos la escena por un momento: Dos chicas que se mutilan con tijeras y cuchillos, un mar de sangre corriendo por el suelo… Esto ya de por sí es un poco gore. Y la cosa no acaba aquí, porque en la boda de Cenicienta, las palomas que la ayudaban con las tareas se lanzaron contra las hermanastras y les sacaron los ojos por su maldad.


El príncipe rana

Este cuento no es tan descarnado, pero hay algún detalle un pelín violento que merece ser comentado. Una princesita está jugando con su pelota de oro junto a un lago, pero la pelota se le cae dentro y ella se pone triste. Una rana se asoma por la superficie y le dice que le traerá su pelota si le permite acompañarla, beber de su vaso, comer de su plato y dormir en su cama con ella. La princesa acepta pero, en cuanto la rana le trae la pelota, ella echa a correr y se olvida de su promesa. Al día siguiente, la rana aparece en el castillo para reclamar lo prometido. La princesa se ve obligada por su padre a cumplir su promesa, cosa que ella intenta eludir a como dé lugar. En el momento de compartir cama, la princesa no soporta el asco que le inspira la rana y la estrella contra la pared, con tan buena suerte que luego se convierte en un apuesto príncipe con el que no le parece mala idea casarse. A mí me parece una actitud bastante patética por parte de la princesa: ¿La rana te da asco y la maltratas, pero en cuanto se convierte en un chico guapo te chorrean las bragas? ¡Anda ya! ¡Menudo ejemplo para las niñas!


El cerdo encantado

Un rey debe partir a la guerra y encomienda a sus tres hijas que, durante su ausencia, no entren en una habitación en concreto. Las princesas no obedecen y se cuelan en la habitación, donde hay un libro abierto. La primera princesa lee que se casará con un príncipe del este; la segunda, que lo hará con un príncipe del oeste; y la tercera princesa, que se casará con un cerdo del norte. Al cabo de un tiempo, se produce el enlace y la más joven de las hermanas parte rumbo al norte con su marido porcino. Sin embargo, al pasar por un cenagal, el cerdo le pide a su esposa que le bese, y acto seguido se convierte en un guapo joven. La princesa consulta con una bruja para hacer que el aspecto del príncipe sea siempre hermoso, pero su marido se entera de eso y le dice que debe abandonarla y que no se volverán a encontrar hasta que haya desgastado tres pares de zapatos de hierro y redondeado la punta de una vara de acero… que ya hay que ser cabrón para castigar así a tu mujer por una tontería de nada. Así empiezan las andanzas de la princesa, que recorre cielo y tierra para encontrar a su marido. En cada lugar por el que pasa se le ofrece un pollo para comer, de los que debe conservar todos sus huesos. Una vez desgasta los zapatos y la vara, une los huesos de los pollos para formar una escalera que la ayude a llegar a un lugar muy elevado donde vive su marido. Sin embargo, se da cuenta de que le falta el último hueso de pollo así que, sacando un cuchillo, se corta el dedo meñique y con él sustituye el eslabón perdido. ¡Hala, más sangre! Pero todo acaba bien, dentro de lo que cabe. Una vez reunida, la flamante pareja hereda el reino del padre y vivieron felices para siempre.


Barbazul

Estamos ante uno de los cuentos más brutales y sanguinarios que jamás existieron. Barbazul es un hombre violento que, habiendo enviudado, está buscando una nueva esposa. La elegida es una bella muchacha a la que lleva a su castillo y la cubre de lujos y riquezas. Barbazul le entrega una llave a la muchacha, una llave que pertenece a una habitación en la cual nunca debe entrar. Aprovechando que Barbazul parte en un viaje de comercio (fingido, porque en realidad está probando la fidelidad de su mujer), la muchacha organiza una fiesta en el palacio y, en pleno apogeo, decide entrar en la habitación prohibida. Lo que descubre es una sala repleta de la sangre y los cadáveres de las anteriores esposas de Barbazul, que fueron asesinadas por él. Sin embargo, en vez de huir o dar la voz de alarma, la muchacha calla porque cree que ha sido producto de su imaginación y que su esposo nunca se enterará de que le ha desobedecido. Yo no sé qué pensaréis, pero a mí parece un gesto muy penoso por su parte. Se podría pensar que la chica no dice nada por miedo a su marido, pero está en un castillo rodeada de gente que podría protegerla y ponerla a salvo de Barbazul, y aun así se calla. Aunque, por suerte, la historia tiene un final feliz para la chica, puesto que cuando Barbazul está a punto de decapitarla, llegan sus hermanos para acabar con él y salvarla justo a tiempo.



Y hasta aquí este pequeño análisis sobre los cuentos de ayer, con los que deleitamos hoy a los miembros más jóvenes de la familia. Cuando alguien vuelva a hablar sobre la violencia que ven los niños por televisión, recordadles que hay cuentos clásicos mucho peores y no por ello hay más niños traumatizados.


Y colorín, colorado… este post se ha acabado.

5 comentarios:

  1. Me ha encantado este post, la verdad. Muy recomendable para grandes y pequeños, jeje...pero verdaderamente tú haces este tema más interesante aún. A ver si te comento la otra entrada por fin, un beso!

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  2. Pues sí; la verdad es que los cuentos originales eran bastante gore y violentos. Cuentos brutales, supongo, para una época mucho más brutal que la nuestra. Debo decir, sin embargo, que aunque no me parece que DragonBall vaya a causar ningún daño a los niños, sí que debo admitir que yo de pequeña no la veía porque no me gustaba que pelearan tanto y prefería las películas de Walt Disney, bastante más amables y buenrollistas que los sádicos cuentos en los que están basadas. También es verdad que después de ver DragonBall todos los chicos de mi clase se ostiaban emulando a Goku, pero no me parece esto culpa de la serie sino de la propia naturaleza masculina; es bien sabido que los niños de todas las épocas y condiciones siempre han jugado a ostiarse por cualquier excusa,ya fuera emulando a Goku, a los Caballeros del Zodiaco, al Capitán Trueno o al Caballero de la Blanca Armadura, ese que ganaba todos los torneos y que tu señor padre decía que podrías ir a ver en cuanto tuvieses edad de ser escudero.

    Apunto, por cierto, unos cuántos cuentos que constaban en la colección de Grimm, Perrault y Andersen que heredé de mi padre y que también tenían lo suyo:

    -Pulgarcito: Niño con seis hermanos que empieza igual que Hansel y Gretel, pero en el que los niños en vez de acabar en casa de una bruja acaban en casa de un ogro que tiene siete hijas, las cuales duermen con adorables gorritos de dormir. El ogro acoge a los niños y les da cena y cama, aunque proyecta degollarlos por la noche para comérselos. Pulgarcito se da cuenta de que algo huele a podrido en Dinamarca y le quita los gorritos a las niñas dormidas para ponérselos a él y a sus hermanos. En la oscuridad de la noche, el orgo al tocar los gorritos de las cabezas confunde a los niños con sus hijas y las acaba degollando y devorando a ellas. Pulgarcito toma sus botas de siete leguas y acaba escapando junto con sus hermanos antes de que se haga de día y el ogro advierta el error.

    (continúa)

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  3. -La Bella Durmiente: El problema de éste está en la segunda parte. El príncipe tiene dos hijos con la Bella Durmiente y luego se tiene que ir a la guerra, dejando a su familia al cuidado de su madrastra, que es una ogresa. La malvada madrastra, por supuesto, quiere ser ella la futura reina (¿por qué no mato entonces al príncipe antes de que se casara, digo yo?), de modo que manda al cocinero de palacio matar al niño, luego a la niña, y finalmente a la propia ella Durmiente, y cocinárselos en salsa. Como el cocinero es bueno, oculta a la joven princesa y a sus hijos y sirve cordero a la reina. Pero finalmente esta desucbre el engaño y manda a sus siervos llenar una cuba enorme de escorpiones, arañas y serpientes para arrojar allí a la princesa, a los niños, al cocinero y a la familia de éste, y que mueran todos devorados y picados por los bichos. Afortunadamente en ese momento el príncipe regresa y la madrastra se desmaya del susto, cayendo ella misma a la cuba y muriendo allí.

    -La Sirenita: Este es angustioso; la sirena no sólo pierde la voz al convertirse en humana, sino que cada vez que camina siente un dolor tal como si se le clavasen cuchillos en los pies. Para colmo de males, el prícnipe la trta como a una mascota (la hace dormir echada en el suelo frente a la puerta de su habitaciçon como si fuera una perra), la mete en la friendoze sin posibilidad de salida y acaba casándose con una chica más guapa y con dinero. Las hermanas de la sirenita venden sus cabellos a la Bruja del Mar a cambio de una daga con laque la Sirenita debe asesinar al príncipe y a su esposa la noche de bodas de estos si quiere poder volver a ser sirena. Pero al final no los mata y se suicida arrojándose al mar, donde su cuerpo se convierte en espuma de mar.

    -Riquete del Copete: Este no es que sea sangriento, pero me indigna por lo machista que es. Hay dos princesas: una fea pero muy inteligente y carismática y otra hermosa pero muy tonta. ¿Adivinas a cuál acaba eligiendo Riquete?

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  4. Por cierto, ¿sabías que Barbaazul está inspirado en un personaje real? Concretamente en Gilles de Rais, un noble que fue condenado por torturar y violar a docenas de niños y adolescentes de ambos sexos. Supongo que con lo que sabes de Historia ya habrás oído hablar de este señor, que además tuvo una historia muy trágica: al principio era un hombre piadoso, gran amigo y admirador de Juana de Arco, a quien se sospecha que amaba platónicamente. Cuando la condenaron a la hoguera reunió una mesnada para salvarla, pero llegó demasiado tarde; se encontró con sus restos todavía humeantes. Hubiera podido salvarla de llegar unas pocas horas antes. El dolor lo volvió loco, renegó de Dios por haber permitido que Juana muriera sin que él pudiera salvarla y se volcó en cultos satánicos y en actos depravados y brutales, por los que finalmente fue juzgado y que dieron origen al cuento de Barbaazul.

    Y, en fin, perdóname por haberte tenido que contestar en tres partes, pero es que me he entusiasmado con este tema y me ha salido una respuesta muy larga ^^UU

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  5. ¡Eh, me gusta que empiece a haber participación! Si no, más que un blog parece una lista de mis monólogos. Algo me decía que este post iba a traer miga, porque el tema, bien pensado, se las trae.

    El cuento de Pulgarcito iba a ponerlo, pero al final me olvidé. Es una barbaridad lo del ogro que confunde a sus hijas con los hermanos Pulgarcito y que se las coma sin más ni más. ¿Es que no tenía una vela para ver en la oscuridad? ¡Que ya hay que ser bruto, coño!

    El de la Bella Durmiente, confieso que no conocía esa versión tan bestia, pero me alegro de que la menciones porque no hace más que darme la razón con lo de los cuentos de antaño. No me esperaba que escondiese tanta crueldad!

    La Sirenita. Pues no me acordaba ya del cuento de Andersen (un grave descuido por mi parte)! Pero sí que es triste, muy triste. Me da pena que la Sirenita lo tenga que pasar tan mal por culpa de un tío que no la merece y que es un asqueroso. Y es cierto que le dolía caminar, cosa que no se ve, por ejemplo en el cuento de Disney, donde a Ariel sólo le cuesta tenerse en pie, pero no da signos de dolor o sufrimiento de ese tipo.

    Y no, Riquete del Copete no es sangriento. Pero misógino es un rato, porque el tío ni se plantea casarse con la chica que es tan fea como él, pero igual de inteligente. Lo que demuestra que se le daba (y se le da) mucha importancia a la belleza física, sobre todo de las mujeres.

    Sí, había leído algo sobre Barbazul y que era personaje real. Y, ahora que me acuerdo, en un manga titulado Kamikaze Kaitou Jeanne, la protagonista es una chica que es la reencarnación de Juana de Arco. Una noche, se encuentra con un hombre muy apuesto por el que siente una gran atracción, pero es un caballero demoníaco llamado Noin Claude (vamos, el Barbazul). Este tal Noin lo pintan como un caballero que servía junto a Juana de Arco en el ejército y que estaba enamorado de ella. Al ver que era condenada sin que los demás pudieran hacer nada, entregó su alma al diablo para poder verla en su próxima reencarnación y recuperarla. ¡No tendrá mucho que ver, pero me lo ha recordado de pronto!

    Gracias por tu aporte!

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