sábado, 28 de julio de 2012

Bienvenidos a Mundo Bizarro: El Maestro Joao y su tropa de timadores

Es indudable que la televisión está plagada de programas absurdos que estimulan poco o nada la mente del espectador medianamente exigente. Pero, buscando por las cadenas que nos ofrece la TDT, he dado con un programa que ha llamado mi atención por lo absurdamente cómico que puede llegar a ser. Me estoy refiriendo, como no podía ser de otra forma, a los programas de adivinación del futuro.

Los programas de Televidencia son extremistas, porque si los ves sólo puedes sentir dos emociones: O te partes de risa al ver lo malos que son, o te mueres del asco al pensar que hay gente que de verdad se cree todo lo que hay ahí montado. Yo he preferido la primera opción, porque al menos han conseguido hacerme reír gracias a las burradas con las que nos deleitan cada noche.

Nada más empezar su visionado, nos encontramos con la presentadora del programa, que se dedicará a introducirnos en el maravilloso mundo de la adivinación y la curación del mal de ojo presentando y cantando las alabanzas del vidente que toque esa noche. A continuación se nos presenta al brujo de turno, que cuenta con un nombre artístico que resulta, cuando menos, chocante: Maestro Joao, Sandro Rey, Conchita Hurtado, "La Cubana" o Aída, entre otras muchas primicias. Normalmente aparecen rodeados de un teatrillo formado por santos, velas, bolas de cristal, telas brillantes y hasta una olla de peltre que ya la querría para sí Harry Potter.

Los servicios que ofrecen no son muy variados, pero es que tampoco las exigencias de los clientes son mayores. Se suele pedir fortuna, solucionar problemas con el amor, con el trabajo, con el dinero e, incluso, interceder por la sanación de un miembro del cuerpo. Hay peticiones mucho más llamativas, como la de potenciar un número de la Bonoloto o el Euromillones, preguntar cuándo debe poner a la venta un piso y hasta pedir ayuda para que otra persona (normalmente un hijo un poco entrado en años) deje de fumar y de salir con sus amigotes, lo que seguramente le han dado mal de ojo.

Los rituales son para mear y no echar gota. Tenemos los maravillosos paripés del Maestro Joao, que te quita el mal de ojo esparciendo sal en un cuenco con unas tijeras de los chinos encima. Rubén Barea te abre todos los caminos ensartando una espada en un jarrón de cristal con tierra. Conchita Hurtado te decreta la buena fortuna poniendo tu nombre y tu fecha de nacimiento en un post-it (que ella llama pergamino) y quemándolo. Aída Romero te ayuda en el amor deshaciendo una rosa en un millar de pétalos. Ritos que parecen sacados del antiguo Medievo, de la superchería más enconada y de la más vil ignorancia. Y lo que resulta más indignante: La gente de verdad se cree estas cosas y tiene fe en que le ayudarán a resolver los problemas de su vida.

La cosa se vuelve más preocupante a medida que ves que las burradas del vidente van a más. Sirva como ejemplo la vez que Sandro Rey le recomendó a una señora (presumiblemente anciana) que llevara a su nieta a un homeópata para que le trataran la enfermedad de Crohn. También resulta chocante que se llame para pedir una "limpieza" del mal de ojo y acabe con la promesa de una pareja mucho mejor y un trabajo en menos de un mes. Falta que sea verdad.

A pesar de que muchos de estos truhanes se denominan "elegidos" por un poder superior y que sus servicios están pensados para hacer el bien, la cosa no es gratis. El precio de la llamada oscila entre 1,18 euros en red fija y 1,53 por móvil. La víctima... digoooo, el cliente puede llegar a estar 30 minutos colgado del teléfono sin poder hablar con el vidente que quiera. Puedes estar llamando sin parar, que el vidente va a estar mirando para la cámara haciendo sus movimientos místicos para contactar con los espíritus, mientras tú ves cómo baja tu cuenta corriente a la velocidad de la luz. ¿Un ejemplo? Os recomiendo el vídeo en el que una señora afirma haberse gastado 819 euros por intentar hablar con el Maestro Joao.

Videntes de la televisión actual

Sandro Rey: Detecta enfermedades a distancia, describe el lugar donde vives (aunque no sea cierto) y hasta predice el número de la Lotería de Navidad.

Maestro Joao: Mago con cara de rape que te corta lo malo para que entre lo sano. Tiene montado un mercadillo a su alrededor con santos y velas de dudoso buen gusto. Famosos sus espasmos de tos cuando hace la "limpieza" y cómo conjura rayos. Demasiao...

Conchita Hurtado: La más sosa de las videntes. Parece una maruja de pueblo, sólo que casi siempre está callada. Te abre los caminos ahumando papeles y luego quemándolos.

José Guillén: Extraño ser fieramente heterosexual (nótese la ironía) que se rodea los brazos con rosarios y escapularios, y que regala "besitos de chocolate". Su mayor mérito es el de predecir el número de la Lotería de Navidad a mediados de enero.

David Trivin: Uno de los más bizarros. Su aspecto físico no sólo te da una gran confianza, sino que además adivina el futuro... con un dominó!!!!

Maruja Zorrilla: Sus consultas son como un informativo de Piqueras. Sólo da malas noticias y sus únicos temas de conversación son desgracias y malos presagios. La alegría de la huerta, vamos.

Aída Romero: Autoproclamada "diosa del fuego", "alumna de la llama violeta" o "la última merovingia". Hay que estar adulándola todo el rato y decirle que es la más grande, o no te ayudará. Sin duda, la mejor de todas. Si la veis en acción, risas garantizadas.


En fin, para terminar, quiero manifestar mi reflexión al respecto. Triste es que en estos tiempos de crisis y sufrimiento haya personas que, incapaces de confiar ya en los políticos, tengan que recurrir a esta pantomima de pésimo gusto para oír lo que les gustaría conseguir en un futuro inmediato. Que personas de avanzada edad, con sus achaques y enfermedades, preocupados por los suyos... gasten sus ahorros en estos farsantes de medio pelo, estos brujos sin escrúpulos que no se recatan en engañarlas, es algo tan triste que es preciso reír para no llorar. Por eso, si algún día os adentráis en este Mundo Bizarro, hacedlo con una sonrisa irónica en la cara y tratad de aprovechar ese tiempo riéndoos a costa de los videntes de la tele, cuya estupidez no tiene ni tendrá fin.

7 comentarios:

  1. A lo mejor te sorprenderías si hablaras unos minutos, tan sólo dos o tres minutos con José Guillén. Creo que estás juzgando a alguien sin conocerlo para nada. Por supuesto que ya sabemos que muchos supuestos videntes son una farsa pero no es el caso de todos. Yo he hablado alguna vez con José Guillén y tengo que reconocer que me describió muchísimas cosas que me habían pasado y hay cosas que me ha acertado y otras a lo mejor ocurren; porque no todo pasa de hoy a mañana. Pero lo que sí sé es que no es ningún farsante. Saludos.

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  2. No creo que me sorprendiera en absoluto, porque todos los videntes vienen a decir lo mismo. Que si estás mal de amores, que si hay alguien en tu vida al que le hace falta un empujón para que vaya a tu lado corriendo, que si vuelve alguien de tu pasado, que si tienes que elegir entre dos amores... y todo son cosas que se pueden deducir fácilmente fijándose en el tipo de gente que llama, pues está claro que si llamas es porque crees que necesitas algún tipo de orientación astral. Yo no me creo nada, porque el futuro no está escrito en ninguna parte, y considero que es bastante trivial pensar que va a estar predeterminado por el movimiento de los planetas o por capricho cósmico. Se puede ser muy hábil y acertar con determinadas cosas, pero nadie puede ver el futuro. ¿Que a ti te ha acertado? Pues yo diría que es pura suerte.

    Ojo, no estoy diciendo que sea mala persona ni mucho menos. De hecho, la mayoría de los videntes que atienden estas consultas son un encanto. Pero también son encantadores los directores de un banco cuando les firmas una hipoteca y luego ya vemos lo que pasa. Quizá con su forma de expresarse, el vidente te da ánimos para aumentar tu autestima, lo que hace que la mayoría de gente se vea a sí misma de otra manera y que los demás lo noten. Pero eso no es ver el futuro. Y si no, explícame lo de la Lotería!

    Un saludo

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  3. Toda la razón, Laura. Me congratula comprobar que no soy el único que ve la Televidencia como un irrisorio espectáculo protagonizado por marujas, mariconas de pueblo (Sin acritud) y un largo elenco de engañabobos que se autodenominan médium.

    He llegado a ver a gente preguntando por su economía escuchando que tienen que solucionar su problema cerebral o que conocerán a su pareja ideal en un banco de la Caixa.

    Y esa maravillosa coletilla de la señorita Conchita Hurtado no tiene desperdicio... Su mágico, etéreo y místico "Eso veía yo", utilizado siempre que se equivoca estrepitosamente en una de sus múltiples predicciones.

    Qué decir del Maestro Joao y de su histriónica forma de erradicar los males de ojo ¡Más jocoso imposible!

    Yo diría que la más sosa es Blanca San Antonio. El mejor... Sandro Rey, cuyo humor radica en lo arriesgado de sus predicciones, que son del estilo "¿Tienes un consolador rojo fuego marca EistenPower en el tercer cajón del armario del cuarto de tu madre?", y en su inconformismo al recibir la taxativa negativa de sus corderos.



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  4. Los programas de videntes dan para todo eso y más. Si uno no puede indignarse más después de escuchar las sartas de disparates que sueltan por la boca, siempre puede echarse unas risas con estos esperpentos.

    No conozco a Blanca San Antonio, pero si hay vídeos de ella por ahí los buscaré y le echaré un vistazo. Sin embargo, me declaro fan de Aída Romero: Una vez, una señora la llamó para pedirle que les ayudara a ella y a su marido a dejar de fumar y a adelgazar. Respuesta de Aída: "¡Menos plato y más zapato!". True Story.

    Pero sigo diciendo que me dan pena los pobres crédulos que confían en que estas personas tienen poderes, que han sido tocados por un poder divino y que son capaces de hacer posibles todo tipo de milagros.

    Gracias por tu comentario!

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    1. donde esta el comentario publicado ,ha desaparecido

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  5. mas alla de las apariencias que nosotros percibimos en los demas, se esconde una verdad interna que actua silenciosamente desde el espiritu de la persona que juzgamos como farsante o timadora.hay que tener prudencia y no juzgar sin conocer que existe una realidad invisible que nos afecta a todos

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  6. Es un buen consejo cuando dices que uno no debe juzgar a nadie por las apariencias. Yo lo sé y no lo hago, pues sé que el interior de las personas no tiene por qué coincidir con su exterior.

    Pero eso no quiere decir que crea que en el interior de estas personas (los que se dicen videntes) haya una "verdad interna" que le distingue del resto de mortales. No creo en la videncia, no creo en los poderes de precognición y no creo en el poder del destino. Y considero que estos videntes son farsantes porque ellos no tienen poder alguno, pero se lucran de otros haciéndoles creer que sí los tienen. Mi opinión es que son gente ruin y sin escrúpulos que vive de la desdicha ajena de la forma más cruel que existe: riéndose de la ignorancia de los demás.

    Y, aunque esto pueda considerarse "juzgar", no me importa. No temo equivocarme.

    Un saludo

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