martes, 13 de diciembre de 2016

Crónicas Viajeras: Mis primeras vacaciones en Khazad-dûm!


¡Hola a todos!

¿Qué tal, qué os contáis? Yo estoy recién llegada de Zaragoza, donde durante unos días nos hemos engalanado para convertir el Hotel Diagonal Plaza en las estancias de Khazad-dûm, también conocida como Moria, el reino de la Mina del Enano. Sí, amigos: la Sociedad Tolkien Española (en adelante, STE) organiza todos los años una gran reunión a la que pueden acudir los socios pero también los que van con intenciones de unirse y algún que otro curioso que solo quiere ver de qué va la cosa. Esta mereth aderthad, o 'fiesta de la reunión', es un acontecimiento que los tolkiendili de la STE esperan con ansia, ya que es el momento en el que se reúnen amigos que hace mucho tiempo que no se ven. Y también, como en mi caso, es una buena ocasión para hacer nuevos amigos.

Hoy os voy a traer, pues, la crónica de lo que ha sido mi primera experiencia en una Estelcon. Han sido cuatro días muy intensos en los que ha habido infinidad de sonrisas, hermosas canciones, mucha voluntad por parte de todos pero, sobre todo, una muestra perfecta de lo fuertes que pueden ser los lazos de la amistad.


Día 1

¡Empieza el viaje! Bueno, para mí en realidad el viaje ha empezado un día antes. El 7 de diciembre he tenido que partir hacia Lugo para hacer noche allí, ya que el tren que debía coger para ir a Zaragoza no saldría hasta la mañana siguiente. Cada vez que voy a Lugo me gusta mucho dar un paseo por el casco antiguo para visitar la muralla una vez más. Sin embargo, he tenido que invertir parte del tiempo en buscar la estación de tren para poder ir a tiro fijo al día siguiente; conociéndome y sabiendo que tengo tendencia a perderme, he hecho bien en buscar la estación y el camino más corto desde la pensión donde me he alojado.

Siempre me ha gustado mucho viajar en tren, y la perspectiva de tener diez horas de viaje por delante no me desanimó en absoluto. Aunque ha habido momentos en los que se me ha hecho realmente pesado (a los que se suma el haber tenido que tragarme dos películas bastante mierdosas que NO volveré a ver en mi vida), cuando llegué a Zaragoza tenía un buen estado de ánimo. Cansada, sí, pero muy contenta por haber llegado por fin a mi destino.



Amanecer en la estación de tren de Lugo


Un largo trayecto en taxi después, llegué por fin al Hotel Diagonal Plaza, situado fuera de lo que es la ciudad de Zaragoza. Nada más entrar he podido encontrar al comité de bienvenida, quienes registraron mi llegada y me obsequiaron con un wellcome pack que contenía el programa de actividades, una chapa acreditativa con mi nombre y apodo tolkiendili, y el cancionero, un pequeño librito que contiene todas las canciones que íbamos a cantar durante la cena de gala. Parece una tontería, pero me ha hecho una ilusión enorme recibir estos obsequios, y os aseguro que los guardaré como un tesoro toda la vida.

Una vez registrada, dejé mis cosas en la habitación y bajé a mezclarme con la gente. Y tengo que decir que para alguien tan tímido como yo no es nada fácil ir y lanzarse a hablar con gente desconocida. Sin embargo, había tan buen rollo que no me costó casi nada abrirme con los demás. Y aquí tengo que hacer una mención especial a los integrantes del smial de Lórien, con los que cené esa primera noche, pues me lo he pasado de maravilla con ellos hablando de todo un poco. Los organizadores de la Estelcon nos reunieron a todos en una sala para darnos la bienvenida y dar por inaugurada la Estelcon 2016, tras lo cual todos volvimos a mezclarnos para hablar y compartir experiencias.

Y si la Estelcon es el mejor momento para el reencuentro con los amigos, yo no me podía quedar atrás, ya que he tenido la maravillosa alegría de volver a ver a Estelwen Ancálimë y a su señor marido, el Rey Brujo de Angmar (por cierto, ¿cómo ha acabado casándose una elfa Teler con un Nâzgul? Misterios de la vida, XD). La felicidad que he sentido al volver a verles después de más de un año ha sido enorme y, por fortuna, nos quedaban por delante tres días más para ponernos al día y hacer actividades juntos.



Estandartes tolkiendilis


Después de una agradable cena, tocaba asistir a la lectura de cuentos y pasajes de las obras de Tolkien. Cuando me dijeron que este solía ser uno de los momentos más emotivos de la Estelcon me costó un poco creérmelo; pero hay que estar allí para darse cuenta de toda la carga emocional que tiene la lectura. Los lectores escogen aquellos pasajes que más les han llenado a nivel sentimental o espiritual, y eso se nota cuando leen, pues ponen una entonación peculiar y contagian sus sentimientos a todos los asistentes. Ha sido una ocasión muy especial y, aunque no he leído, sí que me ha inspirado ganas de animarme a hacerlo algún día.

Después de la lectura, nos fuimos todos a dormir, que al día siguiente tendríamos que hacer muchas cosas.



Día 2

¡Vamos allá! La Estelcon empieza por todo lo alto con un buen desayuno. Pero tuve que acabar pronto, ya que a primera hora iba a asistir a una conferencia impartida por el mismísmo Rey Brujo acerca de la guerra en la Tierra Media. Me ha parecido una charla muy interesante, con un trabajo de documentación impresionante y una manera de impartirla atractiva y envolvente (no soy muy dada a los temas de guerra, pero con esta charla me he quedado impresionada). Por desgracia, unos problemas técnicos quitaron mucho tiempo de la conferencia. Además, la amplitud del tema tratado y el hecho de que hubiera preguntas en medio de la charla contribuyó a retrasarla; el resultado fue que se ha tenido que terminar la charla a todo correr y nos quedamos sin saber algunas cosas. Una lástima, la verdad.

Después de comer, tocaba asistir a otra charla, esta vez a cargo de Estelwen Ancálimë, que nos ha amenizado la tarde con una conferencia deliciosa en más de un sentido. Y es que el tema versaba sobre la gastronomía de los distintos pueblos de la Tierra Media. Pero además de lo entretenida y bien estudiada que estaba la charla, los asistentes también pudimos disfrutar de las extraordinarias dotes culinarias de Estelwen, ya que nos ofreció una merienda a base de galletas de turrón de Jijona y unas Chips Ahoy caseras realmente deliciosas. ¡Así da gusto! ^^*



Juegos, bailes y actividades


Después de un pequeño paseo, tuve la oportunidad de participar en una actividad cuyo título de presentación, El miedo en Tolkien, no daba demasiadas pistas acerca de en qué consistía. Pero de los cobardes nunca se ha dicho nada, así que al final me he animado a ir, y la verdad es que me lo he pasado bastante bien. En una habitación, con los ojos vendados y sin más remedio que confiar en las manos que nos guiaban a ciegas, unas voces nos ponían en situación narrando un escenario tenebroso y oscuro sacado de algunos pasajes de la obra de Tolkien, como la aparición del Nâzgul en la Comarca, la desazón de los hobbits al despertarse en las Quebradas de los Túmulos y el apuñalamiento de Frodo en la atalaya de Amon Sûl. Yo no soy muy miedosa, pero la verdad es que la ambientación estaba muy bien conseguida y en todo momento se estaba en tensión.

A lo largo de la tarde también he tenido ocasión de dar un paseo por el recinto del hotel, donde se llevaban a cabo otras actividades como juegos de rol, música, bailes, manualidades. Para quienes habían venido con sus hijos también había un Agujero Hobbit que ofrecía refugio y actividades para los más pequeños. A la hora de la cena volvimos a reunirnos todos para hablar e intercambiar nuestras impresiones sobre las cosas que habíamos hecho ese día.



Los de Amon Hell haciendo de las suyas


Pero después de cenar tocaba disfrutar de una buena sesión de música a cargo del grupo Amon Hell (me encanta el nombre), que también fueron los encargados de impartir el taller de actitud tolkienrockera. Además, el concurso Tu Bardo me Suena me ha conquistado por completo!



Día 3

El sábado suele ser el día más importante de una Estelcon, ya que esa noche suele celebrarse la cena de gala. Sin embargo, hasta entonces se puede seguir disfrutando de otras actividades. Y en mi caso, como no había actividades por la mañana aparte de la Asamblea General (a la que solo pueden asistir los socios de la STE), me lo he pasado muy bien yendo de un lado para otro y hablando con la gente.

Después de la comida tenía previsto asistir a un taller de scrapbooking tolkiniano. ¿Y qué es el scrapbooking?, se preguntará mi inteligente audiencia. Pues el scrapbooking significa hacer libritos y cuadernos a partir de recortes de papel y cartón de diferentes formas y colores. Cada participante recibió una bolsa con un kit que contenía todo lo necesario para hacer un pequeño álbum de fotos al más puro estilo Tolkien, con el detalle añadido de que todos y cada uno de los álbumes que se hicieron eran diferentes unos de otros. Esto ha hecho que haya sido una actividad muy original y entretenida (además de abrirme las puertas a las maravillas de la cinta adhesiva de doble cara).



Mi primer álbum de scrapbooking


Y por la noche llegó el evento que todos estábamos esperando con ganas: ¡La cena de gala! Este es el momento en el que todos los asistentes a la Estelcon se visten con sus mejores galas y se preparan para la cena, no sin antes pasar por el photo-call para hacerse unas fotos para el recuerdo. Durante la cena he podido disfrutar de una deliciosa comida acompañada de risas y bellas canciones que no habrían desagradado a Tolkien. Al final se obsequió a cada invitado con un mathom, un regalo que los hobbits solían hacerse en los días de sus cumpleaños y que consistía en un obsequio que no servía para nada; en este caso, el regalo ha sido una bolsita con unas piedrecitas decoradas para jugar al tres en raya... o tres en Moria, como pone en la bolsita. También los organizadores han recibido varios mathom de parte de los miembros de otros smiales, entre los que se encontraba un libro caja y una Piedra del Arca. Ah, y no nos olvidemos de mencionar la magnífica piñata rellena de caramelos y la emocionante carrera de flanes, en la que Cuernavilla se declaró vencedora varias veces seguidas.



Engalanada para la cena


Después de la cena, llega lo que se conoce como la Noche Intemporal, ese momento mágico en el que nos reunimos todos para hablar, cantar y jugar durante una noche que esperamos que no termine jamás. Es un momento en el que prima la alegría por estar todos juntos, pero también cierta tristeza, ya que sabemos que al día siguiente todo habrá terminado y nos tendremos que ir a casa.


Día 4

Y así es como llegamos al final. Después de desayunar todos juntos por última vez, toca hacer las maletas y aprovechar para hacer algunas compras de última hora en la Esteltienda. Pero el temido momento llega, y el acto de clausura se llevó a cabo en medio de una emoción tan grande que a más de uno se nos han saltado las lágrimas. Tras la entrega de los premios que la asociación concede al mejor ensayo, a la mejor obra de arte y al mejor relato de ficción, uno de los anfitriones lee para todos el fragmento final de El Retorno del Rey, en el que Frodo se despide de sus amigos para partir con Bilbo, Gandalf, Elrond y Galadriel hacia las Tierras Imperecederas, dejando a sus pobres amigos Sam, Pippin y Merry desconsolados. Este párrafo es especialmente emotivo porque, aunque es un final muy apropiado para la trilogía de El Señor de los Anillos, deja un regusto un tanto agridulce, ya que Frodo no disfruta de las dádivas del héroe por haber salvado a la Tierra Media de la maldad de Sauron, sino que se ha convertido en un personaje al que todavía aquejan los recuerdos del viaje vivido y el dolor sufrido después de tantas penalidades, por lo que su única oportunidad de conseguir la paz de espíritu que tanto necesita está en viajar rumbo a las Tierras Imperecederas, de donde no podrá volver nunca más.

Por supuesto, no tiene por qué ser así en el caso de los tolkiendili. A pesar de la tristeza que suponen las despedidas y de alguna lagrimilla que todavía resbala por nuestras mejillas, queda la esperanza de que tal vez volvamos a vernos el año que viene. Por eso, a pesar de que poco a poco abandonamos el hotel y nos dirigimos hacia la estación de bus o de tren, todos nos hemos ido con la certeza de que es muy posible que volvamos a vernos en la próxima Estelcon. Yo, desde luego, tengo ganas de que sea así.



Carrera de flanes, el próximo deporte olímpico


Pero mi viaje no acaba aquí, para nada. Como ya sabéis, yo vivo en Galicia, una comunidad autónoma muy verde y muy bonita, pero con un sistema de comunicaciones bastante caótico, a prueba solo de los más valientes o los más inconscientes. Esto quiere decir que he tenido que buscar la manera de entretenerme desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche, que era cuando salía el autobús rumbo a mi tierra. ¿Y qué hacer para distraer tantas horas? Pues darse una vueltecita por Zaragoza para visitar la basílica del Pilar y hacer algunas compras para la familia. He disfrutado mucho viendo la basílica, pero me ha dado pena no poder sacar fotos por dentro; estaba expresamente prohibido, como indicaban los carteles, aunque algún turista japonés se las ha arreglado para sacar fotos.

De vuelta en la estación, una interminable espera de cinco horas estuvo a punto de hacerme perder la paciencia. Estaba agotada por haber dormido tan pocas horas, pero el viaje en bus no fue mucho mejor, ya que de diez horas de viaje tan solo he podido dormir cerca de dos (aunque me lo he pasado muy bien viendo Cómo entrenar a tu dragón a las cinco de la mañana). Y la cosa no mejora cuando sabes que, a pesar de haber llegado a Lugo, todavía quedan tres horas más de autobús para regresar a casa. Ay, madre mía, qué cansancio...



Basílica del Pilar


¡Y hasta aquí mi primera experiencia en una Estelcon! A pesar de que el viaje tanto de ida como de vuelta ha sido matador, me queda la agradable sensación de que todas y cada una de las horas que he invertido en él han valido la pena. Me alegro de haber conocido a tanta gente divertida y maravillosa, y espero algún día poder volver a verles.

¡Nos vemos, amigos!

4 comentarios:

  1. ¡Me alegro muchísimo de que lo hayas disfrutado tanto, y de haberte visto! ^^
    Por cierto, yo también soy totalmente incapaz de dormir en un autobús. De hecho, soy incapaz de dormir sentada, sea donde sea, y tu relato me ha hecho recordar aquellos locos años de estudiante universitaria cuando hice el trayecto Valencia-Turín en autobús, con dos ovarios. Creo que llegué a mi destino convertida en zombie, así que te entiendo perfectamente XD
    Ha sido un gusto tenerte en la gran familia tolkiendili y, lo que es todavía mejor, reclutarte para el exclusivo club de los Teleri. ¡Espero volverte a ver en próxima Estelcones, Flor de Alqualondë! :-D

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  2. Un buen reportaje. Nos vemos en la próxima. Un abrazo

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  3. En Lórien enseguida te hemos llamado "la gallega". Espero que no te importe, aunque seguro que, como yo, ya se nos ha quedado a todos el nombre de Laura "Niphredil".
    Muy contento de que te haya gustado la experiencia y de que quieras repetir. Ya sabes que es probable que el año que viene toque viajar más lejos todavía...
    Reus es el aeropuerto que está más cerca.
    Un fuerte abrazo desde Lórien (aquí están dispuestos a rockanrolear, porque somos loooos Aaamon Hell, tampoco tooooocamos bien)

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    1. Oh, no me importa para nada, jajaja! Creo que me han puesto el mismo apodo en todos los sitios a los que he ido, y dado mi marcado acento creo que me lo he ganado a pulso.
      Pero en serio, me han encantado poder compartir con vosotros la experiencia de una Estelcon. Sabía que en esas reuniones había muy buen rollo, pero una cosa es lo que te cuentan y otra muy distinta es vivirlo. Y, bueno... si para la próxima el viaje es en avión creo que no será tan matador.
      ¡Si todo va bien, nos veremos en Lórien! ¡Un abrazo para todos!

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