sábado, 1 de agosto de 2015

La Princesa del mes: Mulán


¡Hola a todos!

Y hemos llegado a agosto, el mes en el que España cierra sus puertas para irse de vacaciones. Es época de turistas, de fiestas gastronómicas, de romerías, de conciertos, de festivales... y de estudios. Sí, amigos: Los que hemos de ir a septiembre vamos a pasarnos todo el mes de agosto metidos en casa o en la biblioteca (eso si no os la cierran por las tardes en verano, ejem...) para estudiar para los exámenes. En mi caso, aparte de llevar dos asignaturas para examinarme (una de ellas muuuuy jodida), tengo que hacer los trabajos del Prácticum del máster, lo que supone tener que compatibilizar horas de estudio con horas de trabajo pegada al ordenador durante muchos, muchos días seguidos. No me salen las cuentas, pero tengo que intentarlo. Por eso, que no os sorprenda si no me veis mucho por esta Biblioteca. Creo que voy a tener que empezar a levantarme de madrugada para que me cundan los días...

Pero, en fin, vamos a lo que vamos. Empieza agosto y toca presentaros a la Princesa Disney del mes, así que no me entretengo más y os dejo con su imagen y su historia para que la recordéis mientras estáis plácidamente tumbados en la playa, disfrutando del veranito, con un trozo de sandía y un refrescante mojito al lado... mientras yo me quedo en mi cueva, escribiendo trabajos sin parar.

¡Si todo va bien, nos veremos en septiembre!



Mulán




Nombre: Fa Mulán
Rango: Soldado del ejército imperial
País: China
Edad: 16 años
Familia:
-          Fa Zhou (padre)
-          Fa Li (madre)
-          Abuela Fa (abuela)

Amigos:
-          Mushu (dragón de la familia)
-          Cri-Cri (su grillo de la suerte)
-          Yao
-          Ling
-          Chien Po

Esposo: Capitán Li Shang

Canción: Mi reflejo



La leyenda de Fa Mulán a la época de la dinastía Wei. En aquella época, un ejército de hunos al mando de Shan Yu inició la invasión de China. Viendo el gran peligro que corría su reino, el Emperador decidió reclutar un ejército para combatir al enemigo invasor. Por ello, decretó que debía ingresar en el ejército un varón de cada familia de China.

Lejos de la ciudad imperial, una joven llamada Mulán se estaba preparando para visitar a la casamentera, la mujer que se encargaba de evaluar a las muchachas y decidir si llegarían a ser unas buenas esposas en el futuro. Mulán fue elegida para servirle el té a la casamentera, con la delicadeza y cuidado que debía tener una buena muchacha china, pero la mala suerte se cebó con ella. Su grillo de la suerte, que Abuela Fa le había entregado para que la acompañara la fortuna, se cayó en la taza de la casamentera. Al forcejear con la mujer para quitarle la taza, vertió sobre ella el té y la hizo caer de bruces en el suelo. Por si fuera poco, el travieso Cri-Cri se metió dentro de las ropas de la casamentera y la hizo caer en un brasero. Deseosa de ayudar a la pobre mujer, Mulán utilizó su abanico refrescarla, pero así sólo consiguió avivar las llamas. Finalmente, frente a todos, Mulán logró apagar el fuego de las ropas de la casamentera arrojándole todo el té de la tetera encima. Furiosa por todo lo ocurrido, la casamentera maldijo a Mulán y le gritó unas palabras muy duras: Que nunca sería capaz de traerle honor a su familia.

En su hogar, Mulán se sentía triste y frustrada, no tanto por lo ocurrido sino porque parecía que le estaba prohibido ser ella misma. Su padre le dijo que no se lamentara por eso, pues estaba seguro de que algún día conseguiría que su familia se sintiera muy orgullosa de ella. La comparó con una flor de cerezo que todavía no había florecido, pues cuando por fin se abriera sería la flor más bella de todas. En ese momento se oyó un tambor y llegó Chi Fu, el emisario del Emperador, anunciando que los hunos habían invadido China. Mostró el decreto a la familia Fa y ordenó a Fa Zhou que se preparase para alistarse en el ejército. A pesar de que Fa Zhou ya era un hombre mayor, comprendió que no le quedaba más remedio que aceptar la orden del Emperador si no quería que su honor quedara en entredicho. Incapaz de soportar que su padre fuese a una guerra de la que probablemente no volvería, Mulán tomó una decisión muy arriesgada. Utilizó la espada de su padre para cortarse el cabello, robó su armadura y huyó de casa para alistarse en el ejército chino haciéndose pasar por el hijo de la familia.

Tras enterarse de la triste noticia, la Abuela Fa rezó a los ancestros y pidió protección para su nieta. Tras oír sus súplicas, los ancestros ordenaron a Mushu, un pequeño dragón rojo, que despierte al Gran Dragón de Piedra para que protegiera a la muchacha. Pero Mushu destrozó el monumento, y optó por seguir a Mulán para protegerla él mismo en caso de peligro. Estaba convencido de que, al ver su acto de valentía, los ancestros le devolverían el puesto de guardián familiar que le había sido quitado. Sin sospechar sus verdaderos motivos, Mulán aceptó la compañía del dragón.

A partir de entonces, los problemas de Mulán no hicieron sino comenzar. Las tácticas de Mushu para hacer que se comportara de una manera más masculina no daban resultado y hacían enfurecer a sus compañeros de campamento. La aparición del capitán Li Shang puso paz en el campamento, pero demandó saber el nombre del nuevo recluta. Mulán se presentó como Fa Ping, hijo de Fa Zhou, y su mentira dio resultado, pues nadie podía ver que ella era una muchacha.

El entrenamiento en el ejército era duro y mucho más para una muchacha que no estaba acostumbrada a la rutina castrense. El capitán Li Shang les puso una prueba: Disparó una flecha hacia lo alto de un gran poste de madera muy resbaladizo y dijo que estarían preparados para entrar en combate cuando alguien consiguiera trepar hasta lo más alto cargando con un par de pesas. Ninguno lo consiguió, por lo que el capitán decretó que sus hombres eran débiles; y el más débil de todos ellos era Ping, al que instó a marcharse de vuelta a su casa. Pero Mulán, resuelta a no rendirse, utilizó las pesas de una manera muy ingeniosa para trepar hasta lo más alto del poste y recoger la flecha. Este hecho la hizo ganarse todo el respeto de sus compañeros.

Con el tiempo, los soldados empezaron a mejorar sus habilidades. Sin embargo, Chi Fu no creía que estuvieran preparados para entrar todavía en combate. Ansioso por ganarse el respeto de los ancestros, Mushu redactó una orden falsa y la firmó con el nombre del General Li, padre del capitán, en la que exigía el traslado de las tropas a las montañas. Cuando la tropa de Mulán llegó al campamento donde supuestamente les estaban esperando, descubrió que los hunos ya habían pasado por allí y lo habían arrasado todo hasta los cimientos. Pese a todo, el capitán Li Shang decide continuar camino. Por desgracia, el disparo accidental de un cañón alertó a los hunos y dio comienzo una cruenta batalla en la que la tropa de Mulán tenía todas las de perder. Pero Mulán, haciendo gala de un gran ingenio, coge un cohete y lo dispara hacia lo alto de la montaña para provocar un alud, con el que consigue vencer a los hunos. Pero su acto de valor le costó caro, pues fue herida por Shan Yu.

El médico que la atendió fue el encargado de informar a Li Shang que su valiente soldado era en realidad una mujer. Aunque existía la norma de que una mujer que se hiciera pasar por hombre en el ejército debía ser ejecutada, Li Shang perdonó a Mulán por haberle salvado la vida, pero la abandonó a su suerte en la montaña. El capitán y su ejército tomó rumbo hacia la ciudad imperial para informar al Emperador de que el enemigo había sido derrotado. Pero nada más lejos de la verdad, pues Shan Yu consiguió sobrevivir a la avalancha y siguió adelante con su plan de capturar al Emperador. Mulán lo vio todo y supo que tenía que dar la alarma para evitar una tragedia.

A pesar de que estaba considerada una deshonra para el ejército chino, Mulán trató de avisar a Li Shang, pero éste no la creyó. Sólo cuando vio a los hunos asaltando el palacio del Emperador comprendió su error. Con la ayuda de Mulán, Li Shang y tres de sus hombres consiguieron infiltrarse en palacio e impidieron que el Emperador fuese asesinado. Pero Shan Yu no fue aniquilado tan fácilmente. Éste cargó contra Mulán, pero ella logró atraerle hasta los tejados del palacio. Allí, tal como tenía planeado, Mushu la aguardaba con una gran carga de cohetes y explosivos que arrojó contra Shan Yu, acabando con él para siempre.

Tras la batalla, Mulán fue reconocida como una heroína para su pueblo. El Emperador alabó su gran valor y le obsequió un medallón y la espada de su enemigo, e incluso le ofreció un puesto de gran honor en su ejército. Pero Mulán, aunque aceptó los regalos, pidió que la dejaran volver al lado de su familia. Al volver a casa, entregó los regalos a su padre y fue entonces cuando se dio cuenta de que la última flor del cerezo había florecido, convirtiéndose en la más hermosa de todas, tal como su padre había predicho. Y es que, a pesar de que Mulán no se comportaba como una típica mujer china, sumisa, delicada y adorable, su gran valor e ingenio trajeron a su familia un gran honor. Momentos después de su llegada, Li Shang apareció en casa de la familia Fa para ver a Mulán, por la que empezaba a sentir algo muy especial. Y en cuanto a Mushu, el ancestro supremo aceptó a regañadientes a convertirle en guardián de la familia.

3 comentarios:

  1. Me gusta mucho Mulan. Creo que es la chica Disney más feminista de la historia. Las de Frozen no son feministas ni de coña (por mucho que diga la gente), y en cuanto a Mérida, la de Brave, no me acaba de convencer porque su "fuerza" se basa en el rechazo a sus pretendientes y en la rebeldía adolescente. Mulan, en cambio, es el ejemplo perfecto de la mujer fuerte, valiente e inteligente que se mueve por motivaciones tradicionalmente masculinas (defender su patria del enemigo, salvar a su padre y el honor de la familia, lealtad a sus camaradas de combate), pero que al mismo tiempo no es una irresponsable ni una antisistema (al revés, es la responsabilidad para con su familia y su país lo que la mueve) ni tiene que renunciar al amor para parecer independiente.
    En definitiva, me encanta, y encima está basada en un poema épico chino real ^_^

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    1. A mí también me gusta mucho Mulán, aunque me da un poco de pena que la película no tuviera tanto éxito como otras de la Disney. Supongo que al resto del mundo no les gustan las chicas tan fuertes y valientes, prefiriéndolas más delicadas (no tienes más que echarle un vistazo a la imagen que he puesto de Mulán, en la que aparece caracterizada como una doncella china muy hermosa y delicada, en contraposición a su aspecto más masculino en la película). A mí me parece una chica muy valerosa y amante de su familia; no hay que olvidar que se alista en el ejército para salvar a su padre de la guerra, aunque el descubrirla suponga su ejecución. Eso es digno de elogio y creo que es un buen ejemplo a seguir. Además, su historia de amor es prácticamente anecdótica, porque no es el centro de la película, como pasa en otras.

      Otros ejemplos de chicas Disney "fuertes" podrían ser Mérida (que ya has mencionado), Tiana e incluso Esmeralda, de "El jorobado de Notre Dame"; todas ellas son fuertes e intrépidas, pero por unas cosas y otras no acaban de cuajar. No sé, a mí no me acaban de convencer como ejemplos a seguir.

      Pero de todas las princesas que he ido poniendo, creo que me quedo con Bella, Ariel y Mulán. Son las tres que más me gustan! ^^*

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