miércoles, 24 de junio de 2015

Corazón de Fuego






Hace tiempo me contaron una leyenda muy antigua que pudo haber sucedido en nuestro mundo, aunque la historia guarda tanto de magia y misterio que no podemos estar seguros del todo. La leyenda hablaba de una niña que murió y después resucitó convertida en mujer. Eran tiempos muy difíciles para su pueblo. Antes de morir, la princesa hubo de ver cómo su reino se convertía en pasto de las llamas por culpa de un dragón hechizado. El mundo entero ardía a su alrededor. El incontenible avance del fuego no podía ser detenido. La tierra estaba en llamas, los animales se quemaban... Ni siquiera su gente pudo escapar del beso mortal del fuego. Destrozada, incapaz de derramar una sola lágrima (pues el fuego había secado sus ojos), su cuerpo sucumbió y la princesa murió.

Pero no existe la muerte para aquellos que habían sido elegidos por los dioses. Cuentan que el espíritu de la princesa recibió la visita de Thalion, el antiguo dios de la guerra, cuyo corazón ardía con intensidad. El dios había visto que la muchacha poseía las cualidades que él buscaba en sus elegidos. Por su fortaleza, él le concedería poder sobre todos los ejércitos del mundo. Por su tenacidad, él haría que todo aquel que la escuchase quisiera morir por ella. Por su grandeza, él haría que la derrota se transformara en victoria. Ella sería su elegida, la próxima señora del mundo.

Y fue así como Thalion remató a la princesa y la hizo resucitar como Reina. Surgió del mar de llamas con la piel dorada y su cabello convertido en mil serpientes de fuego. Su corazón refulgía con ígneo esplendor. En sus manos llevaba un arco de oro que lanzaba flechas de luz, un arma ante la cual sus enemigos temblaban de pavor.

Podría deciros muchas cosas sobre aquella sorprendente mujer, pero nunca acabaría. Baste decir que la promesa del dios se cumplió en todos sus puntos. Fue la reina más fuerte y poderosa de su tiempo, y a la vez la más temida y deseada. Su luz iluminaba hasta la noche más sombría y tenebrosa. Defendió a los suyos de las fuerzas de la oscuridad y los guió, como un faro en la noche, a un mundo mejor y más justo.

Y cuando llegó el momento de derrotar a la Serpiente de Mil Bocas, aquella cuya llegada auguraba la Profecía, se cuenta que el cuerpo de la Reina estalló en llamas y tomó la forma de un pájaro, con unas alas que se extendían hasta donde alcanzaba la vista, cayendo como un relámpago sobre la Serpiente maligna. La batalla fue larga y terrible, y aunque la tierra acogió con cariño el cuerpo mortal de la Reina, el fuego que brotaba de su corazón nunca pudo apagarse. Aquella llama imperecedera sigue existiendo, aunque nadie sabe a ciencia cierta dónde se encuentra su santuario. Tal vez, tal y como se cree, daremos con ella el día que una nueva Reina nazca en estos tiempos oscuros para llevarnos de nuevo a la luz.


Este minirrelato se me acaba de ocurrir ahora para celebrar con vosotros la noche de San Juan.

¡Hasta pronto!


3 comentarios:

  1. ¡Qué bonito! Me ha encantado:)
    ¡Feliz Noche de San Juan! (Demasiado tarde, pero bueh' jeje)

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  2. Es muy bonito, me ha encantado. Espero que te lo hayas pasado bien en las hogueras ;-)

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  3. ¡Gracias a las dos! Aunque no he podido ir a las hogueras (T_T), he celebrado esta noche con una historia que tuviera que ver con el fuego. Que, por cierto, este relato viene a ser un argumento para una historia que se me quedó atascada y nunca fue a más.

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