miércoles, 15 de agosto de 2012

Hijos del Trueno

Desde hace un tiempo, muchas de las personas que me rodean se quedan un poco extrañadas cuando confieso que, entre mis gustos musicales más selectos, está el heavy metal. Claro, como no me ven pintas de jebi, pues se quedan un poco pasmados y hasta llegan a creer que estoy de coña. Para el ciudadano medio, el heavy (o jebi, o el que parece Jesucristo Superstar) es un varón de largas melenas, barba la mar de respetable, la cara cubierta de piercings, vestido de cuero negro incluso en verano y portador de unas inmensas botas reforzadas con placas de acero galvanizado que hacen retumbar el asfalto cuando se acerca en la distancia. Esto es así la mayoría de las veces pero... ¿qué pasa con los demás? ¿Es que por no tener apariencia de heavys ya no podemos ser heavys?

Mi historia con el heavy empezó cuando fui a la universidad. Cuando salíamos de marcha por las noches, a veces nos pasábamos por un pub heavy de escuetas dimensiones que pasaba desapercibido a ojos del joven poco avispado. Allí entré yo, asustada como un corderito, imaginándome todo tipo de cosas... y lo que me encontré me dejó pasmada. O más bien, lo que escuché. Sonaba una música demencial que se caracterizaba por intrincados acordes de guitarra y arrebatadores ritmos de batería. Las voces eran como heraldos de otro mundo cantando las grandezas de héroes nórdicos, impresionantes canciones de amor que se sentían en el corazón, agresivos alaridos anunciando muerte y destrucción de manera perturbadora y atrayente al mismo tiempo... Y, lo que me parecía más sobrecogedor, es que todos los que ocupaban el local compartían esa música, esas letras magistrales, como verdaderos hermanos. Por un momento, fue como si se me abrieran los ojos a un nuevo mundo, y me dije: "Acabo de encontrar a los míos".

Y así fue. Como buena novatilla, tuve que ponerme rápidamente al día con el tema. Busqué canciones, grupos, nombres... Cada canción que escuchaba era como si me atravesaran con un rayo. Cerraba los ojos, embelesada, y mi cabeza se movía sola. Cada letra era una revelación; jamás pensé que se podía encontrar tanta fuerza y orgullo en una canción de Manowar, ni tanta maravilla en una de Blind Guardian. Mis gustos evolucionaron un poco y, aunque muchos me crucificarán por esto, confieso mi predilección por el power metal (el heavy fantástico, en plan dragones, la Tierra Media y tal). Supongo que será porque, a la par que el heavy, también estoy dentro del colectivo friki. Esto no tiene por qué ser malo; todo el mundo sabe que los heavys y los frikis son inseparables compañeros de batalla. Si uno pone la fuerza, el otro pone la inteligencia. Juntos son una demoledora máquina de matar.

Pero volvemos al principio, a las apariencias. ¿Qué importan las apariencias cuando estás escuchando una música incomparable? No deja de ser una marca o una seña de identidad, pero impide evaluar la calidad de una banda o la importancia de un movimiento por su música. No visto como los heavys a diario porque, por fortuna, soy una chica a la que le quedan bien casi todos los estilos de ropa. Así que puedo adaptarme a cualquier moda imaginable: Heavy, Gótico, Rock, Pin-Up, Baby Doll, Pop... (excepto choni y mierdas reggaetoneras: por ahí NO paso). Eso sí: Cuando me pongo la muñequera de pinchos, la chupa de cuero, las cadenas o las tachuelas, soy la chica más feliz del mundo. Es como si despertara mi verdadero yo, el que siempre ha estado encerrado bajo la fachada de niña buena que nunca ha roto un plato, y tomara el control de la situación. Cuando estoy rodeada de metal (música, ambiente, gente que sabe de lo que hablo...) soy yo misma de verdad.

En cuanto a la actitud, el auténtico metalero sabrá que sale sola. No hace falta más incentivo que una buena canción de Metallica para que despierte el auténtico guerrero metal. Las melenas al viento o la mano cornuta, regalo de Ronnie James Dio, son sólo un ejemplo de dicho despertar. Es una forma de expresar esa música, con todo lo que ello conlleva. Por eso, a veces me fastidia que venga el típico nene pijo amante del merengue y el requetón, alzando cuernos como si fuera lo más heavy del mundo. ¡Por favor, un poco de sentido común! ¡Que el heavy metal no es sólo para oírlo en un bareto de mala muerte con tus colegas! ¡Es vivirlo! ¡Es sentir cada una de sus notas como una puñalada! ¡Cada uno de sus acordes como un desgarro en el corazón! El ondeo de melena, el air guitar o la mano cornuta son normas básicas del metal, no un paripé pijotero y sin sentido. Es sentir un estilo de música que puede convertirse en tu estilo de vida; un orgullo para cualquier amante del rock.

Por eso, desde este blog mando un saludo a todos los Hijos del Trueno, tanto los que ya lo son como los que lo descubrirán tarde o temprano. Y les digo a todos que no importa la apariencia que tengamos, porque el verdadero guerrero metal vive dentro y se manifestará cuando menos os lo esperéis. No busquéis modas si no van con vosotros (podéis ser heavys de incógnito), porque no tiene sentido cambiar vuestro estilo si no está dentro de vosotros. Pero el día que encontréis un CD perdido y empecéis a necesitar esos acordes y esos golpes de batería para que vuestro corazón bombee sangre, sabréis que lleváis dentro a un Hijo del Trueno. Con la ayuda de vuestro Maestro del Metal, conseguiréis hacerlo aflorar.

Que Odín os sea propicio!!

2 comentarios:

  1. Otra entrada con la que me siento enormemente identificado! Yo también pertenezco a ese grupo de "heavy sin pinta de heavy", y a mucha honra. Desde hace bastantes años adoro a Blind Guardian, Rhapsody, Mägo de Oz en sus buenos tiempos, Avalanch antes de desintegrarse...y otros tantos grupos de épocas pasadas y de estilos variados...qué canciones, qué sentimientos!!
    Un beso ^^

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    1. Gracias por tu comentario!! Es muy agradable encontrarse con otro heavy de incógnito. El día menos pensado apareceremos en un bareto con la enseña del Pony Pisador (lo hay en Compostela, jajaja!) y la gente nos mirará extrañada, pero se retractarán en cuanto sepan de qué vamos. Por cierto, ando un poco escasa de música heavy; si tienes alguna recomendación, estoy dispuesta a escucharla.

      Besos, guapo!!!

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