domingo, 19 de agosto de 2012

El Rincón del Lector II: Un trabajo muy sucio

Regresamos un día más con una muestra de mi biblioteca particular. Esta vez os ofrezco un libro que me gustó mucho por su temática, que me pareció muy original (por motivos que voy a exponer después), y por su ácido sentido del humor, que trata con risas y optimismo uno de los temas más tabú y, en cierto modo, escabrosos, que atañen al ser humano: la Muerte.


Título: Un trabajo muy sucio (A dirty job)
Autor: Christopher Moore
Editorial: La Factoría de Ideas
Nº de páginas: 350 págs.
Sinopsis: Charlie Asher es dueño de un edificio en San Francisco, tiene una tienda de objetos de segunda mano y está casado con una mujer guapa e inteligente que lo quiere por ser tan normal. Sí, a Charlie le van bien las cosas... hasta el día en que nace su hija, Sophie. Justo cuando se dispone a irse a casa, ve junto a la cama de su mujer a un extraño que asegura que nadie debería poder verlo. Pero Charlie lo ve y, de allí en adelante, comienzan a suceder cosas muy raras: la gente cae muerta a su alrededor, cuervos gigantes se posan en su edificio y parece que, allá donde va, oye susurros de una presencia siniestra. Sí, Charlie ha sido reclutado para un trabajo desagradable pero muy necesario: la Muerte. Es un trabajo sucio. pero alguien tiene que hacerlo.



CRÍTICA:

Como he dicho en una crítica anterior, aquí ofreceré mis comentarios sin hacer spoiler, dejando que sea el lector quien saque sus propias conclusiones y haga sus comentarios, que serán bien recibidos. Eso sí: si alguien quiere hacer mención a algo importante del argumento, que indique previamente que es un spoiler. Bien, allá vamos.

Nos encontramos ante un libro que, a pesar de su temática, es muy divertido. Christopher Moore, famoso por convertir las navidades en un baile de zombis con "El ángel más tonto del mundo", es un autor que gusta de meter situaciones disparatadas y diálogos ácidos y mordaces en sus novelas, así que si buscas algo que te haga reír a mandíbula batiente, probablemente cualquiera de sus obras sea una buena recomendación.

"Un trabajo muy sucio" es un libro ameno y entretenido, pero también puede ser un motivo para la reflexión. Debajo de los comentarios graciosos y las situaciones tronchantes, nos embarcamos en un relato que tiene a la Muerte como protagonista principal. Más aún: Al ser humano enfrentándose a la Muerte. Todos hemos sufrido pérdidas importantes en nuestra familia, pero muy pocas novelas hacen mella en ese aspecto del dolor al compararlo con un cuchillo mal afilado, o a la pesadumbre que provocan los segundos pésames cuando se está intentando volver a la vida normal, o la tristeza que supone ver cómo tu alma gemela desaparece poco a poco de tu vida sin que puedas hacer nada para evitarlo. Es triste, pero es algo que el ser humano debe asumir le guste o no.

Charlie Asher es el típico macho beta, un hombre flojucho que se deja mangonear por los demás pero que nunca pierde el candor, la inocencia y el optimismo. Tiene una vida normal y está felizmente casado con Rachel, una mujer que soporta con una sonrisa todas sus idas de olla. El día más feliz de la vida de Charlie es cuando nace su hija Sophie, pero también se convierte en su día más triste, ya que pocas horas después del parto, Rachel muere de un tromboembolismo cerebral. Así es como Charlie tiene que enfrentarse a la Muerte por primera vez en esta historia.

Sin embargo, desde el nacimiento de Sophie empiezan a sucederle cosas muy raras. Oye voces horribles que parecen venir de las alcantarillas y que amenazan con matarlo. También se da cuenta de que los objetos de su tienda brillan con una luz roja incandescente (lo que le hace pensar que son radiactivas). Y, lo más traumático, que la gente se muere a su alrededor. El hombre misterioso que estaba en la cama de hospital de Rachel parece tener algo que ver con todo lo que le ocurre, pero hay fuerzas mucho más extrañas actuando y Charlie tiene que formar parte de ellas lo quiera o no.

El encuentro de Charlie con Minty Fresh, el hombre misterioso al que supuestamente nadie debería ver, marca un antes y un después en su vida: Charlie se ha convertido en un Mercader de la Muerte. Las almas de las personas están ocultas en objetos que son muy preciados para la persona que los posee. Tienen un particular brillo rojo que sólo pueden ver estos Mercaderes de la Muerte. La misión es simple: el día de la defunción, el Mercader debe ir a buscar el objeto y guardarlo en su establecimiento, a la espera de que venga alguien y lo compre. El alma humana se convierte así en una especie de objeto de compra-venta, aunque no es aleatorio: la persona se sentirá atraída por ese objeto en cuestión y, en el momento en que lo toque, pasará a tener alma. No obstante, la cosa sería muy fácil si no hubiera enemigos de por medio... y esos enemigos son las Morrigan, las antiguas diosas celtas de la guerra y la muerte, lideradas por Orcus, una bestia horripilante que se alimenta de almas humanas. Charlie tendrá que darse prisa si no quiere que las Morrigan se le adelanten a la hora de recoger las almas... y no morir él en el intento.

Los personajes son la mejor baza de la novela, y todos están perfilados cuidadosamente. Entre los más graciosos están Jane, la hermana lesbiana de Charlie, a la que él ve como el verdadero "macho alfa" de la familia porque es muy mandona y ordenancista. También destacan Lily, la chica gótica que trabaja de dependienta en la tienda de Asher, y Ray, ex policía retirado que también trabaja allí y que tiene una malsana afición a las webs de citas. Otro buen personaje es Minty Fresh, Mercader de la Muerte y dueño de una tienda de discos, que viste del mismo color que su nombre (significa, literalmente, "frescor mentolado") y que es un tiarrón enorme al que se debe tomar en serio. Y, probablemente uno de los personajes más curiosos aunque apenas tenga participación en la trama, el Emperador de San Francisco, un mendigo loco que se cree emperador y que trata a todo el mundo como si fueran sus súbditos con el cuidado de un padre atento y protector.

Como veis, se trata de una novela que mezcla lo real con lo imaginario, dándole un toque muy particular. Aunque algunas escenas nos colmen de tristeza, se compensa porque en el párrafo siguiente nos podemos encontrar con una situación totalmente bizarra. El libro está empapado de humor de principio a fin, y hasta se puede sacar una lección de su lectura: La muerte nunca es fácil de aceptar y nadie sabe qué hacer para enfrentarse a ella; quizá lo mejor que se puede hacer es vivir lo más plenamente posible para no tener que arrepentirse de nada cuando llegue el final.

Es una novela muy recomendada "para todo aquel que un día tenga que morirse", tanto por lo que dice como por lo que se intuye. Hay formas muy distintas de enfrentarse a la muerte, y este libro las recoge todas. Pero, sobre todo, merece la pena volver a destacar su sentido del humor, no como burla, sino como para quitarle hierro a una situación que se escapa de nuestras manos y que no podremos evitar bajo ningún concepto. La Muerte siempre ha sido un concepto oscuro y abstracto que se puede asimilar de dos formas: llorando y lamentándonos, o asumiendo que es una parte inseparable de la vida y que debemos aceptarla tal como viene porque es inevitable.

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