lunes, 9 de mayo de 2022

Timos y estafas populares

 

Cuando hablamos de engaño, el refranero español nos dice que a la ocasión la pintan calva. Y dado el elevado grado de decisión que muestran los estafadores, los grandes maestros del engaño, para aprovecharse de una ocasión para lucrarse a costa de otros, hemos de reconocer que el dicho tiene toda la razón. No importa el momento ni la situación: el estafador siempre está preparado para aprovechar cualquier oportunidad que le permita desplumar a su inocente víctima.

El fraude ha existido toda la vida y, con el paso del tiempo, ha sabido adaptarse a los tiempos para romper la delgada barrera de la credulidad humana y aprovecharse de sus víctimas, a las que deja sin dinero y totalmente destrozadas a nivel psicológico. Resulta muy difícil asumir que uno ha sido tan inocente como para dejarse embaucar por un estafador, pero es algo que, de una manera u otra, nos pasa a todos los seres humanos (yo misma he sido víctima de una estafa editorial). No debemos avergonzarnos de esto, sino poner todos los medios y aguzar bien los sentidos para que no vuelva a suceder nunca más.

La estafa es un delito contra la propiedad que se basa principalmente en el engaño. El estafador, mediante argucias, promete entregar la propiedad de un bien patrimonial a cambio de una cantidad de dinero a modo de anticipo o como compensación. Sin embargo, el tal bien no existe, y el estafador se queda con el dinero de la víctima y desaparece sin dejar rastro. Este es, a grandes rasgos, el funcionamiento de la gran mayoría de estafas.

Hoy os traigo una lista de algunos de los timos más conocidos, tanto antiguos como modernos.


Estafas al volante

Uno nunca sabe cuándo puede ser víctima de una estafa. A veces, los estafadores eligen los escenarios más extraños para llevar a cabo sus tropelías, como puede ser en plena carretera. Uno de los timos más populares es el timo del retrovisor. La trampa comienza cuando un coche choca contra el de la víctima para simular la rotura de un retrovisor. A continuación, el estafador explica que su vehículo ha sido alquilado en el extranjero y que tiene prisa por devolverlo. En cuanto obtiene toda la información necesaria para hacer el parte amistoso, el estafador simula hacer gestiones telefónicas para averiguar cómo rellenar el documento. Se le hace saber a la víctima que, al ser un vehículo alquilado fuera del país, los trámites son muy lentos y al final le va a costar mucho dinero, por lo que se le convence de pagar en efectivo la reparación del retrovisor, que suele costar entre 1.200 y 1.500 euros. Llegan al punto de acompañar a la víctima al cajero automático, donde se hacen con el pin y posteriormente le roban la tarjeta.

Otro timo al volante muy conocido es el timo del pinchazo. Este sucede cuando el conductor detiene su vehículo en un peaje o una estación de servicio, momento que los estafadores aprovechan para pincharle una rueda con un punzón. A primera vista no se nota, pero poco a poco la rueda irá perdiendo aire hasta que el conductor tenga que detenerse para cambiarla. Los estafadores, que han estado siguiendo al coche todo el tiempo, se paran junto a la víctima con la excusa de ofrecer ayuda, pero aprovecharán para robar lo más que puedan aprovechando la situación.


Timo de la estampita

Este es uno de los más antiguos, pues se empezó a hacer a principios del siglo XX. El esquema de la estafa consistía en dos cómplices; uno de ellos se hacía pasar por una persona con problemas mentales (en la jerga de la profesión, el tonto), quien llevaba consigo un sobre lleno de billetes que tenía por meras "estampitas", y a los cuales parecía no darles la menor importancia. El estafador entablaba conversación con algún viandante (conocido como el primo), y en ese momento aparecía el segundo estafador (el listo), quien le proponía a la víctima que engañara al tonto para quedarse con su dinero. La víctima, convencida de que podía sacar un gran provecho de la situación, pagaba una cantidad de dinero al tonto por las estampitas. Una vez que el listo y el tonto se habían marchado, el estafado descubría que en el sobre no había dinero, sino recortes de papel.

Existe una versión actualizada de este timo, denominada estafa del billete tintado. Los estafadores buscan a empresarios y les ofrecen cambiar billetes que, en realidad, son fotocopias mezcladas con timbre auténtico para darle mayor veracidad. La forma de engañar a la víctima es contándole que han sacado dinero de su país tiñéndolo de negro para que no fuese detectado en aduanas; para verificar la historia, sacan un fajo de billetes auténticos. A continuación, explican que para aclarar los billetes falsos es necesario intercalar billetes auténticos y aplicar ciertos químicos reactivos que harán que los billetes negros recuperen su color original. Tras hacer una demostración con billetes de la víctima, la convencerán de que compre uno de sus maletines con dinero tintado, animándola a que blanquee el dinero. Pero esto no funcionará como le habían prometido, dejando al estafado sin dinero y con un montón de cartulinas negras sin valor alguno.


El tocomocho

Otro de los timos más conocidos de la historia. Este tipo de estafa suele llevarse a cabo en lugares bastante concurridos, donde una persona aborda a cualquier transeúnte diciendo que posee un billete de lotería premiado que, por distintas circunstancias, no puede cobrar. El estafador hace uso de excusas que le dan credibilidad a su situación apurada: es un extranjero en situación irregular, está en pleno proceso de divorcio y no quiere compartir el premio con su ex pareja o tiene que salir de viaje con urgencia. Para darle mayor credibilidad a la estafa, aparece un segundo estafador (el gancho), que se encarga de confirmar la veracidad del boleto presentando una lista de boletos premiados en un periódico o en su teléfono móvil. La víctima, convencida, compra el boleto por lo que cree que es una pequeña cantidad y, cuando va a la Administración a cobrarlo, descubre que o el boleto es falso, o no está premiado.


El inspector del gas

El timo de las falsas revisiones del gas sigue siendo, por desgracia, uno de los más recurrentes por lo fácil que es engañar a las víctimas. El modus operandi es muy sencillo: Alguien se persona por sorpresa en un piso y se hace pasar por un supuesto técnico a domicilio con el argumento de revisar la instalación del gas. El estafador, para darle mayor credibilidad a su historia, aparece disfrazado con uniforme y pide que se realice un pago en efectivo por sus servicios bajo la amenaza de cortar el suministro del gas si no se hace la revisión. Una vez más, las víctimas predilectas de este tipo de estafadores son los ancianos, por su credulidad y desprotección. En España, este timo es especialmente fácil de encontrar, aunque la Policía pone todo su empeño en alertar a la población a través de consejos e información para distinguir a un revisor auténtico de un farsante.


El Nazareno

Otro clásico en el mundo del timo, solo que esta vez las víctimas suelen ser empresas proveedoras que suministran productos que podrían ser vendidos fácilmente en el mercado negro, como pequeños electrodomésticos o bebidas alcohólicas. El nombre de Nazareno le viene por la procesión de acreedores que acuden desesperados a las instalaciones del estafador, vacías y abandonadas, para reclamar el pago de sus facturas y saber qué ha pasado con sus mercancías. El timador empieza ganándose la confianza de la empresa proveedora haciendo algunas compras que paga rápidamente en dinero contante y sonante. Se presenta ante el estafado como comercial de una empresa muy solvente, mostrando además una serie de documentos debidamente falsificados, o apareciendo bien vestido y con un coche caro.

Una vez ganada la confianza de la víctima, el estafador hace una nueva compra, esta vez de mucho más valor, pero en esta ocasión utiliza pagarés o letras de cambio como medio de pago. Una vez recibida la mercancía, el estafador la revende y desaparece. Es muy difícil dar con este timador, ya que aunque la víctima denuncie a la empresa, esta está a nombre de unos testaferros u "hombres de paja" que se declaran insolventes y no se les puede pedir responsabilidades civiles. El verdadero estafador nunca revela su verdadera identidad, ya que las empresas proveedoras nunca piden documentación personal a quien se presenta como comercial de la empresa timadora.


El falso abogado

Se trata de una estafa que se suele llevar a cabo de manera telefónica. La víctima recibe una llamada de un supuesto abogado que le llama para informarle de que su hijo ha sido detenido por haber provocado un grave accidente. A continuación, el falso abogado le ofrece a la víctima la oportunidad de pagar una cantidad de dinero para pagar la fianza y que su hijo se libre de ir a prisión. Las víctimas favoritas de este tipo de estafadores son personas mayores, pues son fácilmente sugestionables.


La estafa piramidal

Todos hemos oído hablar alguna vez de esta estafa, aunque muchos se resisten a reconocerla como tal. Se presenta como el negocio del siglo, que ofrece rentabilidades estupendas por hacer un trabajo de lo más sencillo. Sin embargo, la verdadera trampa está en su estructura interna. Una estafa con esquema piramidal es un tipo de negocio en el que los propios participantes deben contribuir a su crecimiento a través de la creación de una red de nuevos participantes con el objetivo de que estos vayan produciendo beneficios para los participantes originales. Este tipo de estafas suelen camuflarse bajo la venta de algún producto que, se supone, debería ser el centro del negocio; sin embargo, no tardamos en darnos cuenta de que el verdadero interés es la entrada de nuevos participantes, que normalmente tienen que realizar algún tipo de pago para entrar a formar parte del negocio. Los inversionistas nuevos son los que obtienen las ganancias de las que se van a nutrir los miembros anteriores a ellos, llegando hasta la propia empresa matriz, y esto es lo que le otorga a la estructura la forma de pirámide por la que es conocida esta estafa.

El esquema piramidal no está prohibido legalmente, pero se encuentra en una situación alegal no tipificada por la legislación. Es muy fácil caer en este tipo de trampas por la esperanza que infunden en el inversor de ganar dinero rápido. No obstante, estos sistemas están cada vez más vigilados por las autoridades regulatorias del mercado, quienes se encargan de dar la voz de alarma y tratar de desmantelar el negocio.


El Rip Deal

Nueva versión del timo de la estampita, pero enfocada al sector inmobiliario. Los estafadores que optan por esta modalidad de timo buscan anuncios de ofertas inmobiliarias y se presentan como empresarios solventes que están muy interesados en la adquisición del inmueble. Sin embargo, argumentan que no pueden viajar para conocer la vivienda por motivos de agenda, por lo que proceden a convencer al vendedor de que salga al extranjero para entrevistarse con ellos. La entrevista tiene lugar en sitios muy lujosos alquilados ad hoc; el estafador, asimismo, suele presentarse vestido con ropa de marca y relojes de alta gama para dar fe de su gran poder adquisitivo.

La estafa ocurre cuando los estafadores pactan elevar el precio de mercado del inmueble a cambio de que el vendedor acceda a cambiarles billetes de alto valor (dólares, libras esterlinas, francos suizos) por billetes en euros más pequeños, alegando que en su país es difícil cambiarlos. Estos billetes son, por supuesto, falsos, a excepción de una pequeña cantidad que utilizan para engañar a la víctima durante la transacción. El trato se cierra y prometen abonar el pago del inmueble en unos días. Pero al volver al país de origen, la víctima se da cuenta de la estafa. Intenta ponerse en contacto con el comprador, pero es imposible porque el teléfono aportado no responde y la cuenta de email es falsa. Se han dado casos de que los estafadores han usurpado la identidad de personas con gran prestigio comercial para llevar a cabo sus timos.


El cuento del tío

Posiblemente se trate de la estafa más antigua de esta lista, pues deriva del antiguo timo del entierro, cuya mención más antigua la tenemos en una carta de un penal ceutí del año 1854. La idea principal tanto del timo del entierro como del cuento del tío es hacerle creer a la víctima la importancia de invertir dinero en un bien u objeto y que luego ese dinero le será devuelto con creces. Las víctimas favoritas de los estafadores que usan este método son personas codiciosas que desean obtener dinero rápido. El nombre de este timo viene de la historia que contaba el estafador, que ha recibido una abundante herencia de un tío lejano pero resulta que este vive muy lejos y no tiene dinero para el viaje y reclamar la herencia. Entonces, el estafador le pide dinero a la víctima para poder hacer el viaje, con la promesa de que se lo devolverá en una cantidad muy superior al monto que le ha prestado. Sin embargo, el estafador desaparece y no se vuelve a saber nunca más de él.

El timo del cuento del tío es una estafa que nunca pasa de moda y que además se va adaptando a los nuevos tiempos. Seguramente os ha parecido similar al timo del tocomocho, del que ya he hablado, o de la famosa estafa nigeriana, en la que el estafador envía un correo electrónico a la víctima con el cuento de que es una persona rica que necesita trasladar su dinero de forma discreta al extranjero y le pide que lo haga a través de su cuenta bancaria con la promesa de darle una generosa gratificación. A medida que el timo avanza, se le exige a la víctima que pague para hacer frente a gastos inesperados o sobornos, pero siempre con la promesa de que, cuando todo termine, será millonario. Por supuesto, esto nunca ocurre, ya que esos supuestos millones no existen.


El fishing

Entre las modalidades de estafa actuales, el fishing estaría muy alto dentro del ranking, si es que no es directamente el primero. Los más afectados por esta modalidad de timo forman parte del sector empresarial, aunque casi cualquier persona puede picar y convertirse en víctima de esta estafa. El fishing funciona de una manera muy sencilla. Consiste en el envío de una carta, un mensaje de texto o un correo electrónico simulando que son la entidad bancaria del usuario. En esta carta, advierten de que existe un problema con la cuenta corriente del usuario, por lo que solicitan que pinchen un enlace y se les facilite sus claves de acceso con la promesa de arreglar el problema lo antes posible. Una vez proporcionadas las claves, la víctima recibe una llamada del estafador haciéndose pasar por personal de la entidad del banco para seguir enredando al estafado mientras se hace transferencias para comprar criptomonedas.

El fishing tiene multitud de modalidades de engaño y suplantación, pero el modus operandi siempre es el mismo.

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