miércoles, 11 de septiembre de 2013

Series de dibujos animados que me hicieron llorar


Seguro que más de una vez os habéis parado a pensar en los dibujos animados que hay en televisión hoy en día. Es más, los que tenéis niños pequeños en casa fijo que os habéis tragado más de un episodio de los dibujos que amenizan las tardes de los más jóvenes: Que si Bob Esponja, que si Pokémon, que si Fan Boy y Chum Chum, que si Los Padrinos Mágicos... Ciertamente, hay una gran variedad de dibujos animados que cumplen con el objetivo para el que fueron creados: entretener.

Sin embargo, y a riesgo de sonar viejuna por lo nostálgico, me parece que los niños de ahora han perdido algo al no ver dibujos como los que veíamos antes. ¿Quién no ha disfrutado de la entretenida sabiduría de Érase una Vez? ¿Cuántos recordáis con cariño el Club Disney, que nos deleitó con dibujos como El Pato Darwing, Doug o Pepper Ann? ¿A que muchos os acordáis aún de la melodía de La Aldea del Arce? Y eso sin mencionar las numerosas películas Disney, cuyo auge en los 90 fue notorio, dándonos joyas animadas que quedarán en nuestra memoria por toda la eternidad.

Por supuesto, tampoco me olvido de los clásicos dibujos animados. ¿Y qué entiendo por clásicos? Pues los que ya veían nuestros padres en su tierna preadolescencia: Heidi, Banner y Flappi, Mazinger Z y otros tantos que sería imposible poner aquí. Aquellos dibujos tenían sus imperfecciones, no lo niego, pero me parece que también ofrecían algo que hoy parece perdido. Nos hacían pensar a la vez que disfrutábamos. Conseguían que unos niños pequeños se plantearan multitud de cosas. Despertaban en nuestros corazones infantiles sentimientos de amor, odio, adrenalina, humor... Incluso nos hacían llorar.

Y de esto trata precisamente el ranking de hoy. Después de mucho recordar series de antaño, he decidido hacer un TOP 4 de grandes series que vi de niña y que me hicieron llorar como una magdalena. No quiero decir que estas sean las mejores o las peores; de hecho, es posible que se me escapen series de dibujos muy buenas. Pero, como siempre, esta es mi opinión y acepto sugerencias de todo tipo.

Estas son las cuatro series de dibujos animados más lacrimógenas de mi infancia:



4) Marco, de los Apeninos a los Andes




Es evidente que esta serie tenía que estar en la lista, porque las lágrimas que dio de sí serían suficientes para llenar un embalse. Marco es una serie de anime basada en el relato que lleva su mismo nombre, escrito por Edmundo de Amicis. La serie fue emitida en Japón en el año 1976 y más tarde en España, donde las aventuras del niño genovés alcanzaron una fama tan solo superada por la entrañable Heidi. La serie finalizó después de 52 capítulos, aunque se repuso varias veces en Televisión Española, Antena 3 y Telecinco.

La historia de Marco es sobradamente conocida por todos. Marco es un niño trabajador y generoso que un día recibe la noticia de que su madre debe ir a Argentina a conseguir dinero para mantener a la familia. Durante un año, parece que las cosas van bien. Pero al cabo de un tiempo, Marco deja de recibir noticias de su madre y decide, desesperado, emprender un largo viaje hasta Argentina para ir a buscarla. Es entonces cuando empiezan sus aventuras y penurias, aunque en su viaje no le faltarán amigos que le ayudarán en su búsqueda.
 
Aunque es una serie destinada al público infantil, en Marco se trataban temas tan fuertes y duros como el clasismo, la xenofobia o los problemas para encontrar un trabajo. Marco es un niño que tiene que abandonar sus estudios, trabajar y embarcarse en un viaje lleno de peligros para ir a buscar a su madre desaparecida. Aunque su dramatismo es muy alto, no se puede negar que tiene un contenido muy educativo; nadie mejor que Marco para demostrar a los niños que la vida puede ser muy dura y que hay que procurar luchar contra la adversidad sin importar las dificultades que haya.

Marco es una serie que todo el que la haya visto no la olvidará fácilmente. Si Heidi nos hacía sonreír y conseguía hacernos felices por todo, Marco nos hacía reflexionar profundamente y conseguía que las lágrimas aflorasen casi sin esfuerzo. Y es que Marco representa ese amor incondicional que un hijo siente por su madre, un amor tan fuerte que ni la distancia puede romperlo. Ése es precisamente su encanto, pues hizo que miles de niños pensaran en lo fuertes que podían ser los lazos que unen a una madre y su hijo. Por suerte para los jóvenes espectadores, esta serie tiene un final feliz que todos recordamos con emoción.
 
En fin, que es una serie magnífica y muy emotiva. Quien no haya llorado viendo Marco es que no tiene corazón, ni infancia, ni nada.


3) Candy Candy




Candy Candy es una entrañable serie japonesa basada en un manga de enorme popularidad escrito por Kyoko Mizuki y dibujado por Yumiko Igarashi. La serie fue emitida por primera vez en la década de los 70, aunque alcanzó su nivel más alto de popularidad en los años 80. Al tener una estructura de "telenovela dramática", cada capítulo continuaba al anterior. La serie finalizó en el año 1979 con la friolera de 115 episodios.
 
La historia de Candy Candy nos lleva hasta el año 1898, a un orfanato situado en la Colina Pony. Allí es donde vive Candy White, una huerfanita que, a pesar de las duras pruebas a las que la somete la vida, siempre sonríe y se muestra positiva. Al final es adoptada por una familia de snobs que la desprecian y la relegan a la condición de sirvienta, pero Candy consigue el apoyo de sus vecinos Archie y Alistaire, así como del primo de éstos, Anthony. A partir de aquí, empieza una larga y dramática historia que se cerrará con el regreso de Candy a sus orígenes y su reencuentro con el Príncipe de la Colina Pony.
 
A pesar de estar dirigida a un público infantil, Candy Candy trataba temas que no eran muy adecuados para los niños. Con esto me refiero a las continuas desgracias que le ocurrían a Candy o a algunos amigos suyos. Sirvan como ejemplo la muerte de Anthony, la muerte en combate de Alistaire o Susana, la actriz que pierde una pierna al tratar de salvar a Terry. También podíamos encontrar matrimonios sin amor, la dura estratificación social de la época o los maltratos a una niña.
 
Sin embargo, aunque muchos la tildaron de cursi y ñoña, me parece que es una serie preciosa. A veces era dura y otras veces se pasaba de melodramática, pero no se puede negar que te emocionaba hasta lo más profundo. Fijaos la pasión que generó, que en Francia se llegaron a escribir novelas que continuaban la historia de Candy (sin que sus autoras tuvieran nada que ver con ello), y en Italia se utilizaron imágenes de la propia serie para cambiar el final y crear otro que estuviera acorde con los gustos de los fans.

Una magnífica serie con la que disfruté riendo y llorando.


2) Los Miserables




Esta es una serie prácticamente desconocida en España. Fijaos si es desconocida que he tardado tres días en encontrar la información, y la he conseguido mirando la Wikipedia en francés. Los Miserables es una serie francesa de 26 episodios que narra, de manera un poco libre, los sucesos de la novela homónima de Victor Hugo. Se emitió por primera vez en 1992 y aquí los gallegos hemos tenido la suerte de verla en la TVG en el año 1993. Si hay alguien que esté interesado en verla, que sepa que no he encontrado la serie por ninguna parte, aunque en YouTube aparecen algunos fragmentos de la serie en francés.

Cosette, una niña de 8 años, trabaja como sirvienta en la posada de los Thénardier, que se dedican a explotarla y maltratarla cuando no tratan de aprovecharse de los viajeros. Los únicos amigos de Cosette son Amiral, un perrito que encuentra en la calle, y el pilluelo Gavroche, junto al que quiere ir a buscar a su madre a París. Sin embargo, cuando ya están a punto de fugarse, unos gendarmes se llevan a Gavroche y devuelven a Cosette con los Thénardier. Una noche en que la obligan a atravesar el bosque para ir a buscar agua a la fuente, Cosette se encuentra con un hombre desconocido que la defiende frente a los Thénardier y sus hijas. Se trata de Jean Valjean, un antiguo presidiario que lleva tiempo buscando a Cosette para cumplir la promesa que le hizo a Fantine, la madre de la niña.

Al estar destinada a los niños, la serie difiere un poco de la novela. Se centra sobre todo en Cosette, cuando en el libro el protagonista era Jean Valjean. Tampoco Gavroche era tan amigo de Cosette; de hecho, en el libro nunca se encuentran. Pero todo eso carece de importancia, porque lo verdaderamente impresionante es seguir las aventuras de Cosette; o debería decir desventuras, porque la pobre Cosette lo pasa fatal. Los Thénardier son tan despreciables como en la novela y se lo hacen pasar muy mal. A mí me dolía en el alma ver sufrir tanto a Cosette, y lloré mucho de niña al ver la serie. La escena que más me impresionó fue cuando Jean Valjean compra una preciosa muñeca para Cosette y ella la recibe con gran alegría. Devastador.

Es una pena que no se volviera a emitir ni se le diera la publicidad que merecía, porque creo que era una serie muy bonita. ¡Hasta a mi madre le gustaba! Por desgracia, quedó relegada al más profundo olvido y no trascendió. Una lástima, de verdad.


1) El Perro de Flandes (Mi amigo Patrasche)




Y, para finalizar, la serie que me derrumbó por completo. El Perro de Flandes está basado en el cuento del mismo nombre escrita por Marie Louise de la Ramée. Existen varias versiones animadas de esta historia; esta en cuestión es del año 1992 y fue dirigida por Keiji Kodama. Se cerró con 26 episodios y aquí pudimos verla en algunos canales de la televisión digital

Nello es un chico huérfano que vive con su abuelo en un pequeño pueblo de Flandes, a quien ayuda a transportar y vender leche. Un día, Nello encuentra un perro malherido al que llama Patrasche. Gracias a los cuidados de su abuelo, el perro se recupera de sus heridas, y desde entonces Nello y Patrasche serán amigos inseparables.

La serie es tan dramática y melancólica que es imposible no llorar al verla. Las aventuras y vicisitudes de Nello, un niño sufrido y perseverante, están narradas con una elegante fluidez y una estimable narrativa. A todo esto hay que añadir el efecto que ejerce la música, triste en muchas ocasiones, llegando a su apogeo en el tremendo desenlace de la historia, que no deja indiferente a nadie. Y es que la historia de Nello y su fiel Patrasche lleva a unos derroteros en los que se intuye la desgracia a kilómetros. A Nello todo le sale mal, y da igual lo que haga o el empeño que ponga en salir adelante: las circunstancias son tan complicadas que no consigue salir adelante. Solo al final, cuando ya nada importa, consigue ver las pinturas de Rubens que tanto ansiaba contemplar.

El Perro de Flandes es una historia que, a pesar de su dramatismo, es muy bonita. Hace hincapié en la amistad entre un niño y su perro, que es un soplo de aire fresco en medio de tantas injusticias y desgracias. El inconveniente es que los acontecimientos finales se suceden con demasiada rapidez, pero en su conjunto resulta ser una serie encantadora, preciosa y conmovedora. Y, sobre todo, inolvidable.

Si queréis ver una historia realmente triste, de esas que os hacen llorar sin remedio, esta es la elección más adecuada. Las demás no son nada comparadas con El Perro de Flandes.



Y hasta aquí este top 4 de series lacrimógenas. Espero que os haya gustado, que hayáis recordado vuestros años infantiles y que ahora, al final del ranking, volváis a tener una lagrimilla asomando en vuestros ojos mientras tratáis de ahogar ese llanto nostálgico que también me está saliendo a mí.

4 comentarios:

  1. Madre del amor hermoso con "El Perro de Flandes". Acabo de buscar un resumen del argumento y menos mal que no la vi, porque es una tragedia griega donde se muere hasta el apuntador. A su lado, "Candy Candy" parece "Crepúsculo" O_o

    Mi abuela y mi tía (que se tragaban "Heidi" aprovechando que mi madre y su hermana la veían, y me contaban que las cuatro lloraban mucho con la serie porque les daba mucha pena la pobre Clarita paralítica en una casa y la pobre Heidi tristona porque no la dejaban volver con su abuelo a los Alpes.
    En cuanto a mi marido, me ha contado que su mayor trauma infantil y el de su hermano (mi cuñado) fue ver el último capítulo de "David el Gnomo", con el que se hartaron de llorar.

    Afortunadamente, yo fui lista y no quise ver el último capítulo de "David el Gnomo" pero me tuve que tragar el casi igualmente dramático último episodio de "El Juez Klaus", que era una especie de spin off también con gnomos. Entre Marco, el Juez Klaus, y una película llamada "Alvin y las Ardillas" donde había un pobre pinguinito bebé que no podía volver con su padre y con su madre, son las tres veces (que yo recuerde) que los dibujos me han hecho llorar de pequeña.

    Y sin embargo, considero que no fue algo negativo, todo lo contrario. Aprender desde pequeño que las historias no siempre tienen final feliz y a sufrir por las desgracias de los demás, te ayuda a desarrollar la empatía y a ser sensible ante las desgracias ajenas.

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  2. Yo también me emocioné con Heidi, pero lo que la diferencia de estas series es que es una historia más positiva. Quiero decir, Heidi casi siempre sonríe y sale adelante sin demasiados problemas, pero Marco, por ejemplo, se lo tiene que currar muchísimo más y lo pasa verdaderamente mal.

    También vi "David el Gnomo" y "El juez Klaus", y me encantaron las dos. Pero los últimos capítulos no me hicieron llorar, aunque sí me dieron mucha pena.

    Hay otras series de dibujos animados que me dieron momentos de llorera, pero ya menos. Las cuatro que he puesto fueron las que más me influyeron, las que recordaré siempre. Y yo tampoco he acabado traumatizada por ver un final triste. De hecho, hasta me ha ayudado a enfocar las cosas de otra manera. Me enseñaron que tanto la vida como los cuentos no siempre acaban bien, pero no por eso hay que echarse atrás.

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  3. ¿Y Sailor Moon, Chicho Terremoto, Lupin..? Pedazo de animes había en los 90... aiiissss... Por cierto, he leido sobre tí y te encontré de casualidad en una entrada de un blog sobre padres divorciados... con 25 años y en plena crisis económica, no le deseo a nadie vivir entre dos padres que se odian... me encantas... ;)

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  4. ¿Sailor Moon? ¿Chicho Terremoto? ¿Lupin? ¡Pero si no son lacrimógenos! Vale, con Chicho y Lupin llorabas, pero de risa, porque eran la leche. Esos animes los dejaré para un posible ranking de grandes series anime que salieron en nuestro país y que recuerdo con especial cariño, XD!

    Vaya, veo que las formas de darme a conocer son cada vez más curiosas. Pero me alegro de encantarte, jejeje! Por supuesto, eres bienvenido y puedes comentar siempre que quieras.

    Un saludo!

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