martes, 1 de diciembre de 2015

La Reina del mes: Elsa


¡Hola a todos!

Bueno, pues ya hemos llegado al último mes del año. Madre mía, parece que fue ayer cuando empecé con mi pequeño calendario Disney, y ya han pasado doce meses a una velocidad tremenda. Aunque no lo lamento, porque este año no ha sido de los más memorables para mí, salvo por ciertas cosas que recordaré para siempre como buenas y hermosas.

En fin, toca despedirse del año con la mirada y las esperanzas puestas en el siguiente. Espero de verdad que hayáis tenido un bueno año y, si no ha sido así, espero que el próximo os traiga oleadas de felicidad. Yo estaré aquí, como siempre, subiendo artículos y esperando con impaciencia vuestros comentarios, que me encanta recibir y contestar cuando tengo tiempo. Por eso, un año más, me encantaría daros las gracias por estar ahí, por leerme, por seguirme, por dejarme comentarios, por hacerme sugerencias... Por todo. De no ser por vosotros, este blog no existiría o se habría cerrado hace mucho tiempo.

Y después de esta diatriba sentimentaloide (a mí hasta se me ha escapado una lagrimilla y todo XD), os dejo con la princesa Disney del mes. El año que viene empezaré con otro particular calendario, aunque todavía no sé a qué se lo voy a dedicar. Y, por supuesto, seguiré subiendo artículos tan variopintos como siempre. Ya sabéis que podéis hacerme todas las sugerencias que queráis, que serán tenidas en cuenta para futuros artículos.

Pues eso, que no me enrollo más. Con todos vosotros, la última princesa (o reina) Disney del año.



Elsa




Nombre: Elsa
Rango: Princesa de nacimiento y, posteriormente, reina legítima
País: Arendelle (Noruega)
Edad: 21 años
Familia:
-          Rey Agnarr (padre, fallecido)
-          Reina Iduna (madre, fallecida)
-          Anna (hermana menor)

Amigos:
-          Kristoff
-          Olaf
-          Sven

Esposo: No tiene

Canción: Suéltalo



Hace mucho tiempo, en el frío reino de Arendelle, vivían dos pequeñas princesas llamadas Elsa y Anna. Aunque las dos vivían con sus padres en un hermoso palacio y crecían felices entre juegos y canciones, había algo que casi nadie en aquella tierra sabía: Elsa tenía poderes. Tocada desde su nacimiento por una extraña magia, Elsa tenía la capacidad de manipular la nieve y el hielo a su antojo, formando torbellinos, espirales y ventiscas que podrían helar la sangre de cualquier ser vivo, salvo ella, ya que a la niña no le afectaba el frío. Temerosos de que una niña tan pequeña no pudiera controlar esos poderes, los reyes de Arendelle le habían prohibido a su hija que los utilizara. Pero Elsa sabía cuánto alegraba a su hermanita Anna jugar con la nieve que salía de sus manos infantiles. Pero una noche, mientras las niñas jugaban inocentemente, Elsa lanzó un rayo de hielo a su hermana, acertándole en la cabeza y dejándola inconsciente. Al ver lo ocurrido, los reyes tuvieron que tomar una drástica decisión.

En plena noche, la familia real cabalgó hasta un claro perdido entre las montañas donde vivía una raza de trolls con forma de roca. El motivo de tan extraña visita es que el líder de los trolls conocía algunas artes mágicas, por lo que los reyes de Arendelle creyeron que podría curar a Anna y, a la vez, ayudar a la mayor de sus hijas. Pero el chamán tenía malas noticias para ellos. Como Anna había sido herida en la cabeza, no tuvo problemas para curarla; algo muy distinto habría sucedido si la niña hubiese sido tocada en el corazón, ya que sus poderes podían modificar los recuerdos de la pequeña Anna, pero su corazón no podía ser manipulado. Después de cambiar los recuerdos de Anna, advirtió a los reyes que los poderes de Elsa irían aumentando y cada vez sería más difícil controlarlos, ya que el miedo haría que Elsa se viese dominada por sus poderes.

A su regreso a Arendelle, los reyes tuvieron que llevar a cabo una serie de cambios que habrían de alterar por completo la vida de sus pequeñas hijas. Ante el temor de que Elsa se descontrolase de nuevo, acordaron que la mantendrían aislada del mundo exterior. Se cerraron las puertas de palacio, se redujo el número de criados y la princesa Elsa quedó confinada en su habitación. La pequeña Anna, que ya no recordaba que su hermana tenía poderes mágicos, no entendía por qué ahora ya nunca estaban juntas. ¿Acaso habría hecho algo malo? ¿Por qué ya no jugaban a hacer muñecos de nieve, como antes? Triste y sola, Anna creció encerrada entre aquellas cuatro paredes que eran a la vez su hogar y su prisión. Y todo empeoró cuando, en medio de una tormenta, el barco en el que viajaban los reyes de Arendelle se hundió en las frías aguas del mar, quedando las princesas huérfanas y perpetuamente separadas por una pared.

Tres años después, todo cambió. Al cumplir Elsa veintiún años, había llegado el momento en que debía ser coronada reina de Arendelle. Por supuesto, tal acontecimiento vendría acompañado de grandes festejos y las puertas de palacio volverían a abrirse para recibir a los dignatarios de otros países que venían a presentar sus respetos a la nueva reina. La princesa Anna estaba realmente emocionada, pues su corazón ardía en deseos de conocer a otras personas y, por supuesto, a un joven del que enamorarse.

La coronación de Elsa dio paso a una recepción en la que las hermanas por fin pudieron volver a hablar como antes. Pero esa armonía se vino abajo cuando Anna se acercó a Elsa para presentarle a Hans, un apuesto príncipe con el que quería casarse, a pesar de que apenas le acababa de conocer. Elsa, opinando que se trataba de una decisión muy impulsiva, se negó a dar su consentimiento al matrimonio. Desesperada, Anna trató de tomar la mano de Elsa pero lo que hizo fue quitarle uno de los guantes, que Elsa llevaba para impedir que sus poderes escaparan de su control. La discusión subió de tono hasta llegar al extremo que Elsa tanto temía: Al perder los nervios, sus poderes salieron a la luz delante de todos los líderes políticos que acababan de asistir a su coronación. Con el corazón lleno de miedo, Elsa huyó a las montañas.

La revelación de los poderes de Elsa no había quedado sólo a la visión de unas pocas personas reunidas en una habitación, sino que también afectó a todo el reino de Arendelle, sumiéndolo en un invierno crudo y nieves perpetuas. Anna decidió partir sola en busca de Elsa para traerla de vuelta y que levantara la maldición del invierno. Por el camino, se encontró con el joven Kristoff, de profesión picador de hielo, al que le prometió un trineo nuevo si le ayudaba a encontrar a la reina desaparecida. Pero Elsa no quería ser encontrada. En la soledad de las montañas había hallado la paz y la libertad que tanto había ansiado. Al no haber nadie viviendo por los alrededores, podía desplegar sus poderes sin ningún temor. Utilizando su magia, construyó un inmenso palacio hecho completamente de hielo y tomó la decisión de quedarse allí para siempre.

Anna y Kristoff, acompañados de Olaf, un muñeco de nieve que Elsa había creado y al que había insuflado vida, llegaron al palacio de la reina Elsa. Al ver a su hermana menor, los temores de Elsa regresaron y trató de escapar de ella. Anna le explicó que era necesario que volviera a Arendelle para quitar la maldición del invierno, pero Elsa se negaba una y otra vez mientras le rogaba a Anna que se fuera. Los nervios hicieron que los poderes de Elsa enloquecieran y, una vez más, sus rayos de hielo hirieron a Anna. Sólo que esta vez golpearon su corazón.

Kristoff llevó a Anna junto a los trolls, a quienes conocía por haber sido criado entre ellos. Pensaba que el chamán podría ayudar a Anna con sus poderes mágicos, pero el hombrecillo de roca tuvo que sacarle de su error: Anna había sido herida en el corazón, y no había magia en el mundo que pudiera curar un corazón. Salvo, claro está, un acto de amor verdadero. Al estar Anna enamorada del príncipe Hans, pensó que un beso suyo le salvaría la vida, por lo que le pidió a Kristoff que la llevara de vuelta a Arendelle, donde él la estaría esperando.

Pero el príncipe Hans no estaba allí. Preocupado por Anna, reunió un grupo de soldados y emprendió el camino rumbo a las montañas del norte. Allí halló el palacio de la reina Elsa, que se enfrentó a los soldados que venían prestos a arrestarla. Aunque Hans pidió que fuese bien tratada, no pudo evitar que la reina fuese apresada en un calabozo. De regreso a Arendelle, Hans observó el terrible estado en el que estaba Anna por culpa del ataque de Elsa. Anna le dijo que sólo él podía salvarla dándole un beso de amor. Pero Hans reveló sus auténticas intenciones: Su objetivo era acceder al trono a través de Anna, a quien había engatusado para prometerse con él. Ahora que, además, tenía a la reina en su poder, sólo tendría que ejecutarla y esperar a que el resto de líderes políticos le aclamaran como nuevo rey.

Aunque encerrada en un calabozo, los poderes de Elsa le permitieron romper sus cadenas y escapar. Su intención era regresar a las montañas, pero sus temores volvieron a descontrolar sus poderes, creando una fortísima ventisca que sumió todo Arendelle bajo una montaña de nieve. Hans se da cuenta de que ha huido y va a buscarla para matarla, fiel a su plan. Mientras tanto, Kristoff vagaba por las montañas pensando en Anna, de quien se había enamorado, imaginándola en brazos de su adorado Hans. Pero al ver la tormenta de hielo y creyendo que podría correr peligro, decidió volver a buscarla. Y Anna, agonizante, abandonó su habitación con Olaf para ir a buscar a Kristoff y confesarle sus verdaderos sentimientos. Todos ellos quedaron atrapados en la tormenta de nieve que Elsa había provocado.

Anna llega a los fiordos justo en el momento en que Hans le acaba de revelar a Elsa diciéndole que Anna había muerto por su culpa. Devastada por el dolor, la reina cayó de rodillas ante él y lloró por la pérdida de su hermana, momento que Hans aprovechó para extraer su espada para consumar la ejecución. Pero Anna vio sus intenciones y supo que tenía que impedirlo a toda costa. Sin esperar a que Kristoff viniese a ella para darle el consabido beso de amor verdadero, Anna corrió hacia donde estaban Elsa y Hans y se interpuso entre ella y su espada... justo en el momento en que la maldición se completaba, convirtiéndola en una estatua de hielo.

Elsa vio todo lo ocurrido y se sintió desfallecer de dolor. Acababa de ver cómo su hermana se había sacrificado por ella, después de todo lo que había sufrido por culpa de sus poderes, y comenzó a llorar abrazada a su estatua, pidiéndole que volviera con ella. Y su deseo se cumplió, ya que el sacrificio de Anna había sido el acto de amor verdadero que la salvaría de la maldición. Al presenciar tal milagro, Elsa comprende que la calidez del amor descongelará y anulará la maldición del invierno, y es entonces cuando por fin se siente segura de poder controlar sus poderes y librar a los habitantes de Arendelle del invierno eterno.

5 comentarios:

  1. ¡Noo! ¿Cómo puedes hacerle esto a tu fiel amiga y lectora? ¡Te has aliado con Ratoncita para darme más "Frozen" en vena! XDD
    Ahora en serio, me ha gustado mucho tu idea de una princesa Disney para cada día del año. Sabes que me encanta leerte y que siempre estoy pululando por aquí. Ya tengo ganas de ver qué habrás ideado para amenizarnos mes a mes el año que viene ;-)

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    1. ¡Bwajajaja! Sí, ese era mi plan maestro desde el principio. Y Ratoncita también está detrás de todo esto; le prometí muchos besos y abrazos si me ayudaba a llenarte el cuerpo de "Frozen".

      Yo también me siento muy feliz de que siempre encuentres tiempo para pasarte por aquí, leerme y dejarme tus comentarios, ^^*. Espero poder seguir viéndote por aquí el año que viene (y, si es posible, a ver si volvemos a vernos otra vez en persona).

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    2. Por supuesto que vas a seguir viéndome siempre por aquí ^_^
      Y ahora, si me disculpas, voy a encargarme de esa ratona conspiradora que tengo por hija. Intuyo que alguien se va a quedar sin petit-suisse :-p

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  2. Bueno, si me conoces un poco sabes lo que voy a poner a continuación........."¡recuperemos el veranooooooooo!"....."y cuando llegue el solll, no habrá nada mejorrrrrrrr, que estár muy relajado al solll soltandoo vapooooor" jajajaja. Vale, desde aquí no puede tirarme cosas asíq ue estoy salvada xD La pobre ignorancia del muñeco de viene que quiere, como yo, tostarse al sol....
    ¡¡Lo que sí me somprende es dedicarle la última entrada de las princesas a Elsa!!!! En el fondo te va a molar le película y todo.
    Coincido con Ana enq ue siempre da gusto leerte y a veces leemos la misma entrada más de una vez, así que nada de tristezas, que aquí estamos deseando ver las cosas que se te ocurren para el año que viene :)

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    1. ¡Aaargh! ¡Cómo odio a ese maldito muñeco de nieve!

      Bueno, le he dedicado el mes a Elsa no porque me guste ella o la película, sino porque es la última adquisición dentro del panteón de las Princesas Disney. Si buscas cuáles son las principales princesas, las que he puesto todos estos meses van a ser las que aparezcan, y Elsa está entre ellas (aunque sea reina).

      ¡Y gracias por leerme y dejarme comentarios! Aún no tengo muy claras las cosas que voy a poner el año que viene en el blog, pero prometo esforzarme por subir contenido de calidad y entretenido.

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