martes, 22 de septiembre de 2015

Keep calm... Consejos para desestresarse


¡Hola a todos!

¿Qué tal estáis? Espero que muy bien. Aunque, si vais a leer esto con atención será porque estáis pasando por una temporada un poco estresante y buscáis algún consejo que os pueda ayudar. Quizá estáis agobiados por el trabajo o las clases, o tal vez os sentís sobrepasados porque habéis asumido responsabilidades que se os hacen muy cuesta arriba. A veces, en esos momentos de gran presión, nos vemos sobrepasados de verdad. Y no es raro que haya personas que sufran de ansiedad por culpa de las tensiones y el estrés. Esto no es nada nuevo para vosotros; estoy segura de que os habréis sentido así alguna vez.

Pero no os preocupéis, que todo tiene solución ¡Y para eso estoy aquí! Hoy toca entrada dedicada a los consejos, y he decidido hacerla sobre las maneras de eliminar el estrés. Por lo general, soy una persona bastante tranquila, pero reconozco que tiendo a perder los nervios cuando estoy sometida a mucho estrés. Y no es malo sentir estrés, es algo muy natural. Pero lo que no es lógico es estar estresado todo el tiempo, como me suele pasar a mí y a tanta otra gente.

Pensad por un instante en un teléfono móvil o un ordenador. Son máquinas que necesitan apagarse de vez en cuando para que no se sobrecarguen. Y si esos aparatos necesitan tomarse un respiro, imaginaos nosotros. Necesitamos tiempo para relajarnos, para recobrar energías, para encontrar el equilibrio con nosotros mismos... El mundo va demasiado rápido y estamos obligados a adaptarnos a ese ritmo, pero también debemos saber cuándo parar.

En mi caso, puede que también deba tomar ejemplo. Soy una chica que reacciona con bastante negatividad a la presión excesiva. No estoy en contra de que haya cierta presión en el trabajo o en los estudios; a todos nos pone nerviosos la cercanía de un examen o que deleguen en nosotros muchas tareas a las que no estamos acostumbrados. Pero yo reacciono mal cuando es demasiada presión por todos lados y veo que no voy a ser capaz de llegar a tiempo. Quiero hacerlo todo para una fecha y no me doy cuenta de que a veces puedo aplazar los trabajos más difíciles o hacerme un plan de tareas más ordenado para no dejarme llevar por la desesperación. En esos momentos, agradezco de verdad tener una lista de cosas que me ayuden a quitarme el estrés o, por lo menos, reducirlo un poco.

Por eso, os voy a dejar mi lista de cosas que ayudan a quitar el estrés. Espero que os guste y, en caso de que lo necesitéis, que os ayude.



1. Elige tu día




En primer lugar, elige un día que quieras dedicarte a ti mismo por completo, de la mañana a la noche. Es mejor que escojas un día que caiga en fin de semana, aunque si no puede ser, no pasa nada porque sea un día entre semana. Lo único que debe importar es que sea un día para ti. Así que, escoge bien.



2. Apaga el móvil




Coge tu teléfono móvil y apágalo. Nada de silenciarlo o de poner el modo avión: apágalo. El teléfono es uno de los aparatos más estresantes del mundo, ya que te obliga a estar todo el día pendiente de él. Que si llamadas, que si mensajes de WhatsApp, que si notificaciones de Facebook, de Twitter... Vamos, que así no se puede seguir. Por eso, tu día de descanso también será el día de descanso de tu móvil. Si quieres, avisa a tus contactos directos de que ese día no vas a estar conectado y que no se molesten en llamarte. Asegúrate también de que no esperas una llamada importante para ese día que has elegido para ti.



3. Tu rincón




Ahora que ya has elegido el día y has apagado tu móvil, debes escoger dónde vas a permanecer todo el día. Ya sé que muchos querríamos disfrutar de una relajante sesión en un spa, pero eso suele acarrear un coste un tanto elevado de dinero y no están los tiempos como para andar gastando tanto. Por eso, una buena opción es quedarse en casa. ¿Quién no está cómodo en su propia casa? Es un sitio muy bueno para desestresarse, pues ahí podemos relajarnos a nuestras anchas. Mucho mejor si te aseguras de que ese día vas a estar tú solo, sin padres, hermanos o cualquier persona que pueda interrumpirte.



4. Date un baño




Un baño caliente es una manera muy buena de empezar tu día de relajación. Si tienes bañera, puedes llenarla de agua calentita hasta arriba de todo y echarle varios productos que os gusten: jabones, pompas de baño, sales minerales... lo que te guste. Todas estas cosas se pueden conseguir en las tiendas de perfumería y no tienen por qué ser caras. Si no tienes bañera, puedes darte un baño "por parroquias", vertiendo los productos en una palangana con agua caliente y enjabonarte el cuerpo poco a poco, sin prisa. Lo importante es que te cuides y te mimes.




5. Tómate una bebida caliente




Una bebida caliente también te ayudará a relajarte. Personalmente, no soy partidaria del café, ya que la cafeína es un excitante natural (a mí es una bebida que me pone frenética). Pero no pasa nada si tomas el café poco cargado. Si te gustan más las infusiones, tienes una gran variedad donde escoger. Recomiendo las infusiones de menta, pasiflora o lavanda, acompañadas de un poquito de miel. Si no te gustan las infusiones, también puedes tomarte una taza de cacao o de chocolate caliente. Prepara la bebida con tranquilidad, sin correr. Hoy tienes todo el tiempo del mundo.



6. Come tu plato favorito




 Preparar tu comida favorita también puede ser una manera muy buena de reducir el estrés. Aunque para muchos cocinar sea un agobio, cuando se trata de hacer algo para uno mismo no sucede igual. Aunque seas adicto a la comida preparada o congelada, dedica una hora de tu tiempo a preparar un buen plato de comida para ti. Todos somos unos auténticos chefs con algún plato en particular (yo soy muy buena preparando chuletas empanadas y los espaguetis a la falsa carbonara), y nos sentimos a nuestras anchas cuando la cocina es toda nuestra. Así que ese día, todo vale. Disfruta de la comida.



7. Diviértete




No te olvides de la diversión, pero asegúrate de que no es demasiado bulliciosa. Puedes jugar a algún videojuego o ver una película en la tele. También puedes aprovechar para dibujar, hacer manualidades o incluso leer ese libro que lleva tanto tiempo en tu montón de libros pendientes. Hay un montón de actividades que puedes hacer tú solo con tranquilidad; escoge la que más te guste.



8. Date un paseo




Sal a dar un paseo y a oxigenarte. Hacer ejercicio ayuda a quitar el estrés, además de cuidar tu cuerpo. Puedes salir a correr a un parque, sacar a pasear al perro, patinar o, simplemente, ir a caminar. Si no eres muy aficionado al ejercicio propiamente dicho (yo, por ejemplo, soy un poco vaga para los deportes), puedes moverte y desestresarte marcándote un buen baile. Acabarás tan cansado como relajado y, además, tu cuerpo te lo agradecerá.



9. Música




La música no puede faltar en tu día de relajación. Escuchar tu música favorita te ayudará a tranquilizarte y a alejarte de los problemas por un rato. Te recomiendo escuchar música tranquila y suave, o con tonos armónicos y agradables (por ejemplo, música clásica). Pero puedes hacer una selección entre tus canciones favoritas (aquellas que remiten a un recuerdo alegre suelen provocar una reacción muy positiva). Otra buena opción es que elijas una música que te invite a la relajación (chill out, música de meditación oriental...).



10. Aromaterapia




La aromaterapia es otra forma de reducir el estrés. A algunas personas, el olor de ciertas plantas o esencias les ayuda a relajarse. Puede ser quemando incienso o empleando velas perfumadas. Aunque a mí esto no me funciona demasiado (los olores muy fuertes me molestan mucho), hay gente a la que le va bien. Los aceites esenciales también ayudan, porque puedes elegir la fragancia que más te guste (más fuerte o más suave) y relajarte inspirando su aroma.



11. Meditación




¿Has probado alguna vez la meditación? No tienes que ser budista o seguidor de la New Age para que te guste. La meditación se basa en la respiración consciente, la relajación muscular y el equilibrio interior. Se trata de liberar la mente de los problemas, alejar cualquier tipo de pensamiento negativo y centrarse sólo en el momento. Para meditar, es muy importante hallar la postura adecuada. Siéntate sobre un cojín en el suelo, con las piernas cruzadas y las manos sobre el regazo (mano sobre mano y tocándose los pulgares). Respira muy despacio, siente cada bocanada de aire que entra y sale de tu cuerpo. Cierra los ojos y trata de vaciar tu mente de todos los problemas. Aunque la meditación no es igual de efectiva para todos, puede ayudarte a pensar con claridad y a ver las cosas desde otro punto de vista.



12. Abraza a tu mascota




¿Necesitas ayuda extra? No te preocupes, tus mascotas te echarán una pata encantadas. Los animales son maravillosos para quitarnos el estrés, porque te dan muchísimo amor y cariño cuando más lo necesitas. Siempre están ahí para ti y se dejarán acariciar gustosos para que puedas quitarte el estrés de encima. Las mascotas más cariñosas suelen ser los mamíferos (perros, gatos, conejos, ratas...), y son también las que más necesitan jugar y pasar tiempo contigo. Es una maravilla cuando se recuestan a tu lado para darte y recibir calor, cuando te lamen con sus lenguas ásperas y húmedas o cuando se quedan a dormir contigo. Si tienes cachorros, no pierdas la oportunidad de verles jugar. Los problemas parecen desvanecerse cuando te quedas horas mirando cómo juegan unos cachorritos.


¡Y nada más por hoy! Espero que os haya gustado y que os ayuden estos consejos si decidís ponerlos en práctica. ¿Se os ocurren más cosas que ayuden a quitar el estrés? ¿Qué os funciona a vosotros? Dejad abajo los comentarios que queráis.

¡Hasta pronto!

martes, 15 de septiembre de 2015

¡Aquí hay tomate! (AKA Títulos de películas pésimamente traducidos)


¡Hola a todos!

A todo el mundo le gusta disfrutar de una buena película. El cine es un entretenimiento muy bueno si os gusta el cine en general. Y, aunque no sea este el pasatiempo que más os llame, estoy segura de que todos tenéis una película a la que podéis considerar vuestra favorita por las razones que sean.

Pero hay una cosa que a mí me gusta mucho, y que tiene que ver con las películas: Comparar sus títulos originales con los títulos que se les han dado en otros países por obra y gracia del doblaje. El título de una película es su carta de presentación; por el título, decidiremos si parece interesante o no, antes incluso de leer la sinopsis. Un título es capaz de masacrar todo el significado de una película e incluso revelar detalles del argumento; de hecho, hay títulos que son spoilers tan descarados que uno se queda bastante perplejo y se pregunte en qué narices estaban pensando los distribuidores para cometer una cagada semejante. Y es que una película puede ser la mejor del mundo, pero tener un título tan malo que provoque desde sonoras carcajadas a rabiosa indignación.

Hoy os traigo una lista con doce películas con sus títulos originales y los títulos por los que se las conoce en otros países. Hay muchas, pero os he hecho una pequeña selección con las que más me han gustado. ¡Espero que también os gusten a vosotros!


12) Ice Princess (2005)




Pues empezamos con un título tan poético como innecesario. No me voy a parar a comentar la película porque no hace falta ser una lumbrera para darse cuenta de que un argumento profundo y reflexivo... no tiene. Pero vamos, que para originales ya tenemos a los de marketing.

-Título original: Ice Princess

-Título en Latinoamérica: Sueños sobre hielo

-Título en España: Soñando, soñando... triunfé patinando

Buéh...



11) One Hundred and One Dalmatians (1961)




Madre mía, cuando nos metemos con Disney pueden salir cosas bastante interesantes. El título de esta famosa película infantil no daba para demasiadas innovaciones, pero ha habido quien se las ha arreglado para complicar las cosas.

-Título original: One Hundred and One Dalmatians

-Título en España: 101 Dálmatas

-Título en Latinoamérica: La noche de las narices frías

What?



10) George of the Jungle (1997)




Insisto. Cuando un título es tan claro que no da lugar a cambios o intentos de mejora, es mejor dejarlo tal cual está y no meter la gamba. Pero nada... La gente no aprende.

-Título original: George of the Jungle

-Título en España: George de la Jungla

-Título en China: El gran hombre mono idiota que se va dando en los genitales con los árboles

Bravo.



9) Out of Sight (1998)




Esta película tenía un argumento bastante oscuro. Trataba de un atracador que se escapaba de la cárcel junto con su socio y ambos se veían obligados a tomar como rehén a una agente federal que tiene la peligrosa facultad de sentirse atraída por aquellos criminales a los que debe capturar. La película en sí es un thriller, pero la traducción de su título echó por tierra todo el drama y el misterio que pudiera tener.

-Título original: Out of Sight

-Título en España: Un romance muy peligroso

En fin...



8) Pulp Fiction (1994)




Parece mentira, pero Tarantino también tuvo que sufrir las meteduras de pata de un mal equipo de traductores. El nombre de Pulp Fiction hace referencia a las antiguas novelas baratas de género policíaco; novelitas muy simplonas, editadas en formato de bolsillo, en papel barato, y susceptibles de ser tiradas a la basura en cuanto se terminara su lectura. Por lo tanto, el título de Pulp Fiction no tiene traducción posible. O eso pensábamos...

-Título original: Pulp Fiction

-Título en Latinoamérica: Tiempos Violentos

Pues vaya...



7) Get Smart (2008)




Ay, Dios mío... Cuando la gente se esfuerza por ser lo que no es (es decir, originales), no hace más que burradas. Y es peor todavía cuando, por tratarse de una película de humor, se trate de crear un título gracioso que se queda en un intento que no provoca más que un suspiro de frustración.

-Título original: Get Smart

-Título en España: Superagente 86

-Título en Taiwan: El espía, ¿está cualificado o no?

Título atractivo donde los haya.



6) Thelma & Louise (1991)




Si hay algo que jode de verdad es que el título de una película te haga spoilers. Vale que este título en concreto, si hemos de ser precisos, no desvela el final de la historia. Pero basta que leas el título para que te hagas unas expectativas.

-Título original: Thelma & Louise

-Título en España: Thelma y Louise

-Título en Latinoamérica: Un final inesperado

No, yo tampoco me lo esperaba.



5) Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004)




Esta es una de las mejores películas de drama protagonizadas por Jim Carrey, que se convierte en un chiste con patas en cuanto vemos la traducción que se le ha dado a este título en otros países.

-Título original: Eternal Sunshine of the Spotless Mind

-Título en Latinoamérica: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos

-Título en España: ¡Olvídate de mí!

-Título en Italia: Si me dejas, te elimino

Ay...



4) There's Something About Mary (1998)




Las películas de humor tienden a tener títulos con algún juego de palabras o una inflexión que mueve a la risa. Muchas veces, esos títulos no tienen traducción posible a otros idiomas, porque se pierde por completo su significado. Lo peor es cuando le pones un título tan malo que le cambias por completo el sentido a la película.

-Título original: There's Something About Mary

-Título en España: Algo pasa con Mary

-Título en Tailandia: Mi amor verdadero soportará cualquier situación indignante

¡Jajajaja! ¡Brillante!



3) Barb Wire (1995)




Cuando una película no es muy buena, no se puede esperar que su título sea gran cosa. Esta película está protagonizada por Pamela Anderson, y lo lógico es que las traducciones hagan referencia a esos aspectos importantes de la película. Ya sabéis, esos pequeños detalles que debemos tener en cuenta para no perdernos en el argumento. En China lo han captado a la perfección.

-Título original: Barb Wire

-Título en China: Las delicadas orbes de una mujer más grandes que tu cabeza pueden herirte

Éxito asegurado.



2) The Sixth Sense (1999)



Mira que hay que tener mala leche para joderte una película ya desde el título. En China son todos unos expertos en poner los títulos más inapropiados para un film. Deben de tener miedo de que los espectadores no comprendan la profundidad de una película con un título confuso y poco claro; por eso tienen la necesidad de aclararlo de tal manera que no queda ninguna duda.

-Título original: The Sixth Sense

-Título en España: El Sexto Sentido

-Título en China: ¡Él es un fantasma!

Por si no quedaba claro.



1) Psycho (1960)




Y terminamos con una obra maestra del cine. Hitchcock tampoco se libró del ingenio de los de marketing, quienes tuvieron la desafortunada idea de pasar del adecuado título de la versión original. A los distribuidores portugueses les ha pasado un poco lo mismo que a los chinos: pensaron que el título original probablemente era demasiado enrevesado y decidieron poner otro que aclaraba las cosas a las mil maravillas.

-Título original: Psycho

-Título en España: Psicosis

-Título en Portugal: El asesino era la madre

¡No jodas!


¡Y nada más, amigos! ¡Hasta aquí mi lista de doce títulos de películas pésimamente traducidos! La verdad es que me he dejado muchas películas en el tintero, pues el mundo del titulado da para esto y mucho más. ¿Os acordáis de alguna película cuyo título no tiene nada que ver con la versión original? ¡Dejadlo en los comentarios!

domingo, 6 de septiembre de 2015

Vagando por la Historia: El naufragio de la Medusa


El arte puede ser un poderoso testigo de la Historia. No siempre ocurre que una pintura logre reflejar en toda su crudeza y gloria un acontecimiento histórico de especial magnitud, pero cuando sucede no cabe duda de que se consigue escandalizar al observador y hacerle partícipe casi directo de un hecho que, de otro modo, quizá nunca hubiera conocido. Se dice que una imagen vale más que mil palabras, y eso mismo debió pensar el pintor Théodore Géricault cuando mostró por primera vez la que sería sin duda su obra maestra: La balsa de la Medusa (1818-1819). Con esta pintura, Géricault rompió todos los esquemas del neoclasicismo al mostrar la muerte y la agonía de los desdichados náufragos de la fragata francesa Medusa. Esta obra conmocionó al público por su patetismo y por el atrevimiento del artista al mostrar cadáveres que estremecían por lo reales que eran. Géricault había investigado a fondo el acontecimiento y lo había plasmado en el lienzo de tal forma que todos debían quedar tan impactados y afectados como había quedado él. Y lo consiguió. Con su cuadro, hizo pasar a la posteridad una tragedia que puso al descubierto el peor rostro del sistema político francés de principios del siglo XIX.

Pero ahondemos en los hechos históricos. El episodio ocurrió durante los primeros años de la Restauración francesa, en el régimen surgido en el año 1815 tras la definitiva derrota de Napoleón y el retorno de la dinastía borbónica. El 17 de junio de 1816, la fragata Medusa había abandonado el puerto francés de Rochefort para navegar rumbo a Senegal. Como ocurriría casi un siglo más tarde con el Titanic, la fragata Medusa tenía fama de ser uno de los buques más modernos y rápidos de la flota francesa. El objetivo del viaje a Senegal era tomar posesión de aquella colonia africana, que Inglaterra había restituido a Francia. Para esta misión se buscó un barco flamante en el que viajaría el nuevo gobernador de Senegal con su familia, el personal administrativo que le acompañaba en su misión y un batallón de infantería de marina.

El mando del buque insignia se le concedió al oficial de marina Hugues de Chaumareys. Un hombre que, tras huir de Napoleón, se hizo capitán de mar y de guerra en los despachos, en los salones y en los bailes de oficiales en el exilio en Inglaterra. Cuando los Borbones derrotaron a Napoleón, recompensaron a Chaumareys nombrándolo capitán y concediéndole el mando de la Medusa. Todo un honor, a pesar de que Chaumareys no había pisado un barco desde hacía más de veinte años.

Las instrucciones eran sencillas. Al llegar a la altura del cabo blanco, debían tomar precauciones. Al salir de Tenerife, el capitán decide navegar a todo trapo, dejando atrás a los barcos que lo acompañaban. La corbeta Echo le sigue a poca distancia, enviándole señales luminosas a modo de advertencia. Todo fue en vano. A pesar de que el agua se ponía cada vez más turbia debido a la cercanía de un banco de arena, la Medusa no disminuyó la velocidad. Desoyendo los consejos de su alférez, Chaumareys siguió adelante. Y así, con seis brazas de profundidad, la fragata encalló en el banco de Anguin. Incomprensiblemente para los tripulantes de la nave, la fragata se quedaba varada a merced del viento y de la fuerza del mar. Se propuso como solución aligerar la nave para permitir que el casco aflorase a la superficie, y lo consiguieron. Pero ocurre que en esas aguas suele predominar un mar de fondo de Poniente. De manera que, cuando la Medusa flotó en superficie, las olas la empujaban hacia el Este. La nave se adentró aún más en el banco de arena, y fue así como empezó la tragedia.



Naufragio de la Medusa


En la cubierta de la Medusa reinaba el desorden y la confusión. Tras los primeros intentos frustrados de desencallar, se produce la entrada del agua en la nave. Entra con fuerza, rompiendo los remaches del navío y destrozando completamente el timón. Ante aquella situación, Chaumareys ordena que la fragata sea abandonada. Ahora faltaba saber quiénes se iban a salvar. Y es que los seis botes salvavidas eran insuficientes para dar cabida a los 400 tripulantes que iban a bordo. En secreto, el capitán Chaumareys y sus oficiales eligen a los privilegiados. A los soldados y a las personas con menos influencia les toca la peor parte. En medio de una gran tensión, el capitán abandona la nave sin dejar de oír los silbidos, gritos y abucheos de su tripulación. Por su negligencia y mediocridad la Medusa había sido condenada, y ahora era el primero en abandonarla. Más tarde, Chaumareys se justificaría alegando que quienes se habían quedado en la nave lo habían hecho por puro pillaje. Es fácil imaginar la indignación que este comentario produjo en su momento.

Pero volvamos a los hechos. A pesar de los desesperados intentos de la tripulación de poner a salvo a la mayor cantidad de gente posible, todavía quedaron 149 personas que no hallaron espacio en los botes salvavidas. Para ellos, la única posibilidad de abandonar la nave estaba en una balsa. Los mástiles de la Medusa fueron cortados para hacer los flancos y parte de la estructura central. Otros materiales, como palos y planchas de madera, completaron el conjunto. A esta endeble balsa se subieron los tripulantes que quedaban. Como únicos víveres llevaban cinco barricas de vino, dos de agua y una caja de galletas empapadas en agua salada. No tenían palo, ni ancla, ni cable, ni sedal, ni carta. Para salvarse, dependían de los botes salvavidas. Estos tendrían que tirar de la improvisada balsa y remolcarla hasta la costa. Pero a las pocas horas se produce la traición. Debido al lastre que suponía la balsa y a la imposibilidad de gobernarla  en aquellas aguas, se cortaron los cabos y la balsa fue dejada a la deriva. Todos los presentes en aquel armazón de palos y planchas de madera no concebían lo que acababa de ocurrirles.

“No podíamos creer que nos hubieran abandonado hasta que dejamos de ver los botes, y entonces caímos en una profunda desesperación”.

La balsa se convirtió entonces en un infierno. Tras unos primeros momentos de abatimiento y desesperación, saltó la chispa de la furia. Primero fue una lucha por el espacio que cada uno ocupaba, pues los bordes de la balsa se hundían en el agua y todos querían situarse en el centro. La primera noche se ahogaron veinte personas, unas porque fueron arrastradas por las olas y otras porque decidieron suicidarse. En la segunda, los supervivientes abrieron un barril de vino y se lo bebieron. Siguió la locura. Enloquecidos por el sufrimiento, se desató una lucha encarnizada por un supuesto motín en la que los que iban armados segaron la vida de 65 de sus compañeros. Uno tuvo que ser rematado con un hacha; a otros se los tuvo que sujetar debajo del agua hasta que se ahogaron. Al amanecer, quedaban 67.


Plano de la balsa


Ahora que la armadía derivaba de un lado a otro delante del viento asomaron los tiburones. El agua se había terminado y también casi toda la comida. El hambre y la sed hicieron estragos. Muchos dieron en beber agua salada y hasta la propia orina. No pasó mucho antes de que un hombre empezara a cortar pedazos de un cadáver. Un momento después, cayeron a docenas, como una jauría de lobos, sobre el cadáver. Pese a la repugnancia que sentían, cortaban la carne en tiras y la dejaban secar al sol antes de comerla.

“Al ver que ese terrible alimento daba fuerzas a quienes usaron de él, se propuso secarlo para que resultara menos desagradable”.

Durante la noche murieron doce personas más. Al cuarto día quedaban 48. Ese día estalló de nuevo el motín en la balsa. Ambos bandos lucharon desesperadamente, y por la mañana sólo quedaban treinta supervivientes, todos ellos heridos. Al sexto día se celebró una asamblea entre los hombres más sanos. Decidieron tirar a los desquiciados y a los moribundos al mar. Eso permitió que los que quedaban, quince en total, pudieran aguantar seis días más bajo un sol inclemente.

Entonces, se produce el milagro. En el horizonte se dibujó la silueta de un barco que acudía hacia ellos. Era un navío de la flotilla que había zarpado junto a la Medusa y que había arribado a su destino en Senegal. Chaumareys, que también había conseguido llegar allí en bote, lo había enviado no tanto para rescatar a los supervivientes, que le importaban bien poco, como para recuperar la caja de caudales de la fragata.

En 1817, dos supervivientes del naufragio publicaron un libro sobre los hechos ocurridos en la balsa. Una obra en la que denunciaban tanto la negligencia y la cobardía del capitán como la atrocidad de los marineros aterrorizados y ebrios. Se desencadenó entonces una fuerte indignación en Francia. Multitud de gacetas, panfletos y grabados ilustraban con todo lujo de detalles el horror por el que habían pasado los náufragos. Aunque se trató de tapar el asunto para evitar la vergüenza que suponía que un alto mando de la Marina hubiese cometido tal negligencia con el buque insignia de la armada francesa, pero no pudieron impedir que el pueblo se posicionara a favor de los desdichados supervivientes. Se llegó a un punto en el que el gobierno francés no pudo permanecer callado por más tiempo. La oposición al régimen liberal borbónico aprovechó el asunto para denunciar la incompetencia de la monarquía restaurada, forzar la dimisión del Ministro de la Marina e instituir un consejo de guerra para Chaumareys, que fue condenado a tres años de presidio.



La balsa de la Medusa, de Géricault


Al igual que muchos de sus contemporáneos, Théodore Géricault no se mantuvo al margen de la tragedia. Ciertamente, el acontecimiento le caló muy hondo y le sirvió de inspiración para crear la que sería su obra maestra, a pesar de que por entonces sólo contaba veintiocho años. Géricault dedicó diez meses a documentarse antes de empezar a elaborar el lienzo. Se entrevistó con los supervivientes y les pidió que les relataran la historia sin omitir ningún detalle, por escabroso que fuera. Encargó a un carpintero que realizara una maqueta de la balsa para observar sus movimientos en el mar. Para reflejar la rigidez de los cadáveres, visitó varios hospitales y la morgue, donde además realizó estudios sobre el color de los miembros amputados. Aunque al principio había pensado en representar una escena de canibalismo, al final desechó la idea y optó por mostrar el momento en el que los escasos supervivientes de la balsa avistan el barco salvador. Para conferirle un mayor realismo, pidió a algunos de los supervivientes que posaran para él. Ocho meses fueron necesarios para realizar el lienzo, que se expuso en el Salón de París en 1819.

La obra provocó auténtico furor, pues aunque llevaba por título Escena de un naufragio, todos reconocieron la tragedia de la Medusa. Fue un cuadro muy criticado por salirse de los esquemas típicos del neoclasicismo, pero no se puede negar que representa una imagen cargada de fuerza y significado, que atrajo todas las miradas y, en definitiva, no dejó indiferente a nadie.

martes, 1 de septiembre de 2015

La Princesa del Mes: Tiana


¡Hola a todos!

El verano se ha terminado y ahora toca volver a la rutina de siempre. Unos estaréis volviendo de vuestras vacaciones y os habréis incorporado ya al trabajo; otros empezaréis ahora a ir a clase y estaréis enfadados por tener que pegaros madrugones y regresar a eterno yugo escolar. Bueno, pues no os preocupéis, porque aquí estoy yo para animaros la vida con mis artículos.

Este nuevo curso me esperan bastantes incógnitas. Con un poco de suerte, terminaré el máster docente que empecé el año pasado (pero ya os contaré cuando termine los exámenes, que nunca se sabe...) y lo más probable es que siga adelante con Inglés, pues sólo me queda un año para terminar el nivel Avanzado. En cuanto al plano laboral... pues todavía no lo sé. Mi búsqueda de trabajo sigue adelante, por supuesto, y con más ahínco que nunca. Y tampoco me voy a olvidar de mis cuentos y novelas, mis pequeños hijos de papel y tinta. Antes de que termine este año espero poder reeditar mi novela y sacarla a la luz como debería haber sido desde un principio. Ojalá todo vaya bien. ¡Deseadme suerte!

Mientras tanto, seguimos con mi calendario particular y os traigo a la princesa que corresponde a este mes de septiembre. ¡Así que despidámonos del verano con la princesa Tiana!

¡Nos vemos!


Tiana




Nombre: Tiana
Rango: Princesa por matrimonio
País: Estados Unidos y Maldonia (matrimonio)
Edad: 19 años
Familia:
-          James (padre, fallecido)
-          Eudora (madre)

Amigos:
-          Charlotte La Bouf
-          Ray (fallecido)
-          Mamá Odie
-          Evangeline
-          Louis

Esposo: Príncipe Naveen

Canción: Ya llegaré


¿Sabíais que las estrellas pueden conceder los deseos de la gente? Bueno, no todas las estrellas del cielo. Hay una en especial, una estrella azul, de la que se dice que concede cualquier deseo si se tiene fe en su poder. Hace mucho tiempo, en 1913, esta estrella tan especial fue vista brillando en los cielos de Nueva Orleans. Dos niñas pequeñas, Tiana y Charlotte La Bouf, se encontraban en ese momento escuchando los cuentos que Eudora, la madre de Tiana, les contaba mientras se dedicaba a coser preciosos vestidos para Charlotte, para cuya familia trabajaba. Eudora entretenía a las niñas contándoles el cuento del Príncipe Rana, esa historia acerca de un príncipe que había sido convertido en rana por un hechizo que sólo se rompería gracias al beso de una princesa. La pequeña Charlotte estaba especialmente emocionada con esa historia, pues su mayor ilusión era encontrar a un príncipe y casarse con él. Pero a Tiana no le interesaba besar a ningún príncipe convertido en sapo. En cambio, compartía un sueño con su padre: abrir su propio restaurante.

Años después, Tiana está trabajando como camarera y ahorrando para poder cumplir su sueño de montar un restaurante. Aunque su padre ha muerto en la Gran Guerra, ella no pierde los ánimos y trabaja muy duro hasta que consigue reunir el dinero y buscar el local que necesita para fundar su negocio. Tan obcecada está con cumplir ese sueño que Tiana descuida otros aspectos de su vida, algo que su madre Eudora se encarga de señalar. Eudora le dice a Tiana que, aunque su padre no pudo conseguir aquello con lo que soñaba, sí que logró obtener lo que necesitaba: amor.

Mientras tanto, el príncipe Naveen, procedente del lejano reino de Maldonia, llega a Nueva Orleans con su mayordomo Lawrence. Naveen ha recibido una severa reprimenda de sus padres, quienes desaprueban que sea tan mujeriego y amante del jazz: O se casa y sienta la cabeza, o tendrá que buscarse un trabajo para ganarse la vida. Naveen, poco amigo de trabajar, concibe la idea de casarse con Charlotte La Bouf para ganar su fortuna. Pero por el camino se topa con el Dr. Facilier, un malvado y pérfido brujo que juega con magia vudú y utiliza sus poderes para transformar al príncipe Naveen en rana, a la vez que consigue que Lawrence se una a él para llevar a cabo su plan: hacerse con el dominio de Nueva Orleans.

En el gran baile de disfraces de los La Bouf, Tiana (que ha sido contratada para preparar la comida de la fiesta) se entera de que alguien ha ofrecido más dinero por el local que ella quería para restaurante, lo que significa que todo su trabajo y sus esfuerzos no han servido para nada. Después de renunciar a toda esperanza, ve que en el cielo brilla la estrella azul y le pide un deseo. Justo en ese momento, Naveen aparece junto a ella convertido en rana. Al verla vestida con un maravilloso vestido de gala, Naveen confunde a Tiana con una princesa y le pide que le dé un beso, pues esa es la única manera de convertirle de nuevo en humano. A cambio, le ofrece una recompensa económica, ya que él posee mucho dinero. Eso convence a Tiana, así que besa a Naveen. Pero algo sale mal, pues no sólo Naveen no se convierte en humano, sino que Tiana se transforma también en rana.

En la fiesta se monta un gran escándalo y ambas ranas son perseguidas, mientras que Lawrence utiliza el amuleto del Dr. Facilier para convertirse en Naveen y pretender la mano de Charlotte. Pero para que el amuleto funcione es necesaria la sangre del príncipe, así que Facilier ordena a sus secuaces que busquen y capturen de nuevo a Naveen, que ha escapado al pantano con Tiana.

En el pantano, Tiana y Naveen conocen a Louis, un caimán que quiere convertirse en todo un músico de jazz, y a Ray, una luciérnaga cajún que está enamorada de una estrella a quien llama Evangeline. Ambos llevan a las ranas ante Mamá Odie, una sacerdotisa vudú muy excéntrica que vive en el pantano. Mamá Odie es quien les revela cómo romper el hechizo: Naveen debe besar a Charlotte, quien será la princesa de Mardi Gras, antes de que termine la fiesta a medianoche. Pero Naveen se ha enamorado de Tiana y planea pedirle matrimonio, a pesar de que Tiana se niegue a reconocer que siente lo mismo por él, ya que todavía sigue obsesionada con su sueño de poseer un restaurante. Creyendo que no tiene ninguna posibilidad con Tiana, Naveen se resigna y acepta la posibilidad de poder casarse con Charlotte para tener el dinero y poder dárselo a Tiana, para que así cumpla su sueño.

Pero antes de que todo eso ocurra, Naveen es secuestrado por los espíritus de Facilier, quien lo encierra después de adquirir una pequeña cantidad de su sangre para el amuleto. La luciérnaga Ray le dice a Tiana que Naveen realmente la ama y que su intención era proponerle matrimonio a ella. Pero cuando Tiana corre en su búsqueda, ve a Lawrence (que ha podido transformarse en el príncipe de Maldonia) casándose con Charlotte y todas sus ilusiones se vienen abajo. Llega incluso al extremo de descargar su rabia contra Ray, diciéndole que su querida Evangeline no es más que una estrella y que en realidad nunca se encontrará con ella. A pesar de que las palabras de Tiana son muy duras, Ray no les da la mayor importancia y se apresta a ayudarla en lo que pueda. Es así como descubre que el príncipe Naveen que comparte la carroza de Mardi Gras con Charlotte no es el verdadero Naveen, sino su mayordomo Lawrence.

Ray consigue quitarle el amuleto a Lawrence, haciéndole recuperar su aspecto original, pero los espíritus vudú de Facilier le persiguen a él y a Louis para arrebatarle el amuleto. Ray logra darle el amuleto a Tiana y le ordena que lo proteja, que no permita que Facilier vuelva a hacerse con él. El Dr. Facilier, no obstante, deja malherido a Ray de un golpe y tienta a Tiana con concederle su ansiado restaurante si le entrega el amuleto. Tras un tenso forcejeo, Tiana utiliza su lengua de rana para arrebatarle el amuleto a Facilier y destruirlo, liberando a los espíritus de vudú, que arrastran al malvado brujo al inframundo.

De vuelta al desfile de Mardi Gras, Naveen le propone matrimonio a Charlotte, pero Tiana le confiesa sus sentimientos: prefiere tenerle a él como rana antes que tener el restaurante, pues lo ama. Charlotte se ofrece a darle un beso para que pueda después casarse con Tiana, pero ya es demasiado tarde: Mardi Gras ha terminado y Charlotte ya no es una princesa. Con todo, Naveen y Tiana se casan en el pantano, en una ceremonia oficiada por Mamá Odie. Pero se llevan una gran sorpresa en el momento de besarse, ya que ambos se convierten en humanos. La explicación es sencilla: al casarse con un príncipe, Tiana es una princesa con todas las de la ley. Juntos regresan a Nueva Orleans y recuperan el edificio que Tiana quería comprar. Allí abren un restaurante y trabajan juntos, haciendo que el local sea todo un éxito.