martes, 8 de octubre de 2013
Los peores experimentos con humanos de la historia
Hola a todos!!
Sabed que tengo una costumbre poco habitual: Soy una persona a la que le gusta dedicar meses a algo. ¿Sabéis eso que hace Telecinco de "12 meses, 12 causas"? Pues lo mío es parecido, pero referido a fiestas o bobadas que se me ocurren a mí (está el mes de los festivales de música, el mes de mi cumpleaños, el mes de carnavales, el mes playero, el mes de los postres...). Como ahora estamos en octubre, este mes lo dedico a cosas que tienen que ver con Halloween y, en general, con el mundillo del terror. El año pasado colgué en mi Facebook una serie de creepypastas en mi estado, algunos de mi propia cosecha, que han tenido bastante buena acogida entre mis amigos habituales. Este año haré lo mismo y, además, voy a hacer partícipe a mis compañeros blogueros de este mes dedicado al terror colgando datos terroríficos, relatos de miedo, rankings y otras cosillas que se me vayan ocurriendo.
Hoy voy a inaugurar este mes terrorífico presentándoos uno de mis famosos rankings (que suelen gustar bastante, hasta donde yo sé) con algo que, aunque no sean historias de terror, da bastante miedo porque es real. Se trata de una lista de los que, en mi opinión, son los peores experimentos humanos que se han hecho a lo largo de la historia. Esta no es una entrada para todos los públicos. Voy a escribir sobre cosas muy duras, difíciles de digerir e, incluso, de concebir. También voy a poner imágenes que pueden dañar la sensibilidad del lector. Si sois personas demasiado sensibles, os recomiendo que os lo penséis dos veces antes de seguir leyendo. Pero también creo que es necesario conocer esta información, porque la mayoría de las veces la realidad supera cualquier ficción terrorífica que podamos encontrar por ahí.
Avisados estáis.
Vamos con la lista de los peores experimentos con humanos de la historia:
7. Experimento de la cárcel de Stanford
El experimento de la cárcel de Stanford es un conocido estudio psicológico llevado a cabo en 1971 por el doctor Phillip George Zimbardo, acerca de la influencia de un ambiente extremo, en este caso una prisión, en las conductas desarrolladas por el hombre, dependiente de unos roles sociales previamente asignados. Este experimento fue subvencionado por la propia Armada de los Estados Unidos, que buscaba una solución para los conflictos que se alzaban de vez en cuando en su sistema de prisiones.
El experimento en sí mismo era muy sencillo. Zimbardo reclutó a 24 estudiantes de la Universidad de Stanford que se presentaron voluntarios. Se separaron a los estudiantes en dos grupos: los "prisioneros" y los "guardias". Estos grupos fueron seleccionados aleatoriamente, sin prestar atención ni a la complexión ni a ningún otro tipo de ventaja física. Para controlar a los grupos, un investigador asistente sería el "alcaide" y el propio Zimbardo adoptó el rol de "superintendente".
Una vez construida una prisión especial para el experimento, se procedió a la reclusión de los "prisioneros". Los "guardias" recibieron porras y uniformes de inspiración militar, así como gafas de espejo para impedir el contacto visual. Los "prisioneros", en cambio, tenían que vestir batas de muselina (sin calzoncillos) y sandalias con tacones de goma que el propio Zimbardo escogió para que les provocaran una forma de caminar incómoda y antinatural. En vez de llamarlos por su nombre, se les dio a cada uno un número que debían llevar cosido a la ropa. Asimismo, tenían que llevar una cadena alrededor de los tobillos para recordar su estado de encarcelamiento.
El experimento no tardó en descontrolarse. Al poco tiempo de empezar, los "guardias" comenzaron a inventar todo tipo de técnicas de persuasión y de castigo para controlar a los presos, separándolos en buenos/malos, quitándoles los colchones para obligarles a dormir en el suelo, etc. La violencia física estaba prohibida, pero los "guardias"acosaban a los "prisioneros" por las noches (cuando creían que nadie les estaba observando) y los forzaban a hacer cosas humillantes: desnudarse, limpiar letrinas e incluso posturas homosexuales.
A las 36 horas de empezar el experimento, un prisionero empezó a sufrir estrés emocional y comenzó a llorar y a experimentar ataques de rabia. Otros prisioneros empezaron a mostrar desórdenes emocionales agudos. Los guardias llegaron al extremo de coaccionar a los prisioneros para que abandonaran a un compañero en una celda de aislamiento.
El experimento estaba planeado para dos semanas, pero tuvo que ser cancelado a los seis días debido al exceso de humillación y trato inhumano que recibieron los presidiarios y al extremo al que habían llegado los guardias, demasiado metidos en su papel.
6. Estudio Monster
El estudio Monster fue un experimento desarrollado por el doctor Wendell Jonhson en 1939, y que trataba sobre el estudio de la tartamudez. Según el doctor Johnson, la tartamudez no era un trastorno innato, sino que era consecuencia de los malos hábitos de educación de los niños.
Para demostrar su teoría, tomó a 22 niños con problemas del habla y los dividió en dos grupos: a unos les daba un refuerzo positivo, premiándolos cuando conseguían hablar con fluidez; con los otros empleó una técnica a la inversa, insultándolos, menospreciándolos y castigándolos cuando se atrancaban al hablar.
Muchos de los chicos de este segundo grupo acabaron sufriendo problemas psicológicos y de autoestima que arrastraron el resto de su vida. El estudio fue apodado "Monster" por otros científicos, horrorizados ante el hecho de que se hubiera experimentado con niños, y además huérfanos. Los datos se ocultaron a la luz pública, pues no querían que se relacionaran con las investigaciones que los nazis estaban empezando a realizar, y que veremos más adelante en esta lista.
5. Proyecto MK-Ultra
El Proyecto MK-Ultra fue una operación de investigación secreta llevada a cabo por la CIA, que trataba de encontrar métodos para controlar la mente. El programa se inició por orden de Allen Dulles, director de la CIA, en el año 1953, aunque se prolongaría hasta los años 60. El objetivo del programa era, mediante experimentos, encontrar una droga que indujera al sujeto a decir la verdad.
La operación se llevó a cabo en el más estricto secreto. Tan secreto, que ni los propios sujetos del experimento (que podían ser tanto médicos y militares, como prostitutas, vagabundos e incluso enfermos mentales) fueron conscientes de la tortura a la que estaban siendo sometidos. Se les inocularon drogas de todo tipo, que les provocaban pensamiento ilógico e impulsividad, hasta el punto que perdían la noción de la realidad. Se les administraron sustancias que reproducían los efectos del alcohol en sangre, que inducían a hipnosis, que producían amnesia, estado de shock o confusión, drogas que generaban una altísima euforia, otras que anulaban los sentidos y otras que provocaban el famoso "lavado de cerebro".
Además del LSD, también se usaron barbitúricos y anfetaminas simultáneamente, pero tuvo que abandonarse este método porque la muerte del sujeto era demasiado frecuente. Otro método bastante utilizado fue el de la terapia electroconvulsiva, superando en 30 o 40 veces la dosis de electricidad recomendada. Otro experimento fue el de inducir a varios sujetos a un estado de coma durante la reproducción de sonidos repetidos infinidad de veces, lo que provocó en los pacientes incontinencia, amnesia, pérdida del habla y la imposibilidad de recordar hasta quiénes eran sus padres.
En 1974 el caso saltó a los periódicos, ante el escándalo de toda la nación. Pronto se iniciaron investigaciones acerca de la ilegalidad del proyecto MK-Ultra y nuevas atrocidades salieron a la luz. Sin embargo, algunos directivos implicados ordenaron la destrucción de la documentación. Ante la falta de pruebas concluyentes, el caso tuvo que cerrarse en 1996 sin que los principales artífices del proyecto pagaran nunca su culpa.
4. Experimentos Nor-Coreanos
Hay informes acerca de muchos proyectos de experimentación científica sobre seres humanos en campos de concentración para prisioneros de Corea del Norte, experimentos que violan los Derechos Humanos, y que han sido negadas repetidas veces por el gobierno coreano, a pesar de haberse descubierto lo contrario.
Uno de estos experimentos se llevó a cabo en una prisión para mujeres. En un documental de la BBC, una antigua prisionera nor-coreana relató cómo cincuenta reclusas jóvenes fueron seleccionadas para ser alimentadas con hojas de col envenenadas, a pesar de sus negativas, ya que veían cómo aquellas que las comían morían a los pocos minutos entre gritos de dolor y vomitando sangre.
Un ex-jefe de seguridad de otro campo de prisioneros describió la existencia de laboratorios equipados para esparcir gases venenosos y para hacer experimentos con sangrado. Normalmente se hacía el experimento con sujetos pertenecientes a la misma familia. Después de ser reconocidos por los médicos, eran encerrados en una de estas cámaras de gas con techo de cristal, desde donde estos "científicos" observaban todo el proceso. En uno de estos experimentos, los padres trataban de salvar la vida de sus hijos practicando la respiración asistida, antes de caer ellos mismos víctimas del gas venenoso.
3. Experimento Tuskegee
El experimento Tuskegee fue un estudio clínico llevado a cabo entre 1932 y 1972 en Tuskegee, Alabama, por los servicios públicos de salud americanos. El objeto del experimento era analizar la evolución de la sífilis si no era tratada en varones de raza negra.
Desde el principio existió mucha controversia de cara al experimento. Los 399 sujetos que participaron del experimento no habían dado su consentimiento, no fueron debidamente informados y fueron engañados al decirles que tenían "mala sangre".
En 1932, los tratamientos contra la sífilis eran muy tóxicos, peligrosos y su efectividad era más que cuestionable. Los hombres reclutados, supuestamente infectados de sífilis, no recibieron tratamiento alguno. Eran conejillos de indias que permitían a los médicos observar la evolución de la enfermedad sin tratamiento. Los aquejados de sífilis frecuentemente padecían terribles dolores y fallo multiorgánico.
En 1947, se empezaba a utilizar la penicilina como fármaco para tratar la sífilis. Pero los médicos del experimento Tuskegee ocultaron la información sobre la penicilina para continuar observando cómo la enfermedad evolucionaba y provocaba la muerte del sujeto. Este brutal estudio continuó hasta 1972, cuando una filtración a la prensa paralizó el proyecto de manera definitiva. Para entonces, de los 399 participantes, 28 habían muerto de sífilis y otros 100 de complicaciones médicas relacionadas. Además, 40 esposas de los sujetos fueron infectadas, y 19 niños contrajeron al enfermedad al nacer.
2. Experimentos nazis
Además de los campos de exterminio donde millones de personas, principalmente judíos, fueron asesinadas, los nazis realizaron muchos otros experimentos con una pretendida finalidad científica.
El artífice de gran parte de estos experimentos fue el Dr. Josef Mengele. Se seleccionaron varios reclusos para ser sujetos de unos experimentos destinados a ayudar al personal militar alemán en situaciones de combate, en la recuperación de personal militar herido y para la promoción de la ideología racial respaldada por el Tercer Reich.
La mayoría de estos experimentos son de sobra conocidos por todos. Mengele realizó experimentos sobre 1500 parejas de gemelos para mostrar las similitudes y diferencias en genética y eugenesia. Uno de los experimentos más brutales que se hicieron fue el de coser, literalmente, a los gemelos para formar un único ente combinado. En Ravensbrück se hicieron horripilantes trasplantes de órganos y de huesos de una persona a otra, seccionando huesos, nervios y músculos sin anestesia. La Luftwaffe dirigió experimentos para saber cómo tratar la hipotermia, y se forzó a los sujetos a resistir sumergidos en un tanque de agua helada hasta un total de tres horas.
Se hicieron todo tipo de experimentos: reclusos sanos fueron infectados con malaria para probar la eficacia de varias drogas; se exponía a los presos a gas mostaza y fosgeno para ver sus heridas; otros fueron obligados a beber solo agua de mar; otros fueron esterilizados por medio de rayos X, cirugía y varias drogas...
El resultado lo conocemos todos: Miles de muertos, muchos a consecuencia de los experimentos, pero también hemos de contar los que fueron posteriormente asesinados una vez que se completaron las pruebas. En 1947, los médicos capturados por las fuerzas aliadas fueron llevados a juicio. Resulta terrible pensar que Josef Mengele, el principal artífice de esta abominable barbarie, consiguió huir y nunca pagó por sus crímenes.
1. Escuadrón 731
A algunos puede parecerles raro que haya puesto los crímenes nazis en segundo lugar ya que, en cuestión de horror, merecería el primer puesto sin duda alguna. Sin embargo, considero que el experimento conocido como Escuadrón 731 es tan brutal, tan terrible y tan desmesurado que, sin desmerecer en ningún momento el sufrimiento de las víctimas del nazismo, lo supera con creces.
El Escuadrón 731 fue un programa encubierto de investigación y desarrollo de armas biológicas del Ejército Imperial Japonés, que llevó a cabo letales experimentos con humanos durante la segunda guerra chino-japonesa y la Segunda Guerra Mundial. Para llevar a cabo estos inhumanos experimentos, el escuadrón fue camuflado en una planta de purificación de agua y operó a través de la propaganda política, fomentando la supremacía racial japonesa, teorías racistas, contraespionaje, investigación, sabotaje político e infiltración en las líneas enemigas.
Para el experimento, se utilizaron seres humanos tanto militares como civiles reunidos de las poblaciones de los alrededores. Entre estos sujetos de prueba se encontraban niños, ancianos y mujeres embarazadas. Los prisioneros fueron sometidos a vivisecciones sin anestesia, se les amputaron miembros en vida, se les quitaban órganos y los cosían en partes opuestas del cuerpo o uniéndolos al esófago o los intestinos.
Se usaron blancos humanos para probar granadas y lanzallamas. Algunos incluso eran atados a postes y eran usados como blanco de bombas de gérmenes, armas químicas y otras armas convencionales. Fueron inyectados con sueros contaminados con agentes patógenos, fueron infectados con sífilis y gonorrea. También se los infestó de pulgas para adquirir pulgas transmisoras para utilizar de cara a una guerra biológica.
Algunos prisioneros fueron colgados boca abajo para ver cuánto tardaban en asfixiarse. A otros se les inyectó orina de caballo en los riñones. Otros fueron expuestos a temperaturas extremas para analizar cuánto tardarían en morir. Otros cautivos fueron introducidos en centrifugadoras y se les hizo girar hasta que murieron. También se les irradiaban dosis letales de rayos X. Y uno de los experimentos más crueles era meter a una madre con su bebé en un tanque que se iba llenando de agua para ver su comportamiento (la madre sostenía al bebé en alto, hasta que la desesperación podía más que ella y pisaba a su bebé para no ahogarse ella).
Las operaciones y experimentos continuaron hasta el fin de la guerra. Cuando el asunto empezó a salir a la luz, se dinamitaron algunas instalaciones para destruir pruebas y se les entregó una ampolla con cianuro a los principales artífices del experimento, que estaban obligados a tomarla en caso de ser capturados. Los médicos del Escuadrón 731 recibieron sentencias de entre 2 a 25 años de reclusión en campamentos de trabajo, pero finalmente todos fueron amnistiados.
Hasta aquí el ranking de los peores experimentos humanos de la historia. Debo decir que me he dejado muchos en el tintero, algunos realmente atroces. No es que no los considere dignos de estar en el ranking, pero creo que estos han sido los peores que ha habido nunca, lo que nos demuestra que hasta las cosas más buenas, como la ciencia, pueden resultar terribles si se utilizan con malos fines.
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Qué horror. Los conocía todos (a excepción del de los niños), y la verdad es que muchos de ellos ni siquiera eran realmente útiles: sólo una excusa paa vejar y torturar al enemigo. Por cierto, el experimento de los japoneses fue reflejado en un capítulo doble de la serie Expediente X, llamado Nisei/731, donde el agente Mulder descubría a un grupo de científicos japoneses amnistiados de la unidad 731 viviseccionando a un alien.
ResponderEliminarTambién fue bastante heavy un experimento (que conocerás, aunque supongo que no lo habrás incluído porque el sujeto "sufridor" era en realidad un actor y no sufrió de forma real), el experimento Milgram, que se realizó para tratar de entender cómo era posible que los guardias de los campos de concentración hubieran podido permitir y perpetrar tantas atrocidades porque "cumplían órdenes". Curiosamente, este experimento se volvió a realizar recientemente fingiendo ser un programa de televisión y se grabó entero, te dejo aquí el enlace doblado al español porque es sumamente interesante (aunque escalofriante).
http://www.youtube.com/watch?v=64cuhc3vx5A
Conocía el experimento Milgram pero no había visto la forma de llevarlo a cabo. Aun así, es terrorífico pensar que ha habido gente tan malvada como para hacer daño a otros, a seres inocentes, por el mero placer de hacerlo, simplemente porque podían. Reconozco que a mí se me heló la sangre cuando leí sobre estos experimentos la primera vez. Me parecía imposible que pudiera haber personas tan crueles en el mundo de la ciencia, que supuestamente investiga para hacer que nuestras vidas sean mejores.
EliminarSobre el Escuadrón 731 también hay una película gore titulada "Los hombres detrás del sol", que tiene una secuela del 92 llamada "El laboratorio del diablo". Otra película que trata el tema es "Filosofía de una navaja". Todas estas películas se dedicaron a las víctimas y redundan en la idea de que no deben repetirse nunca esas atrocidades.
No deja de ser una contradicción, ¿no? Por una parte esas películas se dedican a las víctimas y establecen que eso no debe ocurrir más... pero, por otra, lo cierto es que ruedan recreaciones horrendas de esos hechos horrendos para que gente supuestamente normal las vea por diversión. ¿Hasya qué punto se ayuda las víctimas convirtiendo la recreación de sus torturas en entretenimiento?
ResponderEliminarRespecto al documental que te pasé, así como el Milgram, no se refieren exactamente a lo que dices. No se trata de que los "examinadores" fueran personas malvadas que disfrutaran haciendo daño a otros; no lo eran. Si ves el documental, verás que todos los examinadores lo pasan mal durante el experimento, ninguno disfrutó con él y todos, en algún momento, se planetaron detenerse. Los propios psiquiatras hicieron test previos de selección para asegurarse de que no incluian a sádicos ni a psicópatas entre los sujetos. La cuestión de ese experimento es ver la gran cantidad de gente que a pesar de no estar disfrutando con el sufrimiento ajeno y de no querer continuar con el experimento, llegó hasta el final sólo porque una "autoridad" les ordenó que lo hicieran. Te aconsejo que lo veas, de verdad, es muy interesante.
Sí, es un poco como hacen con otras películas tipo "Viven" o "La lista de Schindler": ponen unos hechos terribles y experiencias muy duras, y después dicen que lo dedican a las víctimas (como si lo fueran a ver) y que tenemos que hacer lo posible por no repetir esas cosas. Pero, siendo los seres humanos como somos, me parece que todavía tenemos mucho que aprender. Mientras no comprendamos que no debemos hacerle daño al prójimo, nunca avanzaremos.
EliminarYa he visto el documental y me ha parecido muy interesante. Mi mejor amiga es psicóloga y también me habló de otras pruebas que se hacían así con humanos (algunas no eran graves, no todo va a ser experimentación chunga ^^*), y también me comentó detalles del experimento Milgram. Aunque he aprendido bastante después de toda esta investigación, me sigue sorprendiendo que los humanos todavía seamos capaces de hacer daño a otros solo porque lo dice una autoridad que consideramos competente. Gracias por comentar!
Me permito recordar tambien los experimentos realizados por la Armada de EEUU, con ciudadanos Guatemaltecos, relacionados a la infección de diversos tipos de enfermedades para probar medicamentos y tratamientos, pero sin el consentimiento de éstos...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aporte. Acabo de leer sobre el caso y me ha parecido verdaderamente terrible lo que se les ha llegado a hacer a las víctimas. Tan malo o peor que el experimento Tuskegee.
EliminarVerdades incomodas que todo el mundo deberia conocer.
ResponderEliminarLos Monarch de los americanos son los peores, superan a los del nazismo , no porque los nazis fueran mejores, eran el diablo, sino porque no tuvieron tiempo para ir a mas, los americanos llevan decadas con ello, se ha dicho la verdad a medias sobre este tema, lo mas flojo, ecperimentar con drogas, esto no llega a ser ni la punta del iceberg, pero quien quiera saber mas solo tiene que investigar. Es algo tan malvado que escapa a la mente humana
ResponderEliminarTambién aportaría dos que no fueron masivos, sino individuales, pero terribles ambos, y llevados a cabo con niños.
ResponderEliminarEl experimento de los hermanos Reimer:
http://marcianosmx.com/david-reimer-experimento-polemico-psicologia/
Y el conocido como 'Little Albert':
http://jralonso.es/2015/05/27/watson-y-el-pequeno-albert/
Gracias por el aporte, Findûriel! Conocía muy bien el de los hermanos Reimer porque fue muy famoso hace unos cuantos años, y ya por entonces me sentí horrorizada de que hubiera alguien tan malvado como para hacerle tanto daño a estos hermanos (sobre todo a David). En cuanto al de Little Albert, no lo conocía pero me parece espantoso que para poner en práctica un experimento haya que aterrorizar a un bebé o negar algo tan hermoso como el amor y el cariño a sus propios hijos.
EliminarEscuché hablar de un experimento llamado "Amor de madre" donde madre e hijo eran encerrados en unas cabinas y luego esas cabinas eran calentadas gradualmente... Para demostrar hasta donde llega el "amor de madre". Lo he estado buscando en la web y no lo encuentro.... Sabes algo al respecto?
ResponderEliminarCreo que encontrado el experimento que dices, aunque confieso que no lo conocía. A finales de los años 50, el psicólogo Harry Harlow realizó varios experimentos con monos para averiguar hasta qué punto era necesario el amor de una madre en el desarrollo de un niño. Harlow llevó a cabo varios experimentos separando a crías de mono de sus madres al poco de nacer, creó "madres falsas" (una especie de muñecos) para ver si los monitos se apegaban a ellas o preferían , luego modificó los muñecos para asustar a los monitos o pincharlos con puntas de metal si se acercaban y comprobó que, pese a todo, las crías seguían buscando a aquella criatura a la que identificaban como su madre, a pesar del daño que sufrían. Llegó al extremo de atar a hembras a potros para que luego los machos las fecundaran sin más, evitando la interacción entre ambos animales; el resultado fue que las hembras mono odiaban a las crías habidas de ese apareamiento y las maltrataban.
EliminarHasta aquí llegó el experimento. No sé si es este al que te referías, pero me ha parecido bastante horrible.
Este experimento ya lo conocía,y sí es horrible, Pero el que te mencioné es otro. Aún no lo encuentro.
EliminarLalachan , me atrapaste , no pare de leer...soy Evan Adam de Argentina
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