Mi primo de siete años
es un niño de lo más normal. Está creciendo como crecimos todos
nosotros: Viviendo aventuras que se forjan en su imaginación
infantil gracias, en gran parte, al material que proporciona a diario
la televisión. Que al pequeño le gustan los dibujos no es nada
nuevo ni malo, pues él mismo se asegura de que no está viendo nada
inadecuado para su edad (es muy responsable en ese sentido). Así
que, por esa parte, no hay ningún problema. El problema viene de los
adultos, que se quejan porque el niño está viendo dibujos que
estimulan la violencia y le harán un chaval problemático en el
futuro. La serie de dibujos a la que se refieren es nada más y nada
menos que Dragonball Z.
Para empezar, baste decir que yo me crié viendo Dragonball y nunca he sido una chica violenta. No iba por ahí dándole palizas a nadie, ni haciendo patadas giratorias, ni dando puñetazos consecutivos hasta molerle los huesos a mi rival, ni nada. Es más, soy de las que piensa que es mejor intentar razonar con alguien antes que recurrir a la violencia (lo cual no quita que a veces crezcan mis ganas de matar en determinadas situaciones). Por lo tanto, no me parece que una serie como Dragonball Z que, además, está puesta en un horario infantil y se la presenta como apta para todos los públicos, vaya a convertir a mi primo en el próximo emulador de la masacre de Columbine. Y digo más: Los cuentos infantiles de los hermanos Grimm, de Andersen o de Perrault son mucho más violentos y macabros que ver a Son Goku encajándole una patada en el estómago a Célula. Sin embargo, como son cuentos y además están edulcorados, no vemos lo sangrientos, crueles y horrorosos que pueden llegar a ser. Permitidme daros algunos ejemplos.
Blancanieves y los siete enanitos
La historia de Blancanieves es de sobra conocida
por todos, así que no me voy a andar por las ramas porque todos
sabemos el principio, el desarrollo y el final del cuento. Pero esa
es la versión de Disney; en las primeras versiones del cuento, la
cosa era bastante distinta. Para empezar, un conde y una condesa van
en carruaje y se encuentran por el camino a una niña de cutis pálido
como la nieve, mejillas rojas como la sangre y cabello negro como ala
de cuervo; es Blancanieves. El conde, que deseaba tener una niña
como esa, la acoge como hija y le toma mucho cariño, cosa que no
gustó a su esposa, que intenta abandonarla a las primeras de cambio.
La condesa (o la reina en otras versiones) se siente celosa de la
belleza de Blancanieves, haciendo gala de un narcisismo de
proporciones descomunales. Para convertirse en la más hermosa del
mundo, debe acabar con su principal rival, y ésta es su hijastra. El
primer intento de matarla es cuando ordena al cazador que acompañe a
la niña al bosque; el hombre recibe la orden de apuñalarla y
arrancarle los pulmones y el hígado para guisarlos y comérselos
(joé, esta tía debe ser pariente de Charles Manson). Sabemos que el
cazador no obedece a la madrastra, pero deja a Blancanieves a merced
de las fieras del bosque; por suerte, Blancanieves encontrará
refugio en la cabaña de los siete enanitos. Sin embargo, no está a
salvo. Gracias a su espejo mágico, la madrastra sabe que
Blancanieves está viva y sigue intentando destruirla. Se disfraza de
vendedora de telas y ofrece a Blancanieves una cinta de seda para
ceñir su corsé, con la que intenta asfixiarla. Los enanitos acuden
al rescate de la niña y le advierten que no abra la puerta a nadie,
pues podría hacerle daño. La madrastra vuelve a probar suerte
disfrazándose de buhonera y mostrándole a Blancanieves un peine de
plata que está encantado y que le provoca una muerte aparente. Otra
vez tienen que volver los enanitos a salvar a la dichosa princesa y
repiten su advertencia de que no abra la puerta a desconocidos.
Blancanieves, en un acto de estupidez supina, abre la puerta a la
madrastra, transfigurada en anciana, que le ofrece una jugosa manzana
envenenada. Sin embargo, lo que se lleva la palma es lo que le ocurre
a la madrastra cuando la historia llega a su desenlace: Como castigo
por su maldad, es condenada a calzarse unos zapatos de hierro
calentados al rojo vivo, con los que tiene que bailar incesantemente
hasta morir.
Hansel y Gretel
Este
cuento empieza con un drama terrible. Unos padres pobres de
solemnidad son incapaces de alimentar a sus hijos y piensan en una
solución para salir del atolladero. Y lo mejor que se les ocurre es
abandonarlos en el bosque para que se mueran de hambre o devorados
por las fieras. ¡Pues vaya padres más cariñosos! Hansel y Gretel
consiguen regresar a casa por sus propios medios pero, una vez más,
los padres vuelven a abandonarlos. Los niños se adentran en el
bosque y encuentran una casita hecha de turrón y caramelos; como
están hambrientos, se lanzan al asalto y empiezan a comer la casa a
pesar de que dentro vive una anciana. Esta anciana es una vieja bruja
que secuestra a los niños y los encadena sin piedad alguna. Gretel
ejerce las funciones de una criada barriendo y fregando el suelo,
pero Hansel se lleva la peor parte porque la bruja lo infla a comida
para cebarlo y luego comérselo. Gracias al engaño con el hueso de
pollo, que la bruja confunde con el brazo de Hansel, Gretel empuja a
la malvada bruja al horno, donde muere lenta y dolorosamente.
Caperucita Roja
Este
cuento fue elaborado por Perrault para entretener a la corte de
Versalles y no estaba destinado a los niños en un principio, sino
para las chicas adolescentes, que corrían el riesgo de dejarse
seducir por abusadores o pederastas. Caperucita Roja es una niña
inocente y encantadora a la que su madre ordena que se adentre en el
bosque, donde vive su abuelita enferma (una anciana enferma viviendo
sola en medio de un bosque… No sé qué dirían a esto los
Servicios Sociales), para llevarle una cesta con comida. La madre
advierte a Caperucita que hay un lobo muy peligroso rondando por el
bosque, y le aconseja a la niña que no se entretenga con nada y haga
el recado sin más dilación. Yo no es por malmeter pero… ¿Por qué
manda a una niña pequeña al bosque si sabe que allí hay un lobo
feroz? ¡Debería acompañarla alguien más mayor! Pero sigamos, que
la cosa tiene miga. El lobo encuentra a Caperucita, a la que consigue
camelar para hacer un juego: una carrera hasta la casa de la
abuelita. El lobo gana, por supuesto, y se come a la abuelita. En el
cuento de Perrault, el lobo no se disfraza, sino que se acuesta en la
cama. Cuando llega Caperucita, el lobo le pide que se acueste a su
lado; Caperucita se desnuda (¡!) y se mete en la cama. Por supuesto,
aquí es donde se da el famoso diálogo con la posterior muerte de
Caperucita, porque el lobo también se la come a ella. En otras
versiones francesas del cuento, el lobo obliga a Caperucita a comer
carne y beber sangre de la abuela, a pesar de que unas voces le
advierten que no lo haga. Otro final es el de los hermanos Grimm: Un
cazador averigua lo que ha pasado y, con unas tijeras, abre el
estómago del lobo y saca a Caperucita y a la abuela. Cuando
Caperucita lleva de nuevo pasteles a la abuela, el lobo intenta
apartarla del camino. Pero Caperucita corre hasta casa de su abuela,
se lo cuenta todo y trancan la puerta para que el lobo no pueda
entrar. El lobo intenta entrar por la chimenea, pero resbala del
tejado y cae en una balsa llena de agua, donde se ahoga. También
está la versión en la que Caperucita llena de piedras el estómago
del lobo, que cayó, reventó y murió.
Cenicienta
La
joven Cenicienta era la hija de un hombre rico que se había casado
en segundas nupcias con una mujer, madre de dos hijas de carácter
frívolo y déspota. Tras la muerte de su padre, su madrastra se hace
cargo de la hacienda familiar y destina a Cenicienta a los trabajos
más sucios y humillantes de la casa. Es menospreciada y degradada
por sus hermanastras, y obligada a sacrificar sus propios intereses
en beneficio de los de ellas. En una versión más antigua del
cuento, el padre de Cenicienta se casa con una mujer que parece odiar
a la niña; ésta, por consejo de su nodriza, le rompe el cuello a la
mujer dejando caer sobre ella la tapa de un baúl. Cenicienta
convence a su padre para que se case con la nodriza, que al parecer
tampoco era trigo limpio: Una vez casada, presenta a sus seis hijas,
de las que nadie sabía nada. Además, empieza a degradar a
Cenicienta sin que su propio padre haga nada por impedirlo. Pues muy
bien, oiga. Luego se extrañarán de que haya que llamar a Hermano
Mayor… Bueno, seguimos. El caso es que, una vez que ha pasado todo
lo del Hada Madrina, el baile y el zapato de cristal, el príncipe
recorre todo el reino para buscar a la dueña del zapatito perdido.
Las hermanastras de Cenicienta, deseosas de casarse con él, se
cortan los dedos del pie y el talón para que el zapato quepa en sus
grandes pies. Imaginaos la escena por un momento: Dos chicas que se
mutilan con tijeras y cuchillos, un mar de sangre corriendo por el
suelo… Esto ya de por sí es un poco gore. Y la cosa no
acaba aquí, porque en la boda de Cenicienta, las palomas que la
ayudaban con las tareas se lanzaron contra las hermanastras y les
sacaron los ojos por su maldad.
El príncipe rana
Este cuento no es tan descarnado, pero hay algún detalle un pelín
violento que merece ser comentado. Una princesita está jugando con
su pelota de oro junto a un lago, pero la pelota se le cae dentro y
ella se pone triste. Una rana se asoma por la superficie y le dice
que le traerá su pelota si le permite acompañarla, beber de su
vaso, comer de su plato y dormir en su cama con ella. La princesa
acepta pero, en cuanto la rana le trae la pelota, ella echa a correr
y se olvida de su promesa. Al día siguiente, la rana aparece en el
castillo para reclamar lo prometido. La princesa se ve obligada por
su padre a cumplir su promesa, cosa que ella intenta eludir a como dé
lugar. En el momento de compartir cama, la princesa no soporta el
asco que le inspira la rana y la estrella contra la pared, con tan
buena suerte que luego se convierte en un apuesto príncipe con el
que no le parece mala idea casarse. A mí me parece una actitud
bastante patética por parte de la princesa: ¿La rana te da asco y
la maltratas, pero en cuanto se convierte en un chico guapo te
chorrean las bragas? ¡Anda ya! ¡Menudo ejemplo para las niñas!
El cerdo encantado
Un rey debe partir a la guerra y encomienda a sus tres hijas que,
durante su ausencia, no entren en una habitación en concreto. Las
princesas no obedecen y se cuelan en la habitación, donde hay un
libro abierto. La primera princesa lee que se casará con un príncipe
del este; la segunda, que lo hará con un príncipe del oeste; y la
tercera princesa, que se casará con un cerdo del norte. Al cabo de
un tiempo, se produce el enlace y la más joven de las hermanas parte
rumbo al norte con su marido porcino. Sin embargo, al pasar por un
cenagal, el cerdo le pide a su esposa que le bese, y acto seguido se
convierte en un guapo joven. La princesa consulta con una bruja para
hacer que el aspecto del príncipe sea siempre hermoso, pero su
marido se entera de eso y le dice que debe abandonarla y que no se
volverán a encontrar hasta que haya desgastado tres pares de zapatos
de hierro y redondeado la punta de una vara de acero… que ya hay
que ser cabrón para castigar así a tu mujer por una tontería de
nada. Así empiezan las andanzas de la princesa, que recorre cielo y
tierra para encontrar a su marido. En cada lugar por el que pasa se
le ofrece un pollo para comer, de los que debe conservar todos sus
huesos. Una vez desgasta los zapatos y la vara, une los huesos de los
pollos para formar una escalera que la ayude a llegar a un lugar muy
elevado donde vive su marido. Sin embargo, se da cuenta de que le
falta el último hueso de pollo así que, sacando un cuchillo, se
corta el dedo meñique y con él sustituye el eslabón perdido.
¡Hala, más sangre! Pero todo acaba bien, dentro de lo que cabe. Una
vez reunida, la flamante pareja hereda el reino del padre y vivieron
felices para siempre.
Barbazul
Estamos
ante uno de los cuentos más brutales y sanguinarios que jamás
existieron. Barbazul es un hombre violento que, habiendo enviudado,
está buscando una nueva esposa. La elegida es una bella muchacha a
la que lleva a su castillo y la cubre de lujos y riquezas. Barbazul
le entrega una llave a la muchacha, una llave que pertenece a una
habitación en la cual nunca debe entrar. Aprovechando que Barbazul
parte en un viaje de comercio (fingido, porque en realidad está
probando la fidelidad de su mujer), la muchacha organiza una fiesta
en el palacio y, en pleno apogeo, decide entrar en la habitación
prohibida. Lo que descubre es una sala repleta de la sangre y los
cadáveres de las anteriores esposas de Barbazul, que fueron
asesinadas por él. Sin embargo, en vez de huir o dar la voz de alarma, la
muchacha calla porque cree que ha sido producto de su imaginación y
que su esposo nunca se enterará de que le ha desobedecido. Yo no sé
qué pensaréis, pero a mí parece un gesto muy penoso por su parte.
Se podría pensar que la chica no dice nada por miedo a su marido,
pero está en un castillo rodeada de gente que podría protegerla y
ponerla a salvo de Barbazul, y aun así se calla. Aunque, por suerte, la historia tiene un final feliz para la chica, puesto que cuando Barbazul está a punto de decapitarla, llegan sus hermanos para acabar con él y salvarla justo a tiempo.
Y hasta aquí este pequeño análisis sobre los cuentos de ayer, con los que deleitamos hoy a los miembros más jóvenes de la familia. Cuando alguien vuelva a hablar sobre la violencia que ven los niños por televisión, recordadles que hay cuentos clásicos mucho peores y no por ello hay más niños traumatizados.
Y colorín, colorado… este post se ha acabado.
Me ha encantado este post, la verdad. Muy recomendable para grandes y pequeños, jeje...pero verdaderamente tú haces este tema más interesante aún. A ver si te comento la otra entrada por fin, un beso!
ResponderEliminarPues sí; la verdad es que los cuentos originales eran bastante gore y violentos. Cuentos brutales, supongo, para una época mucho más brutal que la nuestra. Debo decir, sin embargo, que aunque no me parece que DragonBall vaya a causar ningún daño a los niños, sí que debo admitir que yo de pequeña no la veía porque no me gustaba que pelearan tanto y prefería las películas de Walt Disney, bastante más amables y buenrollistas que los sádicos cuentos en los que están basadas. También es verdad que después de ver DragonBall todos los chicos de mi clase se ostiaban emulando a Goku, pero no me parece esto culpa de la serie sino de la propia naturaleza masculina; es bien sabido que los niños de todas las épocas y condiciones siempre han jugado a ostiarse por cualquier excusa,ya fuera emulando a Goku, a los Caballeros del Zodiaco, al Capitán Trueno o al Caballero de la Blanca Armadura, ese que ganaba todos los torneos y que tu señor padre decía que podrías ir a ver en cuanto tuvieses edad de ser escudero.
ResponderEliminarApunto, por cierto, unos cuántos cuentos que constaban en la colección de Grimm, Perrault y Andersen que heredé de mi padre y que también tenían lo suyo:
-Pulgarcito: Niño con seis hermanos que empieza igual que Hansel y Gretel, pero en el que los niños en vez de acabar en casa de una bruja acaban en casa de un ogro que tiene siete hijas, las cuales duermen con adorables gorritos de dormir. El ogro acoge a los niños y les da cena y cama, aunque proyecta degollarlos por la noche para comérselos. Pulgarcito se da cuenta de que algo huele a podrido en Dinamarca y le quita los gorritos a las niñas dormidas para ponérselos a él y a sus hermanos. En la oscuridad de la noche, el orgo al tocar los gorritos de las cabezas confunde a los niños con sus hijas y las acaba degollando y devorando a ellas. Pulgarcito toma sus botas de siete leguas y acaba escapando junto con sus hermanos antes de que se haga de día y el ogro advierta el error.
(continúa)
-La Bella Durmiente: El problema de éste está en la segunda parte. El príncipe tiene dos hijos con la Bella Durmiente y luego se tiene que ir a la guerra, dejando a su familia al cuidado de su madrastra, que es una ogresa. La malvada madrastra, por supuesto, quiere ser ella la futura reina (¿por qué no mato entonces al príncipe antes de que se casara, digo yo?), de modo que manda al cocinero de palacio matar al niño, luego a la niña, y finalmente a la propia ella Durmiente, y cocinárselos en salsa. Como el cocinero es bueno, oculta a la joven princesa y a sus hijos y sirve cordero a la reina. Pero finalmente esta desucbre el engaño y manda a sus siervos llenar una cuba enorme de escorpiones, arañas y serpientes para arrojar allí a la princesa, a los niños, al cocinero y a la familia de éste, y que mueran todos devorados y picados por los bichos. Afortunadamente en ese momento el príncipe regresa y la madrastra se desmaya del susto, cayendo ella misma a la cuba y muriendo allí.
ResponderEliminar-La Sirenita: Este es angustioso; la sirena no sólo pierde la voz al convertirse en humana, sino que cada vez que camina siente un dolor tal como si se le clavasen cuchillos en los pies. Para colmo de males, el prícnipe la trta como a una mascota (la hace dormir echada en el suelo frente a la puerta de su habitaciçon como si fuera una perra), la mete en la friendoze sin posibilidad de salida y acaba casándose con una chica más guapa y con dinero. Las hermanas de la sirenita venden sus cabellos a la Bruja del Mar a cambio de una daga con laque la Sirenita debe asesinar al príncipe y a su esposa la noche de bodas de estos si quiere poder volver a ser sirena. Pero al final no los mata y se suicida arrojándose al mar, donde su cuerpo se convierte en espuma de mar.
-Riquete del Copete: Este no es que sea sangriento, pero me indigna por lo machista que es. Hay dos princesas: una fea pero muy inteligente y carismática y otra hermosa pero muy tonta. ¿Adivinas a cuál acaba eligiendo Riquete?
Por cierto, ¿sabías que Barbaazul está inspirado en un personaje real? Concretamente en Gilles de Rais, un noble que fue condenado por torturar y violar a docenas de niños y adolescentes de ambos sexos. Supongo que con lo que sabes de Historia ya habrás oído hablar de este señor, que además tuvo una historia muy trágica: al principio era un hombre piadoso, gran amigo y admirador de Juana de Arco, a quien se sospecha que amaba platónicamente. Cuando la condenaron a la hoguera reunió una mesnada para salvarla, pero llegó demasiado tarde; se encontró con sus restos todavía humeantes. Hubiera podido salvarla de llegar unas pocas horas antes. El dolor lo volvió loco, renegó de Dios por haber permitido que Juana muriera sin que él pudiera salvarla y se volcó en cultos satánicos y en actos depravados y brutales, por los que finalmente fue juzgado y que dieron origen al cuento de Barbaazul.
ResponderEliminarY, en fin, perdóname por haberte tenido que contestar en tres partes, pero es que me he entusiasmado con este tema y me ha salido una respuesta muy larga ^^UU
¡Eh, me gusta que empiece a haber participación! Si no, más que un blog parece una lista de mis monólogos. Algo me decía que este post iba a traer miga, porque el tema, bien pensado, se las trae.
ResponderEliminarEl cuento de Pulgarcito iba a ponerlo, pero al final me olvidé. Es una barbaridad lo del ogro que confunde a sus hijas con los hermanos Pulgarcito y que se las coma sin más ni más. ¿Es que no tenía una vela para ver en la oscuridad? ¡Que ya hay que ser bruto, coño!
El de la Bella Durmiente, confieso que no conocía esa versión tan bestia, pero me alegro de que la menciones porque no hace más que darme la razón con lo de los cuentos de antaño. No me esperaba que escondiese tanta crueldad!
La Sirenita. Pues no me acordaba ya del cuento de Andersen (un grave descuido por mi parte)! Pero sí que es triste, muy triste. Me da pena que la Sirenita lo tenga que pasar tan mal por culpa de un tío que no la merece y que es un asqueroso. Y es cierto que le dolía caminar, cosa que no se ve, por ejemplo en el cuento de Disney, donde a Ariel sólo le cuesta tenerse en pie, pero no da signos de dolor o sufrimiento de ese tipo.
Y no, Riquete del Copete no es sangriento. Pero misógino es un rato, porque el tío ni se plantea casarse con la chica que es tan fea como él, pero igual de inteligente. Lo que demuestra que se le daba (y se le da) mucha importancia a la belleza física, sobre todo de las mujeres.
Sí, había leído algo sobre Barbazul y que era personaje real. Y, ahora que me acuerdo, en un manga titulado Kamikaze Kaitou Jeanne, la protagonista es una chica que es la reencarnación de Juana de Arco. Una noche, se encuentra con un hombre muy apuesto por el que siente una gran atracción, pero es un caballero demoníaco llamado Noin Claude (vamos, el Barbazul). Este tal Noin lo pintan como un caballero que servía junto a Juana de Arco en el ejército y que estaba enamorado de ella. Al ver que era condenada sin que los demás pudieran hacer nada, entregó su alma al diablo para poder verla en su próxima reencarnación y recuperarla. ¡No tendrá mucho que ver, pero me lo ha recordado de pronto!
Gracias por tu aporte!