lunes, 2 de julio de 2018

El Rincón del Lector IX: Nuncanoche


¡Hola a todos!

Hace un par de meses decidí retomar con mayor ahínco la lectura de novelas de fantasía, en parte para mejorar mi propio estilo de cara a la redacción de mi propia novela, pero también porque hacía mucho tiempo que no encontraba un libro de temática fantástica que se adecuara a mis gustos personales. Durante mi viaje a Valencia, tuve la ocasión de comprar dos novelas que me habían recomendado mucho. La primera es Elantris, de Brandon Sanderson, que todavía tengo pendiente de leer; y la segunda es Nuncanoche, de Jay Kristoff, que es la que os voy a reseñar hoy. A pesar de que tenía ciertas dudas después de conocer un poco del estilo narrativo de Kristoff, decidí darle una oportunidad a Nuncanoche con la esperanza de que me sorprendiera de alguna forma. Y vaya si lo hizo. Tomad asiento y coged un buen cubo de palomitas, porque nos espera una novela con acción a raudales.


Título: Nuncanoche

Autor: Jay Kristoff

Editorial: Fantascy - Plaza y Janés

Nº de páginas: 560 págs.

Año: 2018

Sinopsis: En una tierra en la que sus tres soles casi jamás llegan a ponerse, la joven asesina Mia Corvere acaba de unirse a la banda más mortífera de la República. De niña, Mia escapó de milagro de la rebelión fallida de su padre, que murió ejecutado por traición. Su mundo se vino abajo y, sola y sin amigos, tuvo que huir de enemigos implacables. Pero su insólito don para conversar con las sombras la llevó por un camino más oscuro de lo que jamás hubiera podido imaginar. Ahora, años más tarde, emprende un arriesgado viaje para demostrar su valía en la Iglesia Roja. Los pasillos de esta escuela de asesinos están repletos de peligros mortales. Aquí y allá amenaza la traición, pero, para llegar a ser una adversaria sin par, Mia debe sobrevivir a la iniciación. Solo así estará un paso más cerca de lo único que desea... Venganza.


RESEÑA (sin spoilers)

Para qué vamos a engañarnos: Nuncanoche tiene el argumento más trillado que se ha visto jamás en la literatura. Si habéis leído la sinopsis, os habréis dado cuenta de que esa misma historia ya la habéis leído miles de veces, pues así es como empiezan casi todas las historias de asesinos vengadores. El planteamiento siempre es el mismo: nuestro protagonista es un niño o un adolescente que tiene una vida sin sobresaltos hasta que de repente aparece alguien poderoso que parece tener cuentas pendientes con su padre. Un par de hábiles movimientos políticos después, nuestro protagonista ve cómo ejecutan a su padre, cómo persiguen a su madre y sus hermanos y cómo su mundo entero se viene abajo por la ambición del poderoso. Entonces, para vengar a su familia, el protagonista decide recibir adiestramiento para convertirse en un portento con las armas con el objetivo de encontrar al asesino de su padre y acabar con él. Lo hemos visto en Assassin’s Creed con Ezio Auditore, en La Princesa Prometida con Íñigo Montoya, en Juego de Tronos con Arya Stark y lo veremos en Nuncanoche con Mia Corvere.

Sin embargo, Nuncanoche tiene varios elementos que la hacen descollar entre el millar de historias similares que la rodean. El primero de ellos, y que a mí me parece el más importante, es que es una novela que está bien escrita. Cierto que Jay Kristoff tiene un estilo narrativo bastante peculiar (y volveré a hablar de esto más adelante), pero no se puede negar que sabe escribir bien. Mejor aún: es capaz de coger todas las tramas más tópicas que se os puedan ocurrir, juntarlas en un extraño batiburrillo y remodelarlas de tal manera que el producto resultante va a ser apoteósico. Parafraseando al Geek Furioso de la Literatura, Jay Kristoff es ese tipo que, si en vez de escribir libros dirigiese películas, sería el encargado de la producción del taquillazo del verano, y tiene toda la razón. Nuncanoche es un libro palomitero como pocos, un producto ya visto mil veces pero que engancha sin remedio al lector y le hace querer más.

La historia se centra en la figura de Mia Corvere, hija del justicus Darío Corvere, cuya vida quedó truncada cuando presenció la ejecución de su padre, acusado de intentar provocar un golpe de estado para instaurar una monarquía en la República de Itreya. El cónsul Julio Scaeva, el mismo que ordenó el arresto y ejecución de Corvere, también hizo que encerraran a su madre y al hermano pequeño de Mia en la peor prisión que alguien se pueda imaginar. Mia, a quien también intentan matar, consigue escapar de milagro y es acogida por un extravagante anticuario llamado Mercurio, quien empieza a enseñarle los caminos del asesinato para que algún día pueda tener su venganza.

Al cumplir los dieciséis años, Mia decide separarse de Mercurio para tratar de ingresar en la Iglesia Roja, un lugar oculto a ojos del mundo en el que se reúnen todos aquellos que aspiran a convertirse en asesinos. Además de aprender el manejo de las armas, a robar todo tipo de objetos, la preparación de pociones y el dominio de las artes amatorias, Mia espera averiguar algo acerca de su propia condición. Cuando los hombres de Scaeva intentaron matarla de niña, Mia se dio cuenta de que tenía el poder de hablar con las sombras y moldearlas a su voluntad. Esto la convierte en una tenebra, una criatura marcada por Niah, la diosa de la noche, la oscuridad, la sangre y el asesinato. La Iglesia Roja es el templo donde más culto se le rinde a Niah, de manera que si Mia quiere respuestas, allí las encontrará.

Esto es, a grandes rasgos, el tema principal de la novela. Como veis, no le falta de nada: Hay asesinatos, sangre, aventuras, amistad, odio, venganza, sexo y multitud de sorpresas que harán las delicias del lector que quiera adentrarse en este mundo. Porque ahí es donde está el verdadero atractivo de Nuncanoche: el mundo y los personajes que lo pueblan.

El mundo que ha creado Kristoff para esta saga (sí, es una trilogía) es uno de los más atractivos que vamos a encontrar en una novela de fantasía para adolescentes. La acción nos traslada a Itreya, una república levantada sobre los restos de un antiguo dios caído, en donde la sociedad, la cultura, el trabajo y la religión giran alrededor del culto a los tres soles, que son la encarnación de Aa, dios de la Luz. En este mundo con tres soles, la noche es una rareza que solo se da cada tres años, cuando los tres soles desaparecen y se produce el fenómeno conocido como veroscuridad. Este aspecto del mundo me ha parecido muy original, pues no hay muchas novelas ambientadas en mundos con tres soles. Sí encontraremos mundos con dos o más lunas (Crónicas de la Dragonlance o La Espada de Fuego, por ejemplo), pero es mucho más complicado crear un mundo con varios soles, porque eso exige pensar muy bien cómo se las va a arreglar la gente para vivir en un lugar así. El calor abrasador, la luz que no da tregua, los tiempos irregulares… Todo eso exige un trabajo que pocos autores deciden hacer, y en el caso de Kristoff es digno de elogio.

Pero hay más cosas en Itreya que van a captar nuestra atención, y una de ellas es la ambientación. Si habéis leído otras obras de Kristoff, como Stormdancer, veréis que a este autor le gusta mezclar las cosas más inverosímiles. Y si en Stormdancer teníamos un mundo que se podría considerar como Japón con ambientación steampunk, en Nuncanoche tendremos la antigua República de Roma situada en la Venecia del siglo XV. Y sí, sé que estaréis pensando que son muchas las novelas para adolescentes que se han inspirado en la antigua Roma para describir sus sociedades (¡malditos Juegos del Hambre! ¡Arderéis en el infierno al lado de otros herejes como La Reina Roja y Una Llama entre Cenizas!), pero Kristoff se ha portado y nos ha traído un auténtico mundo inspirado en la antigua Roma. El mundo está gobernado por dos cónsules, hay vocablos en latín, se menciona la existencia de gladiadores, hay un foro, se nos dice que el púrpura es un color que solo puede llevar la clase senatorial, los Luminatii se agrupan en centurias, las espadas que utilizan son gladios y hasta el propio Julio Scaeva es un calco de Julio César. Todo está hecho para que el lector sienta que está de verdad en la antigua Roma.

Y si el mundo es increíble, todavía falta hablar de los personajes que pululan por esas tierras. Los personajes son el otro punto fuerte de Nuncanoche, pues todos ellos tienen una apariencia y una personalidad únicas. De todos ellos, Mia es obviamente el personaje más trabajado, puesto que es la protagonista. Y, a diferencia de otras protagonistas de novelas para adolescentes, no es una Mary Sue. Mia es una asesina que busca mejorar sus habilidades para matar, consciente de que no es la mejor del mundo ni de lejos, y de ahí que vaya a la Iglesia Roja para aprender. Es una asesina que sí mata, y sé que esto os parecerá una obviedad, pero os asombraría ver la cantidad de protagonistas de novela que no cumplen con lo que se espera de ellas. Mare Barrow es una ladrona que no roba, Celaena Sardothien es una asesina que no mata… pero Mia Corvere sí ha matado y está dispuesta a seguir matando hasta conseguir su ansiada venganza, porque es lo que se espera de una asesina, aunque esto no quiere decir que mate a todo el que se cruce en su camino; Mia podrá ser cruel y despiadada con sus enemigos, pero nunca mataría a un inocente a sabiendas. Es inteligente, avispada, fumadora empedernida y tiene un talento especial para mezclar venenos, pero se le da fatal el combate cuerpo a cuerpo y en equitación es un cero a la izquierda. Además, el hecho de que sea una tenebra marcada por la Madre no le otorga ningún privilegio, sino más bien todo lo contrario. Esto refuerza la idea de que es un personaje humano, imperfecto, una chica que tiene mucho que aprender, que se equivoca pero que siempre busca la manera de salir adelante.

El resto de personajes también me han gustado mucho, pues se salen de las típicas figuras de buenos muy buenos y malos muy malos. Me han parecido muy interesantes los shahiids de la Iglesia Roja, los grandes maestros del asesinato. Todos son diferentes entre sí, pero los cuatro son capaces de cometer grandes tropelías por servir a la Diosa sin mostrar el menor titubeo. Los compañeros de Mia son para todos los gustos, pues unos atraerán nuestra simpatía y otros nos harán odiarlos a muerte; cada uno tiene su propia historia y unos motivos que les han llevado a la Iglesia Roja, y merece la pena adentrarse en sus pasados para tratar de dilucidar si tienen o no sobradas razones para hacer lo que hacen.

Sin embargo, como en la propia República de Itreya, en este libro también hay luces y sombras, y las principales sombras con las que me he encontrado han sido las notas a pie de página y la prosa de Kristoff.

Uno de los toques de originalidad que el autor le ha dado a este libro es que está salpicado de notas a pie de página en las que se nos da información extra sobre Itreya, su Historia, anécdotas curiosas y llenas de humor, y datos que en la trama principal no se van a explicar pero que ayudan a situarnos y entender mejor el contexto. El problema es que sobre todo al principio del libro están por todas partes y son larguísimas; de hecho, en algunos casos llegan a ocupar un tercio del capítulo. Además, tienes que leerlas todas, porque si te saltas una nota, más adelante no entenderás una referencia que viene explicada en dicha nota.

El otro problema viene, como ya he dicho antes, de la prosa púrpura del autor. Jay Kristoff puede ser muy directo en su narrativa, pero con frecuencia se deja llevar por el entusiasmo y nos regala párrafos rimbombantes plagados de ampulosos circunloquios, quizá con la intención de parecer elegante, pero con el resultado de ser cansino y un poco pedante. Esta ha sido la principal crítica que muchos lectores han hecho de Nuncanoche, aunque no me parece motivo suficiente para ponerle una baja puntuación a este libro; al fin y al cabo, hay muchos escritores que se valen de la prosa púrpura y no tienen ni la mitad de críticas negativas que Kristoff.

Y luego tenemos las metáforas, que son absolutamente indescriptibles y muy propias del autor; se podría decir incluso que son su seña de identidad. Os dejo unos ejemplos para que juzguéis por vosotros mismos:

«Ese idiota no reconocería un veneno ni aunque le bailara en los huevos con tacones liisanos.»

«Llevan doce camellos, Tric. Un perro sin hocico podría seguir su rastro de boñigas en plena veroscuridad. Aunque de pronto empezaran a avanzar más deprisa que un fumador de cuarenta al giro cargado de prostitutas borrachas, creo que podríamos volver a encontrarlos.»

«Veintisiete minutos desde que se había obligado a salir del baño y bajar al Salón de las Elegías, dejando una capa de sangre y porquería en la superficie del agua que podría haber salido andando por su cuenta si le dejaran unos giros para terminar de gestarse.»

Os hacéis una idea de lo que quiero decir, ¿verdad?

En resumen, Nuncanoche es una historia sobre una asesina vengadora que no decepcionará a nadie. Cumple todo lo que promete y lo hace de la manera correcta, como deberían hacer todas las novelas del género. Quitando el argumento poco original, las metáforas extrañas y la prosa púrpura del autor, Nuncanoche es un libro muy recomendable para todos aquellos que quieran leer una historia entretenida y emocionante con una protagonista carismática en un mundo rico, vivo y original. Por mi parte, estoy esperando con ansia la segunda parte, que saldrá a la venta este otoño.

2 comentarios:

  1. Me estás quitando las últimas dudas que tenía sobre leer o no este libro. Creo que caerá para mi santo :-)

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    1. Pues si te lo pillas, espero que lo disfrutes y no te decepcione. A mí me ha gustado y he disfrutado mucho con su lectura; ojalá a ti también te guste ^^*

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