miércoles, 16 de marzo de 2016

20 defectos que no sabíais de mí


¡Hola a todos!

Hoy os voy a traer un post que recuerda un poco a las 50 cosas sobre mí que tantos blogueros y youtuberos han popularizado en las redes. Echando un vistazo a otros blogs, a canales de YouTube, a Facebook y esas cosas, he visto que la gran mayoría de la gente que hace estos memes parece llevar una vida en blanco y rosa, llena de sonrisas y de emoticonos felices con corazoncitos en los ojos... y, bueno, me parece que ya va siendo hora de que admitamos de una vez que no hay vidas perfectas, no hay gente que sea feliz las veinticuatro horas del día y que nadie es tan dulce, bueno y maravilloso como una princesa de cuento de hadas. Y, por supuesto, yo no soy la excepción (sí, ya sé que pensabais que era dulce, buena y maravillosa, pero me veo en la obligación de desengañaros, XD).

Por eso, porque siempre habéis estado ahí para leer no sólo mis artículos sobre Historia, Arte, música y literatura, sino también aquellos que han sido fruto de mis rayadas mentales, os traigo un post dedicado única y exclusivamente a los defectos que yo, como persona humana que soy, creo que tengo o que otros creen que tengo. Los que me conocéis mejor, ya sabréis cuáles son y no os pillarán por sorpresa. Pero bueno, espero que os guste y que no me odiéis por tener estos veinte defectillos de nada...



1) Gruñona

Estaba claro que este iba a ir el primero en la lista, aunque he de decir en mi defensa que no soy tan gruñona como dicen las malas lenguas y que siempre que lo soy es por una buena razón. Uno de mis defectos más característicos es que suelo protestar por todo, por cosas que le encantan a todo el mundo pero que a mí, por considerar que son memeces o tonterías, no me gustan. Intento corregir este defecto siempre que tengo oportunidad admitiendo algunas cosas y procurando dejarme llevar por la ilusión. Para que me entendáis, un ejemplo sería la explosión de sonrisas y entusiasmo que acarrea la Navidad al común de los mortales. Hace unos años a mí me repateaba un montón que la gente estuviera siempre sonriendo sólo porque era Navidad. El hecho de que hubiera que ser feliz solamente porque estábamos en Navidad me tocaba mucho las narices y me hacía protestar todo el rato (de hecho, mi mejor amiga a veces todavía me dice que soy "el duende que robó la Navidad" porque a veces puedo ponerme muy pesada). Ahora veo las cosas de otra manera y de verdad que me esfuerzo por gruñir menos.


2) Susceptible

Otro de mis grandes defectos, pero con una pequeña variante. No soy una persona quisquillosa o picajosa, de esas a las que todo les sienta mal y se enfadan por eso, pero sí que soy bastante sensible en el sentido de que si alguien dice algo malo de mí o me llama la atención, me afecta muchísimo. Cosas como no te rías y hables a la vez, no hables con esa voz tan grave o a ver si dejas esas tonterías de dibujos/libros/música y te portas como una persona adulta me duelen en el alma y me hacen sentirme objeto de crítica inmerecida. Lo mismo si me he equivocado al hacer algo y me lo están repasando por la cara todo el tiempo; si alguien hace eso, no puedo evitar sentirme mal y pensar que la culpa es mía o que no respondo como una persona normal debería responder. También me esfuerzo por corregir este defecto, lo prometo.


3) Pesada

Mis amigos son las víctimas más frecuentes de este defecto, porque con quien me suelo poner más pesada es con ellos. Pongamos por ejemplo que quiero escribir un cuento ambientado en la época de la Revolución Francesa y que, por casualidades de la vida, conozco a un amigo que es un apasionado de esa época, que controla el tema y que se presta gustoso a echarme una mano (angelito...). Bien, pues mi reacción es que no me voy a despegar de ese amigo hasta que me cuente todos y cada uno de los detalles de la Revolución Francesa, hasta que no responda a todas las preguntas que a mí se me ocurran, hasta que resuelva todas mis dudas. Así le tenga que llamar a deshora, cuando se vaya a acostar o cuando esté en el trabajo. No se va a librar de mí a menos que me mande a la mierda, y entonces mi susceptibilidad me hará sentirme mal porque me he pasado con mi amigo y ahora me va a odiar. Bueno, quienes ya me conocen ya saben cómo darme largas sin que se note mucho y sin ofender a nadie, pero es un defecto por mi parte. Soy muy pesada, lo tengo que admitir.


4) Tímida

El gran mal de mi personalidad. El defecto que me ha impedido dar el paso para conocer a personas maravillosas durante gran parte de mi vida (y todavía a día de hoy, por desgracia), pero que trato de superar día a día. La timidez en sí misma no es mala. Todos somos un poquito tímidos, sobre todo en situaciones que no nos resultan familiares o ante personas a las que todavía no conocemos. El problema es que mi timidez dura mucho tiempo (aunque eso depende también un poco de la otra persona). Por ejemplo, si me acaban de presentar a una persona, lo más normal es que yo me quede cortada, le diga un par de frases corteses y luego me quede en silencio, esperando su reacción. Me pasa mucho también el quedarme callada por no saber de qué hablar con la otra persona. Esa sensación horrible de no saber cómo llenar el silencio, de creer que aquello que te apasiona puede que la otra persona lo considere una tontería, el callar por temor a meter la pata... De verdad, no es que ponga mala cara porque la otra persona no me cae bien o porque sea una estirada, sino porque no sé de qué hablar con ella. Si la otra persona es alegre y extrovertida, eso me anima a abrirme y a hablar. Cuando hay feeling se me nota mucho, pero si los demás no me dan bola me temo que mi timidez me impedirá dar el primer paso.


5) Impaciente

La paciencia es una virtud, estoy de acuerdo. Qué pena que no esté entre las mías, porque me ayudaría mucho en mi día a día. La impaciencia no es el peor de mis defectos, pero tampoco es de los mejores, porque me amarga muchísimo la vida. Cuando ante mí se plantea la posibilidad de conseguir algo que llevo mucho tiempo ansiando, lo quiero ya. Ahora mismo. Mañana, a más tardar. No puedo esperar, quiero hacer las cosas lo más rápido posible, obviando que a veces hay que dejar madurar los planes, dedicarles tiempo para perfeccionarlos y luego, cuando ya está todo en orden, llevarlos a la práctica. Por culpa de esta impaciencia me he llevado grandes batacazos, ya que no me he parado a pensar en las consecuencias que el ir demasiado deprisa podía traerme. Por eso, desde entonces siempre sigo esta máxima: No te adelantes. Ve despacio cuando tengas prisa. ¡Espero que me funcione!


6) Demasiado puntual

A lo mejor muchos no consideráis esto un defecto, ya que la puntualidad es una virtud maravillosa. Pero un exceso de puntualidad también puede ser perjudicial para la salud, sobre todo la mía. ¿Por qué? Bien, os lo explicaré. ¿Recordáis lo que he dicho sobre que soy una persona muy impaciente? Pues eso se traduce en que la prisa también me lleva a querer estar en los sitios antes de tiempo, llegando a estar esperando a la otra persona media hora o más. Cuando te encuentras con un amigo que es tan puntual como tú, esto es maravilloso. Ostras, habéis llegado los dos a la vez al mismo sitio y ya no tendréis que estaros esperando. Pero como la otra persona sea un poco impuntual, ya me podréis ver lanzando pestes y deseándole una maldición por hacerme esperar (¿he dicho ya que soy una persona un poco gruñona?). En fin, supongo que es culpa mía por ser tan excesivamente puntual. Trataré de enmendarme, lo prometo.


7) Desapegada

Respecto a la amistad, puedo decir sin parecer una presumida que no encontraréis persona más agradecida que yo por su existencia. Al no haber tenido muchos amigos a lo largo de mi vida, valoro muchísimo la amistad de aquellas personas que el destino ha puesto en mi camino. Sin embargo, también se me puede achacar cierto desapego en ocasiones. A veces, tal vez por puro egoísmo, me centro demasiado en los problemas que flotan conmigo en mi burbuja y me olvido de que mis amigos me necesitan, me piden consejo y quieren que les dé mi punto de vista sobre un tema que les preocupa. Y yo, en vez de responder como una buena amiga, me dejo llevar por mis mierdas personales y no presto a mis amigos la atención que merecen. A lo mejor soy un poco mala, no sé...


8) Borde

Madre mía, si me dieran un euro cada vez que alguien me ha dicho que soy borde... Ahora mismo podría tener mi propio chalé a pie de playa, en serio. Se me considera una persona borde porque tengo tendencia a ser brusca cuando hablo o cuando respondo a una pregunta. Esa brusquedad puede dar pie a pensar que me estoy metiendo con la otra persona, que me burlo de ella, que estoy muy pagada de mí misma o, simplemente, que soy una persona insoportable. ¡Y no es así, lo juro! Mi intención no es ser cortante cuando hablo, pero no puedo evitar que me salga ese tono. Es mi forma de hablar, pero no es lo que pienso en realidad (si alguien me cayera mal, lo notaría FIJO). Vale, ya sé que un tono cortante no es el más apropiado para hacer amigos o resultar simpática a los demás... pero vuelvo a repetirlo: No lo hago por mal. Me sale así. Por favor, no penséis que soy una estirada ni nada de eso porque no es cierto. Sé que este es uno de mis peores defectos porque me lo han dicho muchas veces, y por eso pongo mucho empeño en corregirlo. Si habéis sido víctimas de mi bordería, os pido perdón de corazón :-(


9) Conformista

Soy una gran admiradora de la gente inconformista. Ya sabéis, de esas personas que no se conforman con lo que tienen y luchan por conseguir algo mejor, porque sienten que se lo merecen y ponen todo su empeño en medrar y llegar a tener lo que siempre soñaron. Habrá quien piense que el inconformista tiene un gran defecto, ya que esas ansias de querer aspirar a más harán que nunca esté contento con lo que tiene, porque siempre querrá más. Pero yo puedo aseguraros que es mucho peor ser conformista, porque la fama de apocado y pusilánime que ganarás no te la quitará nadie. Y de esto yo sé un rato. Soy una persona muy conformista; me adapto a cualquier situación con facilidad y me hago una rutina en la que me siento cómoda. Pero no está en mi carácter el luchar por escapar de esa rutina, ni siquiera cuando noto que ya no soporto más esa situación y que siento que me ahogo. No soy capaz de luchar para subir esa escalera de la que hablaba Petyr Baelish en Juego de Tronos, porque me apalanco en mi zona de confort y no me atrevo ni a subir ni a bajar (¿será también porque soy gallega y de nosotros se dice que no se sabe si subimos o bajamos?). Este defecto es el gran responsable de mi total falta de ambición y de mi apatía en todos los aspectos de mi vida. No me gusta ser así, pero no sé qué podría hacer para cambiar.


10) Perezosa

No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Sabio consejo. Yo empezaría a seguirlo mañana, XD. Bueno, bromas aparte, lo cierto es que nadie debería presumir de ser una perezosa, pero ya he dicho que tengo que reconocer todos mis defectos y no sería justo dejar la pereza aparte. Soy perezosa por la misma razón por la que soy conformista: Estoy cómodamente instalada en mi pequeño mundo y me da miedo asomarme al exterior para ver lo que está ocurriendo. Soy muy vaga para emprender proyectos, para animarme a hacer algo aunque lleve mucho tiempo deseando hacerlo. Es por eso por lo que necesito tener siempre al lado a una persona que me esté azuzando con un palo para que me mueva, para que haga algo más que sentarme a leer o ver la televisión.


11) Ingenua

Llevamos ya una larga lista de lo que son mis defectos, que algunos consideraréis más o menos graves dependiendo de vuestra forma de pensar. Pero hay algo sobre mí de lo que no podéis dudar, y es mi absoluta falta de maldad. Soy una persona que es incapaz de pensar lo peor de la gente. Igual que les pasaba a Jane Bennet o Sansa Stark, creo que la gente brilla más por sus virtudes que por sus defectos, y me gusta pensar que hay más gente buena en el mundo que malvada. Este candor me ha llevado a tener muchos problemas por juzgar de manera equivocada a personas que no se lo merecían, por confiar en gente que me ha hecho daño, por permitir que otros se burlaran de mí pensando que lo hacían no por maldad, sino porque no podían evitar ser maliciosos y desagradables. Sé que suena encantador que alguien te diga que es ingenuo, ya que se tiende a pensar que esa persona es un cielo, pero la verdad es que puede llegar a convertirse en un defecto que te arrastrará a muchas calamidades. Yo lo he vivido así. Con todo, no puedo evitar seguir teniendo fe en la humanidad...


12) Lenta

Este defecto podría ser una conjunción entre mi pereza y mi ingenuidad, pues la mezcla de ambas hace que sea una persona increíblemente lenta para todo. Si la mayoría de las chicas tiene su primera experiencia amorosa en la adolescencia, yo no la tendré hasta la veintena. Si el común de mis amigos empieza a buscarse la vida ya en la universidad, yo esperaré a terminar la carrera antes de empezar a pensar en mi futuro. Si todos a mi alrededor están emparejándose y formando sus propias familias, yo seguiré viviendo como cuando iba al instituto. Soy muy, muy lenta para hacer las cosas. Y esto también se extrapola a la hora de tratar con la gente, ya que soy incapaz de ver las segundas intenciones de una persona o, a veces, de entender el doble sentido de sus palabras.


13) Sentido del humor

Aclaremos que tener sentido del humor no es algo malo, sino todo lo contrario. Que alguien sea capaz de arrancarte una sonrisa es algo que hay que celebrar por todo lo alto, porque soy de la opinión de que este mundo triste y pesimista en el que vivimos tiene que haber más sonrisas y buen humor. Sin embargo, ¿qué pasa cuando tienes un sentido del humor un tanto... peculiar y la gente lo toma en el mal sentido? A ver, no quiero decir que me guste gastar bromas pesadas o que me divierta metiéndome con la gente. No es eso. Lo que pasa es que cuando quiero hacer una gracia, la gente no entiende que lo estoy diciendo de broma. Quizá sea por mi tono de voz o mi forma de hablar, pero se suelen malentender mis palabras y no se dan cuenta de que estoy haciendo una broma y que no hablo en serio. ¿Retranca gallega? Quién sabe...


14) Nerviosa

Mea culpa. Tengo que admitir mi flaqueza en este punto.  Hola a todos, me llamo Laura y soy una de las personas más nerviosas del mundo. Me altera todo, en serio. El más pequeño cambio en mi vida me frustra, me pone frenética y me provoca taquicardias. ¡Imaginaos entonces cómo estaba durante las temporadas de exámenes en la carrera o en los másters! Una caja de tila no basta para tranquilizarme, y me temo que me volvería adicta al Valium si decidiera probarlo. Sin embargo, mis nervios tienden a aparecer en los momentos más inoportunos y desaparecen cuando más lógico sería que aparecieran. Por ejemplo, puedo ponerme al borde de un ataque de nervios por no poder entregar un trabajo a tiempo y, sin embargo, estar la mar de tranquila al subir a un avión, un barco o una montaña rusa.


15) Solitaria

Todo el que me conoce sabe que esta es una de mis facetas más características y, aunque no tiene nada de malo saber estar sola, yo considero que es un defecto querer pasar demasiado tiempo sola. Soy una persona muy solitaria, quizá demasiado. He llegado a tal punto de soledad que a veces mis padres me tienen por una ermitaña. Supongo que, como de niña pasaba mucho tiempo sola y apenas tenía amigas, me acostumbré a estar sola conmigo misma, a jugar a mi manera los juegos que a mí me gustaban y a vivir en mi propio mundo de oscuridad existencial (hablando así parezco un poco emo, ¿verdad?). Y sí, tengo que reconocer que muchas veces me encuentro más a gusto estando sola que en compañía de otras personas. No siempre es así, claro está, pero sí la mayor parte del tiempo. No sé si esto quiere decir que soy un poco antisocial o si sólo quiero estar a solas conmigo misma, pero la gente lo suele considerar un defecto y por eso lo incluyo aquí.


16) Negativa

¿Negativa, yooo? ¡No, no y no! :-P Vale, sí que lo soy. Supongo que la parte pesimista de mi persona tiene mucho que ver con este defecto, y la verdad es que no me gusta tenerlo porque me hace muy impopular entre los que me rodean. Soy una persona muy pesimista. Soy tan pesimista que cuando compro un libro, lo primero que hago es leerle el final; así, si me muero, no me voy con la duda. Así de negativa soy. Si tienes buenas y malas noticias, dame las malas dos veces. Eso sí, sólo soy negativa para mí misma. Cuando alguien me cuenta un problema o un proyecto de futuro, yo me muestro bastante positiva: que si adelante, que si todo va a ir bien, que si la suerte está de su parte... En cambio, cuando se trata de mí hago todo lo contrario, pues suelo centrarme en las cosas negativas y es muy frecuente que no sepa salir adelante a menos que alguien me espabile a golpe de látigo. Por suerte, ahora soy más positiva que antes y veo las cosas de otra manera... aunque a veces me vuelva a picar el gusanillo de la negatividad.


17) Derrotista

Este defecto va ligado al defecto anterior, pues un exceso de negatividad provoca que el sentimiento de derrota crezca en mí. Sé que puede sorprender que reconozca tan abiertamente algo así, pero he decidido hacerlo porque tengo que ser sincera conmigo misma y con quienes me conocen o quieran conocerme. Como soy una persona que se conforma con muy poca cosa y carezco por completo de ambiciones, no sale de mí luchar por lo que realmente quiero. No me gusta perder, pero en vez de levantarme y volver a intentarlo lo que suelo hacer es deprimirme y venirme abajo. Me falta eso que se conoce como Voluntad del Guerrero, y la verdad es que no podría hacerme sentir peor. Me fastidia mucho ser tan derrotista; me gustaría tener más ímpetu, más espíritu combativo... en vez de dejarme llevar por la pena del fracaso.


18) Fría

Se me ha acusado muchas veces de ser una persona fría, poco dada a dejarse llevar por los sentimientos, incapaz asimismo de derramar una lágrima... pero creo que hay algunas cosas que explicar acerca de esto. No es que sea una persona fría, pero tampoco soy de las que se deja llevar por los sentimientos. Soy bastante pragmática en mis relaciones sociales, pues me gusta pensarme bien las cosas antes de lanzarme a la piscina, aunque esto en ocasiones me hace dejar el corazón un poco de lado. Aunque no me cuesta llorar si algo me provoca emoción, tampoco soy de las que deja correr las lágrimas como si hubiera abierto el grifo. No creo que tenga nada de malo el saber contener un poco las emociones o el no dejarse llevar demasiado por los arrebatos del corazón, aunque admito que un poco más apasionada podría serlo.


19) Despistada

Muchísimo, lo juro. Este es uno de mis peores defectos, y más de una vez he tenido que pedir perdón por culpa de uno de mis despistes. Se me olvida todo: La chaqueta en casa de una amiga, el paraguas en clase, los apuntes en la biblioteca... Soy muy, muy despistada. Como voy por la vida pensando siempre en mis cosas, imaginándome mundos fantásticos y perdiéndome en mis ensoñaciones, no veo lo que ocurre a mi alrededor. Esto se traduce en que puedo ir caminando por la calle, cruzarme con mi señora madre y no saludarla. ¡Pero no porque no quiera saludarla, sino porque no la he visto pasar! También tengo tendencia a perderme con facilidad, sobre todo en lugares que no conozco (tendríais que haberme visto en Valencia, XD), ya que se me olvidan los nombres de las calles y nunca recuerdo por dónde he pasado (aunque lo haya hecho hace cinco minutos). Vamos, que soy un desastre con patas.


20) Anticuada

No sé si esto se puede considerar un defecto o una peculiaridad de mi forma de ser, pero lo pongo aquí porque a la gente suele chocarle mi forma de pensar sobre ciertas cosas. Y es que se podría decir que yo he nacido en la época equivocada, ya que tengo algunas ideas que a día de hoy se ven como algo pasado y chapado a la antigua. Por ejemplo, soy de las pocas personas a las que, en el amor, le gusta el cortejo a la antigua (pero sin cursiladas, por favor). Para mí, el hombre ideal es aquel que se comporta como un caballero en todo lo que hace... y eso hoy en día no se lleva nada, por desgracia. No soy demasiado fan de las cosas modernas y me cuesta renunciar al pasado. Qué se le va a hacer, yo soy así.


Bueno, y hasta aquí por hoy. Espero que os haya gustado esta entrada tan intimista como reveladora de mí. Ya sé que lo más común no exponer las propias debilidades a todo el público, pero creo que es una buena forma de darme a conocer. Por suerte, creo que soy una persona que tiene más virtudes que defectos, y espero que los que me conozcan estén de acuerdo ^^*.

¡Nos vemos!

11 comentarios:

  1. Mi má, cómo te has dejado... Aunque te diré una cosa: por lo que veo de tus defectos eres una persona que entre sus virtudes tiene el ser valiente, no todos pueden dar el primer paso en reconocer sus defectos.
    Comparto algunos contigo, por lo visto xD: gruñona, despegada, borde, solitaria, fria, derrotista y negativa. En algún momento de mi vida, hace muchos años, fui bastante ingenua... pero ahra soy desconfiada, a veces demasiado, y no puedo evitar tener prejuicios contra determinadas personas simplemente porque veo detalles en sus actitudes que me recuerdan a aquellos que me hicieron daño en algún momento. Intento no tenerlos, pero no soy capaz de levantar un muro contra ellos, será defensa propia, a saber... Pero sí, echo de menos ser algo más ingenua y tener fe en la humanidad ^^U.
    Ah, sí, también soy despistada xDDD
    Una entrada muy interesante, siempre me han gustado las que dan pie a interactuar con la persona que está tras la pantalla :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, Aradlith, y por creer que a pesar de todo soy valiente! Nunca es fácil reconocer los propios defectos, y mucho menos corregirlos. Nunca es fácil admitir que uno tiene debilidades y que debe tratar de superarlas, pero aunque vaya a paso de tortuga siempre intento mejorar un poco mi forma de ser. Y oye, si te has visto reflejada en algunos de mis defectos, considérate valiente por admitirlos también! ^^*

      Respecto a la ingenuidad, yo te animaría a que lucharas por ser menos desconfiada. No es malo mantener la guardia en alto, pues no todo el mundo tiene buenas intenciones para con nosotros y no podemos caminar a ciegas en terreno que podría ser pantanoso; pero a veces desconfiar demasiado nos hace perder la oportunidad de conocer a gente maravillosa. Confía en ti misma!

      Gracias por comentar! Un besiño!

      Eliminar
  2. Pues a mí no me parece que tengas tantos defectos (y algunos, como lo de anticuada, ni siquiera me parece que lo sean).
    Cuidado con este tipo de entradas porque en el fondo expresan una autoestima un poco baja y dan una idea equivocada de ti. ¡Yo creo que eres un encanto! Vale, no eres perfecta, yo tampoco, nadie lo es. Pero en conjunto me pareces mucho más agradable de lo que podría pensarse por tu entrada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya sé que, visto así, puede parecer que tengo una autoestima baja. Y puede que la tenga, pero me va por fases: unas veces estoy bien, otras estoy de bajón. Como todo el mundo, vamos. Pero reconocer los defectos propios me ayuda a enfocarme en mis flaquezas y me ayuda a corregirlas. Eso sí: Si puedo contar con el cariño y apoyo de ti y de mis amigos, sé que me costará menos pulir mis defectos! ^^*

      ¡Muchas gracias por pensar tan bien de mí! Y que sepas que si perdí mi timidez al conocernos en persona fue gracias a lo abierta y alegre que eres, porque me quitaste de un plumazo toda la timidez que podría haber tenido en aquel primer encuentro. Por eso te estaré eternamente agradecida ^^*.

      Eliminar
    2. Jajaja, la verdad es que fui un poco como Cameron Díaz en "La Boda de mi Mejor Amigo", que no ha visto al personaje de Julia Roberts en su vida y cuando el chico las presenta le da un abrazo de oso y dice "¡Oh, ahora sí que ya todo es perfecto!" XDDD

      Eliminar
    3. Oye, pues a mí el personaje de Cameron Díaz me parecía encantador! Ya está todo dicho, ¿no? XD

      Eliminar
  3. ¿Sólo 20? ¿Dónde te has dejado los otros? :P Con algunos no estoy nada de acuerdo, no creo que seas gruñona ni pesada, y si tú eres perezosa, no existen palabras para definir mi vagancia extrema. ¡Si siempre eras la primera en empezar a estudiar y a hacer trabajos! Y tampoco creo que seas fría o borde. Muchas veces entre como creemos que somos y como nos ven los demás hay mucha diferencia. A mí me gusta como eres, ¡por favor no cambies!
    Bicos
    Rebeca
    PD: me alegra saber que me maldices cada vez que llego tarde cuando quedamos jajajaja

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Eres tú, que me ves con buenos ojos! ^^*
      Sí que es verdad que a veces nosotros somos nuestros peores críticos, pero ya me conoces. ¡Gracias por no querer que cambie nunca! ¡Yo tampoco quiero que cambies tú, que nos compenetramos de maravilla!

      Bicos!

      PD: Baah, una maldición de nada... No te he hecho vudú ni nada de eso, ¬¬U

      Eliminar
  4. Me he visto reflejada en esta entrada, será porque las dos somos piscis!!, algunos no los consideraría defectos y otros son pasables (por ejemplo, no creo que seas ni la mitada de perezosa que yo, puesto que estás todo el rato actualizando el blog, estoy segura de que si yo tuviera uno, actualizaría cada dos años o así). El peor defecto que veo allí, y que compartimos, es el conformismo, que sumado al derrotismo, a la timidez y al negativismo, provoca como bien dices una falta de arranque y de ímpetu que mi madre siempre me reprocha (concretamente dice que tiene que ir detrás de mí dándome toques con un palo como a los burros, así es mi mami).
    Y por último, como comentan más arriba y por lo que he podido ver de tu personalidad por lo que escribes en el blog y aunque no te conozca en persona, no creo que tengas tantos defectos como crees, por ejemplo, no creo que seas nada fría ni borde y creo que eres una persona encantadora y con mucho sentido del humor.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias por tus palabras, Fátima! Eres una persona realmente amable por pensar tan bien de mí, ^^*. Ya sé que es un poco distinta la imagen real de una persona y la que se ve a través del blog, pero creo que en mi caso mantengo la misma imagen. Vamos, que soy más o menos como me manifiesto en el blog. ¡Es genial que me veas encantadora y divertida! ¡Eso me anima mucho! ^^*

      Por cierto, veo que tu madre y la mía han leído el mismo manual sobre cómo azuzar a sus hijos, porque más o menos es lo que me dice a mí la mía XD!

      Eliminar
  5. la verdad vi tus defectos y son igual a los míos no se si por llamarme laura o no se.

    ResponderEliminar