Querido Año 2015:
No tengo muy claro cómo empezar esta carta, ya que no es lo más usual escribirle una misiva a un año concreto. Pero me he visto en la necesidad de hacerlo porque quiero compartir con los demás cómo ha sido tu paso por mi vida o, lo que es lo mismo, cómo podría resumir doce meses en una breve entrada de blog. No ha sido fácil hacer una compilación de sucesos positivos, ya que estos no han abundado a lo largo de este año. Pero voy a intentar poner en orden mis ideas y tratar de sacar una moraleja de todo lo que me ha ocurrido.
Primero, lo más importante, este año ha sido el que más he tenido que dedicar al desarrollo del Máster de Profesorado. No me voy a explayar en lo difícil que ha sido para mí, porque creo que todos lo saben de sobra, pero sí me gustaría dejar claras algunas cosas. Lo primero, que yo no quería hacer este máster porque no me sentía preparada para la carga de trabajo que suponía no sólo el estudiar otro máster que jamás me había planteado hacer, sino también el comprender que el profesor tiene que cargar sobre sus hombros la tremenda responsabilidad de impartir conocimientos a las nuevas generaciones. Ha sido un esfuerzo titánico que considero incompleto en mi caso, ya que hay muchas cosas que no he hecho bien ya fuese por ignorancia o por cansancio, por no poder dar todo lo mejor de mí (quizás la falta de entusiasmo tuviera mucho que ver). También he hecho cosas de las que me arrepiento, por las que creo que he pagado y por las que espero que no haya nuevas consecuencias. Aunque nunca se sabe...
Segundo, este año también he tenido mi primera experiencia en el mundo laboral. Sin embargo, no ha resultado todo lo bien que yo esperaba. Bien porque la carga de trabajo entre el máster y mi empleo se me hacía excesiva y de repente me vi incapaz de compaginar ambas cosas, o bien porque no me sentía cómoda en mi puesto de trabajo... lo cierto es que ha resultado ser una experiencia poco grata para mí. La sensación que todavía permanece en mí es la de decepción conmigo misma. Una decepción que me ahoga, que me afecta demasiado... Quizá ese sea el problema: El sentir demasiado. Hay quien me ha dicho que es un defecto que debo paliar. Que debo hacerme fuerte aunque sea a palos. Acostumbrarme a tragar mierda, vamos. No sé si tienen razón sobre esto, pero sólo de pensarlo me siento mal.
A lo largo de este año también he sufrido otra pérdida, que es la de mis amigas del instituto. Sin embargo, tal vez la palabra "pérdida" sea demasiado grande para utilizarla en este contexto. Desde hacía años me sentía distanciada de esas chicas que hasta hace un tiempo todavía llamaba amigas, aunque mi relación con ellas distaba mucho de la amistad. No me sentía cercana a ellas, no compartía sus sueños e ilusiones, me sentía desplazada del grupo cuando estábamos juntas... Un día, descubrí que no tenía nada que decirles y ellas no tenían nada que decirme a mí. Mi primera sensación fue la de horror, horror por ser capaz de experimentar una ruptura con quienes habían sido mis amigas. Pero después la sensación que tuve, más auténtica, fue la de alivio. Al igual que las relaciones, algunas amistades tampoco están destinadas a durar eternamente. Es una pena, pero creo que he hecho en ese sentido más esfuerzos de los que algunas personas merecían.
Hasta ahora me he centrado en las cosas malas... pero no sería justo olvidar las cosas buenas que he vivido este año. Y es que hay amistades que se van... pero otras que vienen para dejar su impronta en mi corazón. Este verano tuve el inmenso placer de conocer en persona a Fernando y a Estelwen, dos personas a las que la vida ha querido poner en mi camino para alegrarme, para animarme, para hacerme sonreír. El año 2015 será, sin duda, el año de mi viaje a Valencia, el viaje que mi corazón tanto necesitaba y que espero repetir algún día en el futuro. Y si vuelvo, me gustaría por encima de todo volver a verles y decirles que sin ellos mi existencia seguiría siendo vacía y oscura.
También puedo contar entre las cosas buenas el poder seguir contando con la gente que de verdad quiero tener en mi vida. Mi mejor amiga y mis queridas compañeras de la facultad, con las que sigo manteniendo contacto siempre que puedo, siempre estarán ahí conmigo, aquí o en el fin del mundo. No os podéis imaginar qué sensación de plenitud se experimenta cuando, al hablar con una persona a la que hace mucho tiempo que no ves, es como si el tiempo no hubiera pasado. Seguimos hablando de las mismas cosas (o de cosas nuevas), riendo por nuestros recuerdos mutuos, bromeando como antaño. Ojalá que en el año 2016 haya muchos más momentos para estar todas juntas y seguir haciendo lo que tanto nos gusta.
Voy a ir terminando esta carta, pues no quiero extenderme demasiado con la despedida. El año 2015 se termina, y yo dejo que se vaya de muy buena gana. Voy a poner todas mis expectativas en el año que entra. Voy a tratar de llevar a cabo todos los proyectos que me quedan por terminar y por los nuevos que estoy empezando: Buscar un trabajo, terminar con los trámites de publicación de mi novela, volver a sentir mi pasión por la Historia, tratar de encontrar a ese príncipe especial que está llamado a ocupar un lugar muy grande en mi corazón... Para este año, mis deseos son perder el miedo al fracaso, hacerme más fuerte, sonreír todos los días y hacer que todos los que están a mi alrededor sean felices. Quiero hacer nuevos amigos, quiero poner más empeño en todos los proyectos que emprenda, quiero seguir adelante a pesar de todo. Quiero vivir una vida más plena.
Adiós, pues, Año 2015. Adiós para siempre. De ti me voy a quedar con las cosas buenas y extraeré una lección de las cosas malas. Adiós, y llévate contigo todos mis sentimientos negativos. Voy a darle la bienvenida al 2016 con una gran sonrisa y con todas mis esperanzas renovadas. Trataré de ser mejor persona, de pedir perdón cada vez que ofenda a alguien, de aprender de mis errores, de decir lo que siento a las personas que quiero. Tal vez el 2016 tenga para mí grandes novedades: un viaje inesperado, un nuevo proyecto, un trabajo prometedor en el que me sienta feliz y a gusto... Sea lo que sea, espero y deseo que sea algo bueno para mí.
Y para vosotros también, desde luego ^^*
Adiós, Año 2015. ¡Y bienvenido seas, Año 2016!