jueves, 26 de junio de 2014

Las tribus urbanas japonesas más peculiares


¡Hola a todos!

Como gran admiradora de todo lo que viene de Japón, a veces me gusta imaginar cómo habría sido mi vida de haber vivido y crecido allí, en medio de ese amplio abanico cultural que combina de manera magistral la tradición más clásica del Japón antiguo con los avances tecnológicos más actuales, de una forma que todavía no ha sido superada por ninguna otra civilización. Me gustaría tanto pasear por sus parques llenos de cerezos en flor, visitar el recinto de algún templo shinto o disfrutar del sonido entrecortado y, no obstante, melodioso del shamisen. Me imagino aprendiendo a preparar el té en una de esas complicadas ceremonias que tienen siglos de antigüedad. Me veo a mí misma barriendo las hojas de arce rojo en medio de una calma tan solo alterada por el sonido de una campanita que cuelga del dintel de la puerta.

Pero, si le damos un giro de tuerca, también podría imaginarme en medio del barrio de Shibuya, entre un millón de tiendas y centros comerciales. Podría pasearme tranquilamente por Akihabara y deambular por alguna de sus tiendas de electrónica o disfrutar con los últimos videojuegos. Podría pararme a comer en cualquiera de los puestos ambulantes un buen cuenco de ramen, bolitas de arroz u onigiri y un buen daifuku de fresa como postre.

Japón es un país de contrastes muy bruscos. Lo que en otros países choca de forma estrepitosa, en Japón sin embargo puede tener una acogida espectacular. Es un país que asimila las modas a la velocidad de la luz, las eleva hasta cotas inimaginables y las convierte en objetos de culto. Cualquier cosa funciona si se da en Japón, y las tribus urbanas no podían ser menos. Los japoneses tienen una forma muy particular de reunirse y divertirse entre ellos, y las tribus urbanas reflejan de una manera increíble y a veces sorprendente el espíritu transgresor de los jóvenes japoneses y su manera de entender sus gustos y sus modas favoritas.

Para corroborar mis palabras, hoy os traigo una pequeña lista de las tribus urbanas japonesas más extrañas, chocantes y estrafalarias que jamás se hayan visto. No están todas las que son, pues podrían contarse por centenares, pero espero que os gusten y os llamen la atención.


5. Otaku




No es exactamente una tribu urbana, sino un término que se utiliza para referirse a las personas con demasiada obsesión por algo, ya sea una afición, un videojuego o un grupo de música. El término Otaku se usa principalmente para hablar de fanáticos del anime, el manga, los videojuegos y la informática. Pero en el ámbito de las tribus urbanas se les reconoce fácilmente, sobre todo a los otakus que disfrutan disfrazándose: los Cosplayers.

Aunque en la vida diaria no tienen ninguna peculiaridad a la hora de vestirse, durante los salones y eventos de manga o videojuegos, los Cosplayers suelen disfrazarse de sus personajes de ficción favoritos. A veces, la adaptación del disfraz es tan sorprendente que casi parece que el personaje ha salido del plano ficticio y se ha materializado en el mundo real. Desde el disfraz, pasando por el maquillaje y los complementos (que a veces fabrican ellos mismos), todo ha de ser clavado al personaje que despierta su admiración. Incluso se organizan concursos para decidir quién es el que va vestido con la mayor fidelidad al personaje que representa, y os aseguro que los concursos son muy reñidos.

El distrito de Akihabara, en Tokio, es el centro de reunión de los Otakus. Se citan en tiendas especializadas en manga y anime, merchandising, juegos de cartas y maquetas de colección. También suelen quedar en los Maid Cafés, que son cafeterías en las que las camareras se visten y actúan como doncellas o personajes de anime.


4. Gothic Lolita




Inspirado en la moda victoriana y rococó, el Gothic Lolita es un estilo de subcultura japonesa muy popular. Las Gothic Lolitas no dan la nota tanto como otras tribus urbanas, pues su filosofía de vida se basa en la elegancia y el saber estar. Los vestidos de Lolita suelen estar ajustados a la cintura y se ahuecan hasta la rodilla con una enagua o pantaloncitos bombacho por debajo. Suelen llevar sombreros de copa en miniatura, pasadores con flores, lazos, cofias de encaje y tocados que recuerdan mucho a la estética del siglo XIX, al igual que sus joyas y complementos (bolsos vintage, broches antiguos, sombrillas).

Hay muchos subtipos de Gothic Lolitas. Algunas van completamente enfundadas en kimonos, aunque es más frecuente que su atuendo recuerde a la época victoriana. Las Kuro Lolitas van completamente vestidas de color negro, mientras que las Shiro Lolitas optan por el color blanco. Casi todas las Lolitas evitan las joyas ostentosas y los colores chillones, prefiriendo tonos suaves y delicados. Las Sweet Lolitas visten conjuntos adornados con lazos, volantes y diseños adorables para expresar inocencia e imaginación, como si fueran niñas pequeñas.

A pesar de que su objetivo no es llamar la atención, las Gothic Lolitas atraen todas las miradas allá donde van. Es frecuente que se citen en parques y en exhibiciones, seguidos de un té en una bonita cafetería decorada según sus particulares gustos. No suelen causar problemas de ningún tipo, ya que su norma de vida se funda en la elegancia, la inocencia y el comportamiento refinado propio de una señorita del siglo XIX.


3. Kigurumin




¿Si os digo que hay una tribu urbana que permite a sus integrantes ir en pijama todo el día… cómo os quedáis? Pues eso es lo que ocurre en la tribu Kigurumin, compuesta por chicas a las que les chiflan los pijamas de peluche. Sí, habéis leído bien. Estas chicas van en pijama por la calle sin ningún problema. Además, es un estilo que no está reñido con otras tribus urbanas, pues hay muchas chicas de otras subculturas que también adoptan esta moda tan curiosa y la complementan con sus propios abalorios.

Los pijamas de peluche Kigurumin son muy populares entre las chicas más a la moda que buscan un estilo confortable y mono que llame la atención. Muchas veces se superponen al estilo ganguro, con chicas que mantienen la piel morena, el pelo teñido y múltiples accesorios. Los trajes Kigurumin están diseñados para que las piernas sean muy cortas, para dar la impresión de un cuerpo redondo muy adorable. Son suaves y afelpados, y los hay de todo tipo de diseños: Hámster, conejo, oso, gato, koala y personajes de videojuegos. Son inconfundibles sus capuchas con los rasgos del animal que quieren representar.

Los fines de semana, las chicas Kigurumin pasean por Tokio en grupos, como si fueran una increíble manada de mascotas. No tienen actividades específicas como Kigurumin, sino que hacen su propia vida como siempre o van a cualquier sitio a divertirse. Pero, dado que son pijamas, los Kigurumin son la excusa perfecta para echar una cabezadita en cualquier parte.


2. Ko Gal




Es tiempo para la diversión, para salir de compras con las amigas, para cotillear y, por qué no, para de paso ligar con un par de chicos guapos. La filosofía de una Ko Gal es, ante todo, ir a la moda y pasárselo bien. ¿Y qué es una Ko Gal? Pues es una tribu urbana de Tokio compuesta por chicas a las que les gusta vestir zapatos de plataformas, trajes ajustados de colores, estampados a cuál más extravagante y todo tipo de complementos a juego. Incluso muchas de ellas van a salones de bronceado o maquillan sus cuerpos para parecer morenas. Suelen llevar el pelo teñido de rubio y aplicarse maquillaje blanco alrededor de los ojos y en el puente de la nariz, creando un “estilo panda”.

Como en toda tribu urbana que se precie, hay varios subtipos de Ko Gal para que una escoja la que más se amolde a sus gustos. Hay Ko Gals de piel morena (ganguro) y de piel blanca (ganjiro). Las hay que visten con estilo deportivo (Short Gal), otras que van más elegantes (Ane Gal) y las que son el colmo de la sofisticación urbana (Suto Gal). Incluso hay Ko Gals que basan su estilo en el hip hop (B/gal) y las que se decantan por un estilo playero y hawaiano (Loko Gal). Como veis, hay para todos los gustos.

Sin embargo, esta filosofía de vida también tiene su parte oscura. La verdadera Ko Gal utiliza su cuerpo como una herramienta para obtener un beneficio económico. Se dan muchos casos de chicas que se citan con hombres mayores para ganar dinero con el que ir de compras y divertirse. Afortunadamente, no todas recurren a ese tipo de prostitución. En Japón tienen muy mala fama entre la gente mayor, pues ven a las Ko Gals como chicas superficiales y poco serias. Sin embargo, ellas siguen a su bola y solo piensan en pasárselo bien por el barrio de Shibuya, su santuario.


1. Decora




Una de las modas que ha vuelto con más fuerza desde que apareciera por primera vez a principios del 2000 es la que se conoce como Decora. La tribu Decora se caracteriza por llevar el estilo de ropa más abigarrado y extravagante que se pueda imaginar, con colores ácidos y muchas capas de ropa. Los accesorios son la clave: multitud de collares, pulseras y pinzas para el pelo son el punto fuerte de este estilo, y mucho mejor si suenan al caminar. En general, la idea de este estilo es la de cómo vestirse si estuvieras dentro de un armario a oscuras.

Es un poco complicado catalogar a las Decora en varios subtipos, pues todas son muy parecidas. Entre las más populares estarían las DecoLoli, que mezclan el estilo Decora con el Lolita; las Pink Decora, que van vestidas de rosa y con complementos muy azucarados; o las Cute Decorer, que se decantan por los tules, las blondas y los accesorios de peluche de personajes como Hello Kitty o Pokémon. También suelen llevar tiaras y varitas mágicas de plástico, así como otras cosas que se pueden conseguir por muy poco dinero o incluso hacer en casa.

Es uno de los estilos más llamativos del país del sol naciente y no deja indiferente a nadie. Resulta de lo más peculiar ir por la calle y toparse con chicas que llevan cuatro diademas en el pelo, el flequillo cubierto de horquillas de plástico, varias capas de ropa, dos faldas y medias de rayas con calentadores. Las Decora son toda una atracción para quien tiene la oportunidad de verlas en vivo y en directo. Y, como curiosidad, decir que este estilo se está haciendo popular en países como Suecia y Alemania, donde se ha personalizado el estilo para hacerlo más occidental.


¡Y hasta aquí mi ranking de las tribus urbanas japonesas más peculiares! ¡Espero que os haya gustado!

lunes, 23 de junio de 2014

Decisión Carnavalera a mediados de junio


¡Hola a todos!

Este año, como ya voy anunciando en el título de este post, no va a haber encuesta carnavalera. Y es que este año no me parece necesario hacerla, porque la decisión ha sido tomada de manera unánime e indiscutible.

Pero mejor os explico lo que pasó.

Iba yo paseando tranquilamente una noche con mi mejor amiga Andrea, también friki como yo. Volvíamos a casa después de dar una vuelta por la ciudad e íbamos hablando, como siempre, de nuestras cosas frikis. Una de las muchas que tenemos en común es nuestra pasión por el disfraz, así que nos pusimos a hablar de posibles temáticas para disfrazarnos en Carnaval (a todo esto, creo que estábamos en abril o mayo). La discusión transcurrió más o menos así.

Laura: Tía, tenemos que empezar a decidir de qué nos vamos a disfrazar el año que viene.

Andrea: Anda que no tenemos tiempo de sobra.

Laura: Ya, pero hay que ir decidiendo el tema, que después no se nos ocurre. Además, tenemos que ir conjuntadas, que así mola más.

Andrea: Sí, es verdad. ¿Y ya has pensado en algo?

Laura: Pues sí. Me apetece volver a ir disfrazada de tío. A lo mejor me disfrazo de Raistlin Majere, un mago oscuro de la Dragonlance. Túnica negra, peluca blanca, me pinto la piel de dorado...

Andrea: Guau, eso mola. Pero a mí no me suena mucho lo de la Dragonlance.

Laura: Bueno, ya lo pensaremos. Aunque a mí me gustaría llevar un disfraz con capa. Me encantan las capas.

Andrea: Sí, a mí también.

(Silencio)

Laura: Tía, ¿y si nos disfrazamos de Jedis?

Andrea: ¡¡¡¡OSTRAS, TÍAAAAAA!!!! ¡¡¡YO ME APUNTOOOO!!! ¡¡¡ME PIDO OBI-WAN!!! ¡¡¡ME PIDO OBI-WAAAAAAN!!!

Laura: (Asustada ante semejante arranque) Eeeh... vale.




Pues así quedó decidido. En serio, no ha habido más discusión. Por unanimidad, hemos decidido disfrazarnos de caballeros de la Orden Jedi, los guardianes de la paz de la galaxia. La verdad es que hace tiempo que llevo pensando en este disfraz, pero por unas cosas y otras lo he ido postergando. Ahora me alegro de que se me haya ocurrido la idea para los próximos Carnavales. Va a ser estupendo poder ir tan cómoda y friki a la vez!!

De momento, ya he estado pensando cómo me lo voy a montar. Star Wars es una saga con un montón de personajes carismáticos... y nosotras solo somos dos por el momento. Bueno, eso no nos disuadirá. Además, si tenemos ganas de animar la cosa, podemos marcarnos una pelea de sables láser perfectamente coreografiada.

En cuanto al disfraz, será el típico uniforme Jedi. Las ropas de los Jedi recuerdan mucho al uniforme de los monjes Shaolin: Una túnica, un pantalón, un cinturón ancho y unas botas de caña alta. Todo en colores terrosos como el beis, el marrón e incluso el negro. Además, se puede llevar una especie de túnica con mangas y capucha amplia para cubrirse. Y, por supuesto, no nos olvidemos del sable láser!! El arma que todo Jedi que se precie debe portar!!

Así que, como veis, ya está todo decidido. Es un disfraz con muchas ventajas: Iré muy bien abrigada, llevaré armas, la gente sabrá de qué voy disfrazada... Vamos, que no le veo pegas por ningún lado (salvo la de que solo vamos a ir dos disfrazadas del tema... de momento).

Ya he empezado a planear el disfraz. Para ello, cuento con unos familiares que ya se han disfrazado de lo mismo y me pueden prestar su disfraz. En caso de que eso no pueda ser, he encontrado una página web que recomiendo visitar a todos los fans del cosplay y de Star Wars, porque tiene cosas muy interesantes: imágenes, patrones, fotos de los fans... Vamos que no tiene desperdicio. Os dejo el enlace aquí.

¡Nos vemos!

lunes, 16 de junio de 2014

Qué hacer cuando te acosan por las redes sociales


Hace un tiempo, publiqué en este mismo blog una entrada acerca del acoso escolar y ofrecí algunos consejos que consideré apropiados para seguir en caso de que alguien tuviera la desgracia de sufrir este tipo de acoso. Si queréis leerla, haced clic aquí y echadle un vistazo.

Ya sé que a lo mejor no soy la persona más indicada para dar consejos, puesto que mi experiencia, comparada con la de otras personas, es ínfima. Pero el dolor persiste, y con mis consejos quería poner de manifiesto que comprendo ese dolor que se siente, ese miedo al acosador, esa impotencia al sentir que no se puede escapar de esa tortura diaria. Ante todo, quería ofrecer a los demás la posibilidad que a mí no se me dio: demostrar que existe un camino para escapar del acoso.

Sin embargo, cuando escribí aquella entrada, se me pasó por alto hablar de un tipo de acoso más actual, más centrado en las nuevas tecnologías y que yo, por no contar en aquel momento con un teléfono móvil ni acceso a Internet, no sufrí. Me estoy refiriendo al acoso escolar a través de las redes sociales, ya sea Tuenti, Facebook, Twitter o Whatsapp, entre otras.

Hace poco, recibí en este mismo blog un mensaje desesperado de una chica que no ha querido dejar su nombre, en el que me contaba en muy pocas palabras su caso y me suplicaba que le dijera lo que podía hacer para escapar de su situación. Al parecer, su “mejor amiga” la había traicionado para aliarse con su enemiga, y entre las dos le estaban haciendo la vida imposible con amenazas. Entre estas amenazas, decía que las chicas querían difundir una serie de fotos suyas a través de Whatsapp sin su consentimiento. No sé si las fotos tenían contenido erótico, pues ella no lo especificaba, pero está claro que se trataba de algo privado que no tenía por qué salir de ese ámbito.

Al leer su mensaje, me puse enseguida manos a la obra. Me di cuenta de que mi artículo estaba incompleto, puesto que todavía hay formas de acoso escolar que necesitan ser denunciadas y erradicadas. Por eso, y esperando que no sea demasiado tarde, quiero aportar mi granito de arena completando aquel artículo con esta ampliación centrada exclusivamente en el ciberacoso.


El uso del móvil

Los niños de hoy en día reciben su primer teléfono móvil a una edad muy temprana, aproximadamente entre los 8 y los 12 años. Desde hace un tiempo relativamente corto, es frecuente ir por la calle y ver a niños muy jóvenes con un teléfono en las manos, controlando las redes sociales y los servicios de mensajería con una facilidad pasmosa. Y es que ahora no se les puede dar un teléfono móvil que no tenga conexión a Internet las 24 horas o, por lo menos, una forma de acceso a las redes wifi. Entiendo que las nuevas tecnologías son vistas como algo bueno, destinado a hacernos la vida más fácil a todos, pero hay que contar con la inconsciencia de los niños y preadolescentes. Es precisamente esta inconsciencia la que les lleva a hacer un mal uso del móvil.

Según un estudio del Centro de Seguridad de Protégeles llevado a cabo en el año 2013, el 76% de los niños de entre 11 y 14 años utiliza Whatsapp. Este servicio de mensajería les permite estar conectados a lo largo de todo el día y les sirve para enviarse mensajes, fotos, canciones, vídeos y grabaciones de voz. También pueden crear sus propios grupos, intercambiar información y, poco a poco, acaban incluyendo en su rutina diaria el mirar a cada momento la pantalla del móvil para ver si han recibido un mensaje nuevo.

Sin embargo, esta actividad no está exenta de peligros, y el acoso es la principal. Whatsapp, al igual que otras aplicaciones semejantes como Line, Telegram o Snapchat, hace que el ciberacoso sea más insoportable para la víctima, porque su capacidad de difusión mediática es inmensa. A todo esto se añade otro factor que no se suele tener en cuenta: los menores no saben si el sistema de geolocalización de su móvil está activada o no, porque la mayoría ni siquiera lo comprueba, y algunos la tienen siempre activada sin darse cuenta.

En España, los menores de 14 años no pueden compartir sus datos personales sin autorización, pero se hace de todas formas. Se añaden, además, fotos y vídeos de los que no se comprueba el contenido y se difunden por la red en cuestión de segundos. Cualquier persona que tenga su número de teléfono puede acceder al perfil de Whatsapp de un niño, saber cómo es y la hora a la que se ha conectado por última vez. Por fortuna, las nuevas versiones de Android tratan de solventar este problema desconectando esas funciones por defecto.


Amenazas a través de redes sociales

Al igual que comentaba en mi post anterior, las amenazas o intimidaciones son un asunto bastante grave debido en gran parte a esa capacidad que tienen de perdurar y prolongarse en el tiempo, provocando tensión y una verdadera angustia a la víctima de tales prácticas. Hoy en día casi todo el mundo tiene Facebook, Tuenti, Twitter, un blog o un canal en YouTube, en los que podemos expresar nuestras opiniones, estar en contacto con nuestros amigos o visualizar contenido más o menos interesante. Sin embargo, hay quien decide utilizar esas redes para tomarla con una persona, amenazarla e incluso animar a más gente a que lo haga por el simple placer de ver humillada a la víctima.

Las amenazas a través de la red no son algo para tomarse a broma. Me atrevo a decir que son incluso peores que las intimidaciones que se hacen cara a cara, porque el abusador se aprovecha de las ventajas del anonimato para atacar sin impunidad a su víctima. No se necesita más que un alias para formar un grupo que se dedique a insultar, acosar y martirizar a cualquier persona que se os ocurra. Los haters, que es el nombre que reciben popularmente estos personajes, pueden llegar a ser realmente peligrosos si están cerca de nuestro entorno y, además, nos conocen y saben dónde nos duele.

Ante esto, lo único que se puede hacer es lo evidente: denunciar. Me sorprende bastante saber que un alto porcentaje de escolares entre los 11 y los 16 años se haya sentido en algún momento víctima de acoso escolar, y que la mayoría no se lo haya contado nunca a ningún adulto. Es muy triste saber que España es uno de los países europeos en los que menos se reconoce haber sufrido acoso escolar.

En primer lugar, me gustaría decirles algo a aquellas personas que son víctimas injustas de esta ruin práctica: No sois culpables de nada. No sois culpables del “delito” del que esos desgraciados os están acusando. Siempre se han cometido injusticias en esta vida, pero es importante saber reaccionar ante cada una de ellas. ¿Cómo? Veamos los medios con los que contamos:


1. Es conveniente que recapacites acerca del contenido que estás compartiendo en las redes sociales. Ten en cuenta que cualquiera podría entrar en tu Muro y ver las cosas que estás escribiendo: cotilleos, palabras malintencionadas, comentarios maliciosos sobre otra persona… Tienes que tener mucho cuidado con lo que escribes o subes, porque en cuanto lo hagas vas a perder todo el control que tenías. Recuerda que, aunque se elimine un determinado comentario de la web, todo lo que se publica en Internet, se queda en Internet.

Mi consejo es que utilices los sistemas de privacidad que se ofrecen en las diferentes webs de redes sociales, con los cuales puedes determinar qué personas quieres que vean tu perfil y tus contenidos. No pongas tu teléfono ni tu dirección de casa en el perfil, porque esos datos son demasiado privados. Activa el sistema de privacidad y decide quién quieres que vea tus contenidos. Si una persona deja de ser tu amiga por cualquier circunstancia, bórrala de tu grupo de amigos y bloquéale el acceso a tu perfil. Si crees que ha podido averiguar alguna de tus contraseñas, cámbialas de inmediato.

También puede ocurrir que estés siendo víctima de espionaje a través de la red. Los ciberacosadores pueden monitorizar tus actividades, intentar rastrear tu dirección IP para averiguar más información de ti, e incluso pueden espiar a tus amigos, familiares o compañeros de trabajo. De esta manera, el ciberacosador puede incluso suplantar tu identidad o la de tus amigos para difamarte en blogs y foros, incluso facilitando tu teléfono para que otras personas se unan a la agresión. Si sospechas que alguien ha intentado acceder ilegalmente a tu correo electrónico o a tus redes sociales, cambia las contraseñas o cierra esas cuentas y abre otras siguiendo el protocolo de privacidad. Si has recibido mensajes amenazantes o insultantes en blogs y foros, comunica a los administradores de la web y a la Policía lo que está pasando para que ellos puedan encargarse del acosador.


2. No te hagas, y menos aún compartas, fotos o vídeos de carácter erótico o sexual. Ya sé que todos tenemos nuestra privacidad y que con ella deberíamos ser capaces de hacer lo que nos diera la gana, pero es mejor no tentar a la suerte. Compartir imágenes de menores haciendo poses sexuales es un delito y está penado por la Ley, así que es mejor no hacer fotos de ese tipo nunca. Los móviles de ahora son como pequeños ordenadores de bolsillo; si un hacker puede entrar en tu ordenador de sobremesa y ver tus archivos, imagínate lo que podría hacer con el contenido de tu teléfono si le ofreces semejante filón. Y, aunque nadie te piratee el teléfono, siempre podrías perderlo o te lo podrían robar.

Aquí hay que añadir unas palabras acerca del sexting. Entre los adolescentes se lleva mucho eso de sacarse fotos enseñando los pechos o los genitales para enviárselas a la persona con la que se está ligando vía Whatsapp. Lamento repetirme, pero es muy importante que tengáis esto presente: No os hagáis NUNCA fotos o vídeos de temática sexual. No importa lo mucho que os guste la otra persona, ni las veces que os ruegue que le enviéis ese tipo de fotos: No lo hagáis nunca, porque os arrepentiréis de ello.

Muchas de las víctimas del sexting suelen ser chicas que temen que sus novios se enfaden o las dejen si no les cumplen ese “caprichito” de nada. Pero no se paran a pensar en las consecuencias a largo plazo. ¿Quién te dice a ti que tu novio no les está enseñando tus fotos a sus amigos en este momento? ¿Quién te dice a ti que no las está compartiendo por Whatsapp? ¿Quién te dice a ti que, cuando corte contigo, no las vaya a difundir por ahí para humillarte? No quiero decir que todos lo hagan, pero no está de más tomar precauciones. Si te sientes presionada a hacerte ese tipo de fotos y mandarlas, es mejor que recapacites y te mantengas firme en tu postura. Nadie tiene por qué obligarte a hacer algo que tú no quieres.

En cualquier caso, si alguien ha difundido fotos tuyas de carácter íntimo y privado, denúncialo inmediatamente a la Policía. Aquí no hay medias tintas: acude a la Policía y ellos se encargarán de encontrar a los culpables y hacerles pagar por su delito. Si tú no eres la víctima pero has recibido fotos eróticas o sexuales  de menores que se están difundiendo por la red, no seas cómplice y denúncialo también. Recuerda que, si callas o sigues pasando las fotos, eres tan culpable como el que lo empezó todo.


3. En caso de acoso de tipo intimidatorio (amenazas, insultos, etc.), guarda todas las conversaciones. Tanto si te acosan por Whatsapp como por correo electrónico, guárdalo TODO. ¿Por qué? Porque cuando hagas la denuncia correspondiente, esas conversaciones serán las pruebas que utilizarás en contra de la otra persona. Si no tienes manera de guardarlo en algún documento, haz capturas de pantalla en las que se vea la fecha de emisión del comentario insultante.

Cuando lo tengas todo, haz mil copias de cada documento y guárdalos en diferentes formatos: un CD, un pendrive o pídele a algún familiar que te deje guardar una copia de esos documentos en su ordenador personal. Si el acosador te sigue molestando, puedes decirle de forma pública y sin ningún temor que tienes las pruebas suficientes como para denunciarlo, y que lo harás si no te deja en paz. Si insiste y te sigue amenazando, no tengas miedo de denunciarlo.

Recuerda que, aunque tengas todas las pruebas del delito y denuncies tu caso, a veces el proceso de investigación es demasiado lento. Ármate de paciencia y no desistas en tu propósito. Y no te preocupes por el aparente anonimato del ciberacosador. Una de las ventajas del ciberacoso es que las acciones que comete el abusador quedan registradas y se pueden realizar investigaciones sin que los testigos tengan que testificar o dar sus datos. En el caso de las redes sociales, basta con que sepas la cuenta desde la que se están cometiendo abusos para que puedas denunciarla tanto a los administradores de la red social como a la Policía.


4. Jamás participes en la grabación o difusión de un vídeo en el que se está maltratando a un compañero. Es de lo más ruin y despreciable. Si la actuación del maltratador es censurable a la par que delictiva, también lo es la del cómplice que graba el momento y lo difunde para que todos se burlen de la víctima. Ambos son igual de culpables, y si eres testigo de una injusticia así y no la denuncias, tú también pasarás a engrosar su equipo. Sobre todo, párate a pensar en cómo te sentirías tú en el caso de que alguien te hiciera lo mismo a ti.

Hay muchas maneras de denunciar la circulación de un vídeo en el que se ve un maltrato, pero me remito a la más común por ser la que más se tiene a mano: hablarlo con los profesores. Si te da miedo hacerlo en público por una posible venganza, habla con tu tutor en privado y cuéntale lo que has presenciado. También puedes contárselo a tus padres o a un adulto de tu confianza y, si eres más valiente todavía, lo harás ante la Policía. No te preocupes si no sabes cómo se interpone una denuncia: di la verdad y ellos te tomarán declaración.

Si no te atreves todavía a denunciar el hecho cara a cara, puedes hacerlo vía correo electrónico a esta dirección donde te atenderán especialistas de la Policía Nacional: seguridadescolar@policia.es


5. También hay consejos para los padres y los profesores. Si veis que vuestro hijo o alumno muestra cambios de humor, está triste, huidizo, finge enfermedades para no ir al colegio y se muestra tenso y nervioso, intentad averiguar qué le ocurre. Es posible que al principio niegue que le ocurra algo, pero si le hacéis ver que estáis a su lado y que queréis ayudarle a solucionar el problema, se abrirá a vosotros y os lo contará todo.

No le forcéis a hablar si no quiere, pero si sospecháis que está siendo acosado podéis plantearle vuestro parecer al respecto. Decidle que no se os ha escapado su cambio de actitud, que está nervioso y asustado, y hacedle saber que podéis ayudarle. No le quitéis importancia a nada de lo que diga. Dejad que se desahogue y después hacedle las preguntas que queráis. Lo digo porque hay personas que tienden a sacarle hierro al asunto, a considerarlo “cosas de críos” e incluso a culpar a la propia víctima por ser alguien incapaz de adaptarse a los demás. Lo único que conseguiréis con esta actitud es que la víctima se cierre más en banda y piense que de verdad no tiene a nadie a quien acudir.

El acoso escolar puede acarrear consecuencias muy graves para la víctima si no se hace algo al respecto: estrés postraumático, pesadillas, insomnio, ansiedad, flash back o ataques de pánico. En casos realmente graves, la víctima puede caer en una depresión o quedarle secuelas psicológicas para toda la vida. Si es necesario acudir a terapia, buscad a un especialista en este tipo de casos y asistid a las sesiones que hagan falta. Poco a poco, vuestro hijo o alumno se recuperará y volverá a ser feliz.


Y esto es todo por el momento. Espero sinceramente poder ayudar a alguien con estos consejos o, por lo menos, darle a entender que hay maneras de hacer frente a los acosadores y denunciar sus prácticas. Si el contenido de este artículo os ha resultado útil, compartidlo en Google o en vuestras redes sociales para hacérselo llegar a todos aquellos a quienes pueda interesarle. Si creéis que me he equivocado en algún punto, comentad sin temor y dad vuestro punto de vista. Si habéis sufrido una mala experiencia relacionada con el acoso o el ciberacoso y queréis compartirla, aquí podéis hacerlo sin ningún problema.

Cuidaos mucho y buena suerte.

martes, 10 de junio de 2014

Fauna Shopaholic


¡Hola a todos!

Cuando llevas tanto tiempo estudiando, a veces viene bien tomarse un respiro y aprovechar para hacer algo que te gusta o te entretiene. El sábado pasado, aunque todavía me quedaba un examen por hacer, decidí liarme la manta a la cabeza y tomarme todo el día libre. Aprovechando que mi primo quería ir a Marineda City, decidí acompañarle y echar un vistazo a las tiendas. Está demostrado que una tarde de compras puede ser muy relajante, y una de las cosas que más me gustan en este mundo es ir de una tienda a otra en busca prendas que hagan mis delicias. Eso sí, tampoco me paso comprando. Normalmente miro más que compro, porque creo que hay mejores cosas en las que gastarse el dinero. Además, me considero una chica muy ahorradora (le doy mil vueltas a las cosas antes de decidirme, y a veces tienen que empujarme a que lo haga porque si es por mí seguiría dudando).

El caso es que cada uno tiene sus propios hábitos de compra. Los hay que entran en una tienda, van a tiro fijo, pagan y se van. Otros prefieren dar vueltas y más vueltas hasta dar con algo que les llame la atención. Y otros, simplemente, van a echar un vistazo a las novedades y, con suerte, pillan algo.

Una de las cosas que más me llama la atención es que casi todas las shopaholics son chicas. ¿Dónde se meten las chicas el fin de semana? Pues probablemente estarán de tiendas en algún centro comercial. Patearse cientos de tiendas de ropa es uno de los pasatiempos favoritos de la mayoría de las mujeres, así que no estoy contando nada nuevo. Hay personas, sobre todo hombres, que no entienden lo divertido que es ir de tienda en tienda rebuscando entre la ropa hasta dar con la prenda soñada. Y no digamos ya cuando llega la época de las rebajas, momento en el que hasta las matronas más respetables dejan salir a la bestia que llevan en su interior en cuanto ven una ganga de la que pueden aprovecharse.

Durante el resto del año, las compras se llevan de un modo más tranquilo, más relajado. Y también es el momento en que se pueden observar los distintos rituales que las chicas seguimos a la hora de comprar. El sábado he tenido la oportunidad de hacer un poco de trabajo de campo y, mientras paseaba entre cientos de percheros y estanterías, he tenido la oportunidad de distinguir varios especímenes dentro de la fauna shopaholic. Por eso hoy he preparado un pequeño muestrario para que, cuando vayáis de compras, sepáis identificarlos según su perfil.


*La compradora solitaria: Es la compradora perfecta. Vestido vaporoso, cazadora a la última moda, gafas de sol en lo alto de la cabeza, bolso grande de asas colgando del brazo y el móvil en la otra mano, preparado para sacarle una foto a una prenda maravillosa y mandársela a sus amigas por Whatsapp. Camina con paso decidido de una tienda a otra, mirando a todas partes pero sin buscar nada en especial. Se lo pasa de maravilla pasando las perchas de los vestidos, ansiosa por encontrar el modelito perfecto. Normalmente lleva una lista de las cosas que quiere comprar, ya que es muy posible que haya consultado varios blogs de moda y sepa más o menos lo que es in esta temporada. Por esta razón suele ir a tiro fijo, aunque las hay que van sin tener muy claro si van a comprar o no. Si te cruzas con ella, no te molestes en saludarla: Va a su bola y no tendrá ganas de pararse ni para darte la hora.


*La que necesita asesoramiento: A veces se da el caso de que una chica cree que ir de compras sola es un rollo por muchas y diversas razones, siendo la más importante que no tiene a nadie que la asesore en caso de que los pantalones que tanto le gustan le hagan el culo gordo. Por eso esta compradora va siempre acompañada de una amiga para que la asista. Casi siempre suele elegir a una amiga que entiende bastante de moda, lo que la convierte en la estilista perfecta. Juntas recorren todas las tiendas habidas y por haber, incluidas las de zapatos y complementos, hasta dar con el outfit perfecto. Es imperativo que la amiga estilista sea absolutamente sincera con su amiga, pues se supone que quiere verla estupenda. Sin embargo, también hay chicas muy envidiosas que no soportan que sus amigas luzcan más que ellas y se dedican a criticar sus elecciones de ropa. Será decisión de la compradora seguir el criterio de su amiga o el suyo propio.


*Las que van en grupo: Cuando no hay nada que hacer un sábado por la tarde, las mejores amigas del mundo deciden que ir en manada a un centro comercial puede ser una buena idea. Como si de una hermandad se tratase, todas se visten de manera parecida y se lanzan a la caza de lo que sea. A machete. Suelen ser muy jovencitas, rondando los catorce o quince años. Cuantas más sean dentro del grupo, más peligro corre el resto de compradores, porque las chicas pierden por completo el sentido de la vista y tropiezan con todo, como si tuvieran bultos por todo el cuerpo. Además, son criaturas muy escandalosas que se ríen a gritos y se hacen comentarios que se escuchan desde el otro lado de la tienda. Si las veis aparecer, salid de la tienda cagando leches o tendréis que aguantarlas durante un tiempo infinito.


*La que va a tiro fijo: No debe confundirse con la compradora solitaria. La que va a tiro fijo va a comprar sola, pero únicamente cuando necesita algo con urgencia, ya sea una camiseta o un frasco de champú. En realidad, resulta casi imposible detectarla, porque entra y sale de la tienda a la velocidad del rayo. Va a una tienda, se dirige rápidamente a la prenda que está buscando, mira la talla, paga y se marcha a su casa. Actúa como si las tiendas le dieran alergia, y a veces ni siquiera pisa el probador, pues prefiere probarse la ropa en su casa, a solas. Por lo general, esta compradora se caracteriza por adquirir prendas básicas que valen para todas las temporadas, pues no le gusta mucho ir de compras. Por eso solo va a una tienda cuando necesita una prenda urgentemente; el resto del año, no la encontrarás allí.


*La que va con su madre: Parecida a la que necesita asesoramiento, pero en este caso de su madre. En esa franja de tiempo que va desde los doce a los catorce años, las niñas todavía no se animan a salir de compras con sus amigas y prefieren ir con sus madres, que se encargan de que elijan las prendas de ropa que menos carne enseñen para evitar miradas indeseadas. La niña y su madre dedican una media de tres cuartos de hora a dar vueltas por todas las tiendas del centro comercial (a veces tienen que volver otro día para terminar el recorrido). La hija siempre encabeza la marcha, eligiendo las prendas y complementos que le gustan. Será tarea de su madre ir descartando aquellas que menos la favorezcan (a sus ojos) o las que tengan escasez de tela para tapar escote o muslos. En los probadores se suelen escuchar los sermones de las madres y las protestas de sus hijas, que tratan de hacerlas entrar en razón a cualquier precio. La diversión es doble si, además de la madre, se anima a ir también la abuela.


*La que va con su novio: Mi favorita, sin duda. Cuando las chicas nos enamoramos y empezamos a salir con un chico, una de las cosas que más nos gusta es pasar tiempo juntos. Naturalmente, eso no se aplica a ir a un bar para ver un partido de fútbol, pero sí para pasarse la tarde de compras. La chica se pasea con aire despreocupado por las tiendas, mirando aquí y allá, tomándose todo el tiempo del mundo… mientras que el sufrido novio camina unos pasos detrás de ella, cargado de bolsas y con cara de aburrimiento mortal. Ajena al cansancio de su novio, la chica sigue a su bola y el chaval solo puede esperar a que encuentre el pantalón perfecto a la primera y no le haga esperar mucho. Quizá pensando en ellos, algunos centros comerciales han aportado el famoso “Sillón del Marido”, donde los chicos pueden descansar un rato mientras sus novias se prueban un bikini tras otro. ¡En un Bershka hasta han puesto un futbolín! Aunque creo que es decorativo, sería genial que los chicos se entretuvieran jugando mientras sus novias “pasan tiempo en pareja” a su manera.


Y, de momento, esto es todo por hoy. ¡Sed buenos y procurad no meteros en muchos líos!

jueves, 5 de junio de 2014

El Legado de Tibu


Imaginaos la siguiente situación: Vais caminando por la calle de vuestro pueblo o ciudad, paseando tranquilamente solos o acompañados de un amigo. Hace sol, la temperatura es agradable y todo invita a la tranquilidad y el relax a lo largo de una tarde cualquiera entre semana. Pero, de repente, se oye un ruido de risas no muy lejos de donde estáis.

Si seguís el coro de risas, llegaréis a un lugar donde se celebra una extraña ceremonia. Junto a una fuente pública situada en mitad de una plaza, un grupo de gente se arremolina en torno a un compañero que lleva un móvil con el que está grabando a otro curioso personaje vestido con un disfraz estrafalario que jamás se pondría estando sobrio o bien de la cabeza. Después de unas palabras, el chaval se encarama al borde de la fuente y se zambulle en el agua, para gozo y algarabía de sus amigos, que lo han grabado todo y se lo pasan de maravilla celebrando la hazaña de su amigo.

Este es uno de los miles de ejemplos que podéis encontrar en YouTube o en los muros de Facebook de mucha gente. Personas que, sin razón aparente, se graban en vídeo tirándose al agua de mil y una maneras, y todo en nombre de un ritual que empezó como un acto benéfico pero acabó convirtiéndose en la moda de principios del verano. ¿Todavía no sabéis de qué hablo? Se trata, nada más y nada menos, que del Legado de Tibu.

Pero vayamos al principio de los tiempos. La historia del Legado de Tibu empieza en Tarkio, Missouri. En este pueblo estadounidense vive un bebé llamado Landon Shaw, quien a la temprana edad de cuatro meses le fue diagnosticado un cáncer. La desgracia se completaba con la mala situación económica de sus padres, que no podían pagar el tratamiento de su hijo. Entonces, los vecinos del pueblo tuvieron una idea: Cada persona que se bañase en agua fría, debía donar una cantidad de dinero a una cuenta especial para sufragar el tratamiento del bebé. La idea se difundió a través de las redes sociales y al cabo de una semana consiguieron recaudar más de 30.000 euros.

Sin embargo, la cosa no quedó ahí. En una sociedad hiperconectada como la nuestra, es muy fácil para cualquiera ver lo que está pasando en la otra punta del mundo, y resulta que esta campaña de solidaridad llegó a Weinfelden, Suiza. Allí trabaja Damián Pereira, un joven de Camariñas que se quedó bastante sorprendido al ver que muchos de sus amigos y conocidos en Suiza empezaban a tirarse al agua aparentemente sin razón alguna, pues la mayor parte del mensaje inicial se había perdido y ahora tenía un sentido más lúdico.

Fue entonces cuando se le ocurrió que la cosa podía llegar a calar en su tierra natal, y decidió grabarse en vídeo saltando al agua, no sin antes nominar a su primo y a sus amigos. Si en cuarenta y ocho horas ellos no repetían la misma maniobra, la grababan y la colgaban en su Facebook, tendrían que pagarle una mariscada. Y prendió la mecha.

Primero fue Camariñas. Le siguieron Fisterra, Vimianzo, Ponteceso… Al cabo de unas horas, miles de personas de Costa da Morte habían llevado a cabo el “Legado do Tibu”, en referencia al apodo de Damián, a quien llaman Tiburón porque juega las pachangas de fútbol con camisetas de Puyol. Ni siquiera su propio artífice ha conseguido asimilar el éxito de su iniciativa.

Las reglas son muy sencillas, y os voy avisando por si a alguno de vuestros amigos se le ocurre nominaros. La norma principal es que hay que mojarse en agua fría, grabarlo y subirlo a la red. Da igual que sea a manguerazos, a cubos, con pistolas de agua, tirándose a una fuente, desde un muelle, desde una roca, en un río, en un lavadero, en un charco… También hay que hacerlo vestido, aunque se puede optar por un disfraz ligerito (algunos chicos se ponen bañadores que no dejan mucho a la imaginación, XD). Antes de tirarse al agua, hay que explicar a la cámara quién os ha nominado y, por supuesto, decir quiénes son vuestros elegidos para continuar el legado. Se empezó con un máximo de tres nominados, pero hay personas que han nominado a equipos enteros de fúbol local. No importan ni el sexo ni la edad que se tenga, pues hasta los abuelos se han sumado a la gracia de sus nietos y acceden a darse un chapuzón.

El Legado de Tibu ha arrasado en Internet. Son muchísimos los vídeos que circulan por la red de gente tirándose al agua con disfraces imposibles y en los sitios más insólitos. De hecho, aunque no es un requisito necesario, muchos quieren darle algo de originalidad a su Legado bañándose de muy diversas maneras. Se me ocurren ahora mismo el vídeo de un chico que se disfrazó de flor, se enterró en la arena y sus amigos le regaron. O el de otro chico que, vestido con ropa interior de mujer, se dio un chapuzón en la fuente decorativa que hay en la biblioteca Concepción Arenal en Santiago de Compostela, en plena sesión de estudio para los exámenes y ante el desconcierto de los estudiantes, que le dedicaron un aplauso cuando salió del agua.

No obstante, ya han empezado a darse las primeras voces de alarma. La locura por buscar el sitio más espectacular o más innovador ha alertado al sector del socorrismo. Por un lado, porque se corre el peligro potencial de sufrir un golpe por traumatismo. La verdad es que algunos se tiran al agua con muy poco cuidado pero en general no tiene por qué ser así. Y también está el riesgo de sufrir hidrocución, lo que conocemos popularmente como “corte de digestión”. La diferencia tan brusca de temperatura puede provocar un shock que, en casos desafortunados, genera una sobrecarga cardiaca que ocasiona una parada respiratoria y la muerte. Glup.

¡Pero eso no nos ocurre a los gallegos! Somos gente del norte y estamos acostumbrados a estas cosas. ¡Aquí no existe la palabra hipotermia! ¡Aunque el agua esté helada, para nosotros siempre estará como el caldo! Y espero que el resto del mundo se inmunice bien contra el agua fría, porque el Legado ha traspasado fronteras y ya se ha hecho en Francia y en Brasil. ¡Hasta algunos políticos se han animado a hacerlo!

De momento, Damián Pereira ha empezado a preparar un evento multitudinario para este verano. En agosto se planea hacer una gran fiesta entre todos los que hicieron el vídeo para tirarse juntos al agua. No se descarta que algún día se tire Rajoy también (dicho sea de paso, sería algo digno de verse).

Así que os aconsejo que vayáis pensando en la gente a la que vais a nominar y el disfraz que queréis llevar puesto, porque los próximos podríais ser vosotros.

domingo, 1 de junio de 2014

La Kimmidoll del mes: Mana, "Delicadeza"


¡Hola a todos!

Durante unos días voy a estar un poco ausente del blog (tranquilos, solo será una semana o así), porque ahora toca ponerse con los exámenes de inglés y alemán que, si apruebo, me darán sendas certificaciones de nivel. ¡Deseadme suerte!

Mientras tanto, para no faltar a la tradición, os dejo aquí mi pequeña inauguración del mes con una Kimmidoll. ¡Aquí la tenéis!


Mana, "Delicadeza"




"Mi esencia es simpática y encantadora. Con tu dulce temperamento y adorables maneras compartes mi encantadora esencia. Dondequiera que vayas y hagas lo que hagas, haz que el mundo vea siempre todo lo que es simpático y hermoso en ti."

Es la esencia que corresponde a aquellas personas de temperamento dulce, tranquilo y adorable, que les permite empatizar con los demás y descubrir los valores y el verdadero corazón de las personas que les rodean.