Miranda Hobbes
Miranda Hobbes es una feroz abogada de treinta y dos años que vive una vida tan ajetreada como satisfactoria, pues le encanta su trabajo y disfruta de las ventajas que le dan su soltería y su éxito profesional. Dentro del grupo de amigas, es la más cínica en cuestiones sentimentales, pero también suele ser la voz de la razón, motivo por el cual es una de las mejores amigas de Carrie, a quien suele recurrir a menudo cuando tiene dudas.
Biografía
Miranda nació y se crio en Filadelfia con su madre y sus dos hermanas. En la serie se nos dice que fue a la Universidad de Harvard, donde se licenció en Derecho en el año 1990. Debido a su carácter competitivo y su afán de perfeccionismo, no resulta extraño que se licenciara como una de las mejores estudiantes de su promoción. Guarda muy buenos recuerdos de su etapa universitaria, de la que conserva camisetas de la universidad y una taza donde suele beber su café matutino.
Dado que la universidad de Harvard se encuentra en Massachussets, a tres horas de Nueva York, que hubiera conocido a Carrie parece haber sido cuestión de suerte. En cierto momento, se nos dice que Carrie conoció a Miranda al encontrarla llorando en los probadores de unos grandes almacenes, posiblemente debido a su cuerpo desgarbado y poco femenino. A pesar de sus diferencias, no tardaron en hacerse buenas amigas, y Miranda llegó a ser uno de los mayores apoyos en Carrie en todas las decisiones de su vida.
Miranda acabó mudándose a Nueva York y empezó a trabajar en un bufete de abogados, llegando a ser de las más fuertes y competitivas a pesar del exacerbado machismo que todavía imperaba en dicho sector en los años 90. El éxito de Miranda queda fuera de toda duda cuando vemos que es la primera que consigue comprarse un apartamento magnífico en el corazón de Manhattan sin la ayuda financiera de nadie. Además, puede permitirse contratar a una asistenta para que le mantenga limpia la casa.
Miranda adora el deporte, ya sea verlo o practicarlo, y es una gran fan del béisbol, en especial de los Yankees de Nueva York. En casa, sin embargo, su pasatiempo favorito es ver telenovelas junto a su gato Gordi mientras come comida china.
En cuanto a sus relaciones, Miranda siempre ha sido partidaria de no atarse demasiado a ningún hombre. Ha tenido muchas parejas sexuales (ella misma ha contado cuarenta y dos), por lo que se la podría considerar promiscua, pero no llega a los niveles de su amiga Samantha.
Personalidad
En las primeras temporadas, la imagen de Miranda es muy masculina. A diferencia de sus amigas, ella lleva el pelo corto, viste trajes de corte recto y no usa mucho color en sus atuendos, lo que casa con su carácter perfeccionista y con la imagen profesional que quiere dar. Miranda vive por y para su trabajo, llegando a trabajar hasta cincuenta horas a la semana para obtener la confianza de los socios y recibir los mejores casos, lo que a la larga le otorgará más prestigio dentro del bufete.
El problema viene cuando la rigidez de Miranda choca de frente con el acercamiento de los demás. Al trabajar en un entorno tan competitivo, es común que Miranda se tome las relaciones amorosas como un juego de poder en el que ella quiere llevar siempre la voz cantante o, por lo menos, estar al mismo nivel que el hombre. Esto la convierte en una mujer muy intransigente con la sensibilidad o defectos de sus parejas. Por ejemplo, se mostró muy molesta cuando una de sus parejas, un hombre criado en una familia muy puritana, se duchaba justo después de tener sexo; y le sucedió lo mismo con otro hombre, de quien no dejaba de quejarse porque él se empeñaba en hablar durante el acto sexual.
Pese a todo, Miranda es honesta, audaz, inteligente y no tiene miedo a decir lo que piensa, aunque a veces se muestra muy hiriente en sus palabras. Es muy famoso su estallido de furia contra Carrie cuando esta le confiesa que está volviendo a ver a Big, con quien ya había tenido muchos problemas. Tampoco se recató en alzar la voz contra sus amigas porque habían llegado a un punto en el que solo hablaban de hombres. Esto nos dice mucho acerca de su personalidad feminista. Firme defensora de la mujer en puestos de poder, Miranda demuestra día a día que puede lograr por sí misma todo lo que se proponga, aunque para ello tenga que luchar contra todo el sistema. La mayor fortaleza de Miranda se convierte así en su peor debilidad, porque sus elevadas exigencias la vuelven demasiado inflexible con sus seres queridos. Logra el éxito profesional que tanto persigue, pero a cambio se ve obligada a renunciar a los sentimientos. Ella misma se da cuenta de que tiene debilidades, pero no se atreve a confesarlas para no parecer vulnerable ante los demás.
A primera vista, y a pesar de sus muchas parejas sexuales, se podría pensar que Miranda es la que menos éxito en el amor tendrá. Tiene un humor mordaz, pero en el fondo es la más insegura de las cuatro: sus amigas son mucho más guapas, tienen más estilo, visten mejor que ella… y ella es desgarbada, tiene un cuerpo poco femenino y no le presta mucha atención a detalles como sus uñas o su pelo. Durante una temporada ha tenido que llevar aparato en los dientes, lo que le causaba una gran vergüenza y la hacía mostrarse muy susceptible, pues pensaba que todo el mundo la miraba y se reía de ella. Ocurrió otro tanto cuando se quedó embarazada y engordó, lo que la hizo sentir muy insegura.
En cuanto a sus principales parejas en la serie, aquellas con las que ha tenido una relación más larga, destacamos a tres. El primero fue Skipper Johnston, un diseñador de páginas web de veintisiete años al que conoce a través de Carrie. Miranda empieza a salir con él de manera esporádica, pero le considera demasiado joven, sensible e inmaduro, y le molesta su visión romántica de la vida, puesto que choca con su cinismo. Aunque mantiene una relación sexual intermitente con Skipper, en realidad Miranda no desea atarse a él, mientras que Skipper sí está terriblemente enamorado de ella, hasta el punto de considerarla la mujer perfecta. La ruptura entre ambos viene dada precisamente por esta desavenencia. En cierto momento, Skipper decide empezar a salir con otra chica, lo que lleva a Miranda a llamarle para disfrutar con él de sexo sin compromiso; Skipper, creyendo que Miranda quiere estar con él para toda la vida, llega incluso a cortar con su chica en medio del acto sexual. Pero, al darse cuenta de que Miranda no quiere nada serio, desaparece de escena y no volveremos a saber nada de él.
Otra de las relaciones largas de Miranda, ya casi al final de la serie, fue la que mantuvo con el doctor Robert Leeds. Robert es un exitoso médico deportivo de los New York Knicks, a quien Miranda conoce mientras le entrevista con otros miembros de la junta de inquilinos de su edificio para ocupar un apartamento vacante. A la llegada de Robert, Miranda se queda prendada de él. Con el tiempo, los dos comienzan una corta pero ardiente relación romántica (el afán de Miranda por experimentar una relación interracial se debe a su obsesión fanática por una serie de la BBC titulada Jules y Mimi). Pero a pesar de la chispa que hay entre ambos, Miranda no puede controlar su anhelo por Steve. Finalmente, en la fiesta del primer cumpleaños de su hijo, Miranda le confiesa su amor a Steve, dando por terminada su relación con Robert.
Y así, llegamos a Steve Brady, el gran amor de Miranda. Steve y Miranda se conocieron en el bar donde trabajaba él. Aunque Miranda simplemente ve a Steve como un rollo de una noche después de conocerse, Steve percibe una fuerte conexión y le pide que se vuelvan a ver. Miranda se niega al principio, pero se convierten en pareja después de que ella se dé cuenta de la fuerte atracción que siente por él. La diferencia económica de la pareja crea tensiones en su relación y acaban rompiendo. Sin embargo, mantienen una relación amistosa, que a menudo desemboca en una relación sexual entre ambos. Después de que Steve pierda uno de sus testículos a causa del cáncer, Miranda se compadece y acaba acostándose con él, cosa que provoca su embarazo. Al principio piensa en abortar para evitar que Steve se entere de que está embarazada. Sin embargo, en la clínica cambia de opinión y decide quedarse con el bebé. Fiel a su idea de tener compromiso cero, Miranda le dice a Steve que ella asumirá toda la responsabilidad, incluida la crianza del niño y todos los gastos relacionados, pero que Steve puede "visitarles" cuando quiera. Miranda da a luz a Brady Hobbes (un homenaje a sus respectivos apellidos), y ambos intentan criarlo juntos como pareja platónica. Con el tiempo, Miranda acaba dándose cuenta de que quiere a Steve, pero cuando intenta confesarle lo que siente por él, descubre que está saliendo con otra mujer, Debbie. Finalmente, en la primera fiesta de cumpleaños de Brady, Miranda acaba confesando su amor por Steve y, para su alegría y sorpresa, Steve admite que él también ama a Miranda. Se besan y, a las tres semanas, vuelven a estar juntos; permanecen juntos durante el resto de la serie, acaban casándose y comprando una casa adosada en Brooklyn para su creciente familia.
El arco de Miranda es uno de los que muestra una mayor evolución, pues acaba convirtiéndose en todo aquello que tanto la repelía al comienzo de la serie. De dura abogada soltera, pasa a ser madre y tener que compaginar su soltería con su carrera profesional y la crianza de un hijo. Es muy interesante ver la evolución de Miranda en este aspecto, que no es sino la evolución del propio personaje. Aunque lucha con uñas y dientes por llevar siempre la vida que quiere, se da cuenta de que los cambios ocurren y tiene que adaptarse lo mejor que pueda. Y así, con el tiempo, comprende que su vida, aunque no es exactamente como se la había imaginado, es maravillosa.
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