lunes, 26 de julio de 2021

Mi vida con migraña

 

¡Hola a todos!


Hace unos meses, en marzo, me diagnosticaron migraña. Aquel día por fin pude ponerle nombre a las jaquecas que llevaba padeciendo durante un año, aunque ya sospechaba que se trataba de eso. Y seguro que ahora os preguntaréis: Un momento, ¿llevas un año con migrañas y no has ido al médico? ¿Por qué tardé tanto en pedir cita? Pues porque estando en plena pandemia, los centros de salud y hospitales estaban saturados de pacientes afectados por el COVID-19 y se dejaron un poco de lado otro tipo de dolencias consideradas menos graves. Y como yo soy de esas personas que va por la vida procurando no molestar a nadie, pues decidí aguantar un poquito y ver si se me pasaba solo, si era algo relacionado con la menstruación o un dolor de cabeza pasajero. Pero no, no era pasajero.

Todo comenzó cuando vine a vivir a Madrid. Cuando mi novio y yo empezamos a vivir juntos, una de las primeras cosas que hice fue hablar con mi médico de cabecera para que me prescribiera la píldora anticonceptiva que, además de evitar que me quedara embarazada, me ayudaría a reducir mis dolores menstruales, que en mi caso son bastante latosos. Al mes de empezar con la píldora, tuve la primera jaqueca, que se manifestó como un dolor fortísimo que me taladraba la frente. Recuerdo que me llevé las manos a la cabeza y, mientras me tumbaba en el sillón, le grité a mi novio que por favor bajara las persianas, que no entrara ni el más pequeño resplandor. Tras este episodio, las jaquecas empezaron a venir mes tras mes, no tan fuertes como la primera vez, pero sí más largas y persistentes. Recuerdo que una de ellas, en noviembre del año pasado, me tuvo tirada en la cama con mareos y náuseas desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la tarde.

La migraña, en caso de que no lo sepáis, es un tipo de dolor de cabeza que se manifiesta con síntomas como náuseas, mareos, vómitos y alta sensibilidad a la luz y al sonido. Algunas personas aquejadas de migraña pueden tener dolor solo en un lado de la cabeza, mientras que otras pueden sentir ese dolor por toda la cabeza. Cuando empiezan las jaquecas, lo mejor que se puede hacer es tumbarse en alguna habitación a oscuras, tomar la medicación recetada por el médico y esperar a que el dolor vaya remitiendo poco a poco.

No se sabe con certeza qué es lo que causa las migrañas. Es una actividad anormal del cerebro, pero puede producirse por multitud de factores. Además, suelen aparecer entre los 10 y los 45 años, afectan más a las mujeres que a los hombres y, en ciertos casos, remiten con el tiempo o cuando una mujer está embarazada. Vivir con migraña puede ser un coñazo, pero si ha sido diagnosticada y tomas la medicación correcta se puede controlar muy bien.

En este post, os voy a contar los pasos que sigo yo para detectar una migraña, cómo procedo cuando noto los primeros síntomas y qué hago para tratar de mantenerlas a raya. Advierto que estos consejos sirven para mí, pues este es mi caso, pero pueden no servir igual para todo el mundo. Os recomiendo que, si tenéis algunos de los síntomas que vais a leer, concertéis una cita con vuestro médico, que os derivará a un neurólogo, para que os haga los análisis y pruebas necesarias para haceros un diagnóstico.


-La migraña aparece cuando le da la gana. A diferencia de los dolores de cabeza provocados por el periodo, que suelen darse cuando la mujer está a punto de menstruar, la migraña viene cualquier día del mes, así que tengo que estar preparada. Si tengo planeado un viaje, me llevo conmigo las pastillas que me recetó el neurólogo para estar lista por si me pilla fuera de casa.


-En mi caso, las migrañas suelen empezar por la noche o por la mañana. Empiezo a sentir un dolor pulsátil en la parte derecha de la frente, y así es como sé que se trata de una migraña: es un dolor que reconozco fácilmente. En ese momento, tomo inmediatamente la pastilla con un poco de agua y, a continuación, me voy a la habitación y me tumbo en la cama en silencio y con las persianas bajadas. La luz me molesta, pero me molesta mucho más el ruido. Tras tomar la pastilla, solo necesito dos horas para que haga efecto y el dolor desaparezca, tras lo cual me siento como nueva.


-A veces, tanto la luz como el sonido son difíciles de eludir. Los ruidos de la calle, niños jugando en la casa, algún vecino poniendo música... Son cosas que no se pueden evitar, pero para alguien con migraña son una verdadera pesadilla. Cuando tengo una jaqueca un poco fuerte, me pongo unos tapones para los oídos que amortiguan muy bien el sonido y un antifaz para dormir con el que no veo absolutamente nada. Una vez preparada, me tomo la pastilla y me acuesto un par de horas para que haga efecto.


-Es importante tener disponible un rincón aislado donde poder descansar en caso de estar teniendo jaqueca. Lo más recomendable es tumbarse, que además es lo que pide el cuerpo, pero a veces eso no puede ser, así que hay que buscar un lugar tranquilo donde sentarse o recostarse durante al menos veinte minutos. El problema viene cuando estás trabajando y empiezas a sentir ese maldito dolor de cabeza y sabes que te va a fastidiar el resto del día. En estos momentos, lo recomendable es tomarse la medicación y tratar de descansar un poco, aunque comprendo que a veces esto no es posible.


-Algunas personas combaten la migraña tomando cafeína. Por sorprendente que parezca, esto puede funcionar siempre y cuando el consumo no sea excesivo. Un poco de cafeína puede hacer que el dolor desaparezca, pero pasarse puede conseguir que la jaqueca dure más y sea más persistente. En mi caso, yo no tomo cafeína porque, dependiendo de la hora del día en que la tome, puede impedirme dormir por la noche, y uno de los factores que puede agravar las migrañas es dormir poco y/o mal.


-La migraña suele traer consigo náuseas, mareos y vómitos. Yo nunca he vomitado por culpa de la migraña, pero sí me he sentido mareada y revuelta del estómago (he llegado a dejar un desayuno a la mitad por no poder comerlo). En esos momentos, es importante limitar al máximo los esfuerzos físicos. Eso significa que no se debe hacer ejercicio, coger pesos y mucho menos conducir un coche. Es muy peligroso porque no solo puede agravar los dolores de cabeza, sino también provocar un accidente por marearse al volante o caer por unas escaleras.


-Existen varios factores que desencadenan los ataques de migraña: abstinencia de cafeína, uso de píldoras anticonceptivas (mi caso), cambios en los patrones del sueño, consumo de alcohol, ejercicio o estrés físico, ruidos fuertes, luces brillantes tipo fluorescentes, saltarse comidas, olores y perfumes intensos, fumar, estrés y ansiedad.


-Un detalle que me parece llamativo es que el ejercicio físico está catalogado como uno de los posibles desencadenantes de una migraña. Sin embargo, y para que veáis que cada paciente es un mundo, el médico me recomendó que siguiera haciendo ejercicio todos los días (sin pasarme) porque eso podía ayudarme a que me doliera menos la cabeza o las jaquecas fuesen remitiendo con el tiempo.


-Es preferible evitar que se manifieste la migraña antes que combatir sus síntomas. Por eso es importante adaptarse al entorno de trabajo y seguir unas rutinas sólidas. Hay que procurar dormir mucho y bien, no saltarse comidas y mantenerse bien hidratado.


-Por desgracia, la migraña puede ser un lastre en el plano laboral, tanto si ya trabajas como si estás buscando trabajo. Comunicarse sobre este tema no es fácil ya que, como tantas dolencias que no se ven, tiende a minimizarse. Es posible que algunas personas de tu entorno laboral piensen que estás fingiendo, que es un dolor pasajero, que no te duele tanto como quieres hacerle creer a los demás, que solo lo haces para trabajar menos o llamar la atención... Por eso es importante hablar con tus jefes o con recursos humanos acerca de lo que te pasa y, si es necesario, aportar el informe médico correspondiente. Eso debería demostrarles que, pese a las molestias que tus jaquecas puedan ocasionar en el trabajo, quieres poner de tu parte para combatirlas y no perjudicar a nadie.


Y hasta aquí por hoy. Espero que estos consejos puedan ayudar a alguien que tiene síntomas parecidos y no sabía qué eran. Pero, como siempre, recomiendo mejor hablar con el médico de cabecera y el neurólogo, pues ellos mejor que nadie sabrán si lo que uno sufre es migraña o cualquier otra afección. No os automediquéis con medicinas que no han sido recetadas para vosotros y leed bien los prospectos antes de tomar el medicamento prescrito. Si seguís bien estos consejos, llevaréis mejor el tema de las jaquecas y podréis hacer una vida prácticamente normal.


¡Hasta pronto!