¡Hola a todos!
Y seguimos una semana más con las historias del Mystic Messenger, ese juego al que poco a poco conseguiré engancharos, llegando así a crear mi propio ejército de mystiquers fanáticas y locas por los chicos virtuales que... estoooo, que es muy entretenido el juego, vaya. Esta semana le toca el turno a Seven, mi personaje preferido y firme candidato a convertirse en mi nuevo amor platónico del año. Seven es el último protagonista masculino del juego, por lo que este mes de historias acabaría con él, pero estoy pensando en ampliar la lista y añadir a un quinto chico, ya que muchos detalles del argumento quedarían más claros si redacto su biografía.
Pero no os entretengo más, así que aquí os dejo la historia de Seven.
Seven
Seven es un agente secreto de 22 años al que también se le conoce como 707, Luciel o Saeyoung, siendo este su nombre real. Es un genio de los ordenadores y se gana la vida como hacker, aunque también utiliza su asombroso talento para hacer cosas buenas; de hecho, él ha creado el messenger que los miembros de la RFA utilizan para comunicarse entre ellos. Es un chico gracioso y alocado, siempre divertido, sonriente y dado a gastar bromas. Entre sus gustos están la comida basura, disfrazarse de chica y coleccionar coches deportivos.
Biografía
Si hubiera que escoger una palabra para definir a Seven, esa sería la palabra «falsedad». Todo lo que es Seven, su nombre, su personalidad alegre, sus sonrisas… todo es mentira. A lo largo de su vida, Seven ha tenido que acumular una falsedad tras otra para enmascarar la verdad triste y oscura que lleva arrastrando desde su infancia. Nació en el seno de una familia completamente desestructurada en la que su padre, un importante personaje político, está casado y tiene hijos con otra mujer. Su madre, una mujer alcohólica y con serios problemas mentales, sabía que su amante no quería que se supiera de la existencia de Saeyoung y de su hermano gemelo Saeran, de modo que le chantajeaba para que le enviara dinero a cambio de mantener su silencio.
Saeyoung y Saeran Choi crecieron como rehenes de su propia madre en una casa transmutada en prisión. Aquella mujer enferma y malvada golpeaba a sus hijos y les castigaba a pasar varios días sin comer ni beber si hacían ruido o si intentaban escapar de la casa. Para evitar que la gente supiera de la existencia de los gemelos, la madre nunca salió con ellos a la calle ni permitió que fuesen escolarizados. Incluso llegó al extremo de atar una cuerda al tobillo del pequeño y débil Saeran, con quien solía cebarse cada vez que perdía la cabeza; Saeyoung, más fuerte y propenso a proteger a su hermano, solía salir al exterior cuando su madre dormía, aunque también tenía permiso para salir de vez en cuando a comprar cosas para ella.
Cuando estaban solos, Saeyoung hacía planes con Saeran sobre su futuro. Algún día conseguirían escapar de esa casa, decía Saeyoung. Estaba seguro de que si estudiaba Informática conseguiría ganar mucho dinero para que Saeran y él pudieran salir adelante, lejos de la amenaza de sus padres. En la iglesia a la que iba a rezar siempre que podía, Saeyoung había conocido a un chico llamado Jihyun, a quien todos solían llamar V. Este chico se dio cuenta de que, cada vez que Saeyoung iba a misa, unos agentes de seguridad del gobierno le vigilaban a cierta distancia. Al trabar amistad con el chico, supo de la triste historia de los gemelos y quiso hacer algo para ayudarles. Le contó a Saeyoung que había una manera de escapar de las garras de su madre y de conseguir que su padre nunca les encontrara. Una agencia de espionaje había visto el enorme talento que Saeyoung tenía como hacker y estaban dispuestos a contratarle como agente secreto, a pesar de su juventud. Tendría un trabajo con el que ganaría más dinero del que podía imaginar y sería independiente. Pero había una condición: tendría que dejar atrás a su hermano Saeran para siempre.
Saeran y Saeyoung Choi |
Saeyoung se negó en redondo a aceptar la propuesta. Una de las cosas que le había prometido a Saeran era que siempre estarían juntos, pasara lo que pasara. Pero V le hizo ver que la vida de un agente secreto conllevaba el hecho de “desaparecer” a ojos del mundo. Los espías informáticos estaban expuestos a un peligro constante debido a que manejaban datos e información muy valiosa; sus enemigos se contaban por centenares y buscaban la manera de hacerles el mayor daño posible, y esto incluía ir a por sus familiares y seres queridos. Si Saeyoung se convertía en agente secreto, sus enemigos intentarían hacerle daño a Saeran; por lo tanto, lo mejor era que se separaran. V y su novia Rika le prometieron a Saeyoung que buscarían la manera de rescatar a Saeran y cuidarían de él en algún lugar seguro. Después de pensarlo mucho, Saeyoung aceptó, pero puso como condición que se le enviasen fotos de Saeran para probarle que estaba bien y era feliz. Estas fotos las recibiría el día que cumplió veinte años, en un disquete que Rika le envió en el más estricto secreto.
Desde el día en que salió de casa para no volver, Saeyoung tuvo que empezar a acostumbrarse a no existir para el resto del mundo. Junto con su pasado, dejó atrás su verdadero nombre y se hizo llamar 707, que era su nombre de agente secreto. Sin embargo, tanto V como Rika se dirigían a él llamándole Luciel, pues era el nombre que había elegido para sí cuando pidió ser bautizado. Cuando V y Rika fundaron la RFA, entró a formar parte del elenco e incluso contribuyó a mejorar la comunicación entre los miembros creando la aplicación de mensajería para el teléfono móvil. En los chats de la RFA, Seven se mostraba como un chico extrovertido y jovial al que le encantaba cometer travesuras, gastar bromas y hacer chistes de todo. Una personalidad falsa que escondía a su verdadero yo, más frío y oscuro. Los miembros de la RFA le tenían por un tipo extraño, pero no dudaban de su buen corazón. Nadie sabía realmente quién era ni de dónde venía.
La vida de Seven dio un giro completo cuando una chica llamada MC entró en la aplicación de la RFA gracias a la intervención de un hacker desconocido que la había manipulado. A pesar de que al principio sintió desconfianza hacia la chica, al poco tiempo Seven y MC demostraron tener muchas cosas en común. Sus conversaciones en las salas de chat se caracterizaban por ser de lo más locas y estrafalarias, pues nunca se sabía qué se traerían entre manos o cuál sería la próxima gracia que iban a hacer. Incluso llegaban a terminar las frases que comenzaba el otro, como si supieran de antemano lo que iba a decir la otra persona. MC parecía comprender la mente de Seven mejor que nadie y tenía la habilidad de adelantarse a su próximo movimiento, cosa que a él le encantaba y le animaba a seguir haciendo locuras. La complicidad entre ambos era cada vez mayor y, al poco tiempo, empezó a ser bastante obvio que los sentimientos que se profesaban eran de algo más que amistad.
Pero entonces ocurrió algo que dio al traste con el leve atisbo de felicidad que Seven estaba empezando a experimentar. Por un lado, un espía llamado Vanderwood, que trabajaba con él en la misma agencia, apareció para apremiar a Seven a que terminara un trabajo que tenía pendiente y, para asegurarse de que no intentaría escapar, se quedó con él todo el tiempo. Y por otro, Seven descubrió que el sistema de seguridad del apartamento donde estaba MC había sufrido una alteración, lo que significaba que la chica corría peligro.
Mientras tanto, MC permanecía ajena al peligro que la acechaba. De pronto, un cristal del apartamento se rompió y por la ventana entró Desconocido, el hacker que había reconfigurado el sistema de seguridad del apartamento y, además, el que había guiado a MC hasta allí. Desconocido mostraba un comportamiento propio de un psicópata, ya que planeaba volar por los aires todo el edificio si MC no cooperaba y se negaba a ir con él. Seven llegó justo a tiempo para impedir que Desconocido secuestrara a MC, pero se quedó de piedra cuando se dio cuenta de que le conocía: era su hermano Saeran.
"Tú me abandonaste" |
Era la primera vez en diez años que los gemelos se veían, pero el reencuentro no podría haber sido más duro para Seven. Apenas fue capaz de reconocer a aquel chico de pelo blanco y mirada perdida que no se molestaba en disimular el desprecio que sentía hacia él. Sin borrar aquella extraña sonrisa que deformaba su cara, Saeran acusó a su hermano de haber roto la promesa que le había hecho cuando ambos eran niños y de haberle abandonado a su suerte. De nada sirvieron los intentos de Seven por explicarse: Saeran estaba convencido de que su gemelo lo había dejado atrás porque lo consideraba una carga, y por ese motivo lo odiaba y deseaba su muerte. El plan de Saeran era secuestrar a MC para llevarla a la logia de Mint Eye, una secta que buscaba desesperadamente un paraíso de felicidad al que llamaban Magenta. Sin embargo, antes de que Saeran pudiera llevarse a MC, el sistema de seguridad del apartamento, que Seven había reconfigurado, reconoció a Saeran como un intruso y amenazó con eliminarlo, por lo que el chico tuvo que escapar sin conseguir su objetivo.
Seven estaba destrozado tras lo que había visto. Acababa de descubrir no solo que su hermano Saeran le odiaba, sino también que había caído en las garras de una secta. Aquello significaba que V le había mentido durante años al decirle que protegería a Saeran. Incapaz de confiar de nuevo en V y temiendo que Saeran volviese para hacerle daño a MC, Seven decidió quedarse en el apartamento para proteger a la chica.
Sin embargo, algo en él había cambiado. En los días sucesivos, Seven pareció transformarse en otra persona. Ya no era el chico alegre y divertido al que le gustaba reír y gastar bromas. Se había convertido en un joven serio y huraño que no quería hablar con nadie, ni siquiera con MC, a la que empezó a tratar primero con frialdad y luego con verdadero desprecio, llegando a gritarle, a exigirle que se alejara de él e incluso a que dejara de molestarle todo el rato. Era como si la presencia de MC le resultara agobiante pero, al mismo tiempo, se viese incapaz de apartarse de ella. Quería proteger a MC porque la amaba, pero no quería que ella se vinculase sentimentalmente a él por temor a hacerle daño, pues estaba convencido de que eso era lo que acabaría sucediendo tarde o temprano, como le había pasado con Saeran.
Con lo que no contaba era con la tenacidad de aquella chica. Seven estaba convencido de que MC estaba enamorada de 707, es decir, de la personalidad artificial que había creado para el messenger de la RFA. Pero el auténtico Saeyoung era completamente distinto: era un amargado incapaz de proteger a los seres que más amaba. Si no había sabido proteger a su hermano Saeran, ¿cómo se atrevía a merecer el amor de alguien tan dulce como MC? Pensaba que para ella era mucho mejor alejarse de él, pues así no correría el riesgo de ser desgraciada por culpa de alguien que no la merecía. Sin embargo, a pesar de los desprecios de Seven, MC no se rindió y siguió insistiendo en estar con él. Sus sentimientos por Seven eran genuinos, le quería por ser como era y ansiaba estar a su lado en aquellos momentos tan duros para él. Cansado de luchar contra sus propios sentimientos, Seven claudicó ante MC y reconoció que la quería más de lo que jamás había querido a nadie.
"Por favor... déjame quererte" |
Sin embargo, todavía quedaba pendiente el asunto de Saeran. Aunque sus tratos con Mint Eye lo habían convertido en un fanático muy peligroso, Seven no quería abandonar a su hermano. Con la ayuda de MC, buscó pistas por todo el apartamento de Rika y descubrió lo que la fundadora de la RFA guardaba con tanto celo: un archivador de documentos marcados con el logotipo de Mint Eye, la secta a la que pertenecía Saeran. Esto confirmaba que tanto V como Rika habían estado ocultando un importante secreto al resto de miembros de la asociación, y que Saeran se había convertido en su principal víctima.
Pero para poder destapar todos los secretos y rescatar a Saeran, primero era necesario ir tras él. Seven sospechaba que había regresado a la logia de Mint Eye, por lo que se puso manos a la obra y utilizó sus habilidades de hacker para encontrar la ubicación de la mansión donde los adeptos celebraban sus ceremonias privadas. Siguiendo la pista de Saeran, Seven y MC encontraron la sede de Mint Eye y entraron para robar toda la información que guardaba en su sistema informático. La situación se complicó cuando Saeran apareció y amenazó con matarles a ambos. A pesar del peligro que corría, Seven y MC trataron por todos los medios de hablar con Saeran y hacerle ver que tanto V como Rika lo habían engañado. Confundido y furioso por escuchar lo que él creía que eran mentiras, Saeran encerró en aquella sala a Seven y a MC, tras lo cual escapó. Pero no llegaría muy lejos; Vanderwood había seguido a Seven para atraparle y, cuando vio a su gemelo salir de la mansión, pensó que su compañero se había disfrazado para pasar inadvertido, por lo que decidió llevárselo a la fuerza, a pesar de las protestas de Saeran.
Para cuando Seven y MC consiguieron salir de su encierro, Vanderwood y Saeran ya estaban muy lejos. Sin embargo, no se rindieron y fueron tras ellos. Mientras tanto, la fiesta de la RFA había empezado ya. Jumin, erigido ahora en cabeza de la RFA, pronunció el discurso de apertura y se lo dedicó a MC y a Saeyoung, siendo esta la primera vez que utilizaba el verdadero nombre de Seven en público. Saeyoung y MC pudieron oír este discurso a través de la radio, mientras conducían en busca de Saeran. Aunque todavía no habían conseguido dar con él, Saeyoung tenía la corazonada de que pronto le encontrarían y lograrían que volviera a ser el chico bueno y amable que era antes. Y pensaba así porque MC le había ayudado a afrontar los problemas que llevaban años atormentándole. Su beatífica presencia y la fortaleza de sus sentimientos hacia él habían conseguido sacar a Saeyoung de la oscuridad en la que él mismo se había sumido. A partir de aquel día, Saeyoung y MC no volverían a separarse. Buscarían juntos a Saeran y los tres conseguirían ser una familia.
Una noche, Saeyoung y MC se acurrucaron juntos en la cama para descansar. La persecución todavía no había llegado a su fin y Saeyoung se sentía nervioso por pasar con MC la que podía ser su última noche juntos. Quizá el miedo a morir le diera fuerzas para abrir su corazón a MC y pedirle que le permitiera dejar en ella el recuerdo imborrable de su existencia. Él quería que ambos fuesen uno para siempre, y ese era también el deseo de ella. No había nada más que decir, sobraban las palabras: Aquella noche, Saeyoung y MC hicieron el amor por primera vez. Más tarde, ya dormido entre los brazos de su chica, Saeyoung tuvo un sueño en el que sus amigos de la RFA estaban planeando ir su casa para celebrar una fiesta en honor de Saeyoung y MC; y entre ellos estaba Saeran, que por fin había perdonado a su hermano y había conseguido hacerse un hueco en aquella pequeña familia.
Personalidad
Seven es un chico cuya primera impresión hace que nos llevemos a engaño. Al conocerle, uno diría de él que es un chico alegre y feliz como cualquier otro, con su trabajo y sus aficiones. En principio, no hay nada que delate en él el menor signo de infelicidad. Pero se trata de una máscara, una personalidad que él mismo ha creado para ocultar la verdadera. Tras su encuentro con el hacker Desconocido, que en realidad es su hermano gemelo Saeran, esa fachada se resquebraja y cae en pedazos, revelando al auténtico Saeyoung: un chico serio, frío y amargado.
Para averiguar el porqué de esta dualidad, es necesario retrotraerse a los años de su infancia. Saeyoung fue un niño que nació, según sus propias palabras, en la oscuridad. Su padre, que actualmente está sumido en la campaña electoral para ocupar el puesto de presidente del gobierno, mantuvo una relación extramatrimonial con su madre, de la que nació Saeyoung y su hermano gemelo Saeran. Fue un padre ausente que jamás se preocupó por los hijos que tuvo con su amante; más bien le resultaban una molestia ya que, si se llegaba a saber que estos niños existían, su carrera política se iría al traste. En cuanto a la madre, ésta no era mucho mejor, ya que se dedicó a chantajear a su amante durante años para que le diera dinero a cambio de no revelar que había tenido dos hijos con ella. Por eso, no resulta extraño que Saeyoung se viese a sí mismo como alguien que no debería haber existido nunca.
Saeyoung tuvo que crecer sin la presencia de un padre que, según palabras de su madre, un día aparecería para llevárselo y hacerle daño. Sin embargo, la vida con su madre tampoco fue fácil. La señora Choi, una mujer mentalmente inestable y con graves problemas de alcoholismo, no sentía el menor cariño por sus hijos, a los que maltrataba a menudo. De los gemelos, se puede decir que Saeyoung fue el que tuvo la mejor suerte, ya que su madre le permitía salir de casa de vez en cuando, pero haciéndole prometer que volvería lo antes posible si no quería ver cómo castigaba a su hermano Saeran sin comer. La señora Choi parecía tenerle una especial ojeriza a Saeran, a quien mantenía encerrado en un cuartucho con una cuerda atada al tobillo para que no se escapara, y como Saeyoung no quería que le hiciese daño a su hermano, se aseguraba de obedecer a su madre.
Cuando la mujer no estaba en casa, Saeyoung acudía al lugar donde Saeran estaba atrapado y se quedaba con él para hacerle compañía. Es de sobra sabido lo fuertes que son los vínculos que unen a los hermanos gemelos, y en este caso el compartir una misma historia de maltrato y soledad contribuyó a unir todavía más a estos hermanos. Saeyoung, más fuerte que el enfermizo Saeran, tomó para sí la responsabilidad de protegerle y velar por él. En la oscuridad de aquel cubículo, Saeyoung y Saeran empezaron a planear un futuro en el que estarían los dos juntos para siempre; como responsable del bienestar de Saeran, Saeyoung empezó a estudiar Informática para convertirse en hacker, pues había oído decir que los hackers ganaban mucho dinero, y eso era precisamente lo que necesitaba si quería mantener a su hermano. Sabía que ser hacker no era fácil y que además iba a cometer muchas ilegalidades, pero cualquier cosa le valía con tal de poder cuidar y proteger a Saeran.
Pero las cosas no salieron como Saeyoung había previsto. Aunque su amigo V le consiguió un trabajo como hacker en una agencia de espionaje, el hecho de tener que dejar atrás a Saeran le provocó un gran dolor del que nunca se recuperaría. Saeyoung era un muchacho ingenuo que estaba desesperado por escapar del infierno en el que se había criado; por eso confió en las palabras de V y aceptó su propuesta. Esta fue la decisión más dura que tuvo que tomar en toda su vida, y siempre se arrepentiría de haberlo hecho. Pero estaba tan convencido de que se había convertido en un peligro para Saeran que al final acabó por asimilarlo; lo malo es que ese sentimiento de culpa se extendió en el trato hacia otras personas.
Con el paso del tiempo, Saeyoung empezó a desarrollar un temor irracional a la cercanía de la gente. Estaba tan aterrado por poner en peligro a las personas que le eran queridas que, en vez de abrirse a ellas, levantaba un muro a su alrededor para mantenerlas alejadas. Podía mostrarse jovial y simpático pero siempre mantenía las distancias. El miedo de querer a otra persona y desarrollar un vínculo afectivo hacia ella era demasiado poderoso, y Saeyoung no estaba seguro de poder volver a hacer lo mismo que había hecho con Saeran, es decir, alejarse de las personas a las que quería.
La aparición repentina de MC acabaría por romper todos los esquemas de Saeyoung. La simpatía y vitalidad de esta chica, con quien Saeyoung chateaba a menudo de forma jocosa, consiguieron bajar las defensas del hacker y hacer que se tambalearan los pilares sobre los que había basado toda su existencia. Aquella chica se parecía mucho a Seven, la fachada que Saeyoung había creado para sí, y descubrió que le resultaba muy fácil conectar con ella y divertirse. En realidad, era muy sencillo: MC representaba la parte feliz y hermosa de Saeyoung, la parte de su personalidad que se había obligado a ocultar para proteger a sus allegados. Por eso, no resulta extraño que Saeyoung acabara enamorándose de MC, a quien quería proteger a toda costa de la locura de su hermano Saeran. Sin embargo, obcecado en su idea de ser un peligro para ella, Saeyoung trataba de mantenerla alejada de él a fuerza de tratarla mal. Cada grito, cada impertinencia que le lanzaba estaba destinada a que MC enfriara sus sentimientos por él, a que se apartara de su lado antes de que resultara herida por su culpa. Pero MC no se dejó derrotar y le demostró que sus sentimientos por él eran auténticos: Estaba enamorada de Saeyoung tal como era, con sus virtudes y sus defectos.
La presencia de MC fue muy beneficiosa para Saeoyung, ya que le permitió darse cuenta de que él no había tenido la culpa de lo que le había pasado a Saeran. Ella se convirtió en su fuerza y le dio el empujón que necesitaba para abrir su corazón a los demás. Al experimentar con MC lo que era el amor, Saeyoung comprendió que tendría que luchar sin descanso si quería rescatar a su hermano de las garras de Mint Eye. Por fortuna, Saeyoung es más fuerte de lo que cree y estaba seguro de que conseguiría recuperar a Saeran si tomaba a MC como ejemplo de tenacidad y fortaleza.
"I wanted to get married at a space station... honey" |
¡Y hasta aquí por hoy! Espero que os haya gustado. Dejadme vuestras opiniones en los comentarios, ¿vale? Anhyoooo! ^^