¡Hola a todos!
Ya sabéis que no soy la típica bloguera que se mete en polémicas y malos rollos, que soy de las que prefiere hablar de asuntos que le gusten a todo el mundo y tratar de estar a bien con todos, sin armar jaleo e intentando que todo el mundo se lo pase bien leyendo lo que escribo. Pero a veces salen a la luz hechos que a mí, como ser humano, me llenan de una profunda rabia; por desgracia, el tema del que hoy vamos a hablar ha hecho que la saliva me sepa a bilis.
Soy una gran seguidora de la plataforma YouTube. Tengo un canal que no utilizo nunca, pero sí me gusta pasarme por esa web para ver vídeos musicales o gameplays de los juegos que más me gustan. También me gustan mucho los vídeos de humor, e incluso sigo a varios youtubers bastante conocidos; de los grandes, podríamos decir. Por eso, como seguidora de salseos y de las polémicas que hay en YouTube (y las ha habido muuuy gordas), sé que algunos dueños de canales se pasan bastante a la hora de crear contenido nuevo para sus suscriptores, llegando a hacer cosas que rozan la ilegalidad y que levantan más de una ampolla por su escasa ética.
Hace algunas semanas, las redes se revolucionaron cuando un chico llamado Sergio Soler, más conocido como MrGranBomba, subió un vídeo a la plataforma YouTube que se hizo viral en cuestión de horas. En ese vídeo se podía ver al youtuber dirigiéndose a un repartidor de la empresa Tourline Express para preguntarle dónde estaba la calle de las tiendas, en Alicante. Mientras el hombre le explica qué ruta ha de seguir, el youtuber le interrumpe: "A ver si me aclaro, caranchoa". El repartidor, cuya identidad no se conoce y que aparece pixelado en el vídeo, no tarda en ponerse nervioso y montar en cólera. Al ver que estaba alterado, Soler intentó excusarse diciendo que era una broma para un proyecto de la universidad, pero no se libró de que el repartidor le soltara una sonora bofetada. No está claro si el youtuber insultó más veces al repartidor, pues se ha dejado entrever que el vídeo podría estar manipulado, pero fue suficiente para que saltara la polémica sobre si merecía o no haber recibido un bofetón.
Vaya por delante que no soy una persona violenta. Soy de las que piensa que la violencia no arregla las cosas (más bien las empeora), y que no se debe recurrir a ella bajo ningún concepto. Pero son estas mierdas las que me hacen rabiar tanto que me hacen pensar en el consejo que mi señor padre me dio en su día: Que una hostia bien dada a tiempo hace milagros.
Aunque el caso de caranchoa fue celebrado con risas (y yo me incluyo; solté un tremendo "fuck yeah!" cuando el repartidor le dio la bofetada al tío), sucede que la chulería del polémico MrGranBomba y su famoso vídeo han puesto fin a su carrera de youtuber. Soler, que posiblemente soñaba con hacerse famoso y vivir de Internet, nunca pensó que el grueso del público se pondría de parte del repartidor y, en cambio, afeara su propia conducta con él. ¿Qué fue lo que acabó de provocar su suicidio profesional? Probablemente el hecho de que en su canal tuviera vídeos del mismo calibre en los que se dedicaba a insultar a personas por la calle, siguiendo la tónica que había seguido con el repartidor, solo que con víctimas más mansas y tranquilas. También ha influido, me temo, que tras haber recibido la bofetada hubiese ido al hospital para pedir un parte de lesiones y que afirmase en un vídeo que se disponía a denunciar al repartidor y a la empresa para la que trabaja. Supongo que con el afán de ganarse la simpatía de los más reticentes, afirmó que todo el dinero que le sacase al repartidor iba a destinarlo a Cáritas.
Para mí, esto es el colmo del descaro. Bajo mi punto de vista, está más que claro que MrGranBomba ha dicho que donaría el dinero a la beneficencia porque sabe que le ha salido el tiro por la culata. Quería hacerse famoso grabándose a sí mismo burlándose de los demás para ver sus reacciones y ha salido escaldado. Su contenido en YouTube era, cuanto menos, deplorable. Entre las bromas que le gustaba gastar estaba acosar a chicas en la parada del autobús oliéndoles el pelo y llegando a tocárselo, o tirarle huevos a un coche recién lavado mientras la dueña del vehículo le pide una y otra vez que pare. Y lo que más me cabrea es que este personaje tiene los santos cojones de hacerse la víctima, de decir que ha tenido la mala suerte de haber topado con un desequilibrado mental que no tenía por qué agredirle.
¿Queréis saber mi opinión al respecto? Yo me alegro mucho de que el repartidor le hubiese soltado un guantazo. Sé que suena cruel y desproporcionado, pero de verdad que el chasquido de la bofetada fue música para mis oídos. El repartidor no tenía derecho a pegarle una bofetada, pero ¿acaso tenía él derecho a insultarle? ¿Qué pasa si el repartidor estaba pasando por una mala racha, si tenía problemas personales, si estaba a punto de estallar por un cúmulo de cosas? MrGranBomba ha tenido la mala suerte de insultar a la persona equivocada y lo ha pagado con creces. La próxima vez que quiera hacerse famoso, que sea por hacer vídeos en los que no tenga que recurrir a incomodar y humillar a las personas. La bofetada le ha venido de perlas.
Pero esto no es todo, porque todavía hay otra joyita que ha rizado el rizo y ha cometido, en mi opinión, una de las peores bajezas en las que puede caer el ser humano.
Hace unos días las redes volvieron a incendiarse con la viralización de un nuevo vídeo en el que se gastaba una broma. ReSet, un youtuber de origen chino pero afincado en Cataluña, tiene un canal en el que se dedica a pedir a sus suscriptores que le propongan retos asquerosos, casi todos basados en hacerle pasar un mal rato a otro ser vivo. Tenemos así vídeos con un contenido del calibre de coger a su gato y romperle huevos en la cabeza o darles pequeñas descargas con una raqueta electrificada, algo que me parece repulsivo porque se está maltratando a un animal y a nadie parece importarle una mierda. Sería otro vídeo el que acabaría para siempre con ReSet, cuyo contenido es tan indignante que hasta me produce arcadas.
Siguiendo la premisa de sus vídeos de bromas estúpidas, al youtuber se le ocurrió hacer lo que le debió parecer el colmo de lo gracioso. Esto fue coger un paquete de galletas Oreo, abrirlas para quitarles la crema, rellenarlas con pasta de dientes y ofrecérselas a un pobre mendigo que estaba en la calle. Y es todavía peor, todavía más humillante, que antes de ofrecerle las galletas el youtuber le entregue un billete de 20 euros, en plan "mira, te voy a hacer una putada pero para que nadie me recrimine nada, que sepas que te doy 20 pavos porque soy una persona generosa". Y ancha es Castilla.
¡Y una mierda! ¿Quieres que te diga lo que eres? Un cabrón, un desgraciado y un sinvergüenza. Te has acercado a un vagabundo, a un hombre que está en la peor situación en la que puede estar un ser humano, y te has burlado de él. Te has partido de risa porque sabías que ese mendigo iba a comerse las galletas rellenas de pasta de dientes, y no te has parado a pensar en que tal vez ese hombre las comió porque hacía DÍAS que no probaba bocado. ¿Sabes tú lo que es pasar hambre? No me refiero a tener ganas de comer, sino a pasar HAMBRE. No, no tienes ni zorra idea, porque te has pasado 20 años viviendo a expensas de tus padres y no sabes lo jodido que es no poder comer todos los días, no tener dinero para comprar ropa de abrigo o no tener ni siquiera un techo bajo el que resguardarte del frío y de la lluvia. No lo sabes, y no te has parado a pensar en ello porque eres un soberano gilipollas.
Pero hay algo que todavía me cabrea más, hasta un punto que no creía posible, y es que ReSet ha tenido la desfachatez de pedir disculpas "a quien se haya ofendido" y a decir que no hará más vídeos de ese contenido porque ya se ve que no nos gusta. ¿Pero tú de qué vas? ¿Es que no has entendido nada? ¡No se trata de que ese contenido le guste a la gente, es que no puedes hacerlo por respeto a los que hieres! ¡Has jugado con el bienestar de una persona vulnerable y te has querido lavar las manos dándole un billete de 20 euros, como si fueras la Madre Teresa de Calcuta! ¿Pero tú quién te has creído que eres? El dinero puede comprar muchas cosas, pero no puede comprar la dignidad. Y tú has intentado comprar la dignidad de un vagabundo con 20 cochinos euros. Te has equivocado, la has cagado a base de bien, pero no te arrepientes de lo que has hecho. No lamentas haberle hecho una putada; solo te excusas diciendo que ha sido un acto un poco inmaduro y que no lo harás más porque a los demás no nos gusta. No porque lamentes haber humillado a un mendigo, sino porque has recibido críticas que no esperabas y eso te ha jodido. Ahora no te vas a hacer famoso por tus geniales bromas, sino por ser el capullo que tuvo que humillar a un pobre mendigo para conseguir visitas en YouTube.
Tal vez algunos consideréis que este arranque mío es un poco desproporcionado por la dureza de mis palabras, pero de verdad que ya no aguantaba más. No soporto a esta gente que tiene que burlarse, insultar y humillar a otras personas para sacar un beneficio económico. ¿A dónde vamos a parar si seguimos así? ¿Cuál es el límite de todo esto? Sinceramente, yo creo que esto se nos está escapando de las manos. No todo vale para triunfar en YouTube, y menos aún pasar por encima de la dignidad de los demás.