¡Hola a todos!
Hace un tiempo, hablando con una
amiga acerca de los personajes de varias novelas de ficción, empezamos un
debate para clasificar a algunos de ellos en las categorías de Bueno, Neutral y
Malvado. Haciendo esto, nos dimos cuenta de que un personaje bueno no tiene por
qué ser bueno todo el tiempo, o que un personaje en esencia “malo” también puede
tener su corazoncito y estar dispuesto a hacer de todo con tal de proteger lo
que considera suyo. Supongo que, en el fondo,
buenos y malos no son tan distintos: todos queremos proteger aquello que
amamos. La diferencia está en los métodos que uno y otro utilizan para
lograrlo.
El caso es que, mucho después de
que acabara el debate, seguí dándole vueltas a este asunto y empecé a pensar en
muchos personajes que conozco para ver si podía clasificarlos. Y me pareció un
ejercicio muy útil porque, como escritora novata, quiero que mis personajes
estén bien definidos y sean reconocibles para todo el que me lea en el futuro.
En la entrada de hoy, me gustaría
dejaros la clasificación de personajes según su forma de actuar ante
determinadas situaciones. Aunque está en principio pensada para los personajes de juegos de rol, es imposible no reconocer a algunos de nuestros personajes favoritos dentro de alguna de estas categorías. Las tres grandes clasificaciones son Bueno, Neutral y
Malvado, pero veréis que cada una se divide en otros tres apartados que dan
cabida a multitud de personajes que tal vez no sabíais dónde encuadrarlos.
BUENO
- Legal –
Bueno (El Cruzado): Este tipo de personajes básicamente creen que el mundo es
bueno, la ley es buena y que la principal razón de su existencia es la de
servir a los demás. Estos son los caballeros de brillante armadura, los
paladines, etc. Para ellos, practicar el Bien es un deber moral. Creen en
la honestidad, la compasión y el deber de proteger a los más débiles.
Ejemplos: Sturm Brightblade de Crónicas de la Dragonlance , el héroe Superman o Brienne de Tarth de Canción de Hielo y
Fuego.
- Neutral –
Bueno (El Bienhechor): Son personajes que ayudan a otros, pero que no se sienten
atados por el orden, aunque tampoco lo rechazan. Este tipo de personaje es
bueno por naturaleza, no por imperativo moral. Es decir, que no considera
un deber el ser bueno, sino que simplemente lo es.
Ejemplos: Gandalf de El Señor de los Anillos, Dumbledore de Harry Potter o Eddard Stark de Canción de Hielo y Fuego.
- Caótico –
Bueno (El Rebelde): Rebeldes y espíritus libres que luchan por el Bien pero a su
manera, sin importar las reglas que se lo impidan. Tienden a creer que el
orden y la ley impiden hacer el Bien, ya que no favorecen a los oprimidos.
Se les suele encontrar luchando contra tiranos y opresores.
Ejemplos: Diego de la Vega de El Zorro, el héroe Batman o Robin Hood.
NEUTRAL
- Legal – Neutral (El Juez):
Este tipo de personaje utiliza la ley como brújula moral. La ley es lo que
dicta el Bien y el Mal, y actuará siempre siguiendo este principio. Es un
personaje justo, pero intransigente. Del mismo modo que arrestará a un
ladrón o ejecutará a un violador, también será capaz de desahuciar a una
familia si no puede pagar lo que debe y sin importarle si no tiene a dónde
ir.
Ejemplos: Stannis Baratheon de CDHYF o el Inspector Javert de Los Miserables.
- Neutral (El Indeciso):
Indeciso por elección o por naturaleza. De este personaje existen dos
variantes: el que es neutral por mantener el equilibrio y al que
simplemente no le importa nada. Juzgará cada situación sin tener
preferencia por el Bien o por el Mal, por el orden o el caos. La mayoría
de los personajes pertenecen a esta categoría.
- Caótico –
Neutral (El Espíritu Libre): Este personaje es el verdadero espíritu libre, aunque también
se le puede considerar un lunático. No se ve atado por el orden o por las
leyes sociales, ni se ve obligado a practicar el Bien o el Mal, sino que
recurre a ambos bandos cuando y como le conviene.
Ejemplos: Jack Sparrow de Piratas del Caribe o Floki de Vikingos.
MALVADO
- Legal –
Malvado (El Tirano): Tirano y opresor. Cree que la ley es más importante que el
Bien y la explotará para sus propios beneficios. Para este personaje, el
orden es importante, pero no da cabida para la compasión.
Ejemplos: El doctor Moriarty de Sherlock Holmes, la profesora Umbridge
de Harry Potter o Tywin Lannister de CDHYF.
- Neutral –
Malvado (El Dominador): Intrigante y taimado. Sólo se preocupa por sí mismo y por
obtener sus propios fines. Puede llegar a ser más peligroso que el Caótico
– Malvado por la sencilla razón de que es impredecible, nunca se sabe cuál
va a ser su próximo movimiento.
Ejemplos: Raistlin Majere de Crónicas de la Dragonlance o Meñique
de CDHYF.
- Caótico –
Malvado (El Destructor): El agente destructor por antonomasia. Representa el poder
absoluto, la necesidad imperiosa de hacer daño. Hará lo que quiera, cuando
quiera y como quiera. Destruirá todo lo que se le ponga a tiro. Matará,
torturará y violará por puro placer. Sencillamente, no tiene un código
moral establecido.
Ejemplos: Álex de La naranja mecánica, Morgoth de El
Silmarillion.
Estas son las categorías en las
que caen prácticamente todos los personajes que conocemos. Algunas pueden
resultar un poco confusas porque hay personajes que no se sabe si actúan por
instinto o por obligación, si respetan el orden o prefieren el caos. A veces es
algo complicado encuadrar a un personaje en alguna de estas categorías, pero si
os fijáis un poco conseguiréis hacerlo.
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