Y llegamos al último capítulo de este primer programa del Diario de Daenerys. Aviso que, si alguno quiere que continúe con estas historias, puede dejarme sugerencias en los comentarios o, sino, esperar a que a mí me dé por escribir. ¡Que tengo muchas cosas en la cabeza y el tiempo no ayuda! A veces me gustaría que los días tuvieran 48 horas, pero seguro que se me iban en chorradas...
Bueno, bromas aparte, aquí os dejo con el caso de Petyr Baelish. Aviso que se podría hacer "SPOILER" de Tormenta de Espadas, pero tampoco os lo toméis demasiado a pecho porque, como ya estáis viendo, estas historias no tienen tanto que ver con la original. Es más, hasta podéis inventaros vuestras propias historias! Os animo a hacerlo, que a lo mejor da para más programas de Daenerys!
Aquí está:
Dae:
¡Me da igual! Ya veo que no os arregláis, así que vamos a tener
que dejarlo para más tarde. Después del programa veremos si podemos
hacer algo, aunque lo dudo mucho. En fin, yo tengo que seguir.
Dejamos de lado el mal rollo, ya que ahora nos visita todo un
Casanova. No se considera un ligón, pero reconoce que, cuando se
pone, puede ser muy sexy y seductor. Hoy viene a romper su silencio y
a declarar su amor a la mujer de sus sueños. ¡Démosle un fuerte
aplauso a Petyr Baelish!
Melodía
de la Pantera Rosa para recibir al nuevo invitado. Petyr entra muy
engalanado con un traje gris y un ramo de margaritas. Los aplausos y
los gritos de “¡Guapo!” son abundantes. Petyr se sienta en un
sillón y deja las margaritas en el de al lado.
Dae:
Buenas tardes, Petyr.
Pet:
Hola, ¿qué tal?
Dae:
Petyr, vamos un poco mal de tiempo, así que me gustaría que nos
contaras tu caso de forma un poco resumida. Cuéntanos, ¿qué te ha
traído al Diario?
Pet:
Pues que ya no aguanto más, Daenerys. Hace mucho tiempo que estoy
enamorado de una mujer y hoy quiero decirle de una vez lo que siento
por ella.
Dae:
¿De qué conoces a esta chica?
Pet:
Somos amigos desde la infancia. De pequeños siempre jugábamos a
princesas y caballeros, a los médicos y ese tipo de cosas. Nos
llevábamos muy bien, la verdad.
Dae:
¿Cuándo empezaste a darte cuenta de que tus sentimientos no eran
sólo de amistad?
Pet:
Pues yo tendría… no sé… doce años más o menos. Ella y su
hermana estaban haciendo coronas de margaritas… La margarita era su
flor preferida… Y cuando me vieron llegar, las dos se levantaron y
vinieron a buscarme. ¡Ah, qué guapa era! Aquel día me di cuenta
por primera vez de que sentía algo por mí.
Dae:
¿Te dijo que le gustabas?
Pet:
No, pero me puso en la cabeza su corona de margaritas y me coronó
reina de las flores.
Dae:
(Confusa) Eso… no es muy romántico, que digamos.
Pet:
(Soñador) Cómo se nota que no has vivido nada igual… Yo
creo que aquella corona de flores significaba algo.
Dae:
Bueno, si tú lo dices… (Pasa una tarjeta). En fin, al
parecer, con el tiempo esta relación no prosperó como esperabas.
Pet:
No, la verdad es que no.
Dae:
Cuéntanos un poco lo que pasó.
Pet:
Pues resulta que durante un tiempo tuvimos que dejar de vernos. A su
padre no le gustaba que me acercara tanto a su “niñita” del
alma; decía que yo era poca cosa para ella. Además, me di cuenta de
que ella empezaba a hacerle ojitos a uno de esos norteños que sólo
quería casarse con ella por interés; por eso, decidí enrollarme
con su hermana, para ver si así se ponía celosa y volvía conmigo.
Dae:
Ay, Petyr… Que los celos son una cosa muy mala.
Pet:
Pues sí… sobre todo porque su hermana sí que se enamoró de mí.
Todos:
¡Hala!
Pet:
Sí, eso mismo pensé yo.
Dae:
¿Y qué fue lo que hiciste, Petyr?
Pet:
(Con una sonrisa de oreja a oreja) Pues lo que haría todo el
mundo: aprovecharme de la situación y montármelo con ella a lo
bestia.
Durante
breves momentos, se puede ver cómo a Daenerys le cae una piedra en
la cabeza debido a la expectación. Algunos hombres del público le
dedican silbidos de aprobación al invitado, seguidos por varios
gritos de “¡Semental!”. Lentamente, Daenerys se va recuperando
y, aunque está a punto de sufrir un infarto, sabe mantener las
formas como toda una profesional.
Dae:
Vale, ya nos ha quedado claro que eres todo un galán con las
mujeres. El caso es que tampoco funcionó tu relación con la hermana
de esa chica, ¿verdad?
Pet:
No. Es que era de esas que se cuelga del primer hombre que les hace
un poco de caso. Y cuando empezó a pedirme el teléfono, me di
cuenta de que se estaba poniendo un poco pesada y me fui de viaje por
el mundo.
Dae:
Vaya por los dioses…
Pet:
Bueno, fue bastante divertido. Al final, como se me daban bien los
negocios, conseguí un buen empleo trabajando para el rey Robert
Baratheon.
Dae:
¿Y qué fue de la chica que te gustaba?
Pet:
No te lo vas a creer. ¡Cuando su novio la abandonó, ella se casó
con su hermano menor!
Todos:
¡Ostras!
Ned:
A mí esta historia me suena…
Dae:
Vaya, esto se está poniendo cada vez más interesante. Bueno, Petyr:
voy a pedirte que abandones un momento el plató porque ahora vamos a
ver a la chica que te gusta, que no tiene ni idea de que estás aquí
por ella.
Pet:
Estoy un poco nervioso.
Dae:
No te preocupes. Tú piensa bien lo que vas a decirle y ya, si eso,
ya veremos lo que pasa.
Aplausos
del público. Petyr se marcha a una sala y se sienta a esperar.
Dae:
Bueno, pues ahora voy a presentar a nuestra próxima invitada. Su
belleza e inteligencia han llevado a muchos hombres a luchar por su
amor. Hoy viene a pasar un rato agradable con nosotros y a
encontrarse con alguien muy especial, así que recibamos ya a… (Lee
el nombre con cara extrañada) a Catelyn Tully.
Otra
ovación. Las puertas se abren y aparece Catelyn Tully, una mujer muy
guapa de pelo rojizo recogido en un sofisticado moño alto. Viste un
traje elegante que combina los colores azul y rojo, y lleva un broche
de pescado en la solapa de la chaqueta. En cuanto aparece, se sienta
encima de las margaritas. Viene muy seria y con los labios apretados.
Dae:
Hola, Catelyn. Bienvenida al programa.
Ned:
¡Holita, cielito!
Catelyn
se vuelve hacia Eddard Stark y le sonríe, pero vuelve la cabeza al
ver a Jon.
Dae:
¿Ya os conocíais Ned y tú?
Cat:
Cuando llevas catorce años casada con un norteño, pues sí, digamos
que llegas a conocerle. Aunque con estos de Invernalia nunca se sabe.
Dae:
Entonces… ¿tú eras la amiga de la infancia de Petyr?
Cat:
Pues sí. Lo cierto es que nos criamos juntos él, mi hermana Lysa y
yo.
Dae:
Bueno, esto no me lo esperaba… (Daenerys está tratando de
asimilar la historia de Petyr, que observa arrobado a su adorada
Catelyn desde su sala. Hay que resaltar que Lord Eddard no parece
darse cuenta de que le están tirando los tejos a su mujer). Esta
tarde no has venido tú sola, ¿no es así, Catelyn?
Cat:
He venido con mi marido, su bastardo y mi hermana Lysa, que tenía
especial interés en venir al Diario, aunque no me ha dicho por qué.
Daenerys
trata de disimular en cuanto oye el nombre de la hermana menor de
Catelyn Tully.
Dae:
Ah, ja, ja… ¡Pues qué bien! Espero que se lo esté pasando en
grande… no como yo (Carraspea). Bueno, pasemos a hablar de
ti. Salta a la vista que eres una mujer muy guapa. No parece que
hayas tenido cinco hijos.
Cat:
Tendrías que verme todos los días. ¿Tú te crees que una cara
bonita así se consigue por milagro divino? Hay que mantenerla a toda
costa. Todas las mañanas tengo que aplicarme una mascarilla especial
antiarrugas, depilarme hasta las ingles y hacer ejercicios para
mantener la línea. ¿Sabes lo duros que tengo ahora los abdominales
con el nuevo DVD de power yoga? Si quieres, te puedo prestar algunos
de mis CD de batuka. Veo que tienes el culo un poco fofo.
Dae:
Ja, ja, ja… (Con ganas de matar) ¿Nunca te han dicho que
eres súpermaja?
Cat:
Sí, más de una vez. Pero yo paso de todo, como soy guapa.
Dae:
En fin, siento no poder hacerte tantas preguntas como querría, pero
vamos mal de tiempo y creo que nos va a hacer falta el poco que
tenemos. ¿Tú sabes por qué estás aquí esta tarde?
Cat:
Supongo que porque, a pesar de todo, es el único programa decente
que hay en la televisión últimamente. ¿Tú le has echado un
vistazo a los del “Sálvame”? Dioses, es peor aún desde que lo
presenta Varys…
Dae:
Casi, pero no. Estás aquí porque alguien muy cercano a ti quiere
hablar contigo de algo muy importante. ¿Quieres recibirle?
Cat:
Sí, claro, que pase.
Dae:
¡Pues que pase nuestro invitado secreto!
Vuelve
a sonar la musiquita ambiental y sale Petyr Baelish de la sala donde
estaba esperando. Catelyn se pone colorada nada más verle y se puede
ver que lanza varias miradas de soslayo dirigidas a su marido, que
sigue en la luna de Valencia.
Pet:
Hola, gatita. ¿Me has echado de menos?
Cat:
Ehm… Estooo… ¡Petyr, cuánto has cambiado! No te reconocía sin
la corona de margaritas…
Pet:
Lo supongo. Y, ya que hablamos de margaritas, creo que te has sentado
encima de las que…
Cat:
Así que también te han traído al Diario, ¿eh? Si es que el mundo
es como un pañuelo: Cuando está muy usado, es inevitable encontrar
algún moco pegado.
Dae:
Bueno, ¿qué os parece si nos metemos de lleno en el asunto que te
ha traído aquí, Petyr? No quiero ser pesada, pero los de “Ahora
caigo” me están metiendo un poco de prisa y…
Pet:
Cat, cariño, tenemos que hablar muy seriamente de lo nuestro. Hace
veinte años que te persigo para hacerte una pregunta muy importante.
¿Me escucharás esta tarde, delante de los Siete Reinos, y me
responderás con sinceridad?
Cat:
Petyr, espero que no estés pensando en pedirme otra vez que me case
contigo…
Todos:
¡Uuuuh, boda!
Pet:
Cat, yo…
Cat:
Porque ya sabes que estoy casada y no tengo intención de
divorciarme.
Dae:
Un momento, ¿ya te lo había pedido antes?
Cat:
Me manda la misma pregunta por cuervo junto con la felicitación de
Navidad, a ver si cuela.
Pet:
¿Y ha funcionado? ¿Vas a casarte conmigo?
Cat:
Petyr, no podemos casarnos. Tienes que entenderlo: yo soy preciosa y
a ti te llaman Meñique. ¿Es que no te importaría que a nuestros
hijos los llamaran “pichulines” en el colegio?
Pet:
Sabes que eso no tiene importancia. ¡Por ti sería capaz de escalar
el Nido de Águilas con una mano atada a un tobillo!
Cat:
Por no hablar de que estoy casada con el señor de Invernalia… que
parece que no se está enterando de lo que pasa a su alrededor.
Todos
miran a Ned que, evidentemente, no está prestando atención a lo que
ocurre. Los intentos de Jon para que su padre se centre resultan
infructuosos, hasta que Catelyn se saca el ramo de margaritas
espachurradas del pandero y se lo tira a la cabeza con puntería
certera.
Cat:
¡Que te estoy hablando!
Ned:
¡Aaay, jolín! ¡Qué bruta!
Cat:
¡A ver si prestas un poco de atención, Ned! ¡Después dices que
los demás te toman por el pito del sereno!
Dae:
¡Vale, vale, no empecemos otra pelea! Ned, haznos un favor a todos y
procura atender, que a Catelyn se le va la mano. (Se seca el sudor
de la frente) Bueno, Catelyn, ¿vas a responder a la petición de
Petyr? Tienes que tener en cuenta que, aunque sea bastante
persistente, lo ha hecho con buena intención y se ha sincerado
contigo.
Catelyn
está a punto de responder pero, justo en ese momento, se oye un
ruido en el backstage como de cosas rompiéndose. Todas las cabezas
se vuelven hacia la puerta de entrada, de donde surge la imponente
figura de una mujer pelirroja un poco regordeta, vestida con un
conjunto parecido al de Catelyn pero de color azul claro. Viene
enfadada y con el rostro desfigurado por la ira. Al verla, Petyr se
pone a chillar.
Pet:
¡Aaaaah, Lysa!
Lys:
¡Tú, cerdo traidor! (Lysa Tully, grande y peligrosa, es una
mujer capaz de acojonar a un dragón. Se acerca peligrosamente a
Petyr, haciendo temblar el suelo a cada paso)
Dae:
¿Lysa Tully? ¿Es tu hermana, Catelyn?
Catelyn
asiente, aterrada.
Dae:
Qué raro… No encuentro la tarjeta donde tengo que presentarla…
Lys:
¡A mí no tiene que presentarme nadie, petarda! He venido porque no
aguantaba ni un minuto más. ¿¡Qué significa todo esto de que
quieres casarte con Cat, Petyr!? ¡¡Tú estás casado conmigo!!
Todos:
¡Buaaaah…!
Dae:
¿Pero esto qué es, la telenovela de las cinco? Joé, sólo falta el
cura y la Virgen de Guadalupe…
Lys:
¡Cierra el pico, bruja oxigenada! ¡Aquí nadie va a hacer nada
hasta que yo acabe de hablar!
Lysa
se sienta en el asiento que está a la izquierda de Petyr.
Pet:
Lysa, cariño… Puedo explicártelo… Esto era una sorpresa…
Lys:
¡Cállate! (Empieza a llorar al instante) ¿Cómo has podido
hacerme esto, Petyr? ¿Cómo has sido capaz de venir hasta aquí con
mi hermana y declararte a ella delante de mis narices? ¿Es que no
tienes ningún respeto por mí, por los lazos que nos unen?
Pet:
Lysa, tú sabes que te quiero muchísimo… Tú eres la única mujer
de mi vida, tú y nadie más que tú. ¿No me crees?
Lys:
¿Cómo voy a creerte si ahora mismo estás abrazando a mi hermana?
Petyr
y Catelyn se separan inmediatamente.
Pet:
¿Esto? No, mujer, no la estaba abrazando. Es que han encendido el
aire acondicionado y se han pasado un poco con la potencia. Y como
Cat ha venido tan ligerita de ropa, pues le estaba dando un poco de
calor…
Cat:
Espera, ¿desde cuándo te gusta mi hermana, Petyr? Nunca me lo
habías dicho.
Lys:
¿¡Qué!? ¡Yo soy la única que siempre le ha gustado! ¡Tú lo
vestías de chica cuando era pequeño y lo metías en los barracones
de los soldados para que se divirtieran con él!
Cat:
¡Eh, eso era cosa de Edmure! Yo sólo le ponía flores en la cabeza.
Lys:
Reconócelo, Catelyn. ¡Eres una bruja!
Cat:
¡A mí no me llames bruja, pedorra!
Lys:
Pero no me extraña que hayas querido quedarte con mi Petyr (Ahora
Lysa parece estar orgullosa de sí misma). Reconócelo, estás
celosa de mí porque yo sí conseguí casarme con el hombre más
guapo, sexy y mejor dotado de los Siete Reinos.
Se
oyen algunos comentarios picantes entre el público.
Lys:
Mientras que tú… ¡Tú! ¡Tuviste que conformarte con el hermano
de tu primer novio! ¡Con ese meapilas! (Señala a Lord Eddard,
que saluda a cámara muy contento).
Cat:
¡Deja ya de insultarnos a mí y a mi marido! Y otra cosa: eso de que
Petyr es el mejor dotado de los Siete Reinos lo tendríamos que ver.
Pet:
Chicas, por favor… No iréis a pedirme que me baje los
calzoncillos… ¿no? Porque si queréis me los bajo y aclaramos
dudas (Petyr se levanta y empieza a desabrocharse el cinturón).
Dae:
¡¡¡Nooooo!!! ¡Basta, por favor, no aguanto más! ¡Se termina el
programa por hoy! Muchas gracias a todos por venir y…
Lysa
se acerca a Daenerys por detrás y le da una colleja que la tira al
suelo.
Dae:
¡Ay!
Lys:
A mí nadie me deja con la palabra en la boca.
Cat:
¡Lysa, por favor, esto es lamentable!
Lys:
¡No te atrevas a darme lecciones, roba-novios!
Lysa
le pega una sonora bofetada a su hermana mayor. Catelyn ve que su
peinado ha quedado completamente arruinado, se pone a chillar como
una gata rabiosa y se lanza a por Lysa, que la recibe con las uñas
afiladas. Se desata una pelea al más puro estilo Pressing Catch, en
el que las dos contrincantes se atizan con todo lo que encuentran a
mano, ya sean sillas o cámaras de vídeo. El público, como es
evidente, empieza a jalearlas y a vitorear por su favorita.
Ned:
¡Dale duro, cielito!
Sta:
¡A can de mor, e nare nare!
Pet:
¡Rómpele el culo, cari, machácala!
Joff:
Ogh, qué ordinario.
Cer:
¡Joff, no mires! ¡Qué escándalo!
Ren:
Huy, qué pena de vestido. Con lo mona que iba.
En
ese momento, Daenerys se levanta y se repone poco a poco de la
conmoción cerebral que está sufriendo. En la frente tiene un
chichón del tamaño de la cabeza de Piolín, y hasta se ven pequeños
dragoncitos volando a su alrededor.
Dae:
Bueno, pues nosotros lo dejamos por hoy… Mañana volveremos con más
casos… si es que llego viva… ¡Gracias a todos por venir y hasta
mañana!
Fin
del programa. ¡Hasta la próxima!
Pues hasta aquí hemos llegado por esta vez. ¿Qué os ha parecido?