viernes, 21 de septiembre de 2012

El Rincón del Gamer II: God of War II


Uno de los grandes problemas que surgen al comprar un nuevo videojuego es que siempre existe la duda razonable de si será un buen juego o estás desperdiciando tu dinero en un truñaco de los gordos. Hay juegos que parecen muy buenos y luego resultan ser verdaderas birrias. Y también hay juegos con malas carátulas y pésimas descripciones que después se revelan como auténticas joyas. Hoy no es lo uno ni lo otro, porque se trata de un monumento en sí mismo: God f War II.




Título: God of War II
Título alternativo: God of War II: Divine Retribution
Creador: SCEA
Distribuidor: Sony
Plataforma: Play Station 2
Año: 2007







Vale, ya sé lo que os estáis preguntando: ¿Dónde está el I? Veréis, una de las cosas que me caracterizan es que, tanto con libros como con películas, series y videojuegos, es que suelo conseguir antes las segundas partes que las primeras. Además, este juego lo compré de segunda mano (debo de ser la última persona en el mundo que sigue jugando con la Play 2) y en la tienda no había el primero, así que sólo me voy a dedicar a comentar el segundo. Si algún día consigo el God of War I, haré una reseña.

Cuando compré el juego, tenía algunas referencias acerca de lo que era el universo God of War. Entre las más repetitivas, se decía que era un juego bastante fuerte en el que no se escatimaban las muertes más violentas y sanguinarias que uno se pudiera imaginar. Bien, debo admitir que eso se cumple en todas sus partes. God of War II no es Candy Candy, así que los amantes de la brutalidad no quedarán decepcionados. Esto no me parece mal. Al contrario. A veces viene bien liberar la ira arrancándole el cuello a una gorgona o mutilando sátiros para matarlos con su propio brazo armado. Así que ya sabéis: Si sois chicas, podéis decir que os gusta este juego porque vuestra psique reprimida agradece esas descargas catárticas en un entorno ficticio controlado y no exento de símbolos. Si sois chicos y alguien os pregunta, sólo tenéis que decir "porque soy un tío". Pero volvamos al tema que nos ocupa.

God of War II nos trae la continuación de las aventuras de Kratos, el guerrero espartano que, tras muchas vicisitudes, ha conseguido matar al dios Ares y convertirse en el nuevo dios de la guerra. Sin embargo, sus matanzas indiscriminadas provocan la ira de todo el Olimpo, y sobre todo de Zeus, que le traicionará y le hará creer que le está ayudando cuando en realidad quiere robarle sus poderes divinos y convertirlo en mortal para acabar con él de una vez por todas. Y lo consigue. Kratos muere atravesado por la espada de Zeus y se hunde en las profundidades del Hades. Pero si el juego se acabara aquí sería muy cortito, ¿no? Kratos experimenta una serie de visiones y, en una de ellas, la titánide Gaia le ofrece su ayuda para vengarse de Zeus. Le devuelve a la vida y le encomienda una misión: Ir al templo de las Hermanas del Destino para que le ayuden a retroceder en el tiempo y acabar con Zeus justo en el momento en que le arrebata sus poderes de dios.

La historia de God of War II es uno de los mayores aciertos del videojuego. La leyenda de Kratos está perfectamente encajada dentro del intrincado laberinto que da forma a toda la mitología griega. De hecho, la base de la historia es la del famoso mito del nacimiento de Zeus y el engaño a Cronos, que trata de devorarlo para que no lo mate en el futuro. Pero el mundo griego de God of War no es un cuento de hadas ni un camino de rosas; de hecho, todos los personajes que salen son peligrosos y probablemente tratarán de matar a Kratos. ¡Hasta los perros son malvados! Se nos presenta un universo sangriento, peligroso y cargado de violencia. Como dios de la guerra, Kratos no se anda con chiquitas. Es capaz de matar tanto a amigos como a enemigos con tal de llevar a cabo su venganza. Los únicos destellos de arrepentimiento son cuando tiene una visión de su esposa (asesinada junto con su hija por él mismo cuando había sido poseído por Ares) y le dice que lamenta mucho lo que hizo. Por lo demás, no te gustaría entrometerte en su camino.
Entre los personajes más conocidos encontraremos a Teseo (que aquí no tiene nada que ver con el Minotauro), a Ícaro (un viejo que está chalado), al titán Atlas, a Prometeo, etc. También obtendremos la ayuda de criaturas como Pegaso y el Fénix, aunque de manera muy puntual. El resto de criaturas tales como gorgonas, sátiros, minotauros, cíclopes, cerberos y demás, están creados con el único propósito de matar a nuestro aguerrido protagonista.

La jugabilidad es muy buena. Es uno de los juegos más fluidos que he tenido el gusto de encontrar. Los ataques de Kratos con sus dos espadas encadenadas son brutales. No sólo tiene los movimientos básicos tipo "Ataque rápido" y "Ataque fuerte"; con un sencillo comando, puede hacer ataques giratorios, elevar enemigos por los aires, hacer un ataque desenfrenado y repetitivo… Pero las espadas no serán su única arma, porque a lo largo del juego podemos conseguir el Vellocino de Oro, el Martillo de Bárbaro y la Lanza del Destino, con sus respectivas características y mejoras. Además, Kratos cuenta con habilidades especiales que requieren magia para su uso: La Perdición de Tifón (un arco), la Ira de Cronos (rayos eléctricos), la Cabeza de Euríale (pues eso, la cabeza de una gorgona) y el Temblor de Atlas (un ataque que hace temblar la tierra). Y por si fuera poco, también contamos con la Furia de los Titanes, que proporciona a Kratos una fuerza devastadora durante un tiempo limitado. Así que, como veis, en cuestión de armas vamos bien surtidos.

Cada enemigo tiene su propia táctica a la hora de aniquilarlo. No sólo vamos a dar espadazos a mansalva, sino que debemos contar con las habilidades propias de cada enemigo (por ejemplo, enemigos que explotan o que te convierten en piedra) para poder eludirlas y atacar a nuestra vez. Los jefes de final de fase son otro buen ejemplo: como cuentan con ataques propios y son más duros de pelar es necesario mostrar cierta pericia cuando toque acabar con ellos. Esto se puede hacer un poco difícil, sobre todo si es la primera vez que juegas, pero una vez dominado no tiene mucha dificultad.

Otro punto positivo es la maravilla de gráficos que nos ofrece. Los escenarios son increíbles y muy cuidados; casi parece que estés en un auténtico templo griego, sólo que más brutal y primitivo. Hay algunos escenarios que te deleitarán (en mi caso, los Corceles del Tiempo) y te hará parecer que estás inmerso en una película y no en un videojuego. Las secuencias de vídeo no son abundantes, pero algunas de ellas ciertamente compensan porque son muy buenas gráficamente hablando.

Sin embargo, algún fallo tenía que tener. Si alguna pega se le puede poner al juego es que no cuenta con movimientos de cámara, pero quizá eso se deba a que no son estrictamente necesarios. La cámara se coloca de tal forma que te muestra en todo momento el camino que debes seguir, aunque a veces te lo pone difícil a la hora de buscar los cofres que hay desperdigados y que son necesarios para obtener las mejoras de vida y magia que harán mucho más llevadera nuestra misión.

En general, uno de los mejores juegos a los que me he enfrentado. Tiene todo lo que necesita para convertirse en un éxito rotundo, tal como ha pasado. Si os van las emociones fuertes, la brutalidad y la sangre a mansalva, entonces este juego podría ser una buena elección para vosotros

viernes, 14 de septiembre de 2012

La intimidad es sagrada... excepto cuando no lo es

Soy de las que piensa que un famoso (y cuando digo famoso me refiero a una persona que se ha hecho muy conocida en el mundo del espectáculo) tiene que ser comprensivo con el hecho de que sus fotografías estén por todas partes, a la vista de todos. Forma parte de su contrato ceder su imagen al dominio público, sobre todo si trabaja para la televisión o el cine. Todos los medios de comunicación utilizan este material fotográfico para representar su cara en todo el mundo, haciendo que su fama llegue a ser mundial. Y si además de su imagen tienen una carrera digna de elogio, se les puede incluso convertir en leyendas.

El boom de las celebrities es algo que causa furor a la mayoría de gente. Preguntad en los institutos quién es Taylor Lautner o Josh Hutcherson y ya veréis cómo lo saben (sobre todo las chicas que se compran las revistas todas las semanas). Preguntad a los forofos de la MTV, que sabrán deciros quién es cada grupo, cantante o DJ que salga en pantalla. Eso se debe al fenómeno fan, que son legiones enteras de admiradores de actores, cantantes, grupos o personajes de una serie, cuyos fanáticos más acérrimos pueden llegar a extremos que resultan perturbadores al fan medianamente decente. Fanáticos que serían capaces de hacer cualquier cosa con tal de conseguir algo de su famoso favorito, así sea ilegal. Y si además lo juntamos con un paparazzi sin escrúpulos que hace lo que sea para obtener su exclusiva, pues ya tenemos la receta del guiso de la discordia.

La intimidad es un derecho inalienable del ser humano. Todas las personas tenemos derecho a la intimidad y a que se nos respete dicha intimidad. Si a alguien se le ocurriera atentar contra ese derecho, lo primero que haríamos sería poner una denuncia en la comisaría más cercana. Y esperaríamos que el mirón o acosador de turno fuera detenido, juzgado y debidamente sancionado con una penalización económica a ser posible.

Todo esto está muy bien, pero yo pregunto: ¿Y si el que interpone una denuncia por atentar contra la intimidad es un famoso? ¡Ah, aquí ya cambian un poco las cosas! El famoso tiene que entenderlo. Es un personaje público, todos lo conocemos de las revistas o de la tele. Si no le importa salir desnudo en una película, ¿por qué habría de importarle que alguien robara sus fotos privadas del móvil y se las pasara a sus amigos por WhatsApp? No tiene derecho a enfadarse porque es famoso y tiene que complacer a sus fans y a los periodistas que están haciendo su trabajo.

Sinceramente, a mí me parece que los famosos también son personas y tienen los mismos derechos que el resto de los mortales. Así como no veo bien que se les mime en exceso con caprichitos selectos y excentricidades varias, tampoco me parece correcto que haya hackers que roben sus fotos o vídeos del móvil y los difundan por Internet como si tal cosa, como si eso no le afectara a nadie. Son imágenes íntimas, iguales a las que podríais tener vosotros. ¿O es que me vais a decir que nunca os sacásteis una foto con el móvil para mandársela a vuestro chico, y viceversa? ¿A que si esa foto se filtrara a vuestros colegas del instituto os sentaría como una patada en el culo? Pues imaginaos eso, pero multiplicado por un millón. Los famosos cuyas fotos íntimas han sido robadas de sus teléfonos están siendo señalados por gente que ya tiene en sus manos el fango listo para arrojar.

Entre los casos más conocidos de famosos afectados por esta práctica tenemos a Scarlett Johansson, a Rihanna, Christina Aguilera, Demi Moore, Miley Cyrus o Vanessa Hudgens. Hay quien esgrime el siguiente argumento para justificarse: ¿Por qué las famosas quieren que se retiren esas fotos de Internet y demandan a todo el mundo, si ellas mismas no paran de sacarse fotos tanto fuera como dentro de casa? Yo tengo la respuesta: Las fotos de los fotógrafos son autorizadas. Son legales, porque forman parte del trabajo de uno y de otro. Las fotos que llevan los famosos en sus móviles son privadas y, por lo tanto, no deben estar al alcance de nadie ajeno a ellos. No tenemos derecho a esas fotos; son suyas, única y exclusivamente. Así que considero un delito (y a los que lo hacen, unos delincuentes) de gravedad mayúscula, porque se atenta contra la intimidad de una persona y se hace mofa y escarnio de ello.

Otro caso, esta vez en tierra patria, es el que ha tenido lugar en Los Yébenes (Toledo), donde la edil Olvido Hormigos ha sido señalada, insultada y perseguida por gran parte del pueblo por la filtración de un vídeo en la que se la ve masturbándose. Ha habido opiniones para todos los gustos; desde los que la defienden por lo que consideran una intimidad, hasta los que aseguran escandalizados que una mujer con su puesto no debería hacer algo así. Ya, y el Rey de España no va al váter a cagar. Son estos detractores los que a mí me sacan de quicio. ¿A santo de qué tienen que perseguir a la pobre mujer, que bastante mal lo tiene que estar pasando ya, por hacer un vídeo que era de uso privado y que alguien ajeno a ella ha robado y expuesto al público? ¿Por qué es ella la culpable? ¿Por qué la han puesto de puta para arriba, como si fueran el comité moral del pueblo? Son esos hipócritas los que dan mala imagen al pueblo, no la señora Hormigos ni sus defensores.

Así que, a partir de ahora, demostrad con los demás un poco de respeto. Lo que hoy les ha pasado a ellos, os podría pasar a vosotros mañana y seguro que no os gustaría que os señalaran por la calle como la chica que sale en una foto enseñando la regatera o el pervertido que le iba a enviar a su novia un vídeo en el que salía él cascándose una gallarda. El sexo no es tan tabú como antes, pero hay cosas que se tienen que quedar en la intimidad de una persona o de una pareja, y es nuestra obligación respetarnos a todos por igual.

viernes, 7 de septiembre de 2012

¡¡¡Poneos las mallas y los calentadores, que vamos a zumbar!!!

Cuando estoy ocupada escribiendo o dibujando, a menudo pongo la televisión de fondo para que me haga compañía. Una de las cosas que me gusta ver (cuando toca) es la retransmisión de los Juegos Olímpicos. Aunque yo no hago ningún deporte, más que nada porque me gusta tanto hacer ejercicio como comer verdura, respeto y admiro muchísimo a quienes dedican horas, días, semanas y meses a machacar su cuerpo para cumplir un sueño o para superar sus limitaciones, como es el caso de los Paralímpicos. Si descendemos un poco en el escalafón, nos encontramos con la gente que hace deporte, no para ganar una medalla olímpica, sino para cuidarse y sentirse mejor consigo misma. Pues ya se decía en Roma: Mens sana in corpore sano. El deporte de cualquier clase nos ayuda a ponernos en forma, a despertar los músculos adormecidos por nuestra sociedad sedentaria, a sudar para eliminar esas toxinas que se acumulan en nuestro cuerpo. Sí, tengo que admitirlo. Aunque a mí no me guste ponerme a ello, debo reconocer que el deporte es una actividad encomiable de la que todos deberíamos aprovechar sus virtudes.

Pero claro, no todo podía ser tan fácil. Cuando decides dedicarte al deporte, ya sea correr, la natación, la bicicleta o la gimnasia (por cierto, el sexo no cuenta como modalidad de gimnasia, así que no os emocionéis), tienes que ser consciente de que vas a hacer un montón de sacrificios. Me refiero a que tienes que hacerlo todos los días, no cuando a ti te venga en gana, y esto quiere decir que tienes que salir a correr cuando hace un frío de mil demonios o cuando llueve a cántaros y tú preferirías quedarte en casa viendo la tele y con una taza de chocolate caliente en las manos. ¿A que ahora no apetece tanto?

Bueno, está bien. Os doy cuartelillo. Siempre quedan los deportes Indoor, o sea, los que se hacen a cubierto. Pues ahí tenéis las pesas, los pilates, el aeróbic, el spinning y otros que son sinónimo de "deportes de pijos" (sin ofender). Parecen más flojitos, pero no os engañéis: requieren una gran cantidad de energía y un esfuerzo físico considerable. Son muy buenos para hacer ejercicios de fuerza y de resistencia.

Pero entonces surge otro problema. El joven (y no tan joven) deportista de hoy en día no quiere sudar la camiseta en balde. Quiere divertirse mientras se ejercita, cosa muy digna de elogio, y por eso recurre a las mezclas de deporte con música, o lo que yo considero casi como "anti-deporte". Al principio teníamos el aeróbic, que combinaba una serie de ejercicios en una coreografía al ritmo de una música alegre y marchosa. La pionera en nuestro país fue Eva Nasarre, cuyos vídeos se recuerdan con cariño y cierta nostalgia. A partir de ahí, toda una troupe de personas que se hacen llamar deportistas han traído sus propias ofertas de lo que consideran un ejercicio súper saludable y que a mí me provoca alguna que otra sonrisa.

Primero vino la Batuka, que para mí no deja de ser aeróbic pero con música aún más chorra, y ahora tenemos el Zumba, que viene a ser lo mismo pero con canciones latinas. Los ejercicios que nos traen son dinámicos en su mayoría, ya que se trata de hacer coreografías que estimulen los músculos de piernas, torso y brazos. También se jactan de que son tan divertidos que no te das cuenta de que estás haciendo ejercicio. La fiesta en casa, le llaman.

Pero, ¡ay, amigos!, no es oro todo lo que reluce. Estas alternativas al auténtico deporte no son tan completas como presumen, ya que carecen de ejercicios de fuerza, una de las disciplinas básicas del deporte junto con la resistencia, la flexibilidad y la elasticidad. No se puede decir que haces ejercicio bailando, porque entonces cada vez que salgo de marcha estoy quemando mil calorías y yo sin saberlo. Es más, ¿por qué en vez de hacer Zumba no salimos más con nuestros amigos y así también socializamos un poco? Y habrá también el típico graciosillo que ahora mismo, al hablar del Zumba, esté pensando en otra cosa (venga, va, haced el puto chiste). Además, al tratarse de movimientos muy rápidos y a veces imposibles, las personas más mayores no pueden seguirlos porque hace falta mucha rapidez y coordinación.
Y eso por no hablar de la horrible música que "ameniza" estas sesiones tan deportivas y estimulantes; todo es ritmo latino con reminiscencias del maldito reggaeton, y cuyas letras harían sangrar los oídos de Cervantes o Quevedo. Y cuando no hay salsa o quebraditas, se nos pone música tecno de la que oyes en cualquier polígono que se precie. Que digo yo, ¿para cuándo un Zumba con rock o heavy metal? Curioso, esos estilos musicales no tienen cabida en el mundo del "deporte".

A mí, personalmente y sin querer molestar a nadie, eso no me parece deporte ni nada. El auténtico deportista es el que se levanta a las siete para salir a correr veinte kilómetros, o el que se deja la tarde nadando en la piscina, o el que acude regularmente a un gimnasio y se aplica un programa completo supervisado por un buen entrenador. Esos sí son dignos de admiración, porque sus esfuerzos son auténticos y se les nota la forma física. El bailarín de Zumba podrá presumir de tener unas piernas que podrían emular las de Fred Astaire, pero se quedará quince minutos resoplando cuando se le pida que abra un bote de judías porque no tiene fuerza en las muñecas. Sí, te diviertes mucho bailando (el que se divierte, vamos), pero en realidad no haces todo el ejercicio que deberías.

Si os digo la verdad, y ya para ir rematando, yo creo que la mayor parte de estos nuevos deportistas batukeros y zumbadores son gente que piensa que hay que lograr el cuerpo diez para triunfar en el mundo. Y si no, echadle un vistazo a los bailarines, todos tíos buenos, y a las bailarinas, todas con vientre plano y ni una gorda. Al hablar con algunas de mis amigas que hacen Zumba, me da la impresión de que necesitan ese pseudodeporte para convencerse de que pueden adelgazar, para conseguir la figura perfecta que tanto gusta a la sociedad y que tan bien se vende en los medios de comunicación. Lo que parece que se ignora es que el cuerpo diez no existe, y aunque existiera no es lo más importante en la vida. Si no fuéramos tan superficiales con nuestros semejantes, estoy segura de que subproductos como la Batuka y el Zumba dejarían de existir. Pero mientras sea más importante la grasa que cuelga de los brazos o los michelines que marca ese vestido y te hacen parecer una salchicha, nunca comprenderemos que la felicidad, la auténtica felicidad, está en que alguien te diga sinceramente: Te quiero tal como eres.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¡Qué previsible es el cine! (IV)

Cinema section strikes again!!! Esta vez es la última entrada (de momento) dedicada al cine y a sus tópicos de siempre; prometo que ahora me dedicaré a dejar constancia de otros temas, algunos quizá de talante más personal, pero voy a dejar aparcado un rato el cine porque creo que ya lo he machacado bastante. Pero no lo suficiente, jajajaja!!! Porque aquí os traigo la entrega definitiva de los tópicos más manidos del cine mundial! Disfrutad!


*Mito 28: Un gángster muy duro se comporta como un niño ante su madre

Es una de las mayores aberraciones del cine, pero es lo que hay. La figura del gángster serio se deja para El Padrino. En las comedias, lo que triunfa es el niño grande que le llora a la mamma cuando esta le levanta la voz por ser un piccolo cativo (como veis, me he puesto a tono con el italiano).

*Mito 29: Una chica se confiesa y el cura se pone burro

Típica escena de las españoladas más rancias o con cierto toque a Torrente. Una vez más, se nos vende la imagen del cura reprimido sexualmente que tiene que escuchar las confesiones de un putón verbenero que quiere ponerlo a prueba. Si fuera una película del destape, posiblemente veríamos algo de carnaza a la moza. Actualmente ya no se ven estas escenas, pues son sustituidas por un hombre que se cuela en un confesionario y se hace pasar por cura. Horas y horas de diversión!

*Mito 30: Alguien va a follarse a su novia a oscuras y se equivoca de habitación

¿A quién no le ha pasado esta descacharrante situación? Suele pasar en películas tipo "Los padres de ella" o "La madre del novio" o cosas parecidas. Casi siempre es el chico el que está en casa de su novia y los padres. Como no les dejan hacer "cochinadas" bajo su techo, tienen que dormir separados, pero el chico se escapa de su cuarto y va a buscar a la chica. Y lo que pasa es que, lo más seguro, se trincará al abuelo o al padre. ¡Bravo!

*Mito 31: Un tipo ve algo raro y jura que dejará de beber

Más propio de dibujos animados, actualmente. Ahora mismo se me ocurre ver la escena en Los Aristogatos (se ve una manada de gatos siendo perseguidos por un ratón) y en los Simpson (Maggie ve un desfile de perros gays).

*Mito 32: Alguien se pasa con un tipo muy bajito, y detrás está su padre o su hermano, que es enorme

Redundante en una comedia que se precie. Asumo que es una forma de hacer justicia para el personaje vapuleado. A esa figura fuerte y gigantesca se la conoce en España como "el primo de Zumosol".

*Mito 33: Un objeto va a parar a las tetas de una tía y hay que cogerlo sin que se dé cuenta...

Aquí el resultado puede ser doble, como asegura Fontdevila. Si la chica es guapa, aparecerá el novio y ahostiará al chico de manos largas. Si la chica es fea, véase el mito de "una fea persigue a un tío para follárselo". Eso es así, y el que no lo acepte, será condenado.

*Mito 34: Dos ancianos se enamoran y follan como jovencitos

Se acabó eso de que el amor entre ancianos es algo bonito, como en La Sonrisa Etrusca. En las películas, dos viejos que follan es una imagen aberrante que nuestros hijos no deben ver porque les provocaría náuseas y teleles en sus jóvenes cerebros. En fin... así nos va.

*Mito 35: Un tío barriobajero deambula por una fiesta de la alta sociedad

Lo peor de lo peor. Mezclar ambos niveles sociales es como juntar agua y aceite. Por supuesto, los ricos son snobs que catan vino y sólo hablan de yates y partidos de pádel, mientras que el inocente barriobajero saca a relucir toda la sabiduría de la calle que sólo años de música chunda chunda y cientos de litronas le pueden dar.

*Mito 36: Alguien se embadurna de negro y entra por accidente en una reunión del Ku Klux Klan

¿Hemos hablado ya de la cantidad de mitos que hay acerca de colarse en sitios que no proceden y en los peores momentos? Esta es la cumbre de todo ello.


Nada más. Hasta aquí nuestra sección de mitos y tópicos del cine. Espero que os haya gustado tanto como a mí. A partir de ahora, seréis más observadores con las películas que veáis y aprenderéis a valorarlas por lo que realmente valen, y será por esto. Un saludo a todos y hasta la próxima!!