¡Hola a todos!
Los que me seguís a menudo sabéis de sobra lo mucho que adoro imaginarme historias y luego ponerlas por escrito. Mis días favoritos son aquellos en los que no tengo otra cosa que hacer más que sentarme tranquilamente frente a mi portátil y dedicarme toda la tarde a avanzar en la escritura de mis cuentos y novelas (estoy trabajando ahora en un par de cuentos para Halloween y una novela de fantasía). Y a pesar de que estos días no tengo mucho tiempo por los exámenes, siempre encuentro un momento para escribir algo, aunque sólo sea una frase o el perfil de un nuevo personaje que se me acaba de ocurrir.
He escrito cuentos, he escrito relatos cortos y he escrito dos novelas que aguardan el momento de ver la luz. Pero nunca se me había ocurrido escribir microrrelatos. Hasta hace poco.
Un microrrelato es una historia que empieza y acaba en unas pocas líneas. No requiere de la intervención de muchos personajes, pues lo normal es que sólo encontremos uno o dos. Los microrrelatos son pequeñas historias cargadas de intensidad, pues tienes que atrapar y conmover al lector con muy pocas palabras. Y es más complicado de lo que parece. Al estar acostumbrada a desarrollar situaciones y personajes, me ha resultado muy difícil internarme en el mundo de los microrrelatos, donde las descripciones son escasas y los personajes sólo han de ir levemente perfilados.
Pero ahora he tenido la oportunidad de probar suerte en un concurso de microrrelatos organizado por la web Sttorybox. Y aunque no he ganado, me ha permitido conseguir un buen número de seguidores en pocos días, lo que me ha animado a escribir otros microrrelatos para alegrarles un poco el día y ofrecerles una pequeña lectura. Y ahora os los traigo a vosotros. Algunos ya los habréis leído en mi espacio de Sttorybox, pero los que no lo habéis hecho también tendréis vuestra oportunidad aquí mismo.
Aquí os dejo los siete microrrelatos que he escrito hasta el momento. ¿Cuál os gusta más?
1. SUEÑO DE AMOR
Él la observaba. A
ella, deseando poder ser feliz junto a esa chica. Él la observaba en la parada
del autobús. En silencio. Todos los días. La observaba y ansiaba acercarse a
ella y preguntarle cómo se llamaba. Deseaba verla sonreír, tomarla de la mano y
pasear junto a ella todo el día. Deseaba poder regalarle un “te quiero” y que
ella aceptase el regalo con una de sus bellas sonrisas.
Él la observaba y se
imaginaba una vida entera a su lado. Saldrían juntos durante tres años.
Entonces, le pediría que se casara con él y ella respondería que sí. Vivirían
en una casa en el campo, lejos del bullicio de la ciudad. Los días
transcurrirían en medio de una felicidad sin fin. Un día, ella anunciaría con
gran alegría que estaban esperando a su primer hijo.
Pero entonces, ella
subió al autobús y las puertas se cerraron con un golpe seco. No se había dado
cuenta de que él la seguía observando con lágrimas en los ojos, contemplando
con impotencia cómo su sueño se alejaba un día más.
2. LA SIRENA
Sueña despierta la niña
en la playa mientras juega en la arena. Mientras sus manitas se hunden en la
arena húmeda, la niña sonríe y se imagina la cara de la sirena cuando venga esa
noche. El castillo toma forma poco a poco. Con mucho cuidado, la niña levanta
las torres y crea murallas para proteger su pequeño palacio de arena. Con un
palito horada algunas ventanas, dibuja filigranas y retira la arena sobrante.
Es digna de elogio su paciencia al colocar, una por una, todas las piedrecitas
y conchas de mil formas y colores que ha encontrado en la orilla del mar.
Pero las largas horas
de trabajo se quedan en nada cuando unos niños pasan corriendo por su lado y
destruyen el castillo con sus pisadas. Es hora de volver a casa y del castillo
de la sirena no queda nada. Su madre se acerca a consolarla y le pide que no
llore por el castillo o por la sirena. Mañana podrá hacer otro castillo mucho
más bonito. Y las sirenas, en realidad, no existen.
Al día siguiente, la
niña volvió a la playa. Al remover las ruinas del castillo de arena, descubrió
el cuerpo frío y muerto de la pequeña sirena.
3. SU PRÍNCIPE
Siempre he querido ser
su príncipe. Desde que la conocí, no ha habido otro sueño para mí más que
llegar a ser suyo. Estar con ella, darle todo mi amor, entregarme a ella en
cuerpo y alma. Por eso no me importó sacrificar todo lo que conocía y amaba
antes de tenerla a ella. Mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo…
Todo pasó a un segundo plano, porque ella estaba ahí. A su lado, mis sueños de
felicidad se hicieron realidad. Ella era mía y yo era suyo. Yo se lo perdonaba
todo porque la quería. La quería con toda mi alma. Y porque sabía que, en el
fondo, a ella le dolía hacer lo que hacía. A veces la vida es muy difícil. A
veces una persona reacciona mal. Pero eso no quiere decir que no sepa amar de
verdad. Ella es mi princesa y no dejará de serlo nunca.
Mi rostro, dolorido por
la brutalidad de su última paliza, empieza a hincharse y amoratarse. Y, a pesar
de todo, sigo siendo su príncipe.
4. AURA NEGRA
Soy el ejecutor. Soy el
elegido. Él me escogió para luchar en su nombre contra la herejía. Él me dio un
don para poder cumplir con sus designios. Me dio el don porque soy el elegido.
Yo soy la espada en llamas. Yo soy el ejecutor. Mi trabajo es simple: mato a
los impíos, a los que se ríen en la cara del Todopoderoso. Mi don me permite
ver sus auras, negras como la mano de Satanás. Veo el aura negra y mato al
impío. Es muy simple, en realidad.
Pero ha pasado algo que
no esperaba. Esta mañana, al mirarme al espejo, me vi rodeado por un aura
negra. Era la señal. Él exigía un sacrificio. Soy el ejecutor. Alcé mi pistola
y apunté el cañón hacia la sien.
Consummatum
est.
5. LA PLAGA
Amalia cruzó la puerta
de la muralla con la primera luz del alba. Era el primer día del invierno.
Abandonaba la ciudad no por miedo, sino porque se había quedado sola. En la
casa de su padre todos habían muerto. Todos. Amalia tenía miedo a morir de
aquel terrible mal que provocaba fiebre y cubría la piel de manchas negras. Por
eso tenía que huir. Antes de que la Plaga la alcanzara.
Comenzaba la noche.
Pedro salió de su cabaña y vio pasar ante él la pequeña figura de Amalia
envuelta en una capa. Percibió el olor de la presa fácil y su instinto de
cazador se despertó. Era joven y bonita. Hacía mucho tiempo que no sentía el
calor de una mujer, que no olía a hembra. No le costó demasiado ir tras ella,
derribarla y tomarla con la brutalidad de una bestia. Una vez satisfecho su
deseo, Pedro se apartó de ella y regresó a su casa.
El mal se transmitió
rápidamente. Aquella noche, Pedro empezó a toser. Luego vino la fiebre y, con
ella, el delirio. El cirujano cortó su camisa para examinarle mejor. Se
santiguó. Pedro tenía la piel cubierta de manchas negras.
6. EL LARGO CAMINO
La puerta se cierra
detrás de mí. A mis pies se abre un largo camino del que no alcanzo a ver el
final. Atrás queda mi infancia; ahora toca enfrentarse a la madurez. No era lo
que yo había pensado, pero es lo que hay. Los finales felices son para los
cuentos de hadas.
Son tiempos duros para
mi generación. Se nos ha educado para estudiar una carrera, para formarnos,
para preparar nuestras mentes de cara al futuro. Pero el futuro ha llegado y
todo lo que hemos hecho no ha servido para nada. No hay sitio para mí en este
país, y por eso debo irme. Alemania, Inglaterra, Suiza… Son los nombres del
futuro. ¿Cuál? No sé si quiero saberlo.
Ahora ha llegado el día
de mi marcha. Mis amigos me esperan en el aeropuerto para irnos juntos. No
despertaré a mis padres, porque quiero ahorrarles la amarga despedida. Prefiero
irme en silencio, pero lleno de orgullo. Allá donde vaya, haré que todos se
sientan orgullosos de mí y de lo que soy. No sé adónde voy, ni lo que haré, ni
cómo sobreviviré. Pero de una cosa estoy seguro, y es que volveré.
Tarde o temprano,
volveré.
7. LA ÚLTIMA BATALLA
Los dioses habían
predicho que la victoria sería nuestra. Los dioses se equivocaban. Yo empuñaba
una espada con tanta fuerza que ya no sentía mis dedos. La respiración
entrecortada. Mis músculos aullaban de dolor, de puro dolor. Corrí durante una
eternidad junto a mis hermanos de batalla. Corpulentos, encorazados, todos
cubiertos con casco, blandiendo lanzas y espadas mientras gritaban, corrían y
caían. Yo apenas podía moverme. Mi escudo pesaba demasiado y el casco no me
dejaba ver. Todo era furia, sangre y locura a mi alrededor.
Todo parecía perdido.
El enemigo había capturado a mi rey y amenazaba con cortarle la cabeza delante
de sus propios hombres, aquellos que habíamos luchado junto a él. Sus ojos. Mi
señor me miraba, y yo comprendí que no podía terminar así. Levanté la espada y
grité tanto como me permitió mi ronca voz:
-¡Por el rey!
Ojos fijos en mí. Ojos
oscuros y feroces. Vi al hombre que me embestía con una espada, rápido como un
rayo. Esquivé su envite y hundí mi hoja en su estómago. Se tambaleó y cayó
muerto a mis pies.
-Por el rey –oí una voz
en mi cabeza -. Por el rey.
¡Hola! :-)
ResponderEliminarYa sabes, porque te lo dije, que mi favorito es el relato de la sirena, Sin embargo, todos están muy bien escritos, y lo que es más importante: todos transmiten algo. También me han gustado mucho "La Plaga" y "Su Príncipe".
El más perturbador, con diferencia, es "Aura Negra". Sobre todo porque deja un interrogante muy extraño: si está escrito en primera persona y el narrador se suicida, ¿quién estás escribiendo en realidad ese relato? :-P
El cuento de "La Sirena" también me gusta mucho; siempre me han gustado las criaturas fantásticas o de otro mundo: hadas, sirenas, criaturas mitológicas... La fantasía me encanta, y curiosamente me cuesta mucho escribirla. No sé por qué...
EliminarEn cuanto a "Aura Negra", quien narra la historia es un perturbado mental con un trastorno en la percepción del color. Y se suicida después de su sentencia, así que está vivo hasta el punto final ^^*. También me gusta mucho escribir sobre personas con algún tipo de trastorno psíquico, como puedes ver.
Hola :) nunca me había cuadrado leer nada tuyo, la verdad es que me gusta cómo relatas esas pequeñas historias. Yo también escribo de vez en cuando ^^ cuando las musas me lo permiten... La Sirena, Aura Negra y la Plaga son los que más me han gustado. Ah, y la última batalla :D.
ResponderEliminarY muy interesante página esa de SttoryBox, no la conocía, si me disculpas voy a cotillear...
¡Saludos!
Hola, Aradlith! Otra escritora que se une al grupo! Gracias por leer mis humildes microrrelatos. Si quieres leer otros cuentos, en este mismo blog los tienes. Busca en las Estanterías la sección de cuentos y disfruta! Si no, en Sttorybox iré subiendo lo que ya tengo aquí para quienes no me sigan por el blog.
EliminarAh, y ya te estoy siguiendo por Sttorybox! Me alegro de tener la oportunidad de leer algo tuyo!
Aura Negra y La última batalla son los que más me han gustado, ¡pero todos me han parecido geniales! Has conseguido impresionaren unas pocas líneas, ¡eso sí que es difícil!
ResponderEliminarA mí también me gusta mucho escribir sobre fantasía y trastornos psíquicos; es complicado, pero prácticamente todo lo que escribo es de lo uno, de lo otro, o de ambos (mi profesor de literatura se asusta un poco con mis redacciones:P).
Pues eso, ¡eres una gran escritora!
¡Muchas gracias, Mársica! Aunque todavía soy muy nueva en el microrrelato, espero poder ir mejorando poco a poco. He leído microrrelatos realmente estremecedores y emocionantes, y a veces con sólo 50 palabras.
EliminarY lo de escribir sobre trastornos psíquicos, pues no es tan raro. Se supone que escribimos sobre lo que nos llama la atención, aunque a veces hiele la sangre, XD! Pero eso es precisamente lo mejor. De las cosas de toda la vida ya hay mucho escrito, y hay detalles más oscuros y ocultos que también tienen derecho a que se narre su historia.
¡Gracias por tus palabras y por comentar!