¡Hola a todos!
Últimamente me he estado metiendo un atracón de Disney para conocer un poco lo que ven nuestros niños de hoy. Y me he dado cuenta de que la película Frozen, aun habiéndose estrenado en el año 2013, todavía ahora sigue teniendo un éxito arrollador, convirtiéndose en la película imprescindible de todas las niñas que conozco. Después de ver en carnavales a tres niñas de unos doce años disfrazadas de Elsa (las tres juntas y las tres con el mismo disfraz), decidí que sería una buena idea dedicarle una reseña bien completa. Por lo tanto, aviso que habrá muchos SPOILERS a partir de aquí.
Mis primeras referencias sobre Frozen empezaron cuando me di cuenta de que entre los utensilios escolares y juguetes de las niñas empezaban a proliferar las sonrientes caras de dos hermanas con evidentes rasgos nórdicos, rodeadas además por varios halos de color azul escarcha y blanco ventisca que me recordaron vivamente al cuento "La Reina de las Nieves", de Hans Christian Andersen. Sabía que Disney había estado planeando crear una película de animación basándose en el clásico danés, y yo me sentí muy ilusionada porque el cuento de "La Reina de las Nieves" siempre me ha parecido fascinante. La perspectiva de una reina con poderes sobre el hielo y la nieve, capaz de crear tormentas y avalanchas, hacer que los viajeros se perdieran por sus dominios nevados, e incluso imponer el invierno perpetuo sobre la tierra me parecía francamente increíble. Poco después supe que se trataba de una adaptación, en la que la historia estaría más enfocada al amor fraternal, pero eso no me importó demasiado porque la cosa prometía mucho. Sinceramente, tenía esperanzas. ¿Estábamos ante un nuevo clásico de Disney? ¿Iba esta película a convertirse en otra de mis favoritas, a la altura de La Bella y la Bestia, La Sirenita o El Rey León? Eso era lo que me imaginaba, a juzgar por el despliegue brutal de merchandising relacionado con la película y los entusiastas comentarios de niñas y madres que ponían esta película en lo alto del podio Disney.
Aunque la película se estrenó en 2013, confieso que no la he visto entera hasta hace un par de meses más o menos. No obstante, conocía de sobra las principales canciones de la serie y pude, además, ver algunos gráficos de la animación. Y me pareció una pasada, de verdad. Movimientos fluidos, detalles bastante cuidados, una animación brutal, un doblaje muy bueno, números musicales al estilo Broadway... Así que, una vez vistos los avances, me detuve un día a ver la película completa.
Y... ¿En serio? ¿Soy la única que ha visto en Frozen más lagunas que en Alemania?
Empecemos por el principio.
La película empieza bastante bien, mostrándonos a unos hombres picando hielo que luego transportan en un trineo. El ambiente y la canción correspondiente nos meten en el marco un tanto oscuro del reino de Arendelle, una oscuridad que no se volverá a repetir a lo largo de la película. Seguidamente nos presentan a las dos hermanitas, algo que no tiene que ver con el cuento original, pero eso no quita que sean adorables. Enseguida nos damos cuenta de que la pequeña, Anna, se dedica a incordiar a su hermana mayor, Elsa, para que la entretenga con sus poderes mágicos, que la niña tiene desde que nació. Si estáis esperando una explicación acerca del origen de sus poderes, me temo que os vais a quedar con las ganas porque en la película no se nos dice absolutamente nada. En cualquier caso, las hermanitas juegan con la nieve hasta que pasa lo que tenía que pasar: Elsa no es capaz de seguir el ritmo vertiginoso de Anna y le lanza un rayo de hielo a la cabeza que la deja inconsciente.
Justo en ese momento, los padres aparecen súperbien vestidos para rescatar a la pobrecita Anna del "maligno" poder de su hermana Elsa. Que digo yo... ¿Anna no podría haberse puesto encima un abrigo o algo para jugar con Elsa? Porque a Elsa no le afecta el frío, pero ella tendría que sentirlo a narices. Pero no, resulta que "está helada" por culpa del rayo de la muerte de Elsa, no por haber jugado en la nieve en mangas de camisa. Esta es sólo la primera de las muchas incoherencias que veremos en
Frozen, así que preparaos para lo peor.
Jugando en mangas de camisa. ¡Para pescar una pulmonía!
Cuando los padres ven lo que Elsa le ha hecho a Anna, hacen lo que todo buen personaje Disney tiene que hacer en estos casos: Buscar la ayuda de la entidad mágica correspondiente. En este caso, se trata de un clan de trolls con forma de roca que realmente no tienen una finalidad definida en la historia. De hecho, sólo el chamán es el que controla un poco sobre magia y libera a Anna del hechizo de hielo, alterando de paso sus recuerdos para que la niña no sepa nunca que Elsa tenía poderes mágicos. Es curioso que el chamán les recomiende a los reyes de Arendelle quitarle a Anna todo lo que le recuerde que su hermana tenía poderes. ¿De verdad quiere hacernos creer que Elsa es el problema? Elsa es una pobre niña que ha nacido con unos poderes que puede controlar perfectamente si la chiflada de su hermana no le toca las narices. En todo caso, vería correcto que se llevara a Elsa para instruirla en el buen uso de sus poderes, ya que el chamán sabe de magia y hasta le dice cuál es la debilidad que la llevará a que su magia se desboque: El miedo. Si apartáramos a Elsa de todo lo que pudiera asustarla, al final tendríamos a una niña nerviosa y acostumbrada a vivir dentro de una burbuja, donde puede estar más o menos a salvo siempre que no suceda nada externo que pueda alterarla.
Así que los padres tienen que elegir: ¿Enseñamos a Elsa a controlar sus poderes o la mantenemos encerrada en su habitación como un animal y le damos de comer por debajo de la puerta? En fin... supongo que ya sabréis lo que eligieron los padres, ¿verdad?
Con el tiempo, Elsa va empeorando porque se pone cada vez más nerviosa y Anna se dedica a intentar suicidarse tirándose en bicicleta por las escaleras del palacio. Otra cosa que no entiendo... ¿Por qué Anna se queda encerrada también en el palacio? ¿Por qué no sale a jugar con otros niños, o por qué no le permiten tener contacto humano? Los padres han llegado a la conclusión de que es Elsa la que tiene que estar encerrada para no provocar una catástrofe de proporciones épicas pero... ¿y Anna? Anna no tiene poderes, así que no veo lógico que la mantengan apartada de la civilización.
Siguen pasando los años y los reyes de Arendelle mueren ahogados tras naufragar el barco en el que viajaban, y ni aun así las hermanas pueden mantener una relación normal. Anna no deja de intentar acercarse a Elsa, a la que apenas conoce, pero Elsa se mantiene en sus trece. Sabe que puede hacerle daño a su hermana si pierde el control de sus poderes y la quiere demasiado como para permitir que sus emociones se desboquen, y más por un acontecimiento tan demoledor como es la muerte de unos padres.
El caso es que, tres años después, llega el día de la coronación de Elsa como reina. Que digo yo... Si los padres sabían que Elsa iba a crecer como una auténtica autista y además tenía poderes que le serían muy difíciles de controlar en público... ¿cómo se les ocurre dejarla de heredera del reino de Arendelle? A ver, como reina tendrá que conceder audiencias, recibir a personas importantes, tener una corte... No puede permanecer más tiempo escondida, pero los padres la han educado precisamente para todo lo contrario, para que se mantenga apartada del resto del mundo. Os dije que había incoherencias para rato.
Tras la coronación, las dos hermanas charlan por primera vez en años y, a continuación, nos meten en el meollo de la cuestión cuando Anna conoce al príncipe Hans, de quien se enamora a los dos segundos de conocerle (no es coña). Por la canción del principio ya sabemos que lo único que Anna quiere en esta vida es echarse novio, y hasta ensaya varias formas de coqueteo. Por eso, al conocer a Hans pierde la capacidad de razonar, sigue comportándose como una chiflada y, acto seguido, se va a buscar a Elsa para pedirle que le permita casarse con Hans. Elsa actúa como cualquier persona juiciosa y se niega (aunque podría haberle permitido a Hans cortejar a su hermana para que pudieran conocerse un poco). Las hermanas tienen un encontronazo y al final Elsa acaba perdiendo los nervios y muestra sus poderes delante de todos los dignatarios que han ido a la coronación, entre los que hay rivales políticos. Yo no es por ser tirana ni eso, pero si yo acabara de desvelar que tengo poderes mágicos ante mis adversarios políticos, haría que firmaran conmigo varios pactos de no agresión para asegurarme de tenerlos bien controlados. Elsa opta por asustarse y salir corriendo. En fin...
El caso es que Anna decide ir en busca de Elsa, y deja al príncipe Hans como regente de Arendelle en su ausencia. Vamos a ver: ¿La reina ha huido y a ti se te ocurre dejarle el reino al primer repeinado que se cruza en tu camino y al que no conoces de nada? Esto me demuestra que Anna no tiene ni repajolera idea de las responsabilidades que debe tener una princesa. En ausencia de Elsa, Anna es su heredera y tendría que hacerse cargo de la regencia. Si quisiera, podría enviar a varios soldados a buscar a Elsa y quedarse ella en casa controlando la situación. Pero no, eso sería demasiado fácil. Si tenemos un hombre al lado, ¿para qué vamos las mujeres a reinar? (Un detalle bastante curioso es que la Disney presentaba esta película como feminista, por eso de que las mujeres no necesitaban a los hombres para salir airosas de la situación. Ya veo, ya).
Mientras tanto, alejada del mundo, vemos la que es sin duda la mejor escena de la película. Elsa canta la laureada
Suéltalo, una canción muy bonita que revela a la perfección sus sentimientos. Además, es muy divertido verla jugando con sus poderes de hielo sin temor, demostrándonos una vez más que puede controlarlos perfectamente si está tranquila y en un entorno en el que se siente segura. Elsa decide que nunca más tendrá miedo y para eso se cambia el vestido por otro que enseña más pierna, se pintarrajea la cara como una ramera y se construye una fortaleza de la soledad, para estar bien lejos de la civilización que la asusta y la perturba. No es por nada, pero yo a ese plan le veo lagunas...
¡Por fin me he independizado!
Pero sigamos. Anna decide lanzarse a la aventura y va a buscar a su hermana... ataviada con un vestidito de fiesta, sin mangas, zapatos con un centímetro de suela y, como único abrigo, una capa irrisoria. ¿Por qué no se muere de una maldita hipotermia? ¡Está fuera del castillo un día y medio y todavía no se ha muerto! Madre mía... Bueno, seguimos. Anna llega a una cabaña donde compra el único atuendo de invierno que le queda al vendedor... y qué casualidad, es justo de su talla y las botas son de su número. ¡NO-ME-JODAS! En la cabaña también conoce a Kristoff, a quien hemos podido ver en la intro de la película de niño, picando hielo con el resto de hombres. Él y su reno Sven son persuadidos por Anna para que la ayuden a buscar a la reina desaparecida. Aquí tiene lugar una conversación muy divertida entre Anna y Kristoff. Anna le cuenta a Kristoff que Elsa se enfadó con ella cuando le comunicó que quería casarse con un hombre al que acababa de conocer ese mismo día, y Kristoff se queda realmente asombrado de la inconsciencia de Anna. Eso es Disney parodiándose a sí misma, lo cual está muy bien, pero ya lo había hecho anteriormente en una película titulada Encantada, que por cierto es bastante truño.
Anna, Kristoff y el reno Sven siguen su camino, y es entonces cuando aparece Asno... digooooo Olaf, un muñeco de nieve que Elsa ha creado y que está vivo. ¡Vivo! ¡Elsa puede crear vida! ¡Joder, los poderes de Elsa son la repanocha si puede crear materia viva de la nada! Como todo buen secundario, Olaf tiene que tener una canción, que resulta ser de lo más estúpida e innecesaria. No me voy a parar a comentar las mil y una tonterías que hace Olaf desde el primer momento que aparece en pantalla porque no me cae demasiado bien.
Después de mucho caminar, Anna y los demás llegan a las montañas del norte y entran en el palacio de Elsa. Allí, Anna trata de convencer a su hermana de que regrese con ella y levante la maldición del invierno que ha lanzado sobre Arendelle (y de la que no nos damos cuenta que haya ocurrido salvo por una mención muy cogida con pinzas). Y aquí volvemos a darnos cuenta de las incoherencias que hay en la película, sobre todo en lo referente al perfil de los personajes. Si por un momento habéis pensado que Elsa haría honor a su canción y se comportaría como una persona fuerte y segura de sí misma, lamento decepcionaros. En cuanto Anna hace ademán de acercarse a ella, Elsa sale corriendo y hace lo imposible por apartarla. Una vez más, vuelve a agobiarse y lanza sus hechizos de hielo, con tan mala suerte que esta vez le acierta a Anna en el corazón.
La hemos apañado. El chamán de los piedratrolls dejó muy claro a los reyes de Arendelle que la magia se podía eliminar del cuerpo con relativa facilidad, salvo si afectaba al corazón. ¿Y qué pasa si, por casualidades del destino, la magia ataca el corazón de una persona? ¿Cómo eliminamos un hechizo indeseado? Pues con el remedio que todo lo cura: Un acto de amor verdadero. ¿Y quién lo sabe todo sobre el amor verdadero? Kristoff tiene la respuesta a ese interrogante. Él conoce a unos seres que tienen todas las respuestas sobre el amor verdadero, así que allá van todos en comitiva a visitar... a los piedratrolls. Sí, esos pequeños seres de los que no se sabe si son machos o hembras ni pidiéndoles el carné de identidad son todos unos expertos en amor verdadero. Bueno, peores cosas se han visto...
Llegan al hogar de los piedratrolls y es entonces cuando se produce el momento más incómodo de toda la película. De todas las canciones de la película, esta es sin duda la más innecesaria. Los piedratrolls se sacan del forro toda una puesta en escena que tiene como objetivo mostrar a Kristoff ante Anna como un hombre apetecible. Y yo me pregunto: ¿Por qué estáis haciendo esto? A ver, se supone que Anna está enamorada del príncipe Hans y es correspondida, así que Kristoff no le hace falta para nada. O sea, se está creando un triángulo amoroso totalmente innecesario dadas las circunstancias.
La maldición avanza y Anna está cada vez más débil. En ese momento aparece el chamán y vuelve a repetir las mismas líneas que había dicho años atrás, cuando Anna fue lastimada por Elsa por primera vez. Y otra cosa que se me viene a la mente... ¿por qué no le cuenta lo que ocurrió hace años? ¿Y por qué Kristoff no cae en la cuenta de que Anna ya había sido dañada por los poderes de Elsa? Maldita sea, él lo vio todo siendo sólo un crío y, aunque no se quedara con las caras de las personas que pidieron ayuda a los trolls, sabía perfectamente que eran los reyes de Arendelle y sus hijas. ¡El chamán llama al rey "majestad", por el amor de Odín! ¿¿Cuántas personas en Arendelle reciben el tratamiento de "majestad"?? Bah, da igual, a estas alturas ya me lo espero todo... El chamán examina a Anna y le dice que no tiene la capacidad de curarla con sus poderes. Al ser tocada por la magia en el corazón, sólo podrá salvarse si se lleva a cabo un acto de amor verdadero.
¡Hola, somos los primos hippies de los Pitufos!
Mientras tanto, Elsa es descubierta por unos guardias de Arendelle que tratan de capturarla. Aunque intenta escapar, pierde el control de sus actos y sus poderes se desbocan. No obstante, consiguen atraparla y custodiarla en una mazmorra. Cabe destacar aquí la participación de Hans, quien se muestra cortés y educado con Elsa, e incluso la conmina a que se tranquilice y no se convierta en el monstruo que todos creen que es. Qué majo, ¿no?
Y esto me lleva otra vez a Anna. Al necesitar un acto de amor verdadero para salvarse, entiende que sólo un beso con el príncipe Hans podrá liberarla de la maldición del hielo. Pero ¡jaja! Disney se saca un as de la manga y resulta que Hans no sólo no va a ser el amor verdadero de Anna, sino que se revela como ese villano en la sombra que durante toda la película ha estado conspirando en secreto para acabar con las dos hermanas y conseguir de un plumazo el dominio sobre todo Arendelle. Esta es, en mi opinión, la mayor cagada de toda la película. Cuando ya se habían hecho tres cuartas partes de la película, los guionistas se dieron cuenta de que se les había olvidado meter a un malo con empaque y decidieron en el último momento convertir a Hans en el malo malísimo. ¿Pero de qué vais, tíos? ¡Que no me lo creo! Hans se ha comportado a lo largo de toda la película como un perfecto caballero. Ha sido amable y cariñoso con Anna, respetuoso con las decisiones de Elsa respecto a su matrimonio con la princesa, ha asumido la regencia de una manera impecable, ha ayudado a todos los habitantes de Arendelle repartiendo mantas, ha defendido a las protagonistas a capa y espada, ha suplicado a Elsa que no se transformara en un monstruo, demostrando que confiaba en ella por lo que le había dicho Anna al principio. ¿Y ahora resulta que todo era mentira? ¿Era un puto camelo? ¡Venga ya, eso no hay quien se lo trague! Le han convertido en el malo sólo para decirnos que Hans no iba a ser el amor verdadero de Anna. Pero, ¿para eso había que hacer un OOC impresionante y cargarse a todo un secundario de lujo?
Además, justo en ese momento, Kristoff se está alejando de Arendelle y de Anna, el amor de su vida. Un momento. ¿He dicho el amor de su vida? Pues sí, porque es lo que se deduce al verle actuar como un patético adolescente con el corazón partío porque la chica de sus sueños va a morrearse con otro que es más rico y va mejor vestido que él. Lo más curioso es que Kristoff criticó a Anna por haberse prometido con Hans el mismo día que le conoció. Kristoff, cariño, has estado dos días escasos con Anna y te has enamorado hasta las trancas. ¿En qué lugar te deja eso?
Bueno, el caso es que a Hans parece salirle todo a las mil maravillas. Tiene a la legítima reina encerrada y a la princesa a punto de morir; como es el regente, todos están encantados de cederle el trono de Arendelle. Pero primero tiene que matar a Elsa para acabar con la maldición del invierno y convertirse en el amo absoluto del cotarro. Justo en ese momento, Kristoff se da cuenta de que Anna es el amor de su vida y corre raudo a buscarla para darle un beso de amor y salvarla de la maldición. Llegamos a los momentos finales y vemos cómo Anna renuncia a recibir el beso de Kristoff para ponerse entre Elsa y Hans, que en ese momento alza su espada (que segundos antes no llevaba, ejem) para matar a Elsa. La maldición se completa y Anna acaba convertida en una estatua de hielo. Es entonces cuando Elsa abraza la estatua, llora un poco y Anna, milagrosamente, se cura y vuelve a su estado normal. ¿La explicación? "El amor descongelará". ¡Pues claro que sí, amigos!
Vamos a ver, creo que ha habido bastante lío con el acto de amor verdadero. Al principio, creemos que Anna se salvará cuando sea besada por Hans. Pero todo se trastoca cuando descubrimos que Hans es más malo que mandar a la abuela a por droga, así que entonces pensamos que Kristoff será el que lleve a cabo el acto de amor verdadero besando a Anna. ¡Pero eso tampoco vale, porque hay que meter a piñón el rollo ese del amor fraternal y que una mujer no necesita a un hombre! Anna protege a Elsa, se convierte en estatua de hielo y a los diez segundos vuelve a ser la que era después de que Elsa llore un poco. ¿¿Por qué?? ¡Si el acto de amor verdadero lo ha llevado a cabo Anna al proteger a su hermana! Elsa ahora mismo no siente amor, sino impotencia, tristeza, culpabilidad y desdicha. Si se trata de un acto de amor verdadero, entonces todos los años durante los cuales se apartó de su hermana para no lastimarla serían dicho acto de amor verdadero. Bueno, también podría ser que tuviera que ser Anna la que llevase a cabo el acto de amor verdadero. ¡Pues tampoco, porque volvemos a tener incoherencias! Si Anna pudiese salvarse a sí misma, lo habría hecho al intentar besar a Hans, porque para ella sí que era un acto de amor verdadero. Pero entonces, ¿por qué se han inventado el puto triángulo amoroso con Hans y Kristoff?
En cualquier caso, todo se soluciona. Elsa se tranquiliza por fin y es capaz de deshacer la maldición del invierno. Los tíos que antes querían poner a Hans en el trono ahora vuelven a quererla de gobernante. Y todo el mundo en Arendelle acepta y abraza a la reina Elsa, maravillados por sus increíbles poderes. O sea, que todos esos años en los que permaneció encerrada por el miedo cerval de sus padres a que todos descubrieran su magia y trataran de quemarla en la hoguera por bruja... han sido innecesarios. ¡De puta madre!
"El amor descongelará". No tiene puto sentido pero... ¡claro que sí!
¿Sabéis qué es lo que más me jode? Que nos han vendido una idea que no llega a desarrollarse en la película. Veréis, una de las cosas que más gancho ha tenido de Frozen es que, al principio, se vendía como la renovación de Disney en cuanto a la actuación de sus princesas. En lugar de poner a dos niñitas débiles que sólo buscaban ser salvadas por un hombre, pondrían a princesas modernas, llenas de energía, perfectamente capaces de librarse solas de los problemas. Pero eso no es nuevo, porque ya lo habían hecho antes con tres mujeres: Esmeralda, Mulán y Tiana. Las tres son chicas activas y decididas que con frecuencia tienen que rescatar a sus compañeros varones del peligro. Es curioso que, quitando Mulán (a la que se suele representar lo más femenina posible, apartándola de su imagen de soldado imperial), las películas en las que pudimos ver a estas fuertes mujeres fueran sonoros fracasos en taquilla.
Pero esto no es lo que se ve en Frozen. Elsa no me parece un buen ejemplo a seguir por nadie. Es, de hecho, la reina más floja, incompetente y debilucha de toda la factoría Disney. Que se ponga un vestido escotado y se pinte la raya del ojo no la convierte en una mujer madura. Se pasa toda la película dudando de sí misma y de su capacidad para controlar sus poderes. Su forma de resolver los problemas es huir de ellos y es incapaz de calmarse para arreglar las cosas. Eso por no mencionar que se deja engañar fácilmente por Hans, de quien se fía después de hablar con él un par de segundos. ¿Y este es el ejemplo que tenemos que seguir? ¿Sólo porque ella no acaba casándose con un hombre ya estamos ante el modelo feminista del siglo? ¡Que no, que no me lo creo!
Frozen es una película que se ha creado en torno a la canción Suéltalo, que a los guionistas les pareció tal maravilla que modificaron la idea original de la historia (en la que Elsa iba a ser una villana impresionante). En otras palabras, que os han vendido la papeleta. Frozen es una película simplona que se ha convertido en un éxito de masas por la apoteósica publicidad que se le ha hecho, pero de ninguna manera se trata de un clásico. Entiendo que pueda gustar a las niñas y que quieran ser como Elsa. Son niñas pequeñas y es normal que todo ese despliegue vistoso e impresionante las llene de emoción y ganas de imitar a la reina de Arendelle. Pero una persona más mayor debería ser consciente del pestiño que tiene ante sus narices. Le puede gustar más o menos, pero tiene que entender que podría haberse hecho mil veces mejor.
Y esta es mi opinión sobre la película Frozen. Como veis, no he dejado títere con cabeza y me he despachado a gusto. Si a alguno de vosotros le ha gustado o le gusta la película, lamento si le ha molestado mi opinión; si pensáis como yo, me gustaría mucho leer vuestros comentarios y saber qué pensáis al respecto.