¡Hola a todos!
Pues ya está aquí febrero, con sus vientos fríos y sus heladas asesinas que cortan la piel y amoratan las yemas de los dedos. ¿Cómo, que a vosotros no os pasa? Bueno, eso sólo puede ser por dos razones: O estáis viviendo en el hemisferio sur o estáis destrozadamente enamorados y pensar en vuestro amorcito os proporciona el calor interior que necesitáis (calor en el corazón, malpensados). ¡Y esto me lleva al tema del post de hoy: el amor en pareja! (qué bien se me da relacionar el tocino con la velocidad, ¡jajaja!).
Ya sabéis que febrero es el mes dedicado en este blog a asuntos que tienen que ver con el amor, y para empezar con buen pie he decidido hablaros un poquito de parejas, de esas parejas que todos nos hemos encontrado alguna vez en la vida (o nos lo han contado, qué caray). Ya sé que todos estáis pensando que vuestra pareja es la mejor del mundo, que no hay nadie tan perfecto como esa persona que os hace vibrar de emoción y os pone una sonrisa en la cara en cuanto pensáis en ella. Sin embargo, tenemos que admitir que no todo es tan bello como lo pintan. Que a veces la persona más importante para nosotros tiene defectos o carencias que nos fastidian, nos molestan y que desearíamos cambiar.
Esta entrada no va sobre cómo cambiar a una persona, porque eso es imposible. Una de las grandes batallas del amor es saber aceptar a la otra persona tal y como es, con sus defectos y virtudes. Sin embargo, puede ser que tengáis una pareja que a lo mejor no es tan buena como creíais y de la que estaríais mejor separados. ¿Queréis una lista? Pues allá va.
Estos son algunos tipos de parejas:
*Celosos
Muy difíciles de sobrellevar, ya
que son controladores al máximo. La más leve sospecha les hace desconfiar de su
pareja, que acaba realmente extenuada después de repetirle por enésima vez que
no le está poniendo los cuernos con nadie. Algunos se excusan diciendo que los
celos son un síntoma del amor que se siente por el otro, pero no es cierto. En
realidad, los celos esconden una gran inseguridad y una profunda desconfianza,
cosas que minan el amor propio y el que se siente por los demás. En casos
graves, las parejas celosas son capaces hasta de espiar el móvil del otro o de
ponerle barreras a la hora de salir con gente; ni qué decir tiene que lo más
grave es que esta relación puede acabar en maltrato psicológico e incluso
físico.
Cómo tratar con ellos: Intenta hacerle entender que no tiene nada
que temer por tu parte. Si te lo hace pasar realmente mal, corta con esa
persona lo antes posible.
*Aburridos
Pregúntale si quiere ir al cine,
y te dirá que le entra sueño. Pregúntale si quiere ir a ver un partido, y te
dirá que le agota. Pregúntale si quiere ir a pasear, y te dirá que hace frío y
que no quiere cansarse. Intenta hablar con esa persona, y se quedará callada
durante horas, como si estuviera alelada. ¿A que es un muermo? Pues hay
personas que son así de verdad, que no tienen nada que contarte, ni nada
interesante que compartir. Al principio puede parecer que te escuchan, pero no:
es que no hablan nunca a menos que sea para quejarse de algo. Son como muebles
del Ikea, con la diferencia de que pueden suponer un lastre muy grande para una
relación.
Cómo tratar con ellos: Si estás con una persona así, probablemente
es porque tú también eres igual de aburrido. ¿Qué hacéis juntos exactamente?
*Sin ataduras
Conocido vulgarmente como “Follamigo”,
para muchos es la pareja perfecta porque no supone ataduras de ningún tipo. Tú
haces tu vida como si nada, sales de noche, te enrollas con quien te da la
gana… Pero si una noche no tienes plan, siempre puedes llamar al Follamigo para
acostarte con él, única y exclusivamente. Luego, cada uno a su casa y al día
siguiente como si nada. El Follamigo suele ser un conocido tuyo al que tienes
por amigo, pero que te acuestas con él cuando te apetece. Gráfico de
compromiso: cero. Los problemas empezarán cuando uno de los dos empiece a sentir
por el otro algo más que follamistad, con lo que esa relación “idílica” se irá
al cuerno. No recomendada para personas que quieran labrarse un futuro junto a
una pareja estable.
Cómo tratar con ellos: Ni novio, ni amigo… O una cosa u otra, no se
pueden tener las dos. Si quieres evitarte problemas en el futuro, tienes que
DLR: Definir La Relación.
*Broncas
El polo opuesto del Aburrido en
todos los sentidos. Si te gusta discutir con alguien, nunca te aburrirás a su
lado, porque no se callará nunca. Cualquier cosa es motivo para empezar una
disputa: si has roto sin querer un regalo que él te ha hecho, la has liado; si
has preparado algo que no le gusta para comer, la has liado; si no te pones los
zapatos que te eligió, la has liado. Pondrá morritos, dejará de hablarte o
emitirá algún murmullo altanero para darte a entender que está enfadado contigo
y con toda la razón del mundo. La única manera de combatirle es que tú seas
igual que él y le hagas lo mismo; de otro modo, acaba por desesperar.
Cómo tratar con ellos: A menos que tengas la paciencia de un santo,
no le aguantarás mucho tiempo. La relación caerá por su propio peso.
*Dramáticos
Romeo y Julieta personificados, y
no estoy exagerando. Juran amor eterno invocando a los cielos, a los mares y a
todas las estrellas del universo. Su concepto del amor es la expresión extrema:
cuanto más exagerados son sus sentimientos, más verídicos creen que son. Si tú no
eres tan efusivo, prepárate para el espectáculo. Llantos, sollozos y gemidos
desgarradores que parecen sacados de una novela romántica de las malas. Son los
auténticos Reyes del Drama. Te preguntarán continuamente si tu amor es tan
fuerte como el suyo, se agarrarán a ti como una lapa cuando suene “vuestra canción”,
te contemplarán arrobados durante horas… Son bastante cansinos, la verdad.
Cómo tratar con ellos: De vez en cuando podrías hacer algo
romántico para complacerle. Una cena íntima, un paseo por la playa o una copa
de helado a medias son buenas maneras de aplacar su ansiedad.
*Tempestuosos
Nunca sabrás si estás saliendo
con esa persona o no, porque la relación va a la velocidad de la luz. Cualquier
cosa puede provocar una bronca y un corte… aunque probablemente volverán a
estar saliendo contigo a las dos horas, cuando se les pase. Si vendieran
exclusivas, serían millonarios. Ahora está contigo; a los cinco minutos ya no
lo está. Y así hasta la eternidad. Curiosamente, este tipo de parejas suelen
ser bastante conocidas porque son el centro de atención de su grupo de amigos.
Es decir, que son una constante fuente de cotilleos; ellos lo saben y les gusta
serlo.
Cómo tratar con ellos: Haz lo que quieras, pero no esperes
encontrar estabilidad a su lado.
*Errores
Imagina que una noche has salido,
te has pasado un poco bebiendo y al final has acabado acostándote con una
persona con la que no lo habrías hecho en tu vida. No te parece atractivo, no
te interesa como persona, no sientes ningún tipo de deseo… En otras palabras,
que lo que ocurrió esa noche fue un error. El problema viene cuando esa persona
se ha colgado de ti de manera bastante exagerada y quiere proclamar al mundo
entero que “salís” juntos. Te manda mensajitos, te llama para quedar, no se da
por aludido si le das largas… Si es particularmente insistente, será bastante
complicado hacerle ver que no sientes nada por él, pero tienes que intentarlo.
Cómo tratar con ellos: Procura evitar enrollarte con quien no
quieres. Si no, intenta cortar con esa persona sin herir demasiado sus
sentimientos.
*Promiscuos
Basan su relación en la premisa
de que pueden acostarse con quien quieran, pero sólo sienten verdadero amor por
la persona con la que salen. Supongo que no hace falta que os diga que esto es
mentira. No sienten amor por nadie más que por ellos mismos; por eso no les
importa ponerle los cuernos a su pareja. Consideran la fidelidad como algo
propio del jurásico. Si les dices algo, se sentirán coartados y todavía tendrán
más perlas que decir, casi todas injustificables. Eso sí, si te ven hablando con
otra persona, se pondrán bastante celosos y te lo harán pagar. ¿Adivinas cuál
será su venganza?
Cómo tratar con ellos: Si eres igual de promiscuo, entonces es que
sois tal para cual. Si no lo eres y aún no has cortado la relación, ya estás
tardando.
*Machacones
Gente odiosa donde la haya, y muy
difícil de tratar. Si cometes un error, el más pequeño error, te lo recordará
toda la vida. Se encargará de restregártelo por la cara en cualquier momento,
preferiblemente cuando haya gente a vuestro alrededor, para dejar bien claro lo
lerdo que eres. Eso se debe a su imperiosa necesidad de sentirse superior a ti.
No importa que tengas tres carreras y ganes el triple que él: si te has
equivocado al decir una palabra, te lo machacará continuamente y te dejará quedar
a la altura del betún. Lo mismo ocurre
si has cometido una infidelidad y tu pareja te ha “perdonado”; dice que todo
está olvidado, pero seguirá restregándote por la cara tu flaqueza. Lo dicho:
Una maravilla.
Cómo tratar con ellos: Déjale claro que no quieres que siga
agobiándote así. Si persiste, pasa de él. Es casi imposible detener al
Machacón.
*Egoístas
Expertos en mirar para su propio
ombligo y olvidarse de los demás. Para mí siempre será un misterio saber por
qué tienen la inmensa suerte de tener pareja y cómo consiguen conservarla a su
lado (aunque ninguna les dura mucho). Suelen ser bastante ruines y poco o nada
considerados hacia su pareja. No tienen ningún interés en escuchar tus
problemas, porque para ellos los suyos son muchísimo más importantes. En el
fondo, para el Egoísta no eres más que un agobio. Tiene pareja simplemente
porque se le antoja tenerla, no porque la ame; y cuando se le antoje dejarla,
lo hará sin ningún remordimiento.
Cómo tratar con ellos: Olvídate de intentar reformar al Egoísta.
Para él siempre serás algo secundario en su vida.
*Sumisos
Todo lo contrario que el Egoísta,
aunque también puede resultar cansino. El Sumiso hace cualquier cosa, lo que
sea, con tal de mantener a su pareja a su lado. Te llevará el desayuno a la
cama, te elegirá la ropa, te preparará la comida que tú le pidas, irá a donde
tú dispongas, dejará de trabajar si tú se lo pides, aprenderá tus gustos… y no
te pedirá nada a cambio. En resumen, es el esclavo perfecto. Es la víctima idónea
del Egoísta, que hará de él su siervo sin temor a que le abandone nunca. Para
cualquier otro, el Sumiso será tan servil que llegará a cansarle.
Cómo tratar con ellos: Prueba a hacerle hablar acerca de sus sueños
y deseos, y anímale a conseguirlos. Si piensa un poco más en sí mismo, será
bueno para ambos.
*Pastelosos
Azúcar, arco iris, unicornios,
cascadas de chocolate, pajaritos de colores… El Pasteloso es el rey de
Cursilandia, y además está orgulloso de ello. Experto en hacer rimas al estilo
Bécquer (o lo que él cree que diría Bécquer) y ducho en crear expresiones ñoñas
y que inducen al asesinato a quien las escucha. Se ha chapado todas las novelas
rosas que se han escrito, y posiblemente tenga en su casa una filmoteca
dedicada a películas romanticonas y azucaradas como El diario de Noa o Sucedió en
Manhattan. Se considera romántico y tierno, cuando en realidad es cursi y a
veces ridículo. Para quien es comprensivo, el Pasteloso resultará alguien un
poco estrafalario. Pero el resto del mundo no puede hacer otra cosa que
enfadarse. Si sois cínicos y agrios, huid de ellos.
Cómo tratar con ellos: Si encuentra una pareja igual de ñoña, será
feliz para siempre y no tendréis que aguantarlo.
*Los que les gustan a tus padres
No tienen por qué ser malos. Más
bien todo lo contrario, ya que es fantástico que tu pareja se lleve bien con
tus padres. Pero, ¡cuidado! Pueden dejarse llevar por la simpatía y acabar
convirtiéndose en clones de tus padres. Esto significa que, si tu madre te
critica la forma de vestir, tu pareja hará lo mismo. Más que el hijo que
siempre quisieron tener, se convertirá en la versión más joven de tus padres.
En casos extremos, hasta se vestirá igual que uno de ellos o adoptará dejes y
formas de hablar semejantes. Cuidadín.
Cómo tratar con ellos: Procura espaciar las comidas familiares para
quitarle malos vicios y ten paciencia. Con el tiempo y un poco de suerte, no
mutará.
*Planificadores
Si hasta ahora hemos visto
personajes con dudoso interés por la vida en pareja, ese no es el caso del
Planificador. Quiere establecerse en pareja y lo tiene todo cuidado al detalle:
sexualidad responsable, consejeros matrimoniales, cursos de preparación para
ser padres… Vamos, que lo tiene todo bajo control. Es un experto a la hora de
captar un buen partido y él mismo se esfuerza por serlo también. Esto quiere
decir que no buscará nada demasiado serio a menos que haya un trabajo, un coche
y una vivienda estable de por medio (y estas dos últimas cosas no pueden ser la
misma). El Planificador puede llegar a obsesionarse con llevar la vida perfecta
con la pareja ideal, y eso le deja muy poco margen para la improvisación. Es
decir, que si una noche te da por sorprenderle con una cena romántica justo
cuando toca cursillo nocturno de decoración, prepárate para el espectáculo.
Cómo tratar con ellos: La verdad es que, bien llevado, no debería
causar ningún problema grave. Eso sí, si un Planificador te pide para salir si antes
firmas una solicitud, es mejor que pases de él.
*Sorpresivos
Uno de los grandes misterios de
la naturaleza. Aquella persona maravillosa que hace un tiempo te encandiló, te
nubló el entendimiento y te sedujo hasta tal punto que lo darías todo por estar
a su lado… hoy se ha convertido en la antítesis de todo aquello. Ahora ha
perdido todo el atractivo que antes tenía, y no me refiero sólo al físico. Si
antes era amable, atento y considerado contigo, ahora es maleducado, egoísta y
mezquino. ¿Qué ha pasado? Pues probablemente ese sea el resultado de una
relación que, por las razones que sea, se ha estancado y ha caído en la
monotonía. Cuando no hay emoción, sale a relucir el otro yo que llevamos
dentro.
Cómo tratar con ellos: Trata de averiguar por qué ha cambiado tanto
en tan poco tiempo y analiza los argumentos que te dé. Puede que entre ambos
podáis arreglar la situación. Si no tiene solución, lo mejor es que cada uno
vaya por su lado.
*De verano
¡Ah, el verano! La estación del
amor juvenil. El mar, la arena, los atardeceres paseando por la orilla… y,
sobre todo, esa persona que hizo que las vacaciones fuesen las mejores del
mundo. ¿Cómo olvidar al amor del verano cuando se cala tan hondo bajo nuestra
piel? Sin embargo, parece que él sí se ha olvidado de ti a juzgar por la
ausencia de llamadas, mensajes a los que hace días que no responde y, en
general, su total desconexión contigo. Esto se debe a que el amor de verano es
corto e intenso a partes iguales. Habrás vivido momentos realmente inolvidables
con esa persona, pero descubrirás con dolor que la mayoría de las veces eso no
trascenderá. Cuando acabe el verano, tú te irás por tu lado y la otra persona
se irá por el otro, y probablemente se pierda el contacto entre vosotros.
Cómo tratar con ellos: Depende de vuestra situación. Si seguís
hablando por teléfono, Skype y os veis de vez en cuando, podéis intentar llevar
la relación a distancia. Si se ha perdido todo contacto, es mejor que pases y
sigas con tu vida.
*Los que odian a tus amigos
Al parecer, hay personas que
piensan que son tan buena influencia para ti que se creen con derecho a decirte
todo lo que opinan sobre tus amigos de toda la vida, haciendo especial hincapié
en sus defectos. Tíos que disfrutan recordándote que tus amigas son unas
cotillas y unas guarras; tías que no paran de decirte que tus amigos son unos
vagos y unos descerebrados. Vale, de acuerdo, tenemos que admitir que a veces
nuestros amigos no son los más educados del mundo… ¡Pero nadie tiene derecho a
criticarlos delante de nosotros, y menos aún nuestra pareja! Los amigos son una
fuente de discusiones casi inagotables, sobre todo si no tenéis los mismos,
pero a la larga ese soniquete criticón suele provocar que nos acabemos hartando.
Además, no es asunto de nuestra pareja discutir las habilidades de nuestros
amigos para rajar de todo el mundo o pronunciar el alfabeto con eructos.
Cómo tratar con ellos: Es un poco duro quedar con tus amigos sin poder llevar a tu pareja porque se lleva mal con ellos, pero puede que sea la única solución para tener paz.
*Perfecta
¡La tuya, y ninguna otra! ^^*